En su nuevo artículo para Sky NEWS la columnista Katie Stallard reflexiona sobre qué implicaciones podría tener el ascenso de China en el escenario internacional.
La autora apunta que "tras conducir a China de vuelta al mundo" en la década de los 80, Deng Xiaoping empezó a estimular una política exterior que se traduce aproximadamente como "oculte su luz, espere su momento".
Fue un periodo de reforma y apertura: China era débil, pobre y tenía mucho terreno por recuperar. Por lo tanto, según la autora, tenía sentido "mantener un perfil bajo en la escena internacional".
"Xi Jinping parece haber dejado de ocultar y esperar", destaca Stallard.
Fue un periodo de reforma y apertura: China era débil, pobre y tenía mucho terreno por recuperar. Por lo tanto, según la autora, tenía sentido "mantener un perfil bajo en la escena internacional".
"Xi Jinping parece haber dejado de ocultar y esperar", destaca Stallard.
Cuando el mandatario chino entró en el Gran Salón del Pueblo en Pekín para promover su nueva iniciativa de la Ruta de la Seda en el marco del Foro Internacional celebrado los días 14 y 15 de mayo, "no había nada apologético o referencial en su comportamiento".
En cambio, Xi Jinping parece haber decidido que ha llegado el momento en el que China "se mantenga firme y se muestre a sí misma, aunque insistiendo en que su poder no representa ninguna amenaza y puede ser una fuerza para el bien en el mundo".
De esta manera, según la autora, el líder del gigante asiático debe convencer a sus vecinos regionales —incluso los involucrados en las disputas territoriales— de "que no tienen nada que temer y todo que ganar del ascenso de China".
En cambio, Xi Jinping parece haber decidido que ha llegado el momento en el que China "se mantenga firme y se muestre a sí misma, aunque insistiendo en que su poder no representa ninguna amenaza y puede ser una fuerza para el bien en el mundo".
De esta manera, según la autora, el líder del gigante asiático debe convencer a sus vecinos regionales —incluso los involucrados en las disputas territoriales— de "que no tienen nada que temer y todo que ganar del ascenso de China".
Asimismo, Pekín se ve obligado a asegurar a Washington que no tiene planeado reemplazarlo en "la cima del árbol", sino que busca "una coexistencia pacífica". Por lo tanto, el presidente suele caracterizar el resurgimiento del país en términos tranquilizadores y no amenazantes.
A juicio de Stallard, cuando Xi Jinping habla de la política exterior, le gusta mencionar "un nuevo tipo de relaciones internacionales" con "respeto mutuo" y "cooperación mutuamente beneficiosa".
"En otras palabras, China ya no quiere desempeñar el segundo papel en un orden internacional dirigido por EEUU y quiere un nuevo orden en el cual se la trate como un igual, y se compromete a tratar a los demás de la misma manera", apunta la autora.
A juicio de Stallard, cuando Xi Jinping habla de la política exterior, le gusta mencionar "un nuevo tipo de relaciones internacionales" con "respeto mutuo" y "cooperación mutuamente beneficiosa".
"En otras palabras, China ya no quiere desempeñar el segundo papel en un orden internacional dirigido por EEUU y quiere un nuevo orden en el cual se la trate como un igual, y se compromete a tratar a los demás de la misma manera", apunta la autora.
Al dar su visión acerca del nuevo cinturón económico de la Ruta de la Seda, el líder chino eligió el ejemplo del almirante del siglo XV, Zheng He, a quien describió como "un pionero, y no conquistador, que sería recordado como un emisario amistoso".
En este escenario, prosigue Stallard, "el almirante Xi está navegando con su tesoro para compartirlo a lo largo de la Ruta de la Seda en forma de nuevas inversiones en infraestructura".
Sin embargo, según la autora, ningún líder del G7, con la excepción de Italia, asistió a la Cumbre de Pekín.
La periodista recuerda que en 2014 Xi Jinping comparó a China con un "león dormido, que sacudirá al mundo cuando se despierte".
"Hoy el león se ha despertado, pero es pacífico, agradable y civilizado", dijo al público el presidente, citado por la autora.
En este escenario, prosigue Stallard, "el almirante Xi está navegando con su tesoro para compartirlo a lo largo de la Ruta de la Seda en forma de nuevas inversiones en infraestructura".
Sin embargo, según la autora, ningún líder del G7, con la excepción de Italia, asistió a la Cumbre de Pekín.
La periodista recuerda que en 2014 Xi Jinping comparó a China con un "león dormido, que sacudirá al mundo cuando se despierte".
"Hoy el león se ha despertado, pero es pacífico, agradable y civilizado", dijo al público el presidente, citado por la autora.
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