El conflicto que ha detonado la operación política ejecutada por Almagro desde la OEA hacia Venezuela tiene impacto en la política global y viceversa.
El presidente estadounidense Donald Trump, que suspendió el proceso de conformación del tratado con 11 países del Pacífico (TPP) y anunció la renegociación del tratado de libre comercio con México y Canadá (Tlcan), se reunió con su homólogo argentino Mauricio Macri, gobierno que ha tomado el tema venezolano como foco crítico de su política exterior.
Al mismo tiempo, quienes controlan la política exterior estadounidense (Israel y las corporaciones petroleras, financieras y armamentísticas), busca afianzar el asedio a Rusia haciendo fuerza en Afganistán y presionando (confusamente) a Corea del Norte para también profundizar el estado de excepción global en territorio asiático, afectando las zonas de influencia geopolítica de China.
En el marco de las agresiones que experimenta Venezuela, entre ellas nueve comunicados en contra del Gobierno venezolano y apoyando a la MUD por parte del Departamento de Estado de EEUU, el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino López, viajó a Moscú el miércoles 26 de abril para participar en la VI Conferencia de Seguridad Internacional organizada por la Federación Rusa y exponer la proyección de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) en Latinoamérica, sus consecuencias y riesgos. Al ser consultado sobre los últimos eventos ocurridos en Venezuela, manifestó que "desestabilizar a Venezuela es desestabilizar a toda la región, de eso no hay ninguna duda". Un mismo eje bajo asedio.
Representantes de 80 países participan en la mencionada conferencia para el fortalecimiento de la cooperación entre los organismos militares de diferentes países y la búsqueda de estrategias para contrarrestar los nuevos desafíos y amenazas inherentes a la seguridad. Las delegaciones compuestas por ministros de defensa, los estados mayores y alto mando militar trataron el tema de la lucha contra el terrorismo y el ciberespacio.
Las relaciones de Venezuela con Rusia en los ámbitos de seguridad y defensa se han estrechado en los últimos años, en enero de este año el Ministerio de Exteriores ruso advirtió respecto a los actuales eventos de terrorismo mediante un comunicado. Los mismos hechos que hoy día buscan imponer en Venezuela la desestabilización necesaria para la intervención, la expulsión del chavismo del Gobierno, el descuartizamiento del país y la consecuente entrega del país a mafias globales.
Más recientemente la vocera del mismo ministerio ruso criticaba las declaraciones del jefe del Comando Sur de Estados Unidos, Kurt W. Tidd, debido a que supondrían un "apoyo a los radicales" y generarían "inestabilidad y confrontación".
En febrero de 2015 la Federación Rusa fue invitada a participar en el ejercicio militar defensivo especial llamado "Escudo Bolivariano", que fue convocado por el presidente Nicolás Maduro, a raíz de que Venezuela fuese considerada por Estados Unidos como "una amenaza inusual y extraordinaria para su seguridad", y que se extendió por diez días. Allí participaron 100 mil venezolanos, entre ellos 20 mil voluntarios.
También, el pasado diciembre, el presidente Maduro anunciaba el viaje del ministro Padrino López con el fin de cerrar acuerdos para dotar a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana de armas y fortalecer la inteligencia militar.
La energía y las ingentes inversiones de empresas rusas en la Faja Petrolífera del Orinoco Hugo Chávez, constituyen otro aspecto sensible de la relación bilateral, elemento central del asedio que desarrolla en paralelo contra las dos naciones.
Rusia toma posición ante la injerencia de Almagro y su club de tutelados
Al día de hoy se han producido 28 muertes (según el Ministerio Público), casi 500 lesionados y pérdidas millonarias por destrozos de bienes públicos e infraestructura y patrimonios del Estado venezolano.
Los operadores políticos vinculados a los centros de poder que controlan la política estadounidense han desatado una escalada violenta con visos de violencia irregular y paramilitar.
Además, ante el caos institucional que vive la OEA por el empeño de Luis Almagro en tutelar el conflicto político venezolano, la decisión del presidente Maduro ha sido comenzar el proceso de retiro de Venezuela de dicho organismo.
El director del Departamento Latinoamericano del Ministerio de Exteriores de Rusia, Alexánder Schetinin, instó a la comunidad internacional para que abogue por el restablecimiento del diálogo entre el Gobierno y la oposición venezolana para tratar de buscar una salida a la actual crisis, declaró a RT que "algunos organismos regionales y países de América Latina son responsables, en parte, de la violencia y muertes de las últimas semanas en Venezuela", señalando entre líneas a la OEA.
Asimismo espera que Venezuela no corra la misma suerte de países como Siria, Libia, Yemen o Ucrania, haciendo énfasis que en el actual conflicto venezolano se estarían repitiendo los mismos formatos pre-bélicos (dirigidos por el Departamento de Estado) que llevaron a esas naciones a conflictos de alta intensidad aín sin solución.
Por su parte, a diferencia del respeto a la autodeterminación del pueblo venezolano expresado por Rusia, el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Mark Toner, opinó en paralelo que la decisión final sobre la retirada de Venezuela de la OEA correspondería al sucesor de Maduro, por lo que "seguirá siendo un miembro completo de la OEA" que debería cumplir con los "estándares" contemplados en su carta fundacional, sin señalar cuáles en específico.
Desde principios de 2017 hasta la fecha, Rusia sigue alertando sobre un escenario de escalada violenta promivido por actores externos e internos, comprometidos con no administrar políticamente el conflicto político e institucional en curso.
Misión Verdad
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