EL CAMINO HACIA LA PAZ
POR: Julie Redstone
29 de Abril de 2017
La paz llegará a la Tierra, sin embargo, el cuándo, dependerá de la decisión de cada corazón de liberar su propio miedo y actitud defensiva e intentar poner siempre el amor en todas sus acciones.
Muchas personas ya perdieron la esperanza en la creación de la paz en el mundo, porque aún no pueden ver el camino a través del conflicto – no los conflictos momentáneos, sino aquellos que siguen a través de los años, de décadas e incluso de siglos.
Aún tenemos que descubrir que el camino hacia la paz está dentro de nosotros. Este no está fundamentado en estrategias, tratados o poder militar. Su único fundamento es el verdadero deseo del corazón de cambiar el miedo por la presencia del amor.
Amor al prójimo. Amor por la Tierra, cuya sangre es derramada con cada encarnación. Amor por la vida sagrada de Dios que penetra todos los seres. Solamente este amor puede traer la paz al mundo, pues en un mundo de unidad, la guerra y el asesinato no tienen sentido, bajo cualquier aspecto.
Donde está la paz?
Donde está ella, en este mundo?
Aún no la podemos encontrar en el mundo, porque las fuerzas que llevan al deseo de poder y dominación, en vez de al amor, aún influyen y estas fuerzas deben ser desmontadas, a fin de que la paz se pueda manifestar.
Pero cada uno de nosotros puede intentar vivir en la paz de nuestra naturaleza más profunda, con nosotros e con los demás, abandonando el juicio sobre lo que sea, incluyendo sobre nosotros mismos, abandonando la actitud defensiva en cualquier circunstancia, sabiendo que la firmeza y la actitud defensiva no son la misma cosa.
La firmeza implica pretender algo, ser responsable por los principios de la luz y de la verdad. La actitud defensiva envuelve una posición contra algo, contra la fuerza de lo que se juzga como una amenaza o un riesgo.
Podemos ser firmes y tranquilos al mismo tiempo, ya que lo que es realizado en la luz divina puede contener toda la verdad dentro de sí mismo. Sin embargo, esta debe ser la verdad de la luz, que incluye el amor.
Nuestra separación de los demás no puede ser la verdad. Esta no puede ser la verdad del argumento y de la rabia. La Luz incluye el amor y puede ser mantenida en nuestro corazón con firmeza. El alineamiento con una verdad superior incluye el amor, que puede incluir la paz.
Entonces, por qué vemos tanta dificultad en esto?
Encontramos dificultad cuando no somos capaces de alinearnos con este principio más profundo de la verdad, que está fundamentado en el amor. Cuando nos oponemos a algo que parece equivocado o perjudicial para nosotros, pero no sabemos cómo encontrar dentro de nosotros el amor, que apacigua y que mantiene a todos.
Entonces, con el fin de evitar lo que consideramos equivocado, nos defendemos, creamos ataques defensivos, preventivos; manifestamos nuestro poder y nuestra fuerza. Todo esto son armas de guerra, porque no sabemos cómo alinearnos con la luz que contiene amor y paz y que mantiene todo en sí mismo.
La Humanidad aún tiene que descubrir este principio de la auto-afirmación que no excluye al otro, que no impide el otro de disfrutar de su propio derecho de existir. El extremismo de cualquier tipo, corre el riesgo de eliminar el derecho de los demás a su auto-afirmación. Por lo tanto, el extremismo no puede ser una práctica detentora de luz.
Nuestras políticas, así como nuestras prácticas, deben ser inclusivas de los derechos de todos, de las almas de todos, para que puedan alinearse a la Luz. Ellas no pueden excluir a nadie de nuestro amor extensivo.
Y si el otro nos quiere perjudicar? Que hacemos, entonces?
Ese “otro” necesita ayuda para ver que no precisa tener miedo de nosotros. Que no buscamos sacarle nada, sino al contrario; queremos ayudarlo a realizar sus propios objetivos. Esta es la verdad de la reconciliación, pero esta reaproximación debe ser practicada con el corazón.
No puede ser una directriz eficiente, en el sentido exterior, a menos que el corazón esté dispuesto a mantener, interiormente, sus propios deseos, no solo el que realiza los propios objetivos, sino también el que realiza los objetivos de los demás al mismo tiempo.
Donde existe una actitud defensiva, donde hay odio, hay un miedo subyacente de lo que podría suceder si estos fuesen dejados aparte. Este miedo es impulsado por las fuerzas negativas que quieren promover el conflicto y la separación y la forma de remover su influencia es retornando, nuevamente, al deseo del corazón, de realizar los objetivos de todos y no solo los propios.
La Paz llenará la Tierra cuando el corazón se expandir en su capacidad de amar a todos y cuando todos se concientizaren de su relación con el resto de la vida que existe, como una Unidad.
La Paz llegará, sin embargo, el tiempo que tarde en llegar, depende de lo temprano o tarde que cada corazón liberte su miedo y su actitud defensiva y coloque el amor en el centro de todas sus acciones.
Este es el llamado para nuestro tiempo. Es el llamado del despertar espiritual que visa transformar todo el planeta en uno de luz y paz.
Por favor, respete los créditos al compartir.
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Traducción: Lúcia (anjodeluz57@gmail.com)
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