"Diálogo", la palabra que más se ha echado de menos en su mensaje.
Ni diálogo, ni Carles Puigdemont, ni heridos, ni mediación internacional: en el discurso del rey Felipe VI no ha habido cabida para ninguno de estos nombres, para ninguna de estas palabras que, desde el pasado domingo, cuando se celebró el referéndum ilegal en Cataluña, están dando la vuelta al mundo.
De todas las palabras que no ha dicho hay una que se ha echado especialmente de menos: diálogo. Se esperaba que el rey lanzara un mensaje de serenidad, apelando a que todas las partes implicadas optaran por sentarse a alcanzar una solución, pero no ha sido así.
El rey tenía claro el mensaje que quería lanzar y ha sido directo: ha acusado a las autoridades catalanas de una "deslealtad inadmisible", pero no ha entrado en poner nombre propio a dichas autoridades, más allá de referirse en una ocasión a la Generalitat. La figura de Carles Puigdemont y sus afines estaba implícita, pero sus nombres no han salido de la boca del rey. Lo que sí ha hecho Felipe VI ha sido verter en su contra duras afirmaciones, asegurando que desde hace un tiempo están demostrando "una deslealtad inadmisible hacia los poderes del Estado". Es más, el rey ha sentenciado que son ellas las que "han menospreciado los afectos y los sentimientos de solidaridad que han unido y unirán al conjunto de los españoles". Con su conducta "irresponsable", ha añadido, "incluso pueden poner en riesgo la estabilidad económica y social de Cataluña y de toda España".
EFE
En lo poco más de cinco minutos que ha durado su mensaje, Felipe VI no se ha referido a la represión policial que se vivió en Cataluña el pasado domingo. No ha mencionado ni a la policía, ni a los Mossos, ni a las fuerzas de seguridad ni a una de las palabras que más se ha escuchado dentro y fuera de España: heridos. Una oportunidad "perdida", han dicho algunos", que esperaban que con sus palabras se calmaran los ánimos.
Y si el rey no se ha referido al diálogo, tampoco lo ha hecho a la mediación internacional que el pasado lunes Puigdemont solicitó tras el 1-O. Ni una sola vez se ha referido a la Unión Europea ni a ninguna otra institución u organismo que pueda jugar alguna clase de papel en las actuales circunstancias.
Felipe VI, con las banderas de España y de la UE -no la de Cataluña- tampoco ha usado su dominio del catalán, gesto que hubiera sido interpretado por muchos como un guiño conciliador. Al contrario que en otras ocasiones, el rey ha optado por hablar sólo en castellano, en un tono severo y señalando directamente a cámara en varios momentos.
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