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- noviembre 20º, 2017
Hablar de impuestos es hablar de justicia distributiva. Justicia con mayúsculas. La que respeta los derechos de la gente, la que asegura una vida digna a todos y todas.
Hay justicia cuando la ciudadanía disfruta de sus derechos.
Desde el derecho a una vivienda digna a la educación, a la salud, la protección social… Pero para que sea posible hay que pagar impuestos y redistribuir lo recaudado atendiendo necesidades y respetando derechos.
Hay que pagar impuestos pues son los medios principales del Estado para obtener ingresos. No pagar impuestos debilita al Estado y le impide cumplir su ineludible obligación de atender a la ciudadanía.
Los enemigos de los impuestos (ricos o con vocación de serlo) pretenden que los impuestos son una carga, dañinos, y hay que reducirlos. Falso. Pagar impuestos es contribuir a que el país funcione. Pero hay organizar el sistema de impuestos, la fiscalidad, que ha de ser justa, progresiva y suficiente donde todos y todas paguen según su capacidad económica.
Hay que pagar impuestos porque las personas somos seres sociales. Nos necesitamos y dependemos unos de otros.
Somos interdependientes y nos organizamos para ayudarnos unos a otros. El Estado es el modo de organizarse las personas de una zona o territorio para asegurar esa interdependencia que obliga al pago de impuestos.
Sin impuestos no hay justicia ni vida digna.
Los impuestos son el coste por vivir en sociedad, de beneficiarnos por vivir en sociedad.
Mitos fiscales
Y llegados a ese punto conviene desmontar algunas falacias fiscales. Como la necesidad de recortar presupuestos sociales porque no hay dinero por la crisis . Falso. Hay dinero, pero se defrauda mucho y se beneficia a quienes más acumulan y tienen para que paguen menos tributos. Por eso se recauda poco.
Según GESTHA, sindicato de técnicos de Hacienda, los ricos españoles ocultan unos 140.000 millones de euros en paraísos fiscales. Millones que no pagan impuestos; imagínense si los pagaran.
Hay dinero, pero gran parte está en la economía sumergida. Según el informe de GESTHA, Economía sumergida suma y sigue, ésta aumentó en la crisis 60.000 millones de euros hasta alcanzar el 24,6% del PIB.
Son más de 250.000 millones de euros de dinero oculto. Esa economía sumergida española dobla la media europea, pues en la Europa de los 15 la economía sumergida es el 12 % del PIB.
Los ricos españoles ocultan unos 140.000 millones de euros en paraísos fiscales, según GESTHA
Economía sumergida es la de empresas que no existen oficialmente, no figuran en registro oficial alguno y no pagan impuestos. Se sumergen precisamente para no pagar impuestos ni cotizaciones sociales.
Otro mito fiscal falso es que rebajar impuestos favorece la economía. Lo cierto y documentado es que rebajar impuestos (casi siempre a los ricos, por supuesto) favorece solo a los ricos.
Y más falso es aún que rebajar impuestos mueve a los ricos a crear empleo con el dinero que ahorran por la rebaja de impuestos. No. El dinero ahorrado de los ricos por no pagar impuestos lo dedican a especular con variados y retorcidos productos financieros en el casino global en que se ha convertido el sector de las finanzas.
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