UNA ADVERTENCIA FRATERNAL

Los hechos apocalípticos se han ido sucediendo día tras día, para intentar despertar a los durmientes. A partir de ahora, todo se irá produciendo de forma acelerada. Los hombres intensificarán sus guerras, sus horrores, y la Naturaleza multiplicará el esfuerzo de sus elementos naturales, que barrerán las amplias superficies del mundo. Terremotos, volcanes, huracanes, tornados, tifones, inundaciones, sequías, hambrunas, epidemias y todo tipo de desastres se irán alternando trágicamente, llevando el más grande horror a los humanos, hasta el momento en que se producirá el final de todo, la renovación de esta Civilización vieja y caduca.

La Gente del Espacio, Seres de Luz y Amor, han hecho todo tipo de advertencias en el transcurso de los años, siempre con un espíritu fraternal. Unos las han aceptado, las han comprendido, las han hecho suyas, mientras otros no. Estos últimos, constituyen la gran mayoría de los habitantes del planeta, que son humanos de un bajo nivel de conciencia, necesitados de un gran número de existencias posteriores para subir los peldaños de la evolución espiritual, siempre encaminada al encuentro con el Padre Creador, la Esencia Suprema.

Se aproxima el momento en que cada uno recogerá aquello que haya sembrado. La segunda venida de Jesús el Hijo del Hombre es ya inminente y hay que estar con las lámparas encendidas como las vírgenes prudentes del Evangelio. Es hora, pues, de buscar a Dios con desesperación, ya que no queda tiempo ni de volver la cabeza. Es el instante preciso para hacer una introspección interior a fondo, para mirar en el corazón e intentar mejorar en lo posible como persona, cambiar, llevando a la práctica las enseñanzas de Cristo. Es una ocasión idónea para aquellos que quieran purificar sus Almas, sus cuerpos, buscando elevar su frecuencia vibratoria para estar más cerca de Aquél que es el principio y el fin de todo. Sus Enviados, los Ángeles de siempre, han hecho todo lo posible para ayudar, según su costumbre atávica, a la raza humana. Y lo han realizado con un sentimiento fraterno incomparable, sin esperar ninguna recompensa, ni agradecimiento. Muchos han sido los que han intentado con mala fe desprestigiarles, pero esos tendrán su final en el “estanque de fuego con lluvias de azufre” citado en el Apocalipsis.

Ésta es la última advertencia, el postrer aviso con intención fraternal. Cada cual podrá elegir lo que más le conviene.
Que la Paz del Señor sea con todos.

José García Álvarez
Roquetas de Mar – España
apostol72@movistar.es