La idea que los seres humanos podemos ser una raza de esclavos pertenecientes a una sociedad extraterrestre no es nueva. Y esta es también la teoría del escritor William Bramley, que describió muy claramente en su obra Los Dioses del Edén. Esta idea ya fue expresada miles de años atrás en los registros de las civilizaciones conocidas más antiguas de la humanidad. La primera de esas civilizaciones conocidas fue la de Sumer, una sociedad notablemente avanzada que surgió
en el valle de los ríos Tigris y Eufrates entre los años 5000 y 4000 a.C. y floreció como una civilización consolidada hacia el 3500 a.C. Esto lo explicó con notable detalle Zecharia Sitchin en varios de sus libros, dentro de la serie Crónicas de la Tierra. Benjamin Disraeli, Primer Ministro de Gran Bretaña en 1867, en su novela Coningsby (1844) escribió lo siguiente: «El mundo está gobernado por personajes que no pueden ni imaginar aquellos cuyos ojos no penetran entre los bastidores». Por otro lado, el presidente de Estados Unidos Woodrow Wilson (1856 – 1924), manifestó lo siguiente: “Algunos de los hombres mas importantes de EEUU, en el campo del comercio y de la industria, temen a alguien y a algo. Saben que en algún lugar hay un poder tan organizado, tan sutil, tan vigilante, tan interconectado, tan completo y tan penetrante que es mejor no decir nada en su contra“. Éstas y otras declaraciones, que expondré más adelante, me han hecho entender que tras el telón del escenario de la Historia se esconde un poder poco conocido. pero que realmente domina este planeta. Sé que parte de lo que expondré podrá parecer más propio de la ciencia-ficción, pero espero que nos haga reflexionar.
En el folklore judío, Rahab es el nombre de un demonio marino, un dragón del agua, el gobernante del mar. A Rahab, que es mencionado en el Talmud y en el Antiguo Testamento, se le ha dado la etimología de escándalo, tumulto y arrogancia. Su nombre original era el abismo primordial, el dragón marino de la oscuridad y el caos, que era comparable al Leviatán, un fabuloso monstruo marino descrito en la Bibliacomo inhumano y destructor y que se toma como representación de demonio, y a Tiamat, una diosa/monstruo primitivo perteneciente a la mitología babilónica y mencionada en el poema épico Enûma Elish. Más tarde Rahab llegó a ser un demonio especial, habitante del mar, asociado al Mar Rojo y algunas veces al Leviatán. Rahab era el ángel de la insolencia y el orgullo, responsable de agitar las aguas y producir las olas. Asimismo, también era responsable de las tempestades del mar y, de acuerdo con algunas fuentes, era el ángel guardián de Egipto, una posición a menudo asignada a otros ángeles/demonios como Belial, Mastema, Samael y Uzza. Rahab representa el caos en textos antiguos tales como la Biblia. Y todo indica que en realidad representa al “dios” sumerio Enki. Pero Rahab es también una organización emparentada con la Hermandad de la Serpiente, organización supuestamente fundada por el príncipe/dios anunnaki Ea (o Enki), según la leyenda. La Hermandad de la Serpiente se rige por un linaje sanguíneo, traspasándose la pertenencia de padres a hijos. Los hijos humanos de este dios sumerio fueron los primeros iniciados hace más de seis mil años, que es cuando parece se funda esta Hermandad. Este linaje, que podría ser originario de la Atlántida, partió de Mesopotamia y se dirigió a Europa, donde siguieron la tradición en un entorno esotérico. Participan en el control del mundo a través de sus conexiones con diversas sociedades secretas. Aseguran ser poseedores de una sabiduría superior enseñada por el mismo Enki, el portador de luz de conocimiento, al igual que la figura griega de Prometeo, el Titán amigo de los mortales, honrado principalmente por robar el fuego de los dioses, seguramente el conocimiento, y darlo a los hombres para su uso, siendo posteriormente castigado por Zeus por este motivo.
Se afirma que en la Hermandad guardan antiguos documentos ancestrales y que los iniciados superiores tienen comunicación directa con seres extraterrestres, probablemente los dioses anunnaki o los antiguos elohim, los dioses bíblicos de la antigüedad. Las antiguas tablillas mesopotámicas señalan a un “dios” en particular como el promotor y ejecutor de la creación del homo sapiens o, lo más probable, de la manipulación genética que lo produjo. El nombre de ese “dios” era Ea, que era hijo de un rey anunnaki que se decía gobernaba otro planeta dentro del vasto imperio anunnaki. El príncipe Ea era conocido por el título de “Enki”, que significaba “Señor de la Tierra”. Pero los textos de los antiguos sumerios revelan que el título de Ea no era totalmente correcto, ya que se decía que Ea había perdido su dominio sobra la mayor parte de la Tierra ante su medio hermano Enlil, Si las historias de la creación mesopotámica se basan en acontecimientos reales y si esas historias se refieren realmente a la creación del Homo sapiens sapiens, podemos suponer que el Homo sapiens sapiens apareció repentinamente en la historia. Y realmente esto fue lo que sucedió. El registro antropológico revela que el Homo sapiens sapiens apareció repentinamente en la Tierra, no gradualmente, según marca la teoría evolutiva. F. Clark Howell y T. D. White, de la Universidad de Berkeley, en California, han dicho lo siguiente: “Esa gente [Homo sapiens sapiens] y su cultura material inicial surge con aparente brusquedad justo 30.000 años atrás, probablemente más temprano en el Este de Europa que en el Occidente”. El misterio de esta repentina aparición está relacionada con otro enigma: ¿Porqué el hombre más primitivo [homo sapiens neanderthalensis] se extinguió repentinamente y al mismo tiempo apareció este moderno Homo sapiens sapiens? Normalmente la evolución no va tan rápida. Los científicos Howell y White analizaron esta cuestión y concluyeron: “La total, casi repentina desaparición de la población neandertal se mantiene como uno de los enigmas y problemas críticos en los estudios de la evolución humana”.
Wilhelm Reich (1897 – 1957), inventor y postulador de la teoría del orgón, médico, psiquiatra y psicoanalista austriaco, de origen judío, en su libro Contacto con el Espacio, nos deja estas extrañas frases: “¿Soy un extraterrestre? ¿Pertenezco a una nueva raza en la Tierra, criado por hombres del espacio exterior en abrazos con mujeres de la Tierra? ¿Mis hijos son vástagos de la primera raza interplanetaria? ¿El crisol de la sociedad interplanetaria ya ha sido creado en nuestro planeta, como el crisol de todas naciones de la Tierra se estableció en los USA hace 190 años? ¿O esta idea se relaciona con las cosas a venir en el futuro?. Pido mi derecho y privilegio de tener tales ideas y hacer tales preguntas sin ser amenazado de ser encarcelado por cualquier agencia administrativa de la sociedad. Ante una jerarquía de censura científica rígida, doctrinaria, auto-elegida y lista para matar, parece tonto divulgar tales ideas. Cualquiera lo suficientemente maligno podría hacer cualquier cosa con ellas. Todavía el derecho de estar equivocado tiene que ser mantenido. No deberíamos temer a entrar en un bosque porque hay gatos monteses por ahí en los árboles. No deberíamos ceder nuestro derecho a la especulación bien controlada. Es a ciertas preguntas implicadas en tal especulación a lo que los administradores del conocimiento establecido temen. Pero al entrar en la edad cósmica debemos insistir ciertamente en el derecho a preguntar nuevas preguntas, incluso las preguntas tontas, sin ser molestados“. El 30 de diciembre de 1940 Reich escribió a Albert Einstein diciendo que había un descubrimiento científico que quería discutir, y el 13 de enero de 1941 fue a visitar a Einstein en Princeton, Nueva Jersey. Hablaron durante cinco horas, y Einstein acordó poner a prueba un acumulador de orgón, que Reich había construido a partir de una Jaula de Faraday de acero galvanizado y aislados por la madera y papel en el exterior. Einstein estuvo de acuerdo en que si, como sugirió Reich, la temperatura de un objeto puede ser elevada sin una fuente de calor aparente, sería un evento muy importante para la física.
En el Apocalipsis 13:(16 a 18), leemos lo siguiente: “Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis“. Tal vez un microchip de grafeno, colocado en la mano derecha o en la frente, podría ser utilizado como un chip invisible con el que pudiésemos, o tuviésemos que, efectuar todas las transacciones comerciales. Debo reconocer que, al ser consciente de la estructura hexagonal del grafeno y, además, que el átomo de carbono contiene 6 protones, 6 neutrones y 6 electrones libres, me vino a la mente el tema del famoso 666 del Apocalipsis 13. A François-René de Chateaubriand, diplomático, político y escritor francés, considerado el fundador del romanticismo en la literatura francesa, debemos estas enigmáticas palabras: “Objeto de horror o de adoración, los hombres tienen a la serpiente un odio implacable, o se postran ante su genio. La Mentira la llama, la Prudencia la reclama, la Envidia la lleva en su corazón, y la Elocuencia en su caduceo. En el Infierno arma el látigo de las Furias; en el Cielo la Eternidad hace de ella su símbolo“. El 27 de abril de 1961, el entonces presidente John F. Kennedy, en un discurso dirigido a los periodistas, pronunció unas sorprendentes palabras «La misma palabra “secreto” es repugnante en una sociedad libre y abierta; y somos un pueblo que se opone intrínseca e históricamente a las sociedades secretas, a los juramentos secretos y a los procedimientos secretos. Decidimos hace tiempo que los peligros de la excesiva e injustificada ocultación de hechos pertinentes hacen crecer dichos peligros, a los que sólo se recurre como justificación». Tal vez en este párrafo tengamos alguna de las claves de su asesinato. Según el genial arquitecto catalán Antoni Gaudí, «La inteligencia del hombre sólo puede expresarse en el plano y en dos dimensiones, por lo que resuelve ecuaciones con una incógnita de primer grado. La inteligencia angélica actúa en tres dimensiones, y se despliega directamente en el espacio».
John Baines, seudónimo literario adoptado por el chileno Darío Salas Sommer, fundó en Santiago de Chile el Instituto Filosófico Hermético, publicando en 1965 la primera de sus obras, Los Brujos hablan. En dicha obra, John Baines nos dice: “…ciertos seres que se encuentran en una escala evolutiva mucho más alta que el ser humano, verdaderos dioses del espacio, que se aprovechan del esfuerzo humano, pero que a la vez, cumplen ciertas funciones cósmicas, es decir, ocupan un importante puesto en la economía universal. Ya los hemos mencionado anteriormente llamándolos los Arcontes del destino. También podríamos referirnos a ellos como los Dioses del Zodíaco, ya que son los que dirigen y regulan la existencia humana en este planeta. Los Arcontes del destino son seres temibles, no porque sean malos, sino por su severidad fría e inexorable en la manipulación del sapiens (hombre). Estos jueces ocultos provocan, por ejemplo, sin piedad alguna en sus corazones, una guerra mundial en la cual mueren millones de personas. Para ellos estos difuntos no tienen más valor que el asignado por el sapiens a los miles de animales que sacrifica diariamente para alimentarse. El sapiens, en su lucha inclemente por la existencia, hace que su aparato emocional y nervioso elabore ciertos elementos incorpóreos, pero de una extraordinaria potencia, los cuales ‘abandonan’ el cuerpo humano en forma de vibraciones que son emitidas por antenas incorporadas en su unidad biológica, las cuales se encuentran orientadas y sintonizadas con la frecuencia de los Arcontes, que así ‘cosechan’ esta fuerza y la utilizan con fines que no divulgaremos; volviendo a advertir que, de todos modos, cumplen una función cósmica. Es así como el sapiens es despojado inadvertidamente del producto más noble producido por él mismo, el destilado final de la experiencia humana, el ‘caldo aurífero’ de su vida. El sapiens debe nacer, sufrir, amar, gozar, reproducirse, construir civilizaciones, destruirlas, enfermar y morir, sólo para beneficio de potencias superiores invisibles, quienes capitalizan el ‘producto vital’. El sapiens es, por lo tanto, un esclavo a perpetuidad. No obstante, ejemplares individuales o aislados (segregados del grupo), pueden llegar a ser libres“.
Los Arcontes fueron mencionados en la antigüedad como los sirvientes del Demiurgo, el dios creador que se interpone entre la raza humana y un Dios trascendente, al que solo se puede llegar mediante el conocimiento de la naturaleza divina de la humanidad, lo que llevaría a la liberación de la chispa divina en la humanidad para desligarla de las restricciones de la existencia terrenal. Pero Arconte es también una palabra griega que significa “gobernante“. Si analizamos a los Arcontes desde un punto de vista gnóstico, entenderemos que fueran considerados los ángeles y demonios del Antiguo Testamento. Bentley Layton, Profesor de Estudios Religiosos y Profesor de Lenguas y Civilizaciones del Cercano Oriente en la Universidad de Yale escribe: “La Realidad de los Gobernantes (Hipóstasis de los Arcontes) relata la historia gnóstica desde la creación de Yaldabaoth hasta Noé y la gran inundación y finaliza con una predicción del advenimiento final del salvador, la destrucción de los poderes demoníacos y la victoria de los gnósticos“. Yaldabaoth es el Demiurgo o deidad asociada al platonismo y al gnosticismo. Como indica Roger A. Bullard, en su libro The Hypostasis of the Archons – The Coptic Text with Translation and Commentary, el comienzo y la conclusión del texto son cristianos gnósticos, pero el resto del material es un relato mitológico sobre el origen y la naturaleza de los poderes arcontes que pueblan los cielos entre la Tierra y la Ogdóada, nombre del conjunto de ocho deidades primordiales, también llamadas “las almas de Thot“, que constituían una entidad indisoluble y actuaban juntas, según la mitología egipcia, y en cómo estos eventos antiguos influyeron en el destino del ser humano. ¿Es posible que los Arcontes estuvieran de algún modo relacionados con los anunnaki sumerios? La Ogdóada consta de cuatro parejas de dioses (encarnando cuatro conceptos en sus aspectos masculino-femenino), que juntos, personifican la esencia del caos líquido primigenio existente antes de la creación del Mundo. La primera pareja la forman Nun y Naunet, “las aguas primordiales“, “el océano primordial” o “el caos“; la segunda, Heh y Heket, “el espacio infinito” o “lo ilimitado“; la tercera, Kuk y Kauket, “las tinieblas” o “la oscuridad“; y la cuarta, Nia y Niat, “la vida“, “la indeterminación espacial” o “la que se separa“, a veces sustituidos por Tenemu y Tenemet, “lo oculto” o, más tarde, por Amón y Amonet, “el principio de lo misterioso” o “el oculto“.
La Hipóstasis de los Arcontes es un texto que se ha conservado en un único registro copto, constituyendo el tratado 4 del Códice II de Nag Hammadi. Está precedido por el Libro Secreto de Juan y los evangelios de Tomás y Felipe, y seguido por el Escrito sin Título y la Exégesis del Alma. Se encuentra en un muy buen estado de conservación, con algunos deterioros de poca importancia. La traducción de la Hipóstasis de los Arcontes se limita a reproducir los términos griegos del título copto, cuyo significado sería “La realidad de las potestades”. La lengua de la versión copta es el sahídico, dialecto principal del Alto Egipto, con fuertes influencias subacmímicas o licopolitano, dialecto literario del Alto Egipto. La lengua de la composición del texto habría sido el griego. Y su relación con el pensamiento del filósofo Filón de Alejandría hacen que se proponga Alejandría como un lugar de origen probable. El texto, en su estado actual es el resultado de la reedición cristiana de un texto originalmente judío. Pero la mayoría de los investigadores aceptan que el escrito griego subyacente al texto copto presenta varios estratos de redacción, el último de los cuales, por lo menos, es cristiano. Un fragmento del texto es muy explícito, ya que dice: “Los arcontes se reunieron en asamblea y dijeron: ‘Vamos, tomemos tierra y creemos un hombre de barro’. Y modelaron su criatura haciéndola completamente de tierra. Ahora bien, el cuerpo que tienen los arcontes es de mujer, es un aborto de rostro de animal. Así pues, tomaron barro de la tierra y modelaron a su hombre de acuerdo con el cuerpo de ellos mismos y de acuerdo con la imagen de Dios que se les había aparecido en las aguas. Entonces dijeron: ‘Vamos, apoderémonos de esta semejanza por medio de nuestra hechura, de manera que ésta vea a su viva semejanza y que la capturemos en nuestra hechura’, sin comprender, a causa de su impotencia, el poder de Dios. Y sopló en su rostro: entonces el hombre pasó a ser psíquico sobre la tierra por muchos días, y ellos no pudieron ponerlo en pie a causa de su impotencia. Como vendavales, perseveraron en el propósito de capturar aquella semejanza que se les había manifestado en las aguas, pero ignoraban la potencia de la semejanza. Sin embargo, todo esto sucedió de acuerdo con la voluntad del Padre del todo. Después de estos sucesos, el Espíritu vio al hombre psíquico sobre la tierra. El Espíritu partió de la tierra adamantina, descendió y habitó en él. Aquel hombre pasó a ser un alma viviente. Y le puso de nombre Adán, puesto que fue hallado arrastrándose sobre la tierra“.
Las partes más antiguas de la Hipóstasis de los Arcontes son por lo menos dos: la antropogónica y la teogónica, y podrían derivar de fuentes comunes al Libro Secreto de Juan (Apócrifo de Juan) y sobre todo al Escrito sin Título (Tratado Sobre el origen del mundo). La primera fuente se trataría de una versión re-escrita del Génesis, considerada “Génesis verdadero“, es decir, un nuevo relato de la historia de Génesis desde un punto de vista gnóstico. La Hipóstasis de los Arcontes, el Escrito sin título, y el Apócrifo de Juan, habrían utilizado esta misma fuente. La segunda fuente, no tan claramente vinculada al Apócrifo de Juan, puede reconstruirse parcialmente por el análisis comparativo con el Escrito sin Título. De esta hipotética reconstrucción resultan los enlaces con la filosofía de Filón de Alejandría, gran exegeta y filósofo judío, sobre todo en relación a su doctrina de las dos hipóstasis de Dios, y la determinación de características diferentes para cada una. Las fuentes comunes mencionadas podrían ser judías. En todo caso, se trata de una especulación teológica estrechamente ligada a la revelación bíblica y a los métodos midrásicos, término hebreo que designa un método de exégesis de un texto bíblico, dirigido al estudio o investigación que facilite la comprensión de la Torá. El escrito se presenta como una instrucción sobre el tema de los dominadores (arcontes) de este mundo mencionados por San Pablo. La intención expresa de este escrito es enseñar la verdad sobre los poderes que tienen autoridad sobre este mundo. El relato empieza con el alarde del demiurgo, el arconte principal, en palabras atribuidas al Dios de la Biblia:”Yo soy el que soy, Dios no es nada separado mí“. Puede agregarse como objetivo del tratadista cristiano la clarificación de la condición del hombre gnóstico (la raza de Set) y su conflictiva relación con los “príncipes de este mundo“. Con este fin, el autor procede a una rectificación de la historia sagrada. Después de una breve alusión al primer arconte, el tratadista pasa a la antropogonía. La creación del hombre es explicada a partir de los textos del Génesis interpretados con una metodología midráshica y claramente rectificados. Los arcontes crean primero al hombre terrenal como una copia de su propio cuerpo y según la imagen divina. Después de nombrar varios animales y aves, los arcontes ponen a Adán en el Jardín del Edén, y tratan de tomar el espíritu que ha recibido de lo alto. Pero este espíritu se hace una mujer, “Madre de los vivientes“. Los arcontes tratan de violarla, pero se convierte en un árbol, dejando que solamente un reflejo de sí sea profanado. Este reflejo es la “Mujer carnal“, la bíblica, que se convierte en la esposa de Adán.
La mujer original, dotada de espíritu, se convierte en una serpiente, y en esta forma enseña a Eva, diciéndole que coma del árbol del conocimiento del bien y el mal. Eva y Adán lo hacen y son expulsados del jardín como en el Génesis bíblico. La diferencia estriba en que aquí el arconte principal es un ser ignorante, celoso y temeroso. El autor conoce que hay una “ayuda” femenina que auxiliará a Adán, pero la desarrolla confusamente. La comparación con el texto Escrito sin Título (Sobre el origen del mundo) permite reconstruir las secuencias de la fuente original. La Eva psíquica levanta a Adán, y posteriormente la Eva espiritual, “viva semejanza de la divinidad“, lo convierte en un hombre espiritual. Después se cuenta la historia de Abel y Caín, mientras que Eva da a luz a Set. El texto bíblico del Génesis 4 dice: «Y conoció de nuevo Adán a Eva, su mujer, la cual dio a luz un hijo y llamó su nombre Set, porque Dios (dijo ella) me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín». El hijo de Set, además de otros no mencionados, fue Enós, en cuya época «se comenzó a invocar el nombre del Yavé». Como seres espirituales, Adán y Eva engendran a Set, que sería el antepasado común de la llamada raza gnóstica. Sin embargo, a diferencia de la versión de la historia contada en el Génesis, Eva también dio a luz una hija, Norea, que es en realidad la mujer espiritual del Jardín del Edén. Cuando, locos de celos, los arcontes tratan de destruir la humanidad, Norea pide refugio a Noé. Es en este momento que los arcontes tratan de violarla y pide ayuda. Su llanto es respondido por la llegada del ángel Eleleth, un ángel en la cosmología gnóstica y una de las cuatro luminarias setias, una de las principales corrientes del gnosticismo durante los siglos II y III. La raza gnóstica es salvada de la extinción por el arconte Abraxas Sabaoth, bajo cuyo poder quedará hasta la venida del Mesías, según el judaísmo. Abraxas era una palabra de el sistema gnóstico de Basilides, donde era aplicado al “Gran Arconte“, el príncipe de las 365 esferas. La palabra se encuentra en textos gnósticos como El Sagrado Libro del Gran Espíritu Invisible y también aparece en el Papiro Mágico Griego. Está tallado en ciertas gemas antiguas, llamadas piedras de Abraxas, que eran usadas como amuletos o talismanes. Cada una de las siete letras de su nombre podrían representar los siete planetas clásicos.
El argumento teogónico sobre el origen de los arcontes es abordado en segundo lugar y presentado como una revelación del ángel Eleleth a Norea. El ciclo teogónico explica el origen de los arcontes a partir de la materia. En este momento, sorprendentemente, el relato cambia a primera persona, y el texto asume la forma de un discurso de revelación, donde el narrador pregunta a Eleleth sobre la naturaleza y el origen de los arcontes, sobre su propia naturaleza y sobre la cantidad del tiempo restante hasta la liberación escatológica, que se ocupa del destino final de la humanidad y del destino final del universo, de los “hijos de la luz“. En sus réplicas a las preguntas de Norea, le cuenta sobre la actividad creadora de Sofía, diosa griega de la sabiduría, sobre el abandono de Samael, el demiurgo, hijo de Sabaoth; sobre la actividad de Zoe (la “Vida”), hija de Sofía. Samael («Veneno de Dios») es el arcángel de la muerte, jefe del Quinto Cielo y uno de los siete regentes del mundo, servido por millones de ángeles. Residía en el Séptimo Cielo, pero al rebelarse contra Dios al principio de los tiempos perdió su posición en el Cielo. El Yalkut del Talmud dice que Samael es el ángel guardián de Esaú. Según el Sotah, Samael es el ángel guardián de Edom. Otros autores sostienen que en realidad el mismo Samael es un arcángel de Dios. En el Libro secreto de Juan, encontrado entre los Manuscritos de Nag Hammadi, en Egipto, Samael es el tercer nombre del demiurgo, siendo los otros dos Yaldabaoth y Saklas. En este contexto, Samael significaría “el dios ciego“. Su apariencia es la de una serpiente con rostro de león. En el libro Escrito sin Título (Sobre el origen del mundo, también entre los Manuscritos de Nag Hammadi, es mencionado como Ariael. Estas revelaciones últimas provienen de un origen diferente al de la Hipóstasis de los Arcontes y no están totalmente de acuerdo entre sí. El texto concluye con una discusión sobre la venida del “Hombre Verdadero”, el elegido, el que viene de la “Luz incorruptible“. La doctrina más importante de este pasaje es la distinción entre un arconte maligno, Yaldabaoth, y un arconte converso, Abraxas Sabaoth, el Dios de los judíos. El tratado concluye con una evocación cristiana de la obra del Salvador. Esta diferencia entre ambos arcontes podría también representar la rivalidad entre Enki y Enlil, los principales dioses sumerios.
John Baines mantiene que aquella fraternidad de arcones existía «desde hace miles de años» con el propósito de salvaguardar «en toda su pureza original» una ciencia «cuyas verdaderas enseñanzas se mantienen secretas y de las que han trascendido al vulgo solamente interpretaciones personales de individuos que han llegado a vislumbrar una pequeña parte del secreto». La necesidad de ocultar esta enseñanza se debe a que sólo se puede confiar en «aquellos seres humanos que presenten cierto grado de evolución». Baines también destaca que los rosacruces aparecen y desaparecen de la luz pública en épocas históricas diferentes, de acuerdo con ciertos ciclos prefijados, y reconoce que «se hicieron especialmente conocidos entre los siglos XV y XVII ganando fama de magos, sabios y alquimistas». Luego se desvanecieron de nuevo para seguir trabajando en secreto por el supuesto bien de la humanidad, aunque dejaron a algunos de sus representantes para explicar su ciencia «a los que su estado de conciencia los hace acreedores de ser instruidos». Gabriel Nandé, célebre historiador y bibliógrafo, llegó a ser bibliotecario tanto del cardenal Richelieu como de su sucesor Mazarino. Nandé confirmó que llevaba tiempo estudiando a la misteriosa sociedad alemana de la Rosa Cruz. A continuación publicó un panfleto conocido como Instrucciones a Francia sobre la verdad de los hermanos de la Rosa Cruz, en el que denunciaba que “los carteles tenían como objetivo la desestabilización del Reino, que habiéndose propagado recientemente en Alemania, la hermandad llegaba ahora a Francia y que la nómina de los autores que reunían sus enseñanzas incluía a Robert Fludd, John Dee, Trithemius, Giordano Bruno, Ramón Llul, Paracelso, etc“. Es este relato de Nandé el que corrobora el impulso vital de los rosacruces y de su influencia en los ocultistas del venidero siglo XVIII, quienes plasmarían como auténticos y tangibles unos sucesos que revalidarían la existencia de una Orden Rosacruz perfectamente organizada y que pretendía una Reforma total en los países europeos de aquella época. Nandé indica la enorme influencia que han tenido la Fama Fraternitatis y la Confessio Fraternitatis, y demuestra conocer algunas de las obras del médico y alquimista Michael Maier (1568-1622), uno de los propagandistas más fieles de la Fraternidad Rosacruz.
Johannes Valentinus Andreae (1586 – 1654) fue un teólogo luterano alemán, que siguió los pasos de Johann Arndt y estuvo vivamente interesado en la alquimia, el misticismo y el teatro a lo largo de toda su vida. Nacido en Wurtemberg, Alemania en 1586, vivió no obstante durante toda su vida en Tübingen. En 1616 publicó de forma anónima uno de los primeros Manifiestos Rosacruces, denominado Las Bodas Químicas de Christian Rosenkreutz. Se trata de una obra repleta de simbolismo alquímico, en la que se narra el periplo que vive el mítico fundador de la Orden Rosacruz, Christian Rosenkreutz, que es invitado a presenciar las bodas de un Rey y una Reina. Estas bodas se desarrollan en un misterioso castillo y duran siete días, durante los cuales los protagonistas de la obra pasarán por una serie de transformaciones destinadas a producir una regeneración espiritual. Algunos autores contemporáneos a Andreae, como el alquimista Ratichius Brotoffer, intentarán interpretar y desvelar este simbolismo presentado en Las Bodas Químicas de Christian Rosenkreutz, que juzgan excesivamente oscuro. Años antes de la publicación de esta obra, cuando se publicó el primer Manifiesto Rosacruz denominado Fama Fraternitatis, Andreae propuso la creación de unas Societas Christianas con el supuesto propósito de preservar el conocimiento esotérico desvirtuado por la iglesia.
A pesar de sus buenas intenciones, el mítico dios sumerio Ea y la antigua Hermandad de la Serpiente parece que fallaron en su supuesto intento de liberar a la raza humana. Los antiguos textos mesopotámicos, egipcios y bíblicos relatan que la “serpiente” fue rápidamente derrotada, probablemente por otras facciones anunnaki. La Biblia nos informa que la serpiente en el Jardín del Edén fue derrotada antes de que pudiera cumplir su misión y dar a Adán y a Eva el “fruto” del Árbol de la vida. Ea, que es simbolizado como una serpiente, fue proscrito de la Tierra e infamado por sus oponentes para asegurarse de que nunca más ayudase a los seres humanos. El título de Ea fue cambiado de “Príncipe de la Tierra” a “Príncipe de la Oscuridad”, además de ser designado con otros epítetos como Satanás, el Diablo, etc… Ea fue descrito como el enemigo mortal del Ser Supremo y como el guardián del Infierno. Se decía a la gente que sus únicas intenciones eran las de esclavizar espiritualmente a todos los seres humanos y que todo lo malo que había en la Tierra había sido causado por él. Todas las creencias basadas en Ea fueron tildadas de horribles con variadas denominaciones, como satanismo, adoración del diablo, etc., y se ordenaba que ninguna persona se relacionase con ellos. Ea y sus seguidores pasaron a ser vistos como seres detestables para los humanos. Según el doctor John Coleman, autor de teorías conspirativas británico, que escribe en el World Intelligence Review, esta supuesta Hermandad de la Serpiente se habría convertido en la actualidad en lo que son los Illuminati, controlados directamente por fuerzas muy poderosas. Coleman afirma que la masonería illuminati del grado 33 ha sido utilizada no sólo para infiltrarse y controlar muchas instituciones políticas, económicas y religiosas, sino también para crearlas y para servir a intereses desconocidos. Adam Weishaupt fundó la cúpula de los Illuminati el 1 de mayo de 1776, el mismo año de la independencia de Estados Unidos. Según el periodista Andreas Faber-Kaiser, «el hecho de que este día fuera consagrado mundialmente festivo —el Día del Trabajo— aclara todavía más la estrecha relación que existe entre los Illuminati y las Internacionales Socialista». Weishaupt regresó al seno de la Iglesia Católica y tras su muerte, en 1830, el masón Albert Pike fue elegido para continuar la labor de los Illuminati en Estados Unidos.
Albert Pike (1809-1891), quien más de un siglo después de su muerte sigue siendo uno de los autores masónicos más citados, fue un miembro preclaro de la Masonería Invisible y fijó el Rito Escocés Antiguo y Aceptado como el más practicado en los Estados Unidos y en otras partes del mundo. Fue apodado «Papa Masónico» y «Platón de la Masonería» y vinculó sus enseñanzas con la Cábala, la Gnosis, los misterios de Isis y el culto de Krishna. Su obra cumbre fue Moral y Dogma del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, que se ha entregado durante décadas a los iniciados para su educación masónica y cuya edición facsímil fue presentada y avalada por el Supremo Consejo de Grado 33. A lo largo de sus páginas alude constantemente a la Luz, las Tinieblas, la Bestia y a su número diabólico, el 666, y además, señala: «La Masonería, como todas las Religiones, todos los Misterios, el Hermetismo y la Alquimia, oculta sus secretos a todos, excepto a los Adeptos y Sabios, los Elegidos, y utiliza explicaciones falsas e interpretaciones engañosas de los símbolos para desorientar a los que merecen ser desorientados, para ocultar la Verdad que ella llama Luz y apartarles de ella». Pike expone el ritual de los masones iniciados para la obtención del grado XIX, que reza así: «En la Jerusalén Celestial reina la luz primitiva; la Ciudad de la Luz se impondrá a la Ciudad de las Tinieblas». Y continúa: «LUCIFER, ¡el Portador de la Luz! ¡Extraño y misterioso nombre dado al Espíritu de las Tinieblas! ¡Lucifer, el Hijo de la Mañana! ¿Es Él quien lleva la Luz y con sus resplandores intolerables ciega a las Almas débiles, sensuales o egoístas? ¡No lo dudéis! Porque las tradiciones están llenas de Revelaciones e Inspiraciones Divinas; y la Inspiración no es de una Edad ni de un Credo. Platón y Filón también estaban inspirados». Según la interpretación de Ricardo de la Cierva, «Pike utiliza a Lucifer como sinónimo de Satán y lo que nos dice es que la Luz Masónica, la de la Cuarta Columna, la de la Masonería Invisible es la Luz de Lucifer, la Luz de Satán». Además, Albert Pike afirma: «Frecuentemente, un hombre y muchos hombres tienen que ser sacrificados, en el sentido ordinario, para el bienestar de todos (…)».
En 1871 Pike ideó un plan para acelerar la llegada del Nuevo Orden Mundial mediante la puesta en marcha de tres guerras mundiales. Su proyecto quedó plasmado en la correspondencia por carta que mantuvo con el también masón Giuseppe Mazzini, miembro seleccionado en 1834 para dirigir las operaciones de los Illuminati en Europa. Varios autores coinciden en señalar asimismo a Mazzini como el fundador de la Mafia, que en sus inicios era una orden iniciática que luchaba contra los abusos absolutistas. Además, Pike afirmaba que contaba con un guía espiritual o daimon, que le otorgaba «Sabiduría Divina» y le dictaba cómo alcanzar su objetivo mundialista. Supuestamente ese guía le proporcionó la visión del futuro que escribió en sus cartas a Mazzini. La primera de ellas, de fecha 15 de agosto de 1871, planea la puesta en marcha de tres guerras mundiales para alcanzar un objetivo. Dice así: «La Primera Guerra Mundial debe generarse para permitir a los Illuminati derrocar el poder de los zares en Rusia y transformar ese país en la fortaleza del comunismo ateo. Las divergencias provocadas por los agentes de los Illuminati entre los imperios británico y germánico serán utilizadas para fomentar esta guerra. Al final de la guerra se construirá el comunismo, que será utilizado para destruir a los otros gobiernos y para debilitar las religiones». En la carta, Pike le explica a Mazzini cuál sería el siguiente paso: «La Segunda Guerra Mundial debe fomentarse aprovechando las diferencias entre los fascistas y los sionistas políticos. Esta guerra debe iniciarse para que el nacional-socialismo sea destruido y que el sionismo político sea lo suficientemente fuerte para instituir el estado soberano de Israel en Palestina. Durante la Segunda Guerra Mundial, debe edificarse una Internacional comunista lo suficientemente fuerte para equipararse a todo el conjunto de la cristiandad, que sería entonces contenida y mantenida hasta el momento en que la necesitemos para el cataclismo social final». El objetivo planificado en la carta se ha conseguido.
Queda por comprobar si la última de las guerras que indica Pike en su carta finalmente se realizará: «La Tercera Guerra Mundial debe ser fomentada aprovechando las diferencias ocasionadas por los agentes de los Illuminati entre los sionistas políticos y los líderes del mundo islámico. La guerra debe ser conducida de tal modo que el Islam (el mundo árabe musulmán) y el sionismo político (el estado de Israel) se destruyan mutuamente. Mientras tanto, el resto de las naciones, una vez más divididas sobre este asunto, se verán obligadas a entrar en la lucha hasta el punto de la extenuación física, moral, espiritual y económica». En la carta, Albert Pike le escribe a Giuseppe Mazzini que los que proyectan la completa dominación mundial provocarán el mayor cataclismo jamás conocido en el planeta. «Liberaremos a los nihilistas y a los ateos y provocaremos un formidable cataclismo social que en todo su horror mostrará claramente a las naciones el efecto del absoluto ateísmo, origen del comportamiento salvaje y de la más sangrienta confusión. Entonces en todas partes, los ciudadanos, obligados a defenderse contra la minoría mundial de revolucionarios, exterminará a esos destructores de la civilización, y la multitud, desilusionada con el Cristianismo, cuyos espíritus deístas estarán a partir de ese momento sin brújula ni rumbo, ansiosos por un ideal, pero sin saber dónde hacer su adoración, recibirán la verdadera luz a través de la manifestación universal de la doctrina pura de Lucifer, revelada a la mirada pública finalmente. Esta manifestación resultará del movimiento reaccionario general que seguirá a la destrucción del Cristianismo y el ateísmo, ambos conquistados y exterminados al mismo tiempo». El hecho de que las cartas, que se conservan en el Museo Británico de Londres, sean anteriores a los acontecimientos que en ellas se describen significa que lo que realmente ocurrió como resultado de la primera y la segunda guerras parece sacado del Plan de Pike y los illuminati. Lo que parece evidente es que generalmente los grandes poderes económicos, como las dinastías de los Rothschild y Rockerfeller, siempre han tenido vinculaciones con sociedades secretas. A este respecto podemos referir una frase de Meyer Amschel Rothschild, que afirmó lo siguiente: «Permítanme emitir y controlar la moneda de una nación, y no me preocuparé por quien haga las leyes». Posteriormente ello se convirtió en realidad mediante la Reserva Federal, un banco privado. David Rockefeller, uno de los socios más respetados del Club Bilderberg, anunció en su día que «el más íntimo deseo de sus miembros era configurar una soberanía supranacional de la élite intelectual y los bancos mundiales, que es seguramente preferible a la autodeterminación nacional practicada en siglos pasados».
Manly P. Hall, considerado filósofo de la masonería actual y autor de Lectures on Ancient Philosophy, lo explica de este modo: «La francmasonería es una fraternidad dentro de una fraternidad; una organización exterior que oculta a una Hermandad interior de los Elegidos. Es necesario examinar la existencia de estas dos organizaciones separadas pero sin embargo interdependientes, una visible y otra invisible. La sociedad visible es una espléndida camaradería de hombres libres y comprometidos a dedicarse a fines éticos, educativos, fraternales, patrióticos y humanitarios. La sociedad invisible es una fraternidad augusta, dotada de dignidad majestuosa, cuyos miembros están dedicados al servicio de un arcanum arcanorum (arcano de los arcanos o secreto de los secretos)». Por otro lado, René Guénon (1886 – 1951), matemático, masón, filósofo y esotérico francés, en su libro El Rey del Mundo, nos dice lo siguiente: “El título de «Rey del Mundo», tomado en su acepción más elevada, la más completa y al mismo tiempo la más rigurosa, se aplica propiamente a Manu, el Legislador primordial y universal, cuyo nombre se encuentra, bajo formas diversas, en un gran número de pueblos antiguos. A este respecto, recordaremos solo el Mina o Ménès de los egipcios, el Menw de los celtas y el Minos de los griegos . Por lo demás, este nombre no designa de ningún modo a un personaje histórico o más o menos legendario; lo que designa en realidad es un principio, la Inteligencia cósmica que refleja la Luz espiritual pura y formula la Ley (Dharma) propia a las condiciones de nuestro mundo o de nuestro ciclo de existencia. Y es al mismo tiempo el arquetipo del hombre considerado especialmente en tanto que ser pensante (en sánscrito, mânava). Por otra parte, lo que importa esencialmente destacar aquí es que este principio puede ser manifestado por un centro espiritual establecido en el mundo terrestre, por una organización encargada de conservar integralmente el depósito de la tradición sagrada, de origen «no-humano» (apaurushêya), por la que la Sabiduría primordial se comunica a través de las edades a aquellos que son capaces de recibirla. El jefe de tal organización, que representa en cierto modo a Manu mismo, podrá legítimamente llevar su título y sus atributos; e, incluso, por el grado de conocimiento que debe haber alcanzado para poder ejercer su función, se identifica realmente con el principio de lo que es la expresión humana, y ante el cual su individualidad desaparece. Tal es efectivamente el caso del Agartha, si ese centro ha recogido, como lo indica Saint-Yves, la herencia de la antigua «dinastía solar» (Sûrya-vansha) que residía antaño en Ayodhyâ , y que hacía remontar su origen a Vaivaswata, el Manu del ciclo actual”.
David Icke, promotor de teorías de la conspiración y autor del libro El Mayor Secreto: El libro que cambiará el mundo, nos sorprende al decir que “Cuanto más he investigado este tema a lo largo de los años, más obvio me parece que el origen de los linajes y el plan para la toma de la Tierra se salen de este planeta hacia una raza o razas de otras esferas o dimensiones de la evolución. O sea, extraterrestres, tal como los llamamos“. Los Ofitas es la denominación genérica para varias sectas gnósticas que se desarrollaron alrededor del año 100 en Siria y Egipto. Su nombre se deriva del griego ophis, “serpiente“. Era común a estas sectas que diesen gran importancia a la serpiente del Génesis, la que en el relato bíblico se refiere al pecado original de Adán y Eva. Ello deriva de su conexión con el árbol del conocimiento del bien y del mal, y la de éste con la gnosis (“conocimiento“). Contrariamente a la identificación de la serpiente como Satanás por parte del cristianismo ortodoxo, los ofitas veían en la serpiente una figura positiva y heroica, mientras que al Dios del Antiguo Testamento lo identificaban con una figura negativa y malvada, que identificaban con un demiurgo al que denominaban Yaldabaoth leontoeides (“rostro de león“). La imposición de la doctrina cristiana ortodoxa a partir del siglo IV implicó la destrucción de todos los textos de los ofitas, por lo que la mayor parte de la información acerca de estas sectas sólo puede ser obtenida por lo que decían de ellas sus enemigos, tales como Hipólito de Roma, Ireneo de Lyon, Orígenes y Epifanio de Salamis. Algunos textos ofitas, sin embargo, han sido recuperados en descubrimientos arqueológicos recientes, como los de Nag Hammadi, que incluyen el Evangelio apócrifo de Juan, la Hipóstasis de los Arcontes o Sobre el origen del mundo. Los ofitas aseguraban que había varias clases de Genios, desde Dios al hombre, y que su nivel se determinaba por el grado de Luz que se concedía a cada uno. Y decían que debía darse siempre gracias a la Serpiente, por el señalado servicio que había hecho a la humanidad.
Se dice que la serpiente enseñó a Adán que si comía del fruto del Árbol del Conocimiento del bien y del mal se elevaría mediante el conocimiento y la sabiduría que así adquiriría. Tal era la razón exotérica que se daba a este hecho. Pero, ¿A qué es debido el carácter doble de la Serpiente representando el bien y el mal?. Vemos que es de manera semejante al dios romano Jano, representado con dos caras. Parece que este símbolo es uno de los más antiguos, porque el reptil precedió al ave y el ave al mamífero. Al respecto tenemos que decir que, a lo largo de su evolución, el cerebro humano adquirió tres componentes que fueron surgiendo y superponiéndose. El cerebro primitivo (arquipálio), está constituido por la estructuras del tronco cerebral: bulbo, cerebelo, ponte y mesencéfalo, con el más antiguo núcleo en la base, el globo pálido y los bulbos olfatorios. Se dice que corresponde al cerebro reptiliano, también llamado complejo-R por el neurofisiologo Paul MacLean. Por esto las tribus salvajes se imaginaban que las almas de sus antecesores vivían bajo una forma reptil. Asimismo, generalmente se asociaba la Serpiente con el Árbol. Hay numerosas leyendas y mitos sobre sus posibles significados. Por ejemplo, el sofista griego Filóstrato de Atenas nos cuenta que los indígenas de la India y de Arabia se alimentaban del corazón y del hígado de las serpientes para aprender el lenguaje de todos los animales. Ello era debido a que la serpiente tenía fama de tener esta facultad. Curiosamente, Serpiente y Dragón eran nombres que se daban a los Sabios, los Adeptos Iniciados de los tiempos antiguos. Se supone que eran sus conocimientos y sabiduría lo que se comían, y de aquí la alegoría.
Conocemos sólo una pequeña parte de todo lo que nos rodea, pero debemos pensar más allá de los límites de lo que creemos es la realidad. Zecharia Sitchin ha traducido miles de tablillas de arcilla que se encuentran distribuidas en distintos museos del mundo. En ellas encontramos escrita la historia de los antiguos sumerios, que fueron la primera civilización postdiluviana que conocemos. En esas traducciones se explica la creación de los seres humanos, en particular el Homo sapiens y el sapiens sapiens, según la cual seres extraterrestres serían los responsables de la acelerada evolución de la especie humana, mediante ingeniería genética. Estas interpretaciones hacen que la comunidad científica choque frontalmente con lo que Sitchin y otros han investigado por su cuenta, lo cual no implica que sean menos validas y veraces, sea cual sea la conclusión científica al respecto. Zecharia Sitchin, nacido en 1922 y fallecido recientemente, es un investigador de origen ruso. Es un autor de libros populares que promueven la teoría de los antiguos astronautas y del supuesto origen extraterrestre de la humanidad. Atribuye la creación de la cultura sumeria a los anunnaki (o nefilim), provenientes de un hipotético planeta del Sistema Solar, llamado Nibiru. Afirma que la mitología sumeria refleja este punto de vista. Es autor de las «Crónicas de la Tierra», una serie de 12 libros en los que expone el resultado de sus investigaciones. «El 12º planeta» fue el primero de ellos. Sus traducciones e interpretaciones han provocado muy diversas reacciones. Según su interpretación, existe en el Sistema Solar un planeta llamado Nibiru que se acerca cada 3600 años al Sol, provocando cambios positivos o catástrofes en nuestro Sistema Solar. Una vez traducida una parte de las tablillas sumerias, asegura que se referían a una raza alienígena, que había creado a los humanos para que trabajaran como esclavos en sus minas de oro en África y en otros muchos lugares de la tierra. A esta raza se le llama anunnaki. Y, según la traducción de Sitchin, los “cabeza negra” de Sumeria fueron creados por esos seres mediante ingeniería genética, mezclando genes de homínidos terrestres y de anunnaki.
Cuando en la fábula nórdica se dice que el Sigurd escandinavo asó el corazón de Fafner, el Dragón, a quien había matado, convirtiéndose así en el más sabio de los hombres, el significado es el mismo. Otra vez vemos la figura del dragó o serpiente. Probablemente Sigurd se había hecho sabio en misterios y encantos mágicos, habiendo recibido la palabra de un iniciado o de un hechicero llamado Fafner, después de lo cual éste murió, como sucede en muchos casos después de pasar la palabra. Dentro de la mitología nórdica, Fafner, o Fafnir, era hijo del rey enano Hreidmar y hermano de Regin y Ódder, según la Saga Volsunga. Fafner era un enano dotado de un poderoso brazo y un alma intrépida. Llevaba el casco Égida y cuidaba la casa de su padre, que era de resplandeciente oro y brillantes gemas. Era el más fuerte y más agresivo de los tres hermanos. Cuando el gigante Loki mató a Ódder, su hermano, el rey Hreidmar recibió el oro maldito de Andvari, enano que vivía bajo una cascada y tenía el poder de convertirse en un pez a voluntad, como modo de atenuar la muerte de su hijo. Andvari tenía un anillo mágico llamado Andvarinaut, que lo ayudó a ser rico. Regin y Fafner mataron a su padre para conseguir el oro, pero este último decidió que lo quería todo para él. Se retiró con el oro al Brezal de Gnita, convirtiéndose en un dragón, símbolo de avaricia. Entonces, Regin mandó a su hijo adoptivo, Sigurd, que matara al dragón Fafner. Sigurd, también conocido como Siegfried (Sigfrido) era un héroe de la literatura y mitología germánica, hijo de Sigmund, rey de los francos, y de Hjördis, hija de Halfdan el Viejo, legendario caudillo vikingo y rey de Ringerike, que nació en un bosque y murió durante el parto. Sigurd es protagonista de la Saga Volsunga y del poema el Cantar de los Nibelungos. Sin embargo, las variantes de esta leyenda son numerosas, destacando el origen de sus apariciones literarias en las Eddas de la mitología nórdica, obras islandesas medievales. Estos relatos nórdicos antiguos conforman la fuente más fidedigna de la mitología nórdica.
“Antiguas leyendas de la tribu de Nyoro en África indican que los primeros humanos vinieron del cielo, parecían camaleones y fundaron la humanidad”. Esta es una de las leyendas que forman parte de la extensa literatura y mitología de las antiguas culturas, que están llenas de relatos de dragones o serpientes que vuelan. ¿Quiénes eran estas fantásticas criaturas voladoras que parecen haber coexistido con el hombre primitivo, algunas veces como benefactores y otras como destructoras? Quizás eran sólo criaturas fabulosas, producto de la imaginación del hombre antiguo. O es posible que sean la manifestación de acontecimientos perturbadores y profundamente arraigados en su pasado, que han sido inconscientemente reprimidos y recordados solamente en términos alegóricos. Bastantes civilizaciones remontan su ascendencia a estos seres identificados como dragones o serpientes voladoras. En la mayoría de los casos son los que llevaron la civilización a la humanidad. Y los describen frecuentemente como los dioses que los crearon. El hombre antiguo se refiere a estos seres como dioses, que podían moverse libremente por los cielos en sus “carros de fuego” o “barcos celestiales“. Aparentemente vivían en una “morada divina” y descendían a menudo para interferir en los asuntos del hombre. Las más antiguas e importantes culturas de Mesopotamia fueron fundadas probablemente por estos dioses serpientes. La colonización de este planeta por estos seres se describe en la “lista de los Reyes Sumerios“. Este documento data del tercer milenio antes de Cristo y proporciona la sucesión de los reyes de Sumer, la duración de sus reinados y el tiempo en que vinieron sus antepasados. Y nos dice que descendieron a la a Tierra para establecer sus ciudades en Mesopotamia. Se les llamaba anunnaki. Asombrosamente hay múltiples datos sobre estas primeras civilizaciones sumerias, que luego fueron substituidos por los acadios y las culturas babilónicas. De las numerosas tablillas, monumentos y escrituras cuneiformes que han sido descubiertos en épocas recientes es posible reconstruir de una manera bastante completa los acontecimientos que transcurrieron en aquella época remota de la humanidad. Hay también una gran cantidad de evidencias, como el Antiguo Testamento, provenientes de la misma fuente, pero que sufrieron una distorsión por parte de las castas sacerdotales. De la combinación de estas antiguas fuentes seculares y religiosas es posible ensamblar la historia de nuestra ascendencia, que parecen indicar que descendemos de dioses serpiente o de extraterrestres que colonizaron la tierra hace muchos miles de años.
V Invasión Extraterrestre es una serie de televisión de ciencia ficción que se emitió entre 1983 y 1985, producida en los Estados Unidos, y que fue escrita y dirigida por Kenneth Johnson. En la serie se muestra que extraterrestres humanoides, de apariencia prácticamente humana, llegan a la Tierra desde el cuarto planeta de la estrella Sirio en una flota de 50 enormes platillos voladores que se sitúan sobre las principales ciudades del mundo. Inicialmente parecen ser amigables y buscan la ayuda de los seres humanos para obtener ciertos productos químicos que necesitan para su propio planeta. A cambio, prometen compartir su avanzada tecnología con los terrestres. Los gobiernos del mundo aceptan y los extraterrestres ganan una gran influencia en las más altas esferas de poder del mundo. Sin embargo, rápidamente empiezan a pasar cosas raras. Por ejemplo, algunos científicos empiezan a encontrar hostilidad de parte de los medios de comunicación y restricciones legales en sus actividades y movimientos. Algunos de los más renombrados hombres de ciencia empiezan a orientarse hacia prácticas subversivas y conductas extrañas, como repentinamente volverse zurdos cuando toda su vida fueron diestros. Aquellos que investigan esta situación desaparecen sin dejar rastro. El periodista Michael Donovan se esconde dentro de una nave nodriza de los Visitantes y descubre que, debajo de su disfraz humanoide, los extraterrestres son reptiles de preferencias carnívoras, con gusto marcado por roedores, aves y, en ocasiones, tarántulas. Cuando Donovan trata de denunciar esta situación, la transmisión es bloqueada y Donovan se convierte en un fugitivo requerido tanto por la policía como por los Visitantes. Conforme la serie avanza, se revelan las verdaderas intenciones de los Visitantes: robar toda el agua de la Tierra y utilizar a la humanidad como fuente de alimento, dejando sólo unos pocos como esclavos y soldados para las guerras que los Visitantes tienen con otras razas extraterrestres.
Según Sitchin, parece que nuestros antepasados comenzaron a colonizar la Tierra para obtener los metales necesarios para su planeta de origen. Para procesar y transportar estos metales en cargueros aéreos construyeron cinco ciudades operacionales en Mesopotamia. Una de éstas parece que servía como plataforma del lanzamiento espacial. La gente de Sumeria se refería a estos “dioses” como anunnaki, literalmente los hijos de An, su principal dios y líder. Parece bastante evidente que los anunnaki eran una raza extraterrestre. Y según algunos textos se sugiere que era una raza inteligente de origen reptiloide. Esto no debería sorprendernos, cuando en la Tierra tenemos constancia de que durante muchos millones de años los saurios fueron los amos del planeta y que incluso se considera que las aves actuales son de origen saurio. Los reptiloides, también conocidos como reptilianos o draconianos, son reptiles humanoides, posiblemente imaginarios, que desempeñan un papel destacado en la literatura fantástica, la ciencia ficción, la ufología y en las teorías de la conspiración. Pero tenemos distintos ejemplos. Quetzalcóatl es el nombre nahuatl de la deidad descrita como Serpiente Emplumada de la antigua Mesoamérica, así como uno de los principales dioses de muchas civilizaciones en lo que es hoy México y Centroamérica. Relacionados con Quetzalcóatl tenemos al Kukulkan de los mayas y al Gukumatz de los quiche, pueblo nativo de Guatemala. En la mitología griega, Cécrope I (‘rostro con cola’) fue el primer rey que tuvo la ciudad-Estado de Atenas. Según cuentan Pausanias y Heródoto, fue conocido también como Erecteo. Se dice que nació directamente de la diosa Gea, considerada la madre Tierra de donde surgen todas las razas divinas, por lo que se le cuenta como uno de los autóctonos griegos. Su nacimiento sobrenatural era la causa de que la parte inferior de su cuerpo tuviera forma de serpiente. Cécrope recibía el epíteto de Diphyes (biforme) por su carácter híbrido entre hombre y serpiente. En la cultura del antiguo Egipto nos encontramos con las imágenes de Sobek, el dios cocodrilo, de carácter benéfico, creador del Nilo y que habría surgido de su sudor. Asimismo era considerado dios de la fertilidad, la vegetación y la vida. En las culturas judaica y cristiana, concretamente en el Génesis, se relata cómo Adán y Eva son seducidos por la Serpiente para alimentarse del Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal, y como consecuencia son expulsados del Edén. También hay una clara alusión al “gran dragón” y a la “serpiente original“, considerada enemigo de Jesús en el libro bíblico de la Revelación.
En las tradiciones y leyendas de la India, los Nagas son descritos como seres reptilianos que viven subterráneamente y que interactúan con los seres humanos en la superficie. En algunas versiones se dice que estos seres vivieron alguna vez en un continente en el océano Índico que se hundió en las aguas. Textos de la India también hacen referencia a los seres serpiente sarpa. Los chinos, vietnamitas, coreanos y japoneses hablan en su historia acerca de Lóng, Yong en coreano y Ryu en japonés, o dragones, raramente descritos con forma humanoide. En el folklore de Japón se habla de seres como los Kappa, demonios acuáticos anfibios con aspecto de tortuga y pico de pájaro, y también de Orochi, una serpiente monstruosa similar a la Hidra occidental. El concepto dinosauroide surge de una investigación sobre los dinosaurios terópodos como el Troodon y el Saurornithoides. Dado que estos animales poseían el cerebro más grande, comparado con el tamaño de su cuerpo, del período Mesozoico, algunos han especulado que de no haberse extinguido, estos animales habrían tenido la probabilidad de evolucionar hasta una forma parecida a la humana. Y tal vez lo hicieron. A causa de la obra del escritor británico David Icke, la figura del reptiliano ha renacido con bastante popularidad, asociándola a teorías conspiratorias de dominación mundial por parte de reyes, jefes de estado, aristocracia y magnates financieros muy ligados a la francmasonería y que conspirarían contra la humanidad. Y David Icke también considera que los anunnakis de Zecharia Sitchin fueron realmente reptilianos. En las tablillas sumerias se explica que en un momento dado requirieron una mano de obra barata y por esta razón crearon al hombre primitivo, combinando las características genéticas de la raza anunnaki con las del hombre primitivo, produciendo el Adán del Antiguo Testamento. Por esta razón se supone que este Adán era mitad humano y mitad reptil. Y sin embargo, inicialmente no podía reproducirse por sí mismo. Cuando las condiciones comenzaron a cambiar en la Tierra y el clima se fue volviendo más seco, se hizo necesario modificar el Adán para adaptarlo mejor al nuevo clima. El supuesto homo reptiliano fue modificado y se le aplicaron rasgos mamíferos. Ésta habría sido la “caída bíblica del hombre“, donde Adán alcanzó el conocimiento o la capacidad para reproducirse sexualmente. Como resultado de esta modificación genética, el hombre perdió la mayor parte de su aspecto y naturaleza reptil, que consistía en piel brillante y escamosa, y adquirió características mamíferas, con una piel suave y flexible, pelo en el cuerpo, la necesidad de sudar, y la capacidad de reproducirse. Ya no corrió más desnudo. Entonces tuvo que usar ropa para su comodidad y protección. Para todos los propósitos, el hombre ahora era un Homo Sapiens.
Según Sitchin e Icke, el ser humano pronto pobló la Tierra como esclavo de los anunnaki, a los que veía como dioses. Tal como dice el Génesis los hijos de los dioses, supuestamente los anunnaki, se aparearon con las hijas del hombre, produciendo los semidioses y héroes de la antigüedad. Ellos fueron conocidos en el Antiguo Testamento como los Nefilim. Asimismo también realizaron experimentos genéticos que produjeron formas monstruosas, tal como se refleja en mitos y leyendas. Pero la vida en la Tierra se vio dramáticamente afectada por una gran catástrofe mundial. Diluvio Universal es el nombre que se ha dado a un supuesto cataclismo mundial, que ha sido relatado a nivel mundial en tradiciones de múltiples antiguas culturas. Ha sido ampliamente aceptado en un contexto mítico que también se narra en el Génesis, primer libro de la Biblia. Se trata de la historia de Noé, en el caso de la Biblia, que se salva de un castigo enviado por Dios. También aparece, antes que en la Biblia en la Epopeya de Gilgamesh. Igualmente se utiliza la expresión diluvio universal para referirse a la creencia de un gran diluvio que afectó al planeta en la antigüedad. La aceptación de esta historia bíblica como real varía entre aquellos que aceptan literalmente toda la historia, aquellos que la ven como una alegoría, o quienes piensan que puede existir alguna base histórica que diese origen al mito. En el Génesis, capítulo 7, podemos leer: “El nivel de las aguas creció tanto que quedaron cubiertas todas las montañas más altas de la Tierra; por encima de las cumbres más altas aún había siete metros de agua. Se ahogaron todos los seres vivos sobre la Tierra: pájaros, animales domésticos y feroces, bestias que se arrastran y todos los hombres“. En el Génesis podemos encontrar distintos párrafos que hacen referencia directa a un posible Diluvio. En distintos escritos antiguos encontramos frases que hablan de grandes lluvias, de agua, de que la tierra quedó sumergida. Otros escritos relatan que la tierra entera fue zarandeada y que el norte se convirtió en el sur. También encontramos relatos que dibujaban un panorama apocalíptico en el que cielo y tierra chocaban o donde ésta se plegaba sobre ella misma. Asimismo, leemos otros escritos en que se dice que el cielo estallaba o la tierra se abría para engullir a toda la especie humana. También había diluvios de fuego o se explicaba que la temperatura aumentó tanto que los que se acercaban al agua para refrescarse morían hervidos. En el llamado Papiro Harris, encontrado en Egipto, podemos leer: “Fue un cataclismo de fuego y agua. El sur se convirtió en el norte y la Tierra volcó“. Con el nombre de Harris hay varios papiros, todos ellos encontrados por Anthony Charles Harris y conservados en el Museo Británico. Patón, en su obra Timeo, dice: “La Tierra basculó adelante y atrás, a derecha e izquierda, moviéndose en todos sentidos“.
Pero Grecia había bebido de las fuentes de Egipto y bien podía ser que Platón hubiese copiado el texto. Sin embargo, nos podemos preguntar qué puede haber tan poderoso que zarandee la Tierra con semejante violencia. Y asimismo nos podemos preguntar quién habría sobrevivido después de un cataclismo de tales proporciones para poder explicar lo sucedido. Pensando en el Diluvio Universal y en Noé, podemos preguntarnos si existía alguna relación entre ambos sucesos. Galileo había escrito, antes de su condena, que no hay que tomar los textos bíblicos por científicos, sino que hay que interpretarlos en función de los nuevos conocimientos. El Diluvio Universal abría un gran interrogante: ¿de dónde salió tanta agua? y ¿a dónde fue a parar luego? Porque el nivel de las aguas luego bajó. Y el agua no aparece ni desaparece por arte de magia. Muchos autores coinciden en que la versión del diluvio recogida en el Génesis se basaría directamente en los textos del siglo XIV a. C. de la literatura de Mesopotamia, conocidos como la historia de Utnapishtim, incluida en la Epopeya de Gilgamesh, ya que se observa una evidente relación al comparar los pasajes del mito de Utnapishtim con los del diluvio judeocristiano, teniendo en cuenta que los pueblos hebreos en su mayoría tuvieron contacto con Mesopotamia y su cultura. Básicamente el texto mesopotámico relata lo siguiente: “Enlil (dios sumerio y supuesto ser extraterrestre anunnaki) decide destruir a la humanidad porque le resultan molestos y ruidosos. Ea (también llamado Enki y hermano de Enlil) advierte a Utnapishtim para que construya un barco. El barco se deberá llenar de animales y semillas. Llega el día del diluvio y toda la humanidad perece, excepto Utnapishtim y sus acompañantes. Utnapishtim se da cuenta de que las aguas bajan y suelta un cuervo el cual revoloteaba sobre las aguas yendo y viniendo hasta que se evaporaron las aguas de la tierra. Utnapishtim hace una ofrenda a los dioses y éstos quedan satisfechos por el sacrificio“. Un relato muy similar es narrado en tablillas sumerias muy antiguas de la ciudad de Ur, en las cuales el protagonista, a quien Enki/Ea previene del diluvio, se llama Ziusudra. Lo mismo podemos ver en un relato de origen acadio, titulado Atrahasis, poema épico que relata desde la creación hasta el diluvio universal. Aunque la mayor parte de las opiniones referentes al diluvio, desde el punto de vista bíblico-mesopotámico, se inclinen a pensar que tiene un origen mítico, el estudio científico no está totalmente de acuerdo de que absolutamente todos los aspectos no sean reales.
No obstante, las historias sobre un diluvio bíblico, o su versión de Mesopotamia, no son las únicas historias sobre este asunto. Existen también otras historias de diluvios en otras culturas repartidas por todo el mundo, lo cual apuntaría a un gran cataclismo a nivel global más que a una catástrofe local. En las historias griega e hindú aparece también la ayuda divina y un barco o arca. En las Escrituras védicas de la India encontramos a un rey llamado Svayambhuva Manu, que fue avisado del diluvio por una encarnación de Visnú en forma de un gigantesco pez, Matsya Avatar. Matsya arrastró el barco de Manu y lo salvó de la destrucción. El diluvio hindú fue mucho más devastador, ya que el agua no provenía de las nubes de este planeta, sino que se trataba de una creciente del océano que se encuentra en el fondo del universo. Curiosa versión que daría verosimilitud a que el agua del planeta Tierra proviene de otro planeta que fue destruido por un enorme cataclismo. No obstante, esta versión hindú es congruente con el desbordamiento del Mar Mediterráneo que inundó el área ahora ocupada por el Mar Negro, forzando a los supervivientes indoeuropeos de la zona este del Mar Negro a emigrar, en este caso hacia la India. En las tradiciones del pueblo amerindio mapuche, pueblo aborigen sudamericano que habita el sur de Chile y el suroeste de Argentina, igualmente existe una leyenda sobre una inundación. El pueblo mapuche cuenta entre sus mitos con una fantástica leyenda de diluvio universal que reviste cierta analogía con el diluvio bíblico. Encarnan la leyenda dos serpientes, la llamada Treng treng vilu, protectora de los hombres, equivalente al Enki sumerio, y Caicai vilu, enemiga del género humano y equivalente al Enlil sumerio. Un día fueron advertidos por la serpiente amiga Treng treng vilu de que la serpiente enemiga preparaba su exterminio mediante una terrible crecida del mar y les instó a refugiarse en el cerro sagrado que ella habitaba, donde sólo unos pocos concurrieron. Producida la inundación, a medida que las aguas subían, Treng treng vilu elevaba el cerro hasta acercarse al sol (como si fuese una nave espacial). Los refugiados se salvaron y los que fueron alcanzados por las aguas quedaron convertidos en peces, cetáceos y rocas. Así fue cómo se salvó la humanidad al bajar estos pocos hombres desde el cerro en el que se habían refugiado. Para los indios quiché, de Guatemala, la inundación fue producida por Uk’u’x Kaj (“Corazón del Cielo”) o Jurakan, Madre y Padre de los dioses, a fin de destruir a la raza de los hombres de madera.
Fray Bartolomé de las Casas refiere también que entre los quiché “había noticia de un diluvio y del fin del mundo, y llámanle Butic, que significa diluvio de muchas aguas y quiere decir juicio, y así creen que está por venir otro Butic, que es otro diluvio y juicio, no de agua, sino de fuego, el cual dicen que ha de ser el fin del mundo, en el cual han de reñir todas las criaturas”. Semejante al anterior relato es un pasaje contenido en la Relación de la ciudad de Mérida, que confirma la creencia en diluvios sucesivos de agua y fuego, como también en un caimán que simbolizaba la inundación y la tierra. En la obra Historia de la América Central, de Enrique Gómez Carrillo, el autor recopila documentos de la conquista, principalmente de fray Francisco Ximénez, en que se describe cómo a la llegada de los primeros misioneros cristianos, encontraron muchos paralelismos con los temas de la torre de Babel, las tribus perdidas, la caída de Lucifer, los viajes de evangelización de los apóstoles y, por supuesto, el diluvio universal. En un fragmento se describe cómo el cacique de Nicaragua, sosteniendo un diálogo con Gil Gonzáles de Ávila, preguntó si ellos también tenían noticia del diluvio que había destruido el mundo antiguo. En el manuscrito mexica, denominado Códice Borgia (Códice Vaticano), se recoge la historia del mundo dividido en edades, de las cuales la última terminó con un gran diluvio a manos de la diosa Chalchitlicue. En la mitología incaica, Viracocha destruyó a los gigantes con una gran inundación, y dos personas repoblaron la Tierra, Manco Cápac y Mama Ocllo, que sobrevivieron en cuevas selladas. En el lago Titicaca, donde habita un grupo de indígenas, conocidos por el nombre de urus, existe una leyenda local que dice que, después del diluvio universal, fue en el lago Titicaca donde se vieron los primeros rayos del Sol. Para los Kawesqar, o Alacalufes, de Tierra del Fuego, una gran inundación tuvo lugar en el mundo cuando un joven cazó una nutria, que era tabú cazarla, para regalarle a su novia una buena comida. La nutria era una criatura protegida por el espíritu de las aguas, quien, dolido por esta afrenta, hizo subir el mar para vengarse de toda la humanidad. Al final del relato, el joven y su novia se salvan al subir a elevados cerros. Luego son ellos los encargados de repoblar la tierra.
Según una tradición de los taínos del Caribe, Yukiyu, su dios, creó una gran inundación. Se dice que se salvaron gracias a que se albergaron en el bosque fluvial del Yunque. La Mitología guaraní de los nativos de América del Sur sostiene que durante el tiempo conocido como Yvy tenonde (primera tierra), los hombres y los dioses convivían libremente en abundancia y no existían enfermedades ni penurias. Hasta que un hombre llamado Jeupié transgredió su máximo tabú, el incesto, al copular con la hermana de su padre. Este hecho fue castigado severamente con un diluvio (Mba’e-megua guasu), que destruyó aquella tierra primera y produjo la partida de los dioses hacia su morada celestial. Ñamandú, dios principal de los guaraníes, decide crear entonces una segunda tierra, aunque imperfecta. Solicita entonces la ayuda de Jakairá, quien esparce una bruma vivificante sobre la nueva tierra. Los sobrevivientes del diluvio pasan a habitar esta tierra donde ahora hay enfermedad, sufrimientos y muerte. Desde entonces, los hombres habitantes de la “nueva tierra“, conocida como Yvy Pyahu, están condenados a la eterna búsqueda de aquella primera tierra perdida que llaman Yvymara’eỹ (Tierra sin Mal). La tradición del pueblo de la Isla de Pascua dice que sus ancestros llegaron a la isla escapando de la inundación de un mítico continente o isla llamada Hiva. Al otro lado del Atlántico, en el Chad africano, la tribu moussaye cuenta en su mitología la historia de una familia que vivía en un lugar remoto. Cierto día, la madre quiso preparar una comida opípara para su familia; así que tomó el mortero con su majador para moler el grano y hacerlo harina. Parece que en aquel tiempo el cielo estaba mucho más cerca que ahora, por lo que si se alargaba la mano, podía tocarse. Majó el grano con todas sus fuerzas y machacó el mijo hasta que lo hizo harina. Pero al moler, la mujer se descuidó y alzó el majador tan alto que hizo un agujero en el cielo. En el acto empezó a caer a la tierra mucha agua. No era una lluvia normal. Llovió durante siete días y siete noches hasta que toda la tierra quedó anegada. Conforme caía la lluvia, el cielo se iba levantando, hasta que llegó a la altura inalcanzable que ahora tiene. Desde entonces perdimos el privilegio de tocar el cielo con la mano. Hay una frase, perteneciente a la tradición peruana, que explica lo siguiente: “Durante cinco días y cinco noches, el sol no apareció en el cielo. Mientras, el océano, abandonando el litoral, regresó y se echó sobre el continente con un estruendo espantoso. Toda la faz de la Tierra fue cubierta“. Este relato recuerda, aunque en una versión ampliada, lo que las televisiones habían mostrado sobre el gran tsunami acaecido el año 2005 en Indonesia, que mató a más de 250.000 personas en pocas horas. Y en el relato peruano hablaban de cinco días y cinco noches y que toda la faz de la Tierra quedó sumergida. Aquello tenía sentido.
Tal vez un Diluvio universal sea poco creíble, pero un tsunami ya es otra cosa y el efecto puede ser tanto o más devastador. En un relato de indios de América del Sur se dice: “Un gruñido quebrantó cielo y tierra, y los ríos se desbordaron a su paso por las ciudades. Un mes más tarde, resonó de nuevo, enorme esta vez, y la Tierra se quedó a oscuras bajo una lluvia incesante y espesa“. Los indios Choctaw, de América del Norte, también hablaban de una ola tan alta como una montaña: “La Tierra se quedó a oscuras, cuando una luz viva alumbró todo el norte. Pero era una ola, alta como una montaña, que avanzaba a toda velocidad“. Un legendario poema lapón, en el norte de Finlandia, en Europa, también habla de un tsunami gigantesco: “Avanzaba la pared de agua, espumante, ensordecedora. Se elevó hasta el cielo, rompiéndolo todo. De un solo golpe, el suelo se levantó, se plegó, se dio la vuelta y cayó. La bella Tierra, el hogar de los hombres, se llenó del lamento de los moribundos“. Una tradición de indígenas del Brasil, explica que: “Los relámpagos rasgaban el cielo y el trueno producía tal estruendo que los hombres se quedaron petrificados. Entonces el cielo estalló. En su caída, los fragmentos lo aplastaron todo, matando a todo el mundo. Tierra y cielo volcaron. Nada vivo quedó sobre la Tierra“. «Entonces el cielo estalló» es una descripción adecuada para indicar que algo terrorífico se nos vino encima. En América del Norte, entre las tribus Tlingit se cuenta un relato que dice: “La mayor parte de la humanidad pereció en un diluvio. Los supervivientes fueron entonces víctimas de una ola de calor a la que siguió un frío intenso y una helada“. En esta descripción aparece una novedad, ya que habla de un diluvio seguido de una ola de calor y luego un frío intenso y una helada. Si trasladamos a un mapa terrestre todas estas tradiciones sobre una catástrofe planetaria, vemos que, de norte a sur y de este a oeste, desde Laponia hasta Egipto, desde el Canadá hasta el cono sur del continente americano, desde Brasil hasta la India, sin olvidar China, América Central o el propio Tíbet, todos los relatos cuentan que tuvo lugar un cataclismo de proporciones inimaginables. La conclusión que podemos deducir es que en tiempos remotos se produjo un suceso espantoso, que asoló la Tierra.
Un gran misterio de la antigüedad lo constituye Tiahuanaco, que todo indica que son las ruinas de un antiguo puerto marítimo situado en la cordillera de los Andes, a casi cuatro mil metros sobre el nivel del mar. Pero no tiene ningún sentido construir un puerto marítimo a esta altura. Hay distintas teorías sobre Tiahuanaco, desde que fue construido hace unos cuatro o cinco mil años hasta que tiene más de cien mil, incluyendo las teorías que dicen que era un puerto de mar que fue elevado hasta esa altura por algún tipo de cataclismo. Los geólogos clasifican las montañas en viejas y jóvenes. Lo que parece bastante generalizado es que todos los geólogos, o casi todos, llegan a la conclusión de que nuestros antepasados vieron nacer las cumbres más altas de la Tierra, como el Himalaya, los Alpes, los Pirineos, las Rocosas y los Andes. Ello indicaría que no eran tan antiguas como se suponía. Sin embargo, la mayoría de los geólogos opinan que ese fenómeno no se produjo de golpe. Afirman que las montañas más altas del mundo surgieron del suelo a una velocidad de 2 a 4 centímetros por año. Entonces tendrían razón los que afirman que Tiahuanaco fue construida hace por lo menos cien mil años, porque éste es el tiempo que se tarda en crecer cuatro mil metros (cuatrocientos mil centímetros) a la velocidad de cuatro centímetros por año. Pero se supone que no existían ciudades hace mil siglos. Charles Berlitz, en su libro El misterio de Atlantis decía: “Arqueólogos sudamericanos sitúan la construcción de Tiahuanaco en una época cuando el terreno estaba unos 4.000 metros más bajo que el actual […] Su teoría se apoya en las transformaciones de la cordillera de los Andes inscritas en los depósitos calcáreos o en las líneas del nivel dejadas por las aguas del mar en los acantilados y en las montañas, y que muestran que esta parte de los Andes fue levantada, con el lago Titicaca, provocando la destrucción y la muerte de la ciudad. […] Estos arqueólogos sitúan la despoblación de Tiahuanaco en una época comprendida entre los 10 ó 12 mil años de nuestros días“. El mismo autor, en su libro Doomsday 1999, dice: “Aunque Tiahuanaco esté hoy a una altitud de 4.000 metros, demasiado elevada para vivir, sus diques y sus muelles muestran que en otro tiempo fue puerto de mar y que fue elevada a esa altura con la creación de los Andes, hace 11.000 años“. Richard Mooney, en su libro Colony Earth, dice: “La abundancia de fósiles marinos sobre el altiplano da pie a pensar que la región estuvo un día a nivel del mar. Las relaciones geológicas muestran que el levantamiento de la planicie es bastante reciente. Debió de producirse hace unos 6.000 u 8.000 años […] Tiahuanaco estaba posiblemente en fase de construcción cuando sobrevino la catástrofe que asoló la Tierra […] Estimaciones recientes muestran sin embargo que la ciudad fue fundada mucho antes, lo que la situaría antes del Diluvio“.
La geología tradicional dice que «las rocas que se amontonan entre los cuatro mil y los ocho mil metros están en orden inverso a su edad. Es decir: las más antiguas sobre las más recientes». Eso es justo al revés de lo que la lógica apuntaría, porque significaría que la cordillera Himalaya, la más alta del mundo, sería también el más joven, surgido ya en tiempos históricos. Era similar al caso de un arado que removía la tierra y dejaba lo que está debajo encima. Pero en este caso, en lugar de un arado, ¿no sería tal vez el efecto de un gigantesco tsunami o un volteo de la Tierra? Según algunos textos científicos, apenas formados, los Alpes pivotaron sobre sí mismos y ascendieron hacia el noroeste centenares de kilómetros; el Himalaya, en bloque, y toda la falda de las Rocosas recorrieron cien kilómetros; un macizo de tres mil metros, Chief Mountain, atravesó la planicie de Montana y se desplazó sesenta kilómetros; enormes placas de roca, dos veces más extensas que el Gran ducado de Luxemburgo, fueron catapultadas más de cien kilómetros como vulgares guijarros. ¿Qué fuerza gigantesca fue capaz de realizar semejantes acciones? Es lógico pensar que la gran violencia de tal cataclismo universal tendría que haber producido una gran mortandad entre los seres vivos. En efecto, los libros de paleontología explican que en cualquier parte del mundo pueden encontrarse centenares de osarios gigantescos. Desde el estrecho de Boering a la Patagonia, desde Maine a Michigan y desde New Jersey, pasando por el Brasil, Perú, Europa Central, Inglaterra, Alemania, Dinamarca, Siberia y China, existen montones de cuevas y grietas llenas de restos de animales que se cuentan por millones. Ya sea en las laderas del monte Mc Kinley en Alaska con inmensos depósitos de restos de mamuts, mastodontes y bisontes, la cueva de Cumberland, la grieta de Chou-k’ou-tien, la cueva de San Ciro, en Palermo, con veinte toneladas de huesos de hipopótamos, la cueva de Vallonet, en Mónaco, donde encontraron restos de elefantes, rinocerontes, leones e incluso ballenas, o la isla Liakhov, en Siberia, por citar sólo los lugares más célebres, todos los osarios presentan las mismas características.
Aparecen montones de cuerpos en todas las actitudes, sorprendidos por la muerte, aplastados aunque pesasen toneladas, incluso despedazados y esparcidos. Pero aún había más, ya que los geólogos encontraron en los depósitos sedimentarios restos humanos, de animales, de plantas y utensilios, todo mezclado. Llegaron a la conclusión de que, para que se produjese semejante hecho, fue necesario un medio aglutinante que lo moviese todo en la misma dirección para acabar sepultado por el aluvión. Incluso encontraron fósiles de insectos en los que no se detectaban huellas de desintegración, lo que apuntaba a una muerte súbita y un enterramiento casi instantáneo. Esto es característico en un desastre ocasionado por una gigantesca ola de agua, probablemente de más de 1 km. de altura, seguida de un asentamiento de todas las partículas en flotación. La carnicería fue tan impresionante que Charles Darwin escribió: «Nuestro espíritu nos empuja a imaginar alguna catástrofe terrible, porque para matar a tantos animales de todo tipo, no queda más remedio que sacudir todo el globo terrestre». Asimismo Platón dijo: «La Tierra basculó adelante y atrás, a derecha e izquierda, moviéndose en todos sentidos». La mayoría de las leyendas y relatos del Gran Cataclismo atribuyen el desastre a la cólera divina. Ya fuesen babilonios, aztecas o guaraníes, cuentan que los dioses estaban irritados por la malignidad del hombre. El Dios de la Biblia también reacciona con brutalidad ante la maldad, la corrupción y la violencia de la gente. Pero había otro detalle sorprendente. Todos los relatos eran unánimes al explicar que los dioses, o Dios, prometieron solemnemente que semejante castigo no se abatiría nunca más sobre la Tierra, fuera cual fuese la conducta del ser humano. Toda esta explicación sobre el Diluvio Universal sirve para hacer ver que hay gran parte de verdad en los mitos, leyendas, tradiciones y escritos antiguos. Según Sitchin, los dioses anunnaki se retiraron de la Tierra en sus naves espaciales, dejando atrás a su descendencia semidivina para que pereciera con la humanidad en la gran inundación. Cuando se empezaron a retirar las aguas, los dioses descendieron una vez más, para ayudar a los sobrevivientes a establecer nuevas ciudades en las llanuras de Mesopotamia. Apareándose nuevamente con seres humanos produjeron otra nueva raza de seres semidivinos para gobernar sus imperio en la Tierra. Los descendientes de los nefilim, gigantes conocidos por el nombre de rephaim, sometieron a la humanidad por miles de años y luego, alrededor del primer milenio a.C., aparentemente fueron eliminados.
En la antigua Mesopotamia, los dioses residían en templos situados en la cima de zigurats, una construcción de tipo piramidal, como vemos en Egipto, Mesoamérica, etc… Aquellas zonas estaban prohibidas para la gente normal y solo era accesible para algunos sacerdotes de confianza. Allí los dioses comían en privado rodeados por cortinas, de modo que incluso los sacerdotes que los atendían no pudiesen verlos comer. Uno se pregunta a que se debía esta privacidad y que no quisieran ser vistos. En el Antiguo Testamento también se hace referencia a la necesidad de privacidad de los “dioses”. Durante el Éxodo, la deidad vivía en una tienda y nunca fue vista por nadie. Y tampoco comía en público. Instrucciones específicas le fueron dadas a Moisés de cómo preparar el alimento que era dejado en una parrilla cerca de las habitaciones de la deidad para su comida en privado. Estaba prohibido a los humanos el verlos. A Moisés le fue dicho rotundamente por su Dios: “No puedes ver mi rostro, el hombre quizás no me vea y viva“. Y esta prohibición es llevada al extremo a lo largo de las Sagradas Escrituras. Se convirtió en un mandato de no hacer “una imagen tallada” parecida a una deidad. De este modo al hombre no solo le fue prohibido el ver lo que aparentemente era su dios, sino incluso ver una representación de dicha deidad. ¿Por qué este tabú? ¿Podría ser que su aspecto fuese tan extraño y repulsivo que tuvo que ser mantenido ignorado por el hombre? Uno asumiría lógicamente que si las deidades eran tan superiores y grandes como indican las Sagradas Escrituras, se complacerían en permitir que el hombre los viese en su magnificencia. Solo a unos pocos privilegiados les fue permitido el acercamiento a las deidades. En Mesopotamia estaban los semidioses, los descendientes del apareamiento de un dios o diosa con un ser humano. Éstos formaron la aristocracia y tuvieron la confianza de los dioses para establecer una barrera entre ellos y la humanidad. Pero todo parece indicar que incluso estos semidioses tenían un aspecto algo extraño y probablemente tenían aún ciertas características, tal vez reptilianas.
El legendario Gilgamesh, por ejemplo, tuvo algo extraño en su aspecto que le hizo permanecer alejado del hombre normal. Los patriarcas bíblicos también tenían algo inusual en su aspecto, como se demuestra el comportamiento irracional de Noé cuando fue visto desnudo por sus hijos. Según la antigua tradición babilónica, descrita por el sacerdote Beroso, el origen del hombre puede ser atribuida a Oannes, criatura medio anfibia y medio humana que salió del Golfo Pérsico para enseñar las artes y la civilización al hombre. Beroso los llamó “annedoti“, que en griego se traduce como “los repulsivos“. Él también se refería a ellos como “musarus” que significa “una abominación” De esta manera, la tradición babilónica acredita la fundación de la civilización por una criatura que era considerada una abominación repulsiva. En circunstancias normales la actitud habría sido glorificar a estas criaturas como héroes o dioses espléndidos. El aspecto reptiliano de los dioses bíblicos era un secreto bien guardado y solo ocasionalmente es perceptible en el Antiguo Testamento, como por ejemplo, en la adoración del “seraphim” o la “serpiente de bronce” durante el Éxodo. Hay muchas más referencias en la literatura religiosa que forma la base para el Antiguo Testamento. En el Haggadah, en la tradición judía, revela que Adán y Eva perdieron su “piel brillante y dura” como resultado de comer la fruta prohibida. Los gnósticos, rivales de los primeros cristianos, relatan que como resultado de comer la fruta prohibida, Adán y Eva adquirieron conocimiento, parte del cual era darse cuenta que sus creadores eran “figuras bestiales“. La realidad es que hemos creado a dios en nuestra imaginación y no de otra manera. De este modo, hemos ocultado la verdadera identidad de nuestros creadores. La mayoría de las mitologías y de las religiones del mundo se refieren a sus antepasados como las serpientes voladoras o dragones que trajeron los artes y la civilización a la humanidad. El más viejo de libros chinos, el misterioso Yih King afirma que el primer humano fue formado por la antigua diosa Nu Kua, que parece es el nombre chino de la diosa serpiente sumeria Ninkhursag. Los primeros emperadores chinos afirmaban ser descendientes de esta diosa dragón. Las más antiguas y famosas de las obras clásicas hindúes, el Ramayana y el Mahabharata, se refieren al contacto sexual del primer hombre con los dioses serpiente, que eran también sus antepasados. La mitología centro americana y africana relatan cómo seres parecidos a serpientes voladoras y dragones descendieron de los cielos para enseñarles las bases de la civilización.
Como otro ejemplo de la verdad que hay en las antiguas tradiciones, podemos relatar un caso recientemente comprobado. En el estrecho de Palk, Océano Índico, existe una particular zona geográfica, una delgada franja de tierra que une el sur de la India con la isla de Sri Lanka (Ceilán). El denominado “Puente de Adán”, según algunos, pueden ser los restos de un antiguo puente de la época pre-diluviana. Los historiadores, arqueólogos e investigadores ortodoxos creen que las primeras civilizaciones desarrolladas aparecieron en la Tierra hace unos 5000 años. Señalan el hecho de que carecen de pruebas concretas para apoyar la existencia de una cultura anterior, existente antes que los sumerios y los egipcios. Cuando investigadores como Robert Bauval, Graham Hancock o Zecharia Sitchin proponen que estructuras como las que se encuentran en la meseta de Giza o en América del Sur pueden ser mucho más antiguas de lo que se piensa, sus teorías se consideran absurdas. Sin embargo, las historias de inundaciones catastróficas son comunes en muchas culturas, como ya hemos visto. Pero la ciencia geológica considera actualmente probable que algo terrible sucedió en nuestro planeta hace unos 13.000 años. Un estudio reciente muestra que alrededor de hace 13.000 años, la Tierra fue golpeada por un intenso bombardeo de cuerpos celestes. En la superficie de la Luna hay muchas evidencias, mientras que en la Tierra se necesitan estudios apropiados para sacarlas a la luz. ¿Son los cráteres de impacto signos evidentes de la lluvia de objetos procedentes del espacio? Además, parece que la fecha de la inundación se ha grabado en las rocas de algunos monumentos importantes del pasado. Sitios como la meseta de Giza y una ciudad tan antigua como Tiahuanaco, parecen haber impresionado en su estructura una referencia cronológica que se refiere exactamente a fechas de hace 13.000 años. a lo largo del tiempo se han encontrado un número significativo de estructuras sumergidas, muchas de las cuales no pueden ser explicadas con la cronología comúnmente aceptada por los investigadores. Estos resultados son una prueba más de que nos dicen que el diluvio no es sólo un mito.
Según algunos investigadores, una de las pruebas más llamativas de que una civilización floreció antes del cataclismo de hace 13.000 años está representada por lo que se llama “Puente de Adán”, una estrecha franja de tierra de 30 km que conecta el sur de la India con la isla de Sri Lanka. Durante mucho tiempo se consideró que esta franja de tierra era una formación natural. Sin embargo, las imágenes de satélite tomadas por la NASA a principios de 2003, han suscitado un intenso debate entre los científicos, ya que, según algunos, la estructura parece ser de origen artificial. Las fotos, de hecho, muestran que la curiosa forma en el estrecho de Palk es mucho más parecida a un largo puente destruido, ahora sumergido en el océano. Algunas partes del puente están secas, otras están inundadas con un poco de agua, de 1 a 10 metros. Según fuentes históricas , alrededor del siglo XV, la franja de tierra seguía siendo transitable a pie, al menos hasta 1480 cuando finalmente fue destruida por un ciclón. La tradición hindú dice que la larga franja de tierra es un puente construido por el dios Rama, según indica la epopeya hindú Ramayana atribuida a Valmiki. Desde la antigüedad, de hecho, es conocido como “Puente de Rama”. Los hechos de la vida de Rama se narran en el Ramayana, una antigua epopeya sánscrita, que significa literalmente “El viaje de Rama”, que habla de un tiempo en que los dioses viajaban a bordo de naves (vimanas) y de gigantes que vivieron en la Tierra. Como se explica en el Ramayana, Sita, esposa de Rama, fue secuestrada por Ravana, un rey demonio de diez cabezas, que residía en Sri Lanka. Rama, en un intento por rescatar a Sita, reunió a un ejército de hombres mono, los vánaras, seres legendarios de la mitología hindú, parecidos a hombres mono. El nombre vánara podría provenir de la abreviación de vána-nara: humanos del bosque. Los vánara son un poco más bajos que los humanos, y están cubiertos por una piel luminosa, generalmente de color marrón. Rama descubrió que Sita estaba cautiva en la isla de Lanka (Sri Lanka). Pero como no podía mover a su ejército a través del océano, Rama le pide ayuda a los vánara para construir un puente entre el continente y la isla de Lanka. Los vánara construyen entonces una calzada con rocas y cantos rodados, algunos descritos tan grandes como montañas. Los trabajos de construcción duraron cinco días y una vez terminados, permitieron a Rama matar a Ravana y rescatar a su amada Sita. Los grandes bloques de piedra caliza rectangular en la base de la estructura sugieren un origen artificial. El Dr. TS Badrinarayanan , ex director del Servicio Geológico de la India, ha realizado un análisis de la estructura y ha llegado a la conclusión de que es de origen artificial. Su equipo llegó a la conclusión de que los materiales se colocaron en el fondo arenoso para formar una calzada.
La Dra. Rita Louise, fundadora del Instituto de Energética Aplicada y la presentadora de Just Energy Radio, en su obra Ancient Origins nos dice que en el Ramayana podemos deducir que Rama vivió durante el Treta Yuga, la segunda de las cuatro edades de la evolución de la vida. La tradición hindú sitúa el Treta Yuga en un período de entre 2,16 millones años y 869.000 años atrás. A primera vista, esta afirmación parecería absurda. Pero según algunos, lo que sorprende es una curiosa coincidencia relacionada con los vánara, es decir, los hombres-mono que ayudaron a Rama a construir el puente. Los vánara, según dice el Ramayana, fueron los hijos de los dioses, de características simiescas humanoides y de buen corazón. Los dioses crearon los vánara poco después del nacimiento de Rama, con el fin de ayudarle en su batalla contra Ravana. Pero ¿quiénes eran estos hombres mono? ¿Es posible que lo que se narra en el poema describa a nuestros ancestros? ¿Se está refiriendo a los albores de la humanidad? Según algunos, es muy posible. Hace 2,5 millones de años, justo antes del comienzo de la Treta Yuga, la evolución humana sufrió un importante punto de inflexión con la aparición del género Homo, en que el Homo Habilis fue el primer primate capaz de utilizar las herramientas. Hace alrededor de 1,8 millones de años, el Homo Erectus hizo su aparición, principalmente en Eurasia. Estos hombres vivían en pequeñas comunidades, chozas utilizadas como refugios temporales. Utilizaron herramientas y llevaron las primeras ropas, mostrando los primeros signos de civilización, una característica que nunca se había observado en ningún grupo de primates anterior. ¿Es posible que los vánara del Ramayana sean el Homo Erectus? Curiosamente, el nombre de “Puente de Adán” viene de una leyenda islámica según la cual Adán, el primer hombre en la Tierra, cruzó este puente después de haber sido expulsado del paraíso.
Los dragones y las serpientes voladoras, tan numerosos en la antigua mitología, ¿eran realmente saurios que tenían la capacidad de viajar en naves espaciales? ¿Es esto lo que representan las alas en numerosas imágenes y esculturas? Incluso el Antiguo Testamento indica que la serpiente del jardín del Edén era un reptil. Es curioso que se diga que la serpiente había perdido sus manos y pies como resultado de la caída del hombre, ya que ello implicaría que anteriormente tuvo que haber sido una serpiente o reptil con manos y piernas. La dualidad de la serpiente como fuente del bien y del mal puede verse en la religión egipcia, probablemente debido a ciertos acontecimientos históricos. En cambio, en los reinos más antiguos la serpiente es considerada benevolente y está asociada a los dioses y a la inmortalidad. Durante la XVIII dinastía, alrededor del 1.600 a.C., la serpiente se convirtió en una criatura siniestra y en objeto de odio. Aquí comenzó el llamado “milenio de los dioses“, que duró hasta alrededor del año 700 a.C., que es la época del advenimiento de la XIX dinastía del nuevo reino, con Seti I, que potenció el culto del el dios Seth, y Ramsés II el Grande, que decidió cortar con los ataques hititas. Si la influencia del planeta Nibiru de los dioses sumerios causó los cataclismos en esta época, ello coincidiría con la campaña guerrera de Sargón II de Asiria, un rey poderoso, un gran conquistador y el fundador de la más importante dinastía de gobernantes asirios, bajo los cuales el imperio alcanzó sus más grandes triunfos. Si esto fuera así, explicaría que en Egipto se dejase de ver a los “dioses serpiente” como benévolos y se los empezara a ver como siniestros. En las paredes de las tumbas de las primeras dinastías la serpiente es representada como una criatura amistosa que el rey lleva en su espalda hacia el cielo estelar. El rey es llevado por el dios serpiente a la tierra de la inmortalidad, la tierra de los dioses. Y en este tiempo la serpiente fue adoptada como símbolo de realeza o divinidad, comenzando a representarse como el áspid divino en el tocado del faraón. Pero en el nuevo reino, después que los primeros reyes de la XVIII dinastía libraron el país de los odiados hicsos, la serpiente adquirió un carácter malvado, convirtiéndose en un ser maligno que tenía que ser exorcizado en los rituales.
Llamado Apofis, o Apop, era la manifestación de los invasores hicsos, que ocuparon Egipto durante centenares de años. Representaba en la mitología egipcia a las fuerzas maléficas que habitan el Duat y las tinieblas. Apofis era la encarnación del caos así como de la insurrección armada. Hay que hacer notar que se supone que los hicsos invadieron Egipto en el mismo tiempo en que los israelitas huyeron, es decir, alrededor del 1.600 a.C.. Gobernaron Egipto hasta cerca del año 1.000 a.C., cuando el Rey Thutmose I de la XVIII dinastía los expulsó para siempre y estableció el nuevo reino. Mitológicamente Apofis es una serpiente gigantesca, indestructible y poderosa, cuya función consistía en interrumpir el recorrido nocturno de la barca solar pilotada por Ra y defendida por Seth, para evitar que consiguiera alcanzar el nuevo día. Para ello empleaba varios métodos: atacaba la barca directamente o culebreaba para provocar bancos de arena donde el navío encallara. Todo ello tenía sólo una finalidad: romper la Maat, el «orden cósmico». Apofis representa el mal, con el que había que luchar para contenerlo. Sin embargo, nunca sería aniquilada, sólo era dañada o sometida, ya que de otro modo el ciclo solar no podría llevarse a cabo diariamente y el mundo perecería. Para los antiguos egipcios era necesario que existiese el concepto del mal para que el bien fuera posible. Los egipcios creían que, cuando el cielo se teñía de rojo, era a causa de las heridas provocadas a Apofis. También, interpretaron que los eclipses eran obra suya, en la lucha en la Duat.
“Tutimeos. Durante su reinado, por una causa que ignoro, nos golpeó Dios e, inesperadamente, unos hombres de estirpe desconocida, procedentes de Oriente, con osadía invadieron nuestro país, al que sometieron mediante la fuerza, sin dificultad ni combate. Tras haberse impuesto a los gobernantes de la Tierra, destruyeron las ciudades, arrasaron los templos de los dioses y trataron con extrema crueldad a los habitantes del país, asesinando a unos y reduciendo a la esclavitud a los hijos y mujeres de otros. Su raza era denominada «hiksos», que significa «reyes pastores», ya que «hyk» en lengua sagrada significa «reyes» y «sos» en lenguaje vulgar es «pastor» o «pastores»“. Con estas palabras describía Manetón, sacerdote e historiador egipcio del siglo III a.C., a la dinastía de reyes de origen extranjero que gobernó el país del Nilo durante el llamado II Periodo Intermedio (aproximadamente de 1800 a.C. a 1500 a.C.). Este testimonio, aunque constituye una de las escasas fuentes que tenemos para reconstruir el periodo de los hicsos, no deja de ser una descripción sesgada hacia quienes consideraba unos invasores y usurpadores. Pero gracias a años de investigación y hallazgos arqueológicos, los historiadores han podido obtener suficiente información para poner en duda las palabras de Manetón. Aunque los hicsos fueron un pueblo venido del exterior, su llegada al trono parece que no se produjo en forma de invasión, ni tampoco supuso la masacre y la destrucción de la cultura y el pueblo egipcio. Acerca de su origen se han elaborado numerosas teorías, la mayoría de las cuales insiste en que venían de Oriente, y que eran grupos heterogéneos de la zona de Palestina y las tierras orientales cercanas al Nilo. Estos pueblos, entre los que se incluían a hurritas y amorritas, pudieron tener un cierto componente semítico, y todo parece indicar que sus contactos con Egipto se venían dando desde siglos antes del periodo al que nos referimos. En un momento dado, la debilidad política de los faraones de la XIII Dinastía para mantener unificado Egipto propició que los hicsos, que ya llevaban tiempo asentándose progresivamente en diferentes ciudades del país, se fueran haciendo fuertes y fuesen ganando poder en enclaves importantes como Menfis e Ichi-Tauy. De hecho, se suele tomar como punto de partida su ascenso al poder en estas ciudades, en torno al 1675-1650 a.C., para establecer la fecha de caída de la XIII Dinastía. A partir de entonces, la influencia de los nuevos faraones fue reconocida en gran parte de Egipto, fundamentalmente en la zona del delta del Nilo, aunque no en todo el país de manera efectiva. Muy probablemente, la llegada de los hicsos respondió al propio contexto del II milenio a.C. en la zona de Próximo oriente, un periodo convulso a nivel político, con grandes cambios y transformaciones que dieron lugar a un intenso movimiento demográfico. Entre estos pueblos desplazados es donde debemos ubicar a los hicsos, que poco a poco se fueron asentando en Egipto.
Apop fue el primer gobernante hicso y reinó con sus descendientes desde la XIV hasta la XVII dinastía. Muchas de los gobernantes adoptaron el nombre Apop y en particular el último rey hicso, que fue derrotado por Ahmose y Kamose, los fundadores de la XVIII dinastía. Apop poseía muchos epítetos y en las ceremonias el objetivo del pueblo egipcio era destruirlo y maldecirlo. Este ritual es una reminiscente de la ceremonia yajna de los antiguos hindúes, quienes invocaban varios nombres de serpientes mientras eran lanzadas al fuego. El odio egipcio hacia los crueles gobernantes hicsos fue muy profundo, ya que se dice que destruyeron sistemáticamente la cultura y los monumentos egipcios. Estos gobernantes seguramente eran los descendientes de los rephaim, que a su vez descendían de los nefilim antediluvianos, que gobernaron las tierras del Oriente Medio después del diluvio. Después del Diluvio Universal, una raza de guerreros semidivinos habitó las tierras del Levante. Eran llamados los Refaítas o Rephaim y se dedicaron a la defensa de las tierras occidentales y de las instalaciones espaciales anunnakis durante los inicios del tercer milenio antes de Cristo. En este tiempo debieron su lealtad a los reyes de Mesopotamia, especialmente a Nannar-Sin, que era el legítimo dios de estas tierras. Según El Haggadah, libro rabínico basado en la narrativa de los pasajes bíblicos: “Los descendientes de la alianza entre los ángeles y las mujeres Cananitas fueron los Gigantes, conocidos por su fuerza y su maldad. Ellos tienen muchos nombres; algunas veces conocidos como Rephaim“. Cuando sus ciudades en Transjordania y en otras partes fueron destruidas por los reyes del Este que las invadieron durante el siglo XXI a.C., los refaítas abandonaron su lealtad a la legítima autoridad y se convirtieron en una fuerza guerrera independiente en las tierras occidentales. Entonces se convirtieron en una fuerza formidable e incontrolable que dominó estas tierras durante mil años. Fueron los refaítas los que construyeron formidables fortificaciones, cuyas ruinas se encuentran en todas en el Levante, desde Egipto hasta Anatolia. Sus descendientes, llamados los hicsos, ocuparon Egipto por más de cuatrocientos años y, bajo el nombre bíblico de amalecitas, impidieron que las tribus hebreas, bajo el mando de Moisés, entraran en las tierras de Canaán.
En la literatura sumeria Aratta se menciona a menudo como una tierra lejana controlada por la diosa Inanna desde la Uruk sumeria. Asociada con el planeta Venus, a Inanna se la identifica con la diosa griega Afrodita y con la Astarté fenicia. Entre los acadios fue conocida como Ishtar. Según la mitología sumeria era hija de Nannar Sin, dios de la Luna, y Ningal (la Gran Dama, la luna) y hermana gemela de Utu, conocido en acadio como Shamash. Su consorte fue Dumuzi (semidiós y héroe de Uruk). Ishtar o Inanna representa el arquetipo de la Diosa madre. Según el poema Enmerkar y el Señor de Aratta, situado más allá de Anshan (actualmente Irán), el viaje de Inanna a Aratta requirió atravesar las siete montañas y el temido río Kur. Podría ser que Aratta fuese la Harappa de la civilización perdida del valle de Indo. Harappa, junto con Mohenjo-Daro, era una de las ciudades de los antiguos dravidianos, los legendarios seres serpiente que precedieron la ocupación aria de la India. En la década de 1920 se hicieron algunos descubrimientos asombrosos en el valle del río Indo. Fueron excavadas las ruinas de dos grandes ciudades antiguas, una, llamada Mohenjo-Daro, estaba al borde del río Indo; la otra, Harappa, estaba en Ravi, en el valle del Indo, en el Panjab o tierra de los cinco ríos. Durante el periodo épico en el que se escribió el Mahābhārata, la zona del Panyab se conocía como Trigarta y la gobernaban los reyes Katoch. Las civilizaciones del valle del Indo abarcaban gran parte de la región de Panyab, de las que formaban parte ciudades como Harappa. La civilización védica se propagó a lo largo del río Sarasvati y llegó a cubrir el norte de la India, incluyendo el Panyab. Esta civilización conformó culturas posteriores del subcontinente indio. Muchos imperios antiguos, incluyendo el de Gandhara, el de Nanda, el Maurya, el de los Sungas, el Kushán, el Guptas, el de los Palas, el de los Gurjara-Pratiharas y el de Hindu Shahis conquistaron la región. Alejandro el Grande recorrió los territorios a orillas del río Indo. Debido a su ubicación, la región recibió tanto ataques constantes como influencias de los territorios del oeste y del este. Fue invadida por persas, griegos, escitas, turcos, y afganos. La cultura de la zona combina influencia hindú, budista, islámica, afgana, sij y británica. Como las ciudades de Mesopotamia y del valle del Nilo, Mohenjo-Daro y Harappa fueron construidas en los llanos aluviales. Sin embargo, a diferencia de otras ciudades, parecen haber sido diseñadas desde cero. Asimismo, ambas ciudades eran idénticas en su diseño. Y a pesar de que no se hallaron zigurats, cada ciudad tenía un montículo de unos diez metros de alto, que formaban una especie de plataforma artificial. Estas ciudades fueron construidas como colonias, probablemente sumerias, y tal vez por Enki, su principal ingeniero.
Las ciudades de Mohenjo-Daro y Harappa se estima que se construyeron entre el 3500 al 3000 a.C., y tuvieron un final catastrófico alrededor del año 2000 a.C., según evidencias arqueológicas. Lo que ha desconcertado a los historiadores es que la gente que vivió en estas ciudades aparentemente no se relacionó con los arios que llegaron unos 500 años más tarde y se establecieron en el llano de Panjab y la llanura indogangética, que abarca las regiones del norte del subcontinente indio. Como los antiguos sumerios, la gente de Mohenjo-Daro y de Harappa hablaba una lengua desconocida. Asumiendo que el planeta Nibiru cruzase nuestro sistema solar entre el 1600 y el 700 a.C., y agregando 3600 años, que se supone era su tiempo de traslación alrededor del Sol, su anterior visita pudo efectuarse entre el 4200 y el 3300 a.C. Estas fechas son bastante cercanas a las hipotéticas fechas mencionados anteriormente, lo que nos lleva a la conclusión de que estas ciudades dravidianas tal vez fueron construidas para el uso de los anunnaki durante su siguiente visita a la Tierra. Los restos encontrados en estas ciudades del valle del Indo también las relacionan con Mesopotamia. Los sellos hallados son muy similares al estilo de los sellos cilíndricos de Sumer. Hay uno que muestra a un hombre salvaje luchando con dos bestias, muy similar al de Gilgamesh de pie en medio de dos leones. Estas dos ciudades eran muy probablemente colonias sumerias que fueron establecidas después del diluvio, cuando el mundo fue habitable otra vez. Los historiadores creen que estas ciudades fueron el centro de la cultura dravidiana y fueron habitadas por los nagas, la raza de los hombres serpiente. Si cada vez que el planeta Nibiru llega y sale de esta zona de nuestra Sistema Solar hay cataclismos planetarios o “diluvios” debido a las anormalidades gravitacionales y electromagnéticas, esto apoyaría la tesis que sugiere que estas dos ciudades dravidianas fueron fundadas por y para el uso de los anunnaki durante su última visita.
Sólo siete años después de la primera explosión atómica en Nuevo México, el doctor Oppenheimer estaba dando una conferencia en la Universidad de Rochester. Luego, en el turno de preguntas y respuestas, un estudiante hizo una pregunta a la que el doctor Oppenheimer contestó con una extraña reserva. El estudiante preguntó: “La bomba que se hizo estallar en Alamogordo, durante el proyecto Manhattan, ¿fue la primera en hacerse explotar?“. El doctor Oppenheimer respondió enigmáticamente: “Bueno, sí. En tiempos modernos, sí, claro“. Quizá el doctor Oppenheimer recordaba un pasaje que había leído en el Mahábhárata sobre una antigua guerra en que se introdujo una nueva arma aterradora: “(Era) un solo proyectil cargado con toda la fuerza del Universo. Una columna incandescente de humo y llamas brillante como diez mil soles se elevó en todo su esplendor. Era un arma desconocida, un relámpago de hierro, un gigantesco mensajero de muerte, que redujo a cenizas a toda la raza de los Vrisnis y los Andhakas. Los cadáveres quedaron tan quemados que no se podían reconocer. Se les cayeron el pelo y las uñas. los cacharros se rompieron sin motivo, y los pájaros se volvieron blancos. Al cabo de pocas horas todos los alimentos estaban infectados. Para escapar de ese fuego los soldados se arrojaban a los ríos, para lavarse ellos y su equipo“. Pero, ¿quiénes eran los Vrisnis y los Andhakas? Los vrisnis fueron un antiguo clan indio que se consideraban descendientes del rey Vrisni, a su vez descendiente del rey Iadú. Según el Mahábhárata (texto épico-religioso del siglo III a. C.), Vrisni era hijo de Sátuata, descendiente del rey Iadú, hijo de Iaiati. En el marco de la mitología hinduista, Iadu es el nombre de un rey, cuyos descendientes se llamaban iadus, uno de los cinco clanes arios mencionados en el Rig-veda (fines del II milenio a. C.). El texto épico Mahábhárata y también los Puranas se refieren a un rey Iadú, hijo mayor del rey Iaiati. Iadú tuvo cuatro hijos: Sastra Yit, Kroshta (o Kharahostes), Nala y Ripu. Los reyes entre Rishi Buddh y Iaiati se conocen como Soma vamshi, el clan descendiente del dios de la Luna. Según el Sanskrit-English Dictionary del británico Monier Monier-Williams (1819-1899), Iadú fue un antiguo héroe, que en los Vedas (hacia el siglo XV a. C.) se menciona frecuentemente junto con Turvasha (o Turvasu). Según las leyendas, Indra lo salvó de una inundación, algo que se parece al caso de Noé. En la poesía épica es hijo del rey Iaiati y hermano de Purú y Turvasu. En una ocasión, el rey Iaiati le pidió a su hijo que le regalara su juventud. Iadú se negó, por lo que su padre lo desheredó. Por eso él no mantuvo el mismo clan que su padre (el clan lunar).
El único clan que mantuvo el nombre de Soma-vamshi fue la que descendía del rey Purú, hermano menor de Iadú. El rey Iadú ordenó que las futuras generaciones de descendientes se llamaran iadus o iádavas y el clan tomaría el nombre de Iadu-vanshi. Vrisni tenía dos esposas, Gandhari y Madri. Con la segunda tuvo un hijo llamado Deva Midusha. Vasudeva, el padre del dios Krisná, era el nieto de Deva Midhusha. Krisná pertenece a esta rama vrisni de la raza lunar, por lo que recibe el nombre de Varsneia (descendiente de Vrisni). Todos los vrisnis terminaron viviendo como residentes en la ciudad de Duaraká (o Duarka), una ciudad de la India en el distrito de Devbhoomi Dwarka (Guyarat), estado de Guyarat. Se la considera una de las ciudades sagradas de la India. Según el texto épico mitológico Mahábhárata (siglo III a. C.), Duarka era una inmensa y riquísima ciudad construida sobre una isla por el dios Krisná, luego de convertirse en rey, mientras que en su adolescencia era un pastor de vacas. Él había escapado de Mathura (en el centro de la India) con su pueblo, después de los repetidos ataques del poderoso rey Yarasandha. Debido a una maldición que pesaba sobre Krisná y su familia (los iadus), la isla se hundió en el mar, algo que se parece al caso de la Atlántida o de Lemuria. Basándose en estas leyendas, en los años noventa, el arqueólogo S. Rao realizó investigaciones frente a las costas de la actual ciudad de Duarka, y encontró algunos restos, anclas antiguas y antiquísimas vasijas de la cultura del valle del Indo, del III milenio a. C. El matemático e historiador uzbeko Al-Biruni (973-1048) la menciona como Baruwi, una ciudad que fue un nido de piratas. Fue saqueada por el sultán de Guyarat en 1473 en venganza por un ataque pirata contra el negociante Mawlana Mahmud al-Samarkandi. Tras ser arrasada, fue reconstruida. El sultán Muzaffar III, último sultán de Guyarat, perseguido por las tropas imperiales mogoles, se refugió allí en 1592. Fue refugio de piratas hasta el siglo XIX en que aparecieron los británicos. Formó parte entonces del principado de Baroda. En 1901 tenía 7.535 habitantes. Su puerto era Rupan, a unos 2 km al norte. Fue sede del batallón de Baroda, que tenía como misión controlar a los vaghers. Y cuando estas tribus se rebelaron en 1859, la ciudad fue asaltada por los británicos, que colocaron al mando un oficial político a las órdenes del residente de Baroda. A fines del siglo XIX se convirtió en municipio.
Krisná, cuando era un joven pastor, había aprovechado su competencia en artes marciales para matar al rey Kamsa de Mathurá, usurpando el trono. El rey Yarasandha, suegro de Kamsa, invadió Mathurá con un gran ejército, y aunque Krisná destruyó su ejército de demonios, otro asura llamado KalaIávana, rodeó Mathurá con otro ejército de nada menos que treinta millones de demonios monstruosos. Entonces Krisná consideró adecuado abandonar Mathurá y mudarse con todos sus habitantes a Duarka. Krisná se casó con Rukmini, la hija de Bhismaka, el rey de Vidarbha. También se casó con Mitrabinda, Satiabhama, Yambavati y otras, ganando cada una mediante grandes hazañas. En una ocasión, cuando un demonio llamado Narakasura secuestró y ocultó a 16.100 mujeres, Krisná lo persiguió y lo mató, y también recibió a las mujeres en su casa. Con cada una de sus esposas Krisná tuvo diez hijos y una hija. Mientras Krisná gobernaba en Duarka, el príncipe Duriodhana oprimía a los Pándavas en Jastinápur y trató de planear su muerte. Krisná y Balarama fueron a darles ayuda. Mientras Krisná fue invitado de los Pandavas se casó con Kalindi, hija del Sol. Después de la muerte de Duriodhana en la guerra de Kuruksetra, su madre Gandhari lloró su muerte y la de sus amigos. Cuando dedujo que la causa principal de todo era Krisná, ella lo maldijo por haber dejado que todas estas catástrofes acontecieran. Esta fue su maldición: que todos los parientes de Krisná, los vrisnis, fueran destruidos, y que Krisná muriera miserablemente solo. Y estas cosas sucedieron a su debido tiempo. Los habitantes varones de Duarka hicieron licor y se asesinaron entre ellos, junto con todos los hijos y nietos de Krisná. Solamente permanecieron vivos las mujeres, Krisná, su hermano Balarama y su padre Vasudeva. Krisná envió un mensajero a la ciudad de Kuru, para colocar a las mujeres de Duarka bajo la protección de los Pándavas. Después se despidió de su padre, y partió al continente, donde Balarama lo esperaba en un bosque. Krisná descubrió a su hermano sentado bajo un gran árbol en el borde de la selva, sentado como un yogui. De su boca salió la serpiente Ananta, de mil cabezas, que se arrastró hasta el océano y desapareció. El propio océano personificado, los ríos sagrados y muchos nagas divinos vinieron a su encuentro.
Krisná, tras ver la muerte de su hermano, se apartó de mundo de los humanos, y vagó solo por el bosque. Pensó en la maldición de Gandhari y todo lo que había sucedido, y él sabía que había llegado el momento de su partida. Se acostó bajo un árbol y absorbió sus sentidos mediante el yoga. Vino un cazador y pensó que Krisná era un ciervo. Le disparó una flecha, pero cuando se acercó vio que le había atravesado el pie a un hombre vestido con un pantalón-dhoti amarillo practicando yoga. Sabiéndose un criminal, le tocó los pies. Krisná lo consoló, y él mismo ascendió al Cielo. El Mahábhárata dice que el cazador era la reencarnación de Vaali, personaje del Ramayana que fue muerto cobardemente por el dios Rama escondido detrás de un árbol. Por lo tanto se le dio la oportunidad de vengarse de manera similar contra el mismo Rama, encarnado como Krisná. Días después el pándava Áryuna llegó a Duarka y partió hacia Kurukshetra con todas las mujeres, los ancianos y los niños de la familia Vrisni. En el camino, una banda de la tribu ábhira atacó la caravana. Áryuna, acostumbrado a acabar con ejércitos completos él solo, no pudo evitar que los ábhiras secuestraran a todos sus protegidos. En otros textos se dice que Rukmini y las principales esposas de Krisná escaparon del secuestro, y con la ayuda de Áryuna realizaron el suicidio ritual satí, quemándose en una inmensa pira funeraria. Las aguas del océano, abrumadas por la ausencia de Krisná de su isla Duarka, avanzaron sobre la tierra y la cubrieron sin dejar ningún rastro. En la mitología hinduista, Andhaka es un malévolo ásura (‘demonio’, en el hinduismo tardío). Para matarlo, el dios Shivá asumió la forma monstruosa del extraordinario guerrero Virabhadra. Su leyenda no aparece en el Rig-veda, el texto más antiguo de la India, de mediados del II milenio a. C. En el Mahábhárata (texto épico-religioso del siglo III a. C.) Andhaka aparece como hijo de Diti y Kashiapa. Su leyenda aparece mencionada en varios textos puránicos, como el Matsiá-purana y el Shivá-purana. Según el Bhágavata-purana (siglo XI d. C.), fue un rey de la Dinastía Iadú y ancestro del dios Krisná. Mientras vivían en el monte Mandhar, el asceta Shivá estaba meditando y su esposa Párvati, sexualmente excitada, se le acercó por detrás con picardía, cerrando los ojos. El bebé fue concebido a partir de la transpiración de ambos padres. Shivá le explicó a Parvati que, puesto que ella había tenido los ojos cerrados, el bebé había nacido ciego. Lo llamaron Andhaka (‘ciego’). Puesto que en la adultez desarrolló cualidades demoníacas, fue llamado Andhakásur (‘demonio ciego’).
El problemático demonio Jirania Aksha hizo intentos para complacer al dios Shivá. Quería concebir un hijo que poseyera inmensos poderes y pudiera conquistar el mundo. Conociendo su naturaleza asúrica, Shivá se negó a concederle tal bendición. En su lugar, le ofreció su hijo Andhaka a Jirania Aksha, diciendo que Andhaka poseía todas las cualidades que él buscaba, y le pidió que lo empezara a considerar su propio hijo. Andhaka quería más poder e hizo intentos para complacer al dios Brahmá. Entre muchas bendiciones, pidió que se le otorgara una visión extraordinaria y la inmortalidad. Brahmá le concedió todo excepto la inmortalidad, ya que él mismo, a pesar de ser la criatura más longeva del universo, no es inmortal. En lugar de ello, Brahmá le pidió que escogiera cuándo quería morir. Como bendición capciosa, Andhakasur pidió la bendición de morir solo si deseaba a una mujer a la que nunca debería aspirar. Esto lo convertiría en virtualmente inmortal. Con el tiempo, Andhakasur se volvió más materialista y menos interesado en realizar intentos para complacer a dioses. Para entonces él ya había conquistado la tierra y el cielo. En un viaje de placer junto con sus compañeros arribaron al monte Mandhar, donde vivían Shivá y Párvati. Sus compañeros le contaron que allí vivían un asceta y su bella esposa. Andhaka envió a sus compañeros a que se la trajeran. Shiva les explicó a los hombres que ellos dos eran los padres de Andhaka. Los compañeros creyeron que se trataba de una estratagema y obligaron a Andhaka a pelear. Shivá y Párvati desempeñaron un papel horrible en el campo de batalla adoptando muchas formas diferentes. A la mañana siguiente, el ejército de Shivá llegó al campo de batalla y se enfrentó con el ejército de Andhaka, que quería que Párvati fuera suya. Shivá hizo aparecer su forma de demonio guerrero Virabhadra, que mató a casi todo el ejército de Andhaka. Virabhadra mató a la mayor parte de los soldados, pero no logró matar al propio Andhaka. Cada vez que Virabhadra dejaba a Andhaka sangrando por sus manos, brazos, cabeza, tronco, piernas y pies, aparecía una nueva expansión de Andhaka. Virabhadra intentó acabar con él una y otra vez pero no pudo, Párvati y Shivá se indignaron al ver la estratagema de Andhaka y sus expansiones, ya que les parecía una manera tramposa e innoble de no aceptar la derrota.
Párvati entonces invocó a sus ocho expansiones, a saber, Brahmani, Vaishnavi, Maheshwari, Kaumari, Indrani, Varahi, Narasinghi y Chamundai para ayudar a Virabhadra en el campo de batalla. Las ocho diosas madre mataron al resto del ejército de Andhaka. Después se juntaron, todas alineadas en el cielo, para ver la batalla final. Parvati tomó la forma de la horrorosa diosa Bhadrakali para ayudar a Virabhadra. A gran velocidad, Virabhadra empezó a cortar en dos a cada expansión de Andhaka mientras Bhadrakali les sorbía toda la sangre, dejándolas secas. Andhaka fue derrotado y se acercó a sus padres suplicando el perdón. Después de que Virabhadra volvió a entrar en el cuerpo del Señor Shiva, también lo hicieron las ocho diosas madre, y después de que Bhadrakali se absorbió en Parvati, también ingresaron en su cuerpo. Fue perdonado y se convirtió en uno de los hombres de Shiva. Algunos millones de años más tarde, tres de los generales de Andhaka, Duriódhan, que no es el conocido rey Duriódhan del Mahábhárata, Vighasa y Hasti, tropezaron con Shiva y Parvati en una cueva, pero no los reconocieron. Ellos pensaron que la mujer era lo suficientemente hermosa para su rey, por lo que se apresuraron de nuevo a darle la buena noticia. Andhaka les pidió que regresaran y pidieran la mujer en matrimonio. Shiva se negó y Andhaka corrió a la cueva para matarlo. Después se produjo una batalla que duró cientos de años e involucró a muchos otros dioses y demonios, pero finalmente Shiva mató a Andhaka empujando su tridente Trishula en el pecho de su hijo. En algunas versiones, el Señor Shiva levantó a Andhaka clavado en su tridente hasta que el Sol secó los pecados de Andhaka. Después de ese tiempo, Andhaka se purificó y se convirtió en uno de los ganas (asistentes) del dios Shiva y de la diosa Parvati. El mito subraya la lujuria antinatural de Andhaka, producto de su ceguera y su incapacidad para reconocer los errores morales. Volviendo al tema de las armas utilizadas en el Mahábhárata, vemos que las dimensiones de esta arma legendaria tenían cierta semejanza con los proyectiles tácticos nucleares de hoy día: “Un tallo fatal como la vara de la muerte. Medía tres codos y seis pies. Dotado de la fuerza del trueno de Indra, la de mil ojos, destruía toda criatura viva“. Los poderosos efectos de la explosión y el calor producidos por esa arma se describen de una manera imaginativa y lírica, pero una forma que se podría aplicar (salvo por los elefantes) al lanzamiento de una bomba atómica: “Entonces (el dios de esa poderosa arma) se llevó por delante multitudes de Samsaptakas con corceles y elefantes y carros y armas, como si fueran hojas secas de los árboles. Llevados por el viento, oh Rey, parecían hermosos allá arriba como aves en vuelo arrancando de los árboles“.
Y después añade: “Vientos de malos auspicios llegaron a soplar. El Sol pareció dar la vuelta, el Universo, abrasado de calor, parecía tener fiebre. Elefantes y otras criaturas de la tierra, abrasados por la energía del arma, huyeron corriendo. Las mismas aguas al calentarse, las criaturas que vivían en ese elemento, empezaron a arder. Hostiles guerreros caían como árboles quemados en un fuego furioso. Enormes elefantes quemados por esa arma, caían por tierra lanzando terribles gritos. Otros, abrasados por el fuego, corrían de acá para allá mientras, en medio de un incendio de bosque, los corceles y los carros también quemados por la energía de esa arma, parecían como copas de árboles quemados en un incendio de bosque“. Los Samsaptakas eran un grupo de guerreros en la guerra de Kurukshetra que fueron constituidos para matar a Arjuna, el más famoso guerrero de los Pandavas . Este ejército se componía de miles de carros y elefantes, y decenas de miles de caballos y guerreros de infantería. Todos ellos eran muy valientes, difíciles de ser vencidos. Prometieron luchar hasta la muerte para cumplir con su objetivo de matar a Arjuna y así traer la victoria a Duryodhana, el mayor de los cien hijos de rey ciego Dhritarashtra y la reina Gandhari. La guerra de Kurukshetra es un componente esencial del texto épico hindú Mahábharata y, por tanto, de la Bhagavad-Gita, que es una sección del Mahábharata. De acuerdo con el Mahábhárata, la lucha entre clanes hermanos, tales como los Kuru y los Pándava por el trono de Hastināpura, cerca de la actual Nueva Delhi, fue resuelta en una guerra, en la cual un gran número de antiguos reinos participaron como aliados de los clanes rivales. La localización de la batalla fue Kurukshetra, campo de los Kuru, en el actual estado de Haryana, en el Norte de la India. El Mahábharata cuenta que la batalla duró dieciocho días, durante los cuales grandes ejércitos procedentes de toda la India lucharon en ambos lados. La importancia dada a la narración de esta guerra es evidente, ya que mientras la duración de la historia es de siglos e involucra a varias generaciones de familias guerreras, la narración de la batalla, de sólo 18 días, ocupa la mitad del libro. La mayor parte de la narración describe con bastante minuciosidad las batallas individuales de los diferentes héroes de ambas partes, las formaciones militares empleadas cada día por ambos bandos, la diplomacia de la guerra, reuniones y discursos entre héroes y comandantes cada día antes del comienzo de la guerra, las armas utilizadas, etc. Los capítulos (parvas) relacionados con la batalla, del capítulo seis al diez, se consideran entre los más antiguos del Mahábhárata.
El Bhagavad Gita, texto sagrado de la filosofía hindú, que se considera un añadido posterior al Mahábhárata, vuelve a contar la conversación entre el pándava Arjuna y Krishná, sacando a la luz la reticencia de Áryuna a luchar contra miembros de su propia familia. Los hinduistas que creen que la batalla de Kurukshetra fue un hecho histórico, lo datan entre el año 3102 a. C. y el 800 de nuestra era, basándose en cálculos astronómicos y en la información del Mahábhárata. La mitología de la batalla de Kurukshetra se describe también en la batalla de los Diez Reyes, mencionada en el Rig Vedá. Según este libro, el ejército de los Pandavas, mandado por Dhristadyumna, se dividía en 7 divisiones sumando 1.530.900 hombres, mientras sus rivales, los Kauravas, al mando de Bhishma, sumaban 11 divisiones con 2.405.700 hombres. La batalla fue increíblemente violenta para ambos bandos, sobreviviendo solo 8 pandavas y 4 kauranas. Un enorme bajorrelieve de 94 m de longitud describe esta batalla en los muros del templo de Angkor Wat (Camboya), datado en el siglo XII d.C. Como si no hubiera bastante coincidencia en las detalladas descripciones de algo muy parecido a un bombardeo atómico, nos llega desde el antiguo Mahábhárata una suerte de manifestación antinuclear: “Una sustancia como fuego ha surgido a la existencia, quemando ahora colinas y ríos y árboles. Toda clase de hierbas y césped en el Universo móvil e inmóvil quedan reducidos a cenizas. Vosotros, crueles y perversos, emborrachados de orgullo, mediante ese rayo de hierro llegaréis a ser los exterminadores de vuestra raza“. Podemos leer en el Ramayanainformación sobre un terrible proyectil: “Tan poderoso que podía destruir la tierra en un momento. Un gran ruido que se elevaba en humo y llamas y sobre él está sentada la Muerte“.
Estas informaciones transmitidas a los tiempos presentes por los libros clásicos de la India, aparentemente están basadas en un recuerdo de su utilización por parte de alguna antigua civilización, un pueblo que usó esta fuerza y que, mediante su uso, dio lugar a su propia destrucción. Ello está parcialmente confirmados por algunos descubrimientos arqueológicos, que parecen indicar que algo parecido a bombas atómicas se empleó en guerras en nuestro planeta miles de años antes de que empezara la actual historia escrita. No hemos reconocido en las leyendas antiguas estas detalladas referencias a una supuesta guerra nuclear hasta que no hemos desarrollado nosotros mismos la bomba atómica. La mayor parte de esas referencias proceden del Mahábhárata, el Ramayana, textos puránicos y védicos, como el Mahavira Charita y otros textos sánscritos que nos han llegado desde tiempos remotos. Se supone que el Mahábhárata se escribió originalmente en sánscrito hacia el 1500 a.C., pero versaba sobre leyendas que databan, al menos, unos 5.000 años antes. Desde la primera traducción completa del Mahábhárata, en 1843, se supuso que solo eran ejemplos de la imaginación oriental, en este caso sobre guerras de dioses y héroes antiguos. Mahábhárata significa, en sánscrito, Gran Bharata. Es el más extenso poema épico de la literatura india antigua, siendo el segundo el Ramayana. Antes de conocerse los efectos de la bomba atómica estos poemas carecían de sentido. Pero actualmente no, al igual que los carros de fuego que llevaban aquellas armas por los aires. El Mahábhárata refiere la historia de un señor feudal llamado Gurkha con estas palabras: “Venía a bordo de un vimana, y sació su ira enviando un sólo y único rayo en contra de la ciudad. Una enorme columna de fuego diez mil veces más luminosa que el sol se levantó, y la ciudad quedó reducida a cenizas en el acto“. El Libro de Krisna relata: “Era capaz de moverse sobre el agua y bajo el agua. Podía volar tan alto y veloz que resultaba imposible de ver. Aunque estuviese oscuro, el piloto podía conducirlo en la oscuridad“. El Ramayana relata: “Las Vimanas tienen la forma de una esfera y navegaban por los aires a causa del mercurio (rasa) levantando un fuerte viento. Hombres a bordo de los Vimanas podían así cubrir grandes distancias en un espacio de tiempo sorprendentemente corto, pues el hombre que conducía lo hacía a su voluntad volando de abajo arriba, de arriba abajo, adelante o atrás“. En el Saramangana Suttradhara se lee: “Estaban hechos con planchas de hierro bien unidas y lisas y eran tan veloces que casi no se los podía ver desde el suelo. Los hombres de la tierra podían elevarse muy alto en los cielos y los hombres de los cielos podían bajar a la tierra“. En el Ramayana se nos dice: “Debe haber cuatro depósitos de mercurio (rasa) en su interior. Cuando son calentados por medio de un fuego controlado, el vimana desarrolla un poder de trueno por medio del mercurio. Si este motor de hierro, con uniones adecuadamente soldadas, es llenado de mercurio y el fuego se dirige hacia la parte superior, desarrolla una gran potencia, con el rugido de un león e inmediatamente se convierte en una perla en el cielo“.
En el Mahavira Charita podemos leer: “Un proyectil, cargado con la fuerza del universo, produjo una inmensa columna de humo y llamas deslumbrantes. Tan brillantes como 10.000 soles en todo su esplendor. Era una arma desconocida un trueno de hierro, un gigantesco mensajero de la muerte, que redujo a cenizas a la totalidad de la raza enemiga. Los cuerpos quedaron irreconocibles, sus cabellos y uñas se caían, la loza se rompía espontáneamente y las aves vieron decolorados su plumaje. Después de unas cuantas horas, todos los alimentos quedaron contaminados, para poder escapar de ese fuego, los soldados se arrojaron a los ríos para lavar su equipaje y lavarse ellos mismos. El sol pareció temblar, y el universo se cubrió de calor. Las aguas hirvieron, los animales comenzaron a perecer y los guerreros hostiles cayeron derribados como briznas. Grandes proporciones de vegetación quedaron desiertos, y hasta el metal de las carrozas se fundió ante esta arma“. Se considera en la India, por parte de los entendidos, que los primeros cronistas diferenciaron en sus relatos lo real de lo ficticio. Los hechos reales, cuya autenticidad estaba fuera de toda duda, eran conocidos como “Manusa“. El Mahábhárata, Ramayana, Mahavira, y otros textos tenidos por fantasiosos, pertenecen a la categoría “Manusa“. Con respecto a restos que pueden pertenecer a restos de ciudades que sufrieron un ataque nuclear, tenemos en caso de las ruinas de las antiguas ciudades de Mohenjo-Daro y Harappa, aunque no tenemos idea de cuáles eran sus nombres cuando prosperaron. No se sabe quiénes la construyeron, pero sí que lo hicieron en las riberas del río Indo, en la actual Pakistán. Representan, que se conozca, los primeros centros urbanos planificado de la historia. Pese al terrible significado del nombre de Mohenjo-Daro, “Monte de los Muertos”, mantuvo su poder y prosperidad durante centenares de años. Las ruinas de estas antiguas ciudades parecen haber albergado, en sus enormes áreas, poblaciones de más de un millón de habitantes cada una.
El problemático demonio Jirania Aksha hizo intentos para complacer al dios Shivá. Quería concebir un hijo que poseyera inmensos poderes y pudiera conquistar el mundo. Conociendo su naturaleza asúrica, Shivá se negó a concederle tal bendición. En su lugar, le ofreció su hijo Andhaka a Jirania Aksha, diciendo que Andhaka poseía todas las cualidades que él buscaba, y le pidió que lo empezara a considerar su propio hijo. Andhaka quería más poder e hizo intentos para complacer al dios Brahmá. Entre muchas bendiciones, pidió que se le otorgara una visión extraordinaria y la inmortalidad. Brahmá le concedió todo excepto la inmortalidad, ya que él mismo, a pesar de ser la criatura más longeva del universo, no es inmortal. En lugar de ello, Brahmá le pidió que escogiera cuándo quería morir. Como bendición capciosa, Andhakasur pidió la bendición de morir solo si deseaba a una mujer a la que nunca debería aspirar. Esto lo convertiría en virtualmente inmortal. Con el tiempo, Andhakasur se volvió más materialista y menos interesado en realizar intentos para complacer a dioses. Para entonces él ya había conquistado la tierra y el cielo. En un viaje de placer junto con sus compañeros arribaron al monte Mandhar, donde vivían Shivá y Párvati. Sus compañeros le contaron que allí vivían un asceta y su bella esposa. Andhaka envió a sus compañeros a que se la trajeran. Shiva les explicó a los hombres que ellos dos eran los padres de Andhaka. Los compañeros creyeron que se trataba de una estratagema y obligaron a Andhaka a pelear. Shivá y Párvati desempeñaron un papel horrible en el campo de batalla adoptando muchas formas diferentes. A la mañana siguiente, el ejército de Shivá llegó al campo de batalla y se enfrentó con el ejército de Andhaka, que quería que Párvati fuera suya. Shivá hizo aparecer su forma de demonio guerrero Virabhadra, que mató a casi todo el ejército de Andhaka. Virabhadra mató a la mayor parte de los soldados, pero no logró matar al propio Andhaka. Cada vez que Virabhadra dejaba a Andhaka sangrando por sus manos, brazos, cabeza, tronco, piernas y pies, aparecía una nueva expansión de Andhaka. Virabhadra intentó acabar con él una y otra vez pero no pudo, Párvati y Shivá se indignaron al ver la estratagema de Andhaka y sus expansiones, ya que les parecía una manera tramposa e innoble de no aceptar la derrota.
Párvati entonces invocó a sus ocho expansiones, a saber, Brahmani, Vaishnavi, Maheshwari, Kaumari, Indrani, Varahi, Narasinghi y Chamundai para ayudar a Virabhadra en el campo de batalla. Las ocho diosas madre mataron al resto del ejército de Andhaka. Después se juntaron, todas alineadas en el cielo, para ver la batalla final. Parvati tomó la forma de la horrorosa diosa Bhadrakali para ayudar a Virabhadra. A gran velocidad, Virabhadra empezó a cortar en dos a cada expansión de Andhaka mientras Bhadrakali les sorbía toda la sangre, dejándolas secas. Andhaka fue derrotado y se acercó a sus padres suplicando el perdón. Después de que Virabhadra volvió a entrar en el cuerpo del Señor Shiva, también lo hicieron las ocho diosas madre, y después de que Bhadrakali se absorbió en Parvati, también ingresaron en su cuerpo. Fue perdonado y se convirtió en uno de los hombres de Shiva. Algunos millones de años más tarde, tres de los generales de Andhaka, Duriódhan, que no es el conocido rey Duriódhan del Mahábhárata, Vighasa y Hasti, tropezaron con Shiva y Parvati en una cueva, pero no los reconocieron. Ellos pensaron que la mujer era lo suficientemente hermosa para su rey, por lo que se apresuraron de nuevo a darle la buena noticia. Andhaka les pidió que regresaran y pidieran la mujer en matrimonio. Shiva se negó y Andhaka corrió a la cueva para matarlo. Después se produjo una batalla que duró cientos de años e involucró a muchos otros dioses y demonios, pero finalmente Shiva mató a Andhaka empujando su tridente Trishula en el pecho de su hijo. En algunas versiones, el Señor Shiva levantó a Andhaka clavado en su tridente hasta que el Sol secó los pecados de Andhaka. Después de ese tiempo, Andhaka se purificó y se convirtió en uno de los ganas (asistentes) del dios Shiva y de la diosa Parvati. El mito subraya la lujuria antinatural de Andhaka, producto de su ceguera y su incapacidad para reconocer los errores morales. Volviendo al tema de las armas utilizadas en el Mahábhárata, vemos que las dimensiones de esta arma legendaria tenían cierta semejanza con los proyectiles tácticos nucleares de hoy día: “Un tallo fatal como la vara de la muerte. Medía tres codos y seis pies. Dotado de la fuerza del trueno de Indra, la de mil ojos, destruía toda criatura viva“. Los poderosos efectos de la explosión y el calor producidos por esa arma se describen de una manera imaginativa y lírica, pero una forma que se podría aplicar (salvo por los elefantes) al lanzamiento de una bomba atómica: “Entonces (el dios de esa poderosa arma) se llevó por delante multitudes de Samsaptakas con corceles y elefantes y carros y armas, como si fueran hojas secas de los árboles. Llevados por el viento, oh Rey, parecían hermosos allá arriba como aves en vuelo arrancando de los árboles“.
Y después añade: “Vientos de malos auspicios llegaron a soplar. El Sol pareció dar la vuelta, el Universo, abrasado de calor, parecía tener fiebre. Elefantes y otras criaturas de la tierra, abrasados por la energía del arma, huyeron corriendo. Las mismas aguas al calentarse, las criaturas que vivían en ese elemento, empezaron a arder. Hostiles guerreros caían como árboles quemados en un fuego furioso. Enormes elefantes quemados por esa arma, caían por tierra lanzando terribles gritos. Otros, abrasados por el fuego, corrían de acá para allá mientras, en medio de un incendio de bosque, los corceles y los carros también quemados por la energía de esa arma, parecían como copas de árboles quemados en un incendio de bosque“. Los Samsaptakas eran un grupo de guerreros en la guerra de Kurukshetra que fueron constituidos para matar a Arjuna, el más famoso guerrero de los Pandavas . Este ejército se componía de miles de carros y elefantes, y decenas de miles de caballos y guerreros de infantería. Todos ellos eran muy valientes, difíciles de ser vencidos. Prometieron luchar hasta la muerte para cumplir con su objetivo de matar a Arjuna y así traer la victoria a Duryodhana, el mayor de los cien hijos de rey ciego Dhritarashtra y la reina Gandhari. La guerra de Kurukshetra es un componente esencial del texto épico hindú Mahábharata y, por tanto, de la Bhagavad-Gita, que es una sección del Mahábharata. De acuerdo con el Mahábhárata, la lucha entre clanes hermanos, tales como los Kuru y los Pándava por el trono de Hastināpura, cerca de la actual Nueva Delhi, fue resuelta en una guerra, en la cual un gran número de antiguos reinos participaron como aliados de los clanes rivales. La localización de la batalla fue Kurukshetra, campo de los Kuru, en el actual estado de Haryana, en el Norte de la India. El Mahábharata cuenta que la batalla duró dieciocho días, durante los cuales grandes ejércitos procedentes de toda la India lucharon en ambos lados. La importancia dada a la narración de esta guerra es evidente, ya que mientras la duración de la historia es de siglos e involucra a varias generaciones de familias guerreras, la narración de la batalla, de sólo 18 días, ocupa la mitad del libro. La mayor parte de la narración describe con bastante minuciosidad las batallas individuales de los diferentes héroes de ambas partes, las formaciones militares empleadas cada día por ambos bandos, la diplomacia de la guerra, reuniones y discursos entre héroes y comandantes cada día antes del comienzo de la guerra, las armas utilizadas, etc. Los capítulos (parvas) relacionados con la batalla, del capítulo seis al diez, se consideran entre los más antiguos del Mahábhárata.
El Bhagavad Gita, texto sagrado de la filosofía hindú, que se considera un añadido posterior al Mahábhárata, vuelve a contar la conversación entre el pándava Arjuna y Krishná, sacando a la luz la reticencia de Áryuna a luchar contra miembros de su propia familia. Los hinduistas que creen que la batalla de Kurukshetra fue un hecho histórico, lo datan entre el año 3102 a. C. y el 800 de nuestra era, basándose en cálculos astronómicos y en la información del Mahábhárata. La mitología de la batalla de Kurukshetra se describe también en la batalla de los Diez Reyes, mencionada en el Rig Vedá. Según este libro, el ejército de los Pandavas, mandado por Dhristadyumna, se dividía en 7 divisiones sumando 1.530.900 hombres, mientras sus rivales, los Kauravas, al mando de Bhishma, sumaban 11 divisiones con 2.405.700 hombres. La batalla fue increíblemente violenta para ambos bandos, sobreviviendo solo 8 pandavas y 4 kauranas. Un enorme bajorrelieve de 94 m de longitud describe esta batalla en los muros del templo de Angkor Wat (Camboya), datado en el siglo XII d.C. Como si no hubiera bastante coincidencia en las detalladas descripciones de algo muy parecido a un bombardeo atómico, nos llega desde el antiguo Mahábhárata una suerte de manifestación antinuclear: “Una sustancia como fuego ha surgido a la existencia, quemando ahora colinas y ríos y árboles. Toda clase de hierbas y césped en el Universo móvil e inmóvil quedan reducidos a cenizas. Vosotros, crueles y perversos, emborrachados de orgullo, mediante ese rayo de hierro llegaréis a ser los exterminadores de vuestra raza“. Podemos leer en el Ramayanainformación sobre un terrible proyectil: “Tan poderoso que podía destruir la tierra en un momento. Un gran ruido que se elevaba en humo y llamas y sobre él está sentada la Muerte“.
Estas informaciones transmitidas a los tiempos presentes por los libros clásicos de la India, aparentemente están basadas en un recuerdo de su utilización por parte de alguna antigua civilización, un pueblo que usó esta fuerza y que, mediante su uso, dio lugar a su propia destrucción. Ello está parcialmente confirmados por algunos descubrimientos arqueológicos, que parecen indicar que algo parecido a bombas atómicas se empleó en guerras en nuestro planeta miles de años antes de que empezara la actual historia escrita. No hemos reconocido en las leyendas antiguas estas detalladas referencias a una supuesta guerra nuclear hasta que no hemos desarrollado nosotros mismos la bomba atómica. La mayor parte de esas referencias proceden del Mahábhárata, el Ramayana, textos puránicos y védicos, como el Mahavira Charita y otros textos sánscritos que nos han llegado desde tiempos remotos. Se supone que el Mahábhárata se escribió originalmente en sánscrito hacia el 1500 a.C., pero versaba sobre leyendas que databan, al menos, unos 5.000 años antes. Desde la primera traducción completa del Mahábhárata, en 1843, se supuso que solo eran ejemplos de la imaginación oriental, en este caso sobre guerras de dioses y héroes antiguos. Mahábhárata significa, en sánscrito, Gran Bharata. Es el más extenso poema épico de la literatura india antigua, siendo el segundo el Ramayana. Antes de conocerse los efectos de la bomba atómica estos poemas carecían de sentido. Pero actualmente no, al igual que los carros de fuego que llevaban aquellas armas por los aires. El Mahábhárata refiere la historia de un señor feudal llamado Gurkha con estas palabras: “Venía a bordo de un vimana, y sació su ira enviando un sólo y único rayo en contra de la ciudad. Una enorme columna de fuego diez mil veces más luminosa que el sol se levantó, y la ciudad quedó reducida a cenizas en el acto“. El Libro de Krisna relata: “Era capaz de moverse sobre el agua y bajo el agua. Podía volar tan alto y veloz que resultaba imposible de ver. Aunque estuviese oscuro, el piloto podía conducirlo en la oscuridad“. El Ramayana relata: “Las Vimanas tienen la forma de una esfera y navegaban por los aires a causa del mercurio (rasa) levantando un fuerte viento. Hombres a bordo de los Vimanas podían así cubrir grandes distancias en un espacio de tiempo sorprendentemente corto, pues el hombre que conducía lo hacía a su voluntad volando de abajo arriba, de arriba abajo, adelante o atrás“. En el Saramangana Suttradhara se lee: “Estaban hechos con planchas de hierro bien unidas y lisas y eran tan veloces que casi no se los podía ver desde el suelo. Los hombres de la tierra podían elevarse muy alto en los cielos y los hombres de los cielos podían bajar a la tierra“. En el Ramayana se nos dice: “Debe haber cuatro depósitos de mercurio (rasa) en su interior. Cuando son calentados por medio de un fuego controlado, el vimana desarrolla un poder de trueno por medio del mercurio. Si este motor de hierro, con uniones adecuadamente soldadas, es llenado de mercurio y el fuego se dirige hacia la parte superior, desarrolla una gran potencia, con el rugido de un león e inmediatamente se convierte en una perla en el cielo“.
En el Mahavira Charita podemos leer: “Un proyectil, cargado con la fuerza del universo, produjo una inmensa columna de humo y llamas deslumbrantes. Tan brillantes como 10.000 soles en todo su esplendor. Era una arma desconocida un trueno de hierro, un gigantesco mensajero de la muerte, que redujo a cenizas a la totalidad de la raza enemiga. Los cuerpos quedaron irreconocibles, sus cabellos y uñas se caían, la loza se rompía espontáneamente y las aves vieron decolorados su plumaje. Después de unas cuantas horas, todos los alimentos quedaron contaminados, para poder escapar de ese fuego, los soldados se arrojaron a los ríos para lavar su equipaje y lavarse ellos mismos. El sol pareció temblar, y el universo se cubrió de calor. Las aguas hirvieron, los animales comenzaron a perecer y los guerreros hostiles cayeron derribados como briznas. Grandes proporciones de vegetación quedaron desiertos, y hasta el metal de las carrozas se fundió ante esta arma“. Se considera en la India, por parte de los entendidos, que los primeros cronistas diferenciaron en sus relatos lo real de lo ficticio. Los hechos reales, cuya autenticidad estaba fuera de toda duda, eran conocidos como “Manusa“. El Mahábhárata, Ramayana, Mahavira, y otros textos tenidos por fantasiosos, pertenecen a la categoría “Manusa“. Con respecto a restos que pueden pertenecer a restos de ciudades que sufrieron un ataque nuclear, tenemos en caso de las ruinas de las antiguas ciudades de Mohenjo-Daro y Harappa, aunque no tenemos idea de cuáles eran sus nombres cuando prosperaron. No se sabe quiénes la construyeron, pero sí que lo hicieron en las riberas del río Indo, en la actual Pakistán. Representan, que se conozca, los primeros centros urbanos planificado de la historia. Pese al terrible significado del nombre de Mohenjo-Daro, “Monte de los Muertos”, mantuvo su poder y prosperidad durante centenares de años. Las ruinas de estas antiguas ciudades parecen haber albergado, en sus enormes áreas, poblaciones de más de un millón de habitantes cada una.
Tammuz era una divinidad babilónica, consorte de Inanna e hijo de Nemrod y Ninsun. Es el dios pastor y de la fertilidad. Se le llama Talmuz entre los semitas y Adonis para los fenicios y sirios. Sin embargo, en el panteón sumerio recibía el nombre de Dumuzi. Su compañero eterno fue Ningizzida y ambos custodiaban las puertas del cielo. Él era un mortal, y su casamiento con Inanna le garantizó la fertilidad de la tierra y la fecundidad de la matriz. Pero más tarde, debido al comportamiento desaprensivo de Tammuz hacia Inanna, ésta lo envía al inframundo durante los seis meses más calurosos. Al volver, coincidiendo con el equinoccio de otoño, se dio su nombre al mes del calendario de la antigua Mesopotamia en su honor. Dumuzi habría sido el quinto o el sexto rey de la dinastía de Bad-Tibira, correspondiente a los reyes antediluvianos. Los textos que tratan de la muerte de Dumuzi, así como de la prisión de Marduk, mencionan los nombres de algunas ciudades sumerias y de sus pobladores. Marduk fue un dios de la ciudad de Babilonia. Cuando esta ciudad se convirtió en el centro político de los estados unificados del valle de Éufrates en los tiempos de Hammurabi (siglo XVII a. C.), se levantó como cabeza del panteón de dioses babilónicos. Era hijo de Ea, también llamado Enki en sumerio. Los acontecimientos de los que se habla en aquellos textos tuvieron lugar después de que hubiera comenzado la civilización urbana sumeria, hacia el 3800 a.C. Por otra parte, el fondo egipcio de los relatos no hace referencia a asentamientos urbanos, y describe un entorno pastoril, sugiriendo así una época previa al 300 a.C., que es cuando tuvo sus inicios la civilización urbana en Egipto. En los escritos de Manetón, se dice que el reinado urbano de Menes le precedió un caótico período de 350 años. Este período, entre el 3450 y el 3100 a.C, parece haber sido la época de los conflictos y las tribulaciones que desencadenara Marduk, como el de la Torre de Babel, así como el asunto de la muerte de Dumuzi. Zecharia Sitchin cree que fue entonces cuando los “dioses” anunnaki pusieron su atención en la Tercera Región, la del Valle del Indo, donde poco después comenzaría la civilización. A diferencia de las civilizaciones mesopotámica y egipcia, que pervivieron durante milenios y continuaron hasta el día de hoy, a través de sus civilizaciones descendientes, la civilización de la Tercera Región duró sólo un milenio. Poco después comenzó a declinar, y hacia el 1600 a.C. había desaparecido por completo. Sus ciudades estaban en ruinas, sus gentes dispersas. El pillaje humano y los estragos de la naturaleza arrasaron poco a poco los restos de la civilización, y, con el tiempo, se olvidó por completo.
Fue en la década de 1920 cuando unos arqueólogos, liderados por Sir Mortimer Wheeler, comenzaron a desenterrar dos importantes centros y varios lugares intermedios que se extendían a lo largo de más de seiscientos kilómetros, desde la costa del Océano índico hacia el norte, a lo largo del río Indo y sus afluentes. Ambos lugares, Mohenjo-Daro, en el sur, y Harappa, en el norte, demostraron ser ciudades importantes, con casi cinco kilómetros de circunferencia. Altas murallas rodeaban y recorrían el interior de las ciudades, murallas que, al igual que los edificios públicos y los privados, fueron construidas con ladrillos de arcilla o barro. De hecho, había tantos de estos ladrillos que, a pesar del constante saqueo, tanto en tiempos antiguos como más recientemente, todavía quedan suficientes restos en pie como para revelar la ubicación de las ciudades y el hecho de que aparentemente se hubiesen construido según unos planes preconcebidos. En ambos lugares, la ciudad estaba dominada por una acrópolis, una zona elevada de ciudadelas y templos. En ambos casos, estas estructuras tenían las mismas medidas y estaban orientadas exactamente sobre un eje norte-sur, con lo que se demuestra que sus constructores siguieron unas reglas estrictas a la hora de erigir los templos. En ambas ciudades, un rasgo destacable lo constituían unos inmensos graneros, silos de cereales de un gigantesco tamaño e impresionantemente funcionales, situados cerca de la orilla del río. Esto sugiere que los cereales no sólo constituían su principal cosecha, sino también el principal producto de exportación de la civilización del Indo. Las ciudades y los pocos objetos que aún se encontraban entre sus ruinas, tales como hornos, urnas, cerámica, herramientas de bronce, cuentas de cobre, algunos recipientes de plata y ornamentos, nos hablan de una elevada civilización que se trasplantó súbitamente a aquella zona desde algún otro lugar. Así, las dos construcciones de ladrillo más antiguas de Mohenjo-Daro, un inmenso granero y una torre fortificada, se reforzaron con vigas de madera, un método de construcción completamente inadecuado para la climatología del valle del Indo. Sin embargo, este método se abandonó pronto, y todas las construcciones posteriores evitaron los refuerzos con vigas de madera.
Los expertos han llegado a la conclusión de que los primeros constructores de aquellas ciudades eran extranjeros acostumbrados a sus propias necesidades climáticas. Buscando los orígenes de la civilización del Indo, los expertos llegaron a la conclusión de que no pudo haber surgido con independencia de la civilización sumeria, que la precedió en casi mil años. A pesar de sus notables diferencias, tales como su aún por descifrar escritura pictográfica, por todas partes se pueden encontrar similitudes con Mesopotamia. El uso de ladrillos de barro o arcilla secos para la construcción; la disposición de las calles en las ciudades; el sistema de drenaje; los sistemas químicos utilizados para grabar, vidriar y para la elaboración de cuentas; las formas y diseños de dagas y tarros metálicos, todos son sorprendentemente similares a lo descubierto en Ur, Kis u otros lugares mesopotámicos. Incluso los diseños y los símbolos utilizados en la cerámica, los sellos u otros objetos de arcilla, son duplicados virtuales de los mesopotámicos. Y, curiosamente, el signo mesopotámico de la cruz, el supuesto símbolo de Nibiru, el planeta original de los anunnaki, también podía verse en toda la civilización del Indo. ¿A qué dioses daban culto las gentes del valle del Indo? Las escasas representaciones pictóricas que se han encontrado les muestran con el divino tocado de cuernos mesopotámico. Las figurillas de arcilla, más abundantes, indican que la deidad predominante era una diosa, normalmente desnuda, con el pecho al descubierto o con hileras de cuentas y collares como única vestimenta. Éstas eran representaciones bien conocidas de Inanna, encontradas abundantemente por Mesopotamia y todo Oriente Próximo. Y Zecharia Sitchin cree que, buscando una tierra para Inanna, los anunnaki decidieron convertir la Tercera Región en sus dominios. Aunque, en términos generales, se sostiene que las evidencias de los orígenes mesopotámicos de la civilización del Indo y de los contactos entre Sumer y el valle del Indo se limitan a unos cuantos restos arqueológicos, Sitchin cree que existen también evidencias textuales que confirman estos lazos. De interés particular resulta un largo texto al que los expertos llaman Enmerkar y el Señor de Aratta, cuyo contenido es el de la subida al poder de Uruk (Erek en la Biblia) y de Inanna.
Este texto describe Aratta como la capital de un país situado más allá de las cadenas montañosas y más allá de Anshan, es decir, más allá del sudeste de Irán. Ahí es, precisamente, donde se encuentra el valle del Indo; y expertos como J. van Dijk, autor de La confusion des langues, han supuesto que Aratta era una ciudad «situada en la meseta iraní o junto al río Indo». Pero lo más sorprendente de todo es el hecho de que, en el texto, se habla de los silos de cereales de Aratta. Era un lugar en donde «el trigo crecía solo, y las judías también crecían solas», las cosechas se acumulaban y se almacenaban en los depósitos de Aratta. Más tarde, con el fin de exportarlo, «metían el cereal en sacos, los cargaban en cajas de carga y los ponían en los costados de los burros de transporte». La ubicación geográfica de Aratta, y el hecho de que sea un lugar famoso por sus judías y sus cereales almacenados, lleva necesariamente a pensar en la civilización del Indo. Y lo cierto es que uno llega a preguntarse si Harappa o Arappa no será el eco actual de la antigua Aratta. El antiguo texto nos remonta a los comienzos del reino de Erek, cuando un semidiós, el hijo de Utu/Shamash y de una mujer humana, se convirtió en sumo sacerdote y rey en el sagrado recinto a partir del cual se desarrollaría la ciudad. Hacia el 2900 a.C., le sucedió su hijo Enmerkar, «que construyó Uruk», según las Listas Sumerias de los Reyes, transformándola, de la morada nominal de un dios ausente (Anu), en el principal centro urbano de una deidad reinante. Y consiguió esto al convencer a Inanna para que eligiera Erek como su sede de poder, y al agrandar para ella el templo de Eanna («Casa de Anu»). Por este antiguo texto sabemos que, primero de todo, Enmerkar pidió a Aratta que contribuyera a la ampliación del templo con «piedras preciosas, bronce, plomo, losas de lapislázuli», así como con «hábiles trabajos de oro y plata», para que el Monte Sagrado que se estaba elevando para Inanna fuera digno de la diosa. Pero, tan pronto consiguió esto, el corazón de Enmerkar se hizo altivo. Una gran sequía afligió a Aratta, y entonces Enmerkar no sólo exigió materiales, sino también obediencia: «¡Que Aratta se someta a Erek!», exigió. Para lograr su propósito, Enmerkar envió a Aratta una serie de emisarios para dirigir lo que Samuel Noah Kramer, en su obra La historia empieza en Sumer, ha definido como «la primera guerra de nervios». Alabando a su rey y sus poderes, el emisario citaba textualmente las amenazas de Enmerkar de traer la desolación sobre Aratta y dispersar a sus gentes. Sin embargo, el soberano de Aratta contrarrestó su guerra de nervios con una hábil estratagema. Recordándole al emisario la confusión de lenguas que hubo en el pasado con el incidente de la Torre de Babel, afirmó que no podía comprender el mensaje en sumerio.
Enmerkar, frustrado, envió otro mensaje, esta vez escrito en tablillas de arcilla y, al parecer, en la lengua de Aratta, una hazaña que sólo pudo lograr con la ayuda de Nidaba, la Diosa de la Escritura. Además de las amenazas, se hizo una oferta de semillas de «el grano de antaño» que se había conservado en el Templo de Anu. Eran semillas, al parecer, muy necesarias en Aratta, a causa de la larga sequía que había destruido sus cosechas. Y se afirmaba que la sequía había sido la señal de que era la misma Inanna la que deseaba que Aratta se pusiera «bajo la sombra protectora de Erek». «El señor de Aratta tomó la tablilla cocida que le tendía el heraldo; el señor de Aratta examinó la arcilla». Estaba inscrita en escritura cuneiforme: «La palabra dictada parecía como de uñas». ¿Cedería o se resistiría? Justo en aquel momento, «una tormenta, como un gran león atacando, se desató». La sequía terminó de repente con un trueno que hizo que temblara todo el país, que las montañas se estremecieran; y, una vez más, «la blanca y amurallada Aratta» se convirtió en tierra de abundantes cereales. Ya no hacía falta ceder ante Erek; y el señor de Aratta le dijo al heraldo: «Inanna, la reina de las tierras, no ha abandonado su Casa en Aratta; no le ha entregado Aratta a Erek». A pesar de la alegría en Aratta, las expectativas de que Inanna no fuera a abandonar su morada allí no eran del todo satisfactorias. Seducida por la idea de residir en un gran templo en la Ciudad de Anu, en Sumer, Inanna se convirtió en una «diosa trabajadora», por así decirlo, que tenía su empleo en la lejana Aratta, pero que vivía en la metropolitana Erek. Así pues, iba de un sitio a otro en su «Barco del Cielo». Sus constantes vuelos fueron el motivo de múltiples representaciones en las que se le muestra como aeronauta. Y, según se infiere de algunos textos, era ella misma la que pilotaba. Por otra parte, como a otras deidades importantes, se le asignó un piloto-navegante para los vuelos más exigentes. Como en los Vedas, que hablan de pilotos de los dioses, en que uno, Pushan, «llevaba a Indra a través de las manchadas nubes» en la «nave de oro que viaja por las regiones medias del aire», en los primitivos textos sumerios se habla de los AB.GAL, que llevaban a los dioses por los cielos. El sistema de escritura de Mohenjo-Daro y Harappa no ha sido descifrado nunca, aunque se ha encontrado un sistema similar en otra zona: en la isla de Pascua, en el Pacífico, a miles de kilómetros de distancia. Asimismo, no muy lejos del Valle del Indo, en 1992 fue encontrada una gran capa de cenizas radioactivas en Rajasthan, India, cubriendo un área de unos ocho kilómetros cuadrados, a 16 kilómetros al oeste de Jodhpur. La radiación es tan intensa que aún contamina la zona. Curiosamente en esta zona, supuestamente sometida al ataque con bombas nucleares, está ubicado el desierto de Thar. Aquella zona se caracteriza por el gran número de malformaciones congénitas que se dan en los alrededores.
Los niveles de radiación son tan elevados que como medida cautelar el gobierno hindú ha acordonado la zona. En las inmediaciones se encuentran restos de dos antiguas ciudades, Mohenjo-Daro y Harappa, que tendrían una antigüedad entre 8.000 y 12.000 años, y que pudieron estar habitadas por cerca de un millón de personas. Al parecer, estas dos ciudades fueron destruidas repentinamente. Cuando se ampliaron las excavaciones de Harappa y Mohenjo-Daro, se descubrieron esqueletos esparcidos por las ciudades, muchos cogidos de las manos y tendidos en las calles como si un instantáneo y horrible cataclismo hubiera matado a sus habitantes. La gente yacía allí, sin enterrar, en las calles de la ciudad, parecía que no hubo nadie disponible para enterrarlos después. ¿Qué podría haber causado tal catástrofe? ¿Por qué los cuerpos no se descompusieron o no fueron comidos por animales salvajes? Por otra parte, no existe una causa aparente de una muerte física violenta. Asimismo, Alexander Gorbovsky, en Curiosidades de la Historia Antigua, reportó sobre el descubrimiento de, al menos, un esqueleto humano en esta área con un nivel de radiactividad de aproximadamente cincuenta veces mayor de lo que debería haber sido, debido a la radiación natural. Por otra parte, miles de bultos fusionados, bautizado como “piedras negras“, han sido encontradas en Mohenjo Daro. Parecen ser fragmentos de vasijas de barro que se fundieron bajo un extremo calor. Las excavaciones han revelado esqueletos dispersos, como sí el fin del mundo hubiera llegado tan rápidamente que los habitantes no hubieran tenido tiempo de irse a sus casas. Esos esqueletos, al cabo de no se sabe cuántos miles de años, están todavía entre los más radiactivos que se han encontrado nunca, al nivel de los de Hiroshima y Nagasaki. Otra muestra curiosa de una antigua guerra nuclear en la India es un gigantesco cráter cerca de Mumbai (antes Bombay). El cráter Lonar, casi circular y de 2.154 metros de diámetro, situado a 400 kilómetros al noreste de Mumbai y fechado, por lo menos, en unos 50.000 años de antigüedad, podría estar relacionado con una guerra nuclear en la antigüedad. No se ha encontrado rastro de ningún material meteórico en el lugar o en sus proximidades, y este es único cráter de “impacto” de basalto en el mundo. Indicaciones de un gran impacto, con una presión superior a 600.000 atmósferas, y con un intenso y abrupto calor, indicado por pequeños cristales de basalto, pueden observarse en aquel lugar. Con el descubrimiento de esta zona radiactiva, aparecen ante nuestros ojos los relatos del Mahábhárata, la epopeya india, que de hecho habla de muerte y destrucción.
Si atendemos a los textos que han llegado hasta nosotros, el relato de la destrucción de Sodoma y Gomorra parece más bien la descripción de una ciudad arrasada por una devastación nuclear. La versión oficial para la desaparición de Sodoma y Gomorra se ha explicado a partir de algún posible seísmo que desencadenó posteriores explosiones de bolsas de gas y betún propios de la zona, ignorando la propia descripción bíblica que hace una muy clara referencia a que la destrucción provino desde el cielo, no desde debajo de la tierra. Sin embargo, las excavaciones arqueológicas realizadas en los alrededores de la zona, donde se cree que se encontraban estas antiguas ciudades, han dado niveles de radiación muy elevados, lo cual no se explicaría con la teoría oficial. Asimismo, toda la superficie de esta zona ofrece una imagen desoladora y está cubierta de una capa de cenizas blancas y restos de azufre, descripción más semejante al que nos hace el relato del Antiguo Testamento. No se sabe exactamente donde pudieron estar estas dos ciudades. Pero todo parece indicar que posiblemente fueron sepultadas por las aguas del Mar Muerto, después de la gran catástrofe de origen “divino“. Algunos de los manantiales que vierten sus aguas al Mar Muerto están contaminados por radioactividad, al igual que el terreno de la zona. Según algunos estudiosos, como los arqueólogos norteamericanos William Foxwell Albright y P. Harland, aseguran que toda esta área quedó despoblada bruscamente en el siglo XXI a.C., no siendo de nuevo repoblada hasta varios siglos después. Si a esto le sumamos lo que describe el Antiguo Testamento sobre la mujer de Lot, que al intentar escapar de la terrible suerte que esperaba a estas ciudades, se giro a mirar y se transformo en una estatua de sal. La difícil ubicación de estas ciudades sigue siendo el mayor problema a la hora de interpretar estos pasajes. Sabemos, eso sí, que ambas ciudades estaban muy cerca del Mar Muerto. Allí, como es bien conocido, la concentración de sal en el agua es muy elevada. Es como si en ese lugar su hubiese producido una imponente explosión que hubiese causado la evaporación repentina del agua como consecuencia del enorme calor. A continuación la sal se habría volatizado y, luego, en una fase de condensación, habría cubierto toda la zona de sal.
Tras la lectura de los primeros pasajes bíblicos sobre las actuaciones de Yahvé, descubrimos que más que un dios parecía ser alguien que disponía de poderosas armas y una avanzada tecnología. Hizo uso de ellas en más de una ocasión, especialmente como un modo de manifestación de su ira. Albion W. Hart,, un prestigioso ingeniero, observó en diferentes lugares de África, especialmente en zonas desérticas, que en la arena se hallaban unos cristales verdosos, como si fuesen resultado de una fusión a altísimas temperaturas. Años después identifico ese mismo tipo de fusión en otro lugar del globo. Concretamente en Estados Unidos, en el desierto de Nuevo México, en el sur del país, lugar donde el ejercito experimentó con su armamento nuclear. Era curioso encontrar este mismo tipo de cristales en zonas, como África, donde se supone no se produjeron explosiones de ese tipo. Algo similar se descubrió al sur de Irak, en el valle del rio Eufrates. Allí las excavaciones dejaron al descubierto una capa de vidrio verde, que databa de una época antiquísima. Para la formación de estos cristales se necesitaría un fusión muy parecida a la que se produce como resultado de explosiones nucleares. Pero se supone que en la época de que datan estos cristales no existía tal armamento. O quizá sí. Otro dato misterioso es el propio origen del mar Muerto. No se sabe que dio pie a su formación. Sin embargo, una imponente explosión y una permanente radiación podrían haberlo originado. En la zona sur del mar Muerto se han identificado altos niveles de radioactividad, que antaño, según los geofísicos, fue lo suficientemente alta como para afectar a varias generaciones. La Biblia claramente identifica el valle de Sidim con el Mar Salado, lo que sugiere que hubo una vez un valle donde ahora se encuentran las aguas. Las ciudades destruidas estuvieron, de hecho, una vez situadas en la zona del Mar Muerto, sacando esta conclusión de los historiadores griegos y romanos, quienes manifestaron que el valle fue inundado después del evento. No es coincidencia que el nombre de Gomorra llegó a significar “inmersión” en el idioma hebreo, ni que la Biblia se refiera al Mar Salado como el Mar Arabá, el último término significando en hebreo “seco o quemado“, y por lo tanto conmemorando el supuesto ataque nuclear. Más específicamente, los estudiosos localizan las ciudades malvadas en la parte sur del Mar Muerto, que hasta hoy es llamado “Mar de Lot“, conmemorando al hombre a quien se le permitió escapar del desastre.
La Biblia ofrece una serie de nuevas pistas que señalan la localización exacta, tales como referencias a sal, betún y alquitrán (brea). Todo encaja con el sur del Mar Muerto. Esta área sigue siendo, en algunos lugares, una ciénaga de sal. Hasta la fecha, trozos de alquitrán todavía flotan en la superficie del Mar Muerto, que por esta razón fue llamado Lago Asfaltitas en la antigüedad. Además, la costa sur-este del Mar Muerto es rica en vegetación, de acuerdo con la descripción bíblica. ¿Qué evidencia física puede demostrar que en la antigüedad ocurrió una explosión nuclear en el Mar Muerto? La geología del Mar Muerto es inusual. Está dividido en dos partes por una gran península llamada Lisan (“la lengua“), que alcanza hasta dos millas de la costa occidental. Al norte de Lisan, el Mar Muerto tiene hasta 1310 metros de profundidad, el punto más bajo sin salida al mar en la Tierra. Hacia el sur, en total contraste, las aguas son poco profundas, de sólo tres a cuatro metros de profundidad. ¿Podría esta inusual característica geológica atribuirse a una explosión que causó que el previamente seco “valle de los campos” se sumergiera bajo el agua? Hasta el día de hoy, niveles anormales de radiactividad se encuentran en el agua de los manantiales alrededor de los bordes del extremo sur del Mar Muerto. Un estudio confirmó que esta radiactividad era suficientemente alta como para “inducir esterilidad y aflicciones aliadas en los animales y los seres humanos que la absorben durante un número de años“. Otra prueba de una posible explosión nuclear está siendo revelada por el descenso del nivel del Mar Muerto. La contracción de su superficie ha expuesto extrañas fisuras, descritas por un observador como “fisuras de las rocas casi arquitectónicamente articuladas“. Por otro lado, la concentración de sal supera en más de cinco veces el nivel normal. Esto es causado por la ausencia de cualquier corriente del Mar Muerto, por lo que está expuesto a la evaporación. Los 6,5 millones de toneladas de agua dulce que se vierten todos los días desde el río Jordán erosionan la sal natural del fondo del mar Muerto, lo que aumenta la concentración de sal. Pero aquí hay un hecho extraño. En octubre de 1993, se anunció que científicos israelíes y alemanes intentarían tomar muestras de sedimentos de debajo del Mar Muerto, utilizando la última tecnología de perforación. Los intentos anteriores habían fracasado debido a una capa muy dura de sal de roca, a unos pocos metros por debajo del fondo del mar. ¿Qué suceso no natural podría haber formado una costra de sal de roca tan dura? ¿Cómo se explica que en una remota antigüedad hubiesen existido civilizaciones con una tecnología capaz de construir armas nucleares?
Nuestra actual civilización ha tardado aproximadamente 6.000 años en pasar de la agricultura primitiva al desarrollo de la bomba atómica. La humanidad, sin embargo, cuya edad se calcula ahora en millones de años, hacía por lo menos 100.000 años que tenía una capacidad cerebral tan desarrollada como la del hombre moderno. Algunos cráneos de Cro-Magnon muestran incluso una capacidad craneana superior a la del hombre moderno. En los últimos veinte años de exploración arqueológica, terrestre y submarina, se ha hecho cada vez más evidente que ha habido civilizaciones anteriores, tan antiguas que no sabemos sus nombres. Si esas civilizaciones llegaron a tener un progreso científico, habrían tenido tiempo sobrado de desarrollar una sociedad tecnológica que les pudiera llevar a explorar y usar la fuerza atómica, hasta enfrentarse, como ahora nosotros, con la misma alternativa de control o destrucción. Quizá ése es un desarrollo normal en una civilización que avanza constantemente hasta que se destruye a sí misma. Tal como estamos viendo, ciertos informes conservados en la antigua literatura prehistórica, parcialmente confirmados por algunos curiosos descubrimientos arqueológicos, parecen indicar que algo parecido a bombas atómicas se emplearon en guerras en nuestro planeta miles de años antes de que empezara la actual historia escrita. No hemos reconocido esas detalladas referencias a la guerra nuclear en las leyendas antiguas hasta que no hemos desarrollado nosotros mismos la fuerza atómica. ¿Existió en la Tierra una antigua y avanzada civilización, tal vez extraterrestre? La pregunta es relevante, tal como han indicado investigadores como Erich von Däniken y Zecharia Sitchin. Pero, ¿existen evidencias de que extraterrestres visitaron la Tierra y vivieron en ella hace miles de años? Se han propuesto muchas posibles teorías, desde que la Atlántida fue una civilización de alta tecnología, que nos dejó un aún no descubierto Salón de Registros en el complejo de las pirámides de Gizeh, hasta la posibilidad de que las Líneas de Nazca pudiesen ser un aeropuerto prehistórico o señales tipo balizas para naves voladoras.
La popularidad de Nazca es debida a Erich von Däniken. Lo que su enfoque ha revelado es que la ciencia, en la década de 1960, pensaba que tenía todas las respuestas, pero en gran medida tuvo que realizar muchas investigaciones adicionales. Hoy en día, esto ha significado que algunos de los sitios, tales como Nazca, han recibido una atención científica más apropiado. Otro popular autor de las teorías sobre antiguos astronautas es Zecharia Sitchin, que originalmente decidió enfocarse en la civilización Sumeria, y analizó cada detalle de sus mitos e historia. Estos mitos, cuando eran debidamente traducidos, indicaban una clara evidencia de una intervención extraterrestre en nuestra civilización. Para explicarlo, escribió una serie de libros, a los que agrupó en la colección de Las Crónicas de la Tierra. Su primer libro fue El Duodécimo Planeta, escrito en 1976. Dentro de nuestra mentalidad actual, los cambios detallados de la estructura molecular del ADN podría ser vista como evidencia de una manipulación muy avanzada, fuera del alcance de cualquiera de nuestros antepasados terrestres. De hecho, Sitchin ha mirado hacia tales manipulaciones genéticas y afirma haberlas detectado en los mitos sumerios. Uno de los mejores candidatos a ser una evidencia es la de una supuesta guerra nuclear que, según Sitchin, es precisamente lo que ocurrió en el Oriente Medio en el tercer milenio antes de Cristo. En apoyo a esta conclusión utiliza fotografías de la península del Sinaí, tomadas desde el espacio. Supuestamente muestran una inmensa cavidad y grieta en su superficie, mostrándonos que tal vez tuvo lugar una explosión nuclear. Añade Sitchin que la zona está sembrada de rocas trituradas, quemadas y ennegrecidas, que contienen una proporción muy inusual de isótopos de uranio-235, indicando, en opinión de expertos, que estuvieron expuestas a un repentino e inmenso calor, tal vez de origen nuclear. Sitchin también argumenta que un inusual cambio climático ocurrió en las zonas limítrofes del Mar Muerto, dando lugar a tormentas de polvo. Y que el polvo, un inusual “polvo mineral atmosférico“, fue llevado por los vientos predominantes sobre el Golfo Pérsico. Según Sitchin, esto se debió a un “dramático suceso poco común que se produjo cerca de 4025 años antes del presente“, o aproximadamente 2.025 años antes de Cristo. Añade que el nivel del Mar Muerto cayó abruptamente 100 metros en ese tiempo, subrayando que algo verdaderamente catastrófico ocurrió. Pero, a pesar de décadas de búsqueda, Sitchin parece haber sido incapaz de encontrar evidencias que corrobore que la península del Sinaí está, en efecto, sembrada de restos nucleares. Esto no invalida su teoría como tal, pero le ha impedido avanzar. Considerando que la historia del Mahábhárata es una cierta evidencia, los descubrimientos arqueológicos en la India plantean serios problemas para aquellos que tratan de negar la posibilidad de una antigua guerra atómica. Creer en la existencia de la Atlántida o en una civilización muy avanzada, que podría no haber dejado ningún rastro, es una cosa, pero sugerir que nuestros antepasados pudieran haber utilizado armas nucleares es mucho más difícil de asimilar.
Hasta que el tema sea abordado seriamente, los cuerpos encontrados en Harappa y Mohenjo Daro siguen siendo un misterio, aunque un hecho evidente es que había una alta radioactividad en las ruinas de aquellas ciudades. En un antiguo texto sumerio se dice: “Ha sido creado como un arma; ha embestido como la muerte. A los anunnaki, que eran cincuenta, los ha destruido. El Orbitador Supremo, que vuela como un ave ha sido herido en el pecho”. Uno de los manuscritos más largos y completos, perteneciente al extraordinario hallazgo del Mar Muerto en 1947, habla de una guerra entre “Los Hijos de la Luz y los Hijos de las Tinieblas”. Los Manuscritos del Mar Muerto o Rollos de Qumrán, llamados así por hallarse en grutas situadas en Qumrán, a orillas del mar Muerto, son una colección de 972 manuscritos. La casi totalidad de los manuscritos están redactados en hebreo y arameo y sólo algunos ejemplares utilizan el griego. Los primeros siete manuscritos fueron descubiertos accidentalmente por pastores beduinos a finales de 1946 o principios de 1947, en una cueva en las cercanías de las ruinas de Qumrán, en la orilla noroccidental del mar Muerto. Posteriormente, hasta el año 1956, se encontraron manuscritos en un total de once cuevas de la misma región. Parte de los manuscritos hallados en el Mar Muerto constituyen el testimonio más antiguo del texto bíblico encontrado hasta la fecha. En Qumrán se han descubierto aproximadamente 200 copias, la mayoría muy fragmentadas, de todos los libros de la Biblia hebrea, con excepción del libro de Ester, aunque tampoco se han hallado fragmentos de Nehemías, que en la Biblia hebrea hace parte del libro de Esdras. Del libro de Isaías se ha encontrado un ejemplar completo. Otra parte de los manuscritos son libros no incluidos en el canon de la Tanaj, comentarios, calendarios, oraciones y normas de una comunidad religiosa judía específica, que la mayoría de expertos identifica con los esenios. La mayoría de los manuscritos se encuentran hoy en el Museo de Israel, en Jerusalén, en el Museo Rockefeller de Jerusalén, así como en el Museo Arqueológico Jordano en Ammán (Jordania). Algunos manuscritos o fragmentos se encuentran también en la Biblioteca Nacional de Francia, en París o en manos privadas, como la Colección Schøyen en Noruega. La mayoría de los manuscritos datan de entre los años 250 a.C. y 66 d.C., antes de la destrucción del segundo Templo de Jerusalén por los romanos en el año 70 d.C. Lo intrigante es que el manuscrito antes indicado no sólo anticipa una guerra de humanos, sino que seres divinos se involucrarán en un enfrentamiento contra la mismísima oscuridad: “Los Hijos de la Luz lucharán contra los Hijos de las Tinieblas con una demostración de poderío divino, en medio de un estrepitoso tumulto, en medio de los gritos de dioses y hombres”. Según el Mahábhárata hubo una feroz batalla en el cielo. El vencedor fue el poderoso Indra, que combatió desde su vehículo aéreo a los asuras, que se ocultaban en sus “nubes fortalezas”.
Los himnos del Rig Veda describen así a la “deidad”: “Tú avanzas de combate en combate intrépidamente, destruyendo castillo tras castillo con tu fuerza. Tú, Indra, con tu amigo, que hace que el enemigo se doblegue, redujiste desde lejos al astuto Namuchi. Tú que diste muerte a Naranja, Parnaya. Tú que has destruido las cien ciudades de Vangrida. Las crestas del noble cielo sacudiste cuando tú, atrevido, por ti mismo heriste a Sambara”. Por otra parte, en los archivos reales de la cultura hitita, se habla del dios Teshub, “Divino Tormentador”, y de sus pretensiones por controlar las regiones superiores de la Tierra. Además se mencionan las batallas que el dios Kumarbi había lanzado contra él y contra sus descendientes. Al igual que el relato que ofrecen otras culturas del mundo, el vengador Kumarbi se apoya en otros “dioses” aliados para dar la batalla final. El hilo conductor está en que los hititas, aunque pronunciaban los nombres de sus deidades en su propia lengua, los escribían utilizando la escritura sumeria. El término “divino” que empleaban, “DIN.GIR”, es sumerio, y según Sitchin significa: “Los Justos de las Naves Voladoras”. Todas las referencias que disponemos señalan a los dioses en medio de terribles batallas estelares. La epopeya hitita, con claras connotaciones sumerias, recuerda también el relato sánscrito de la batalla final entre Indra y el “demonio” Vritra: “Y entonces se pudo contemplar una terrorífica visión, cuando dios y demonio entablaron combate. Vritra disparó sus agudos proyectiles, sus incandescentes rayos y relámpagos. Después, los relámpagos se pusieron a centellear, los estremecedores rayos a restallar, lanzados orgullosamente por Indra. Y, de pronto, el toque de difuntos de la perdición de Vritra estuvo sonando con los chasquidos y estampidos de la lluvia de hierro de Indra; perforado, clavado, aplastado. Con un horrible alarido el agonizante demonio cayó de cabeza. E Indra le dio muerte con un rayo entre los hombros”. Los textos antiguos de la India están llenos de estas desconcertantes referencias a batallas en el cielo y vehículos voladores. Volviendo al Mahábhárata, palabra sánscrita que significa “gran guerra”, se puede leer que Maia, otra curiosa “deidad” hindú, construyó un gran habitáculo de metal, que fue trasladado al cielo. Cada una de las divinidades, como Indra, Yama, Varuna, Kuvera y Brama, disponía de uno de estos aparatos metálicos y voladores llamados “vimanas”. Estos vehículos cósmicos tenían la forma de una esfera, y navegaban por los cielos por el efecto del mercurio que provocaba un gran viento propulsor. Los hombres alojados al interior de las vimanas podían recorrer grandes distancias en un instante.
En la mitología hindú, Nārada, o Nārada Muni, es un sabio divino, que tiene un papel prominente en varios textos puránicos, y especialmente en el Bhágavata puraná. Nārada es retratado como un monje viajero que posee la habilidad de viajar a otros planetas (loka, en sánscrito). Lleva un instrumento musical llamado vina, que usa para acompañar sus canciones, oraciones y mantras como actos de devoción a su señor (Vishnú o Krishná). En la tradición vaishnava se le tiene una reverencia especial por su recitación y canto de los nombres Jari y Naraiana, y por promover el proceso del servicio devocional, conocido como bhakti yoga, tal como se explica en el texto atribuido al mismo Nārada, llamado Nārada bhakti sūtra. De acuerdo con la leyenda, Nārada es manasa pūtra (‘hijo de la mente’), lo que se refiere a su nacimiento directamente desde la mente del señor Brahmā, el primer ser creado (tal como se describe en el universo puránico). Se lo considera triloka sanchāri, el nómada que vagabundea por los tres lokas: Swarga-loka (‘localidad del cielo’); Mrityu-loka (‘lugar de la muerte’, que es la Tierra); y Patala-loka (‘planetas infernales’). Nārada viaja por los tres mundos para el bienestar de todos. Fue el primero en practicar natya yoga. También se lo conoce como kalaha priya, ya que genera cómicas peleas entre los devas (dioses), las diosas y los seres humanos. Nārada Muni tiene un lugar específicamente importante dentro de las tradiciones vaishnavas. En los Purānas es enumerado como uno de los doce mahajanas (‘grandes gentes’), los más grandes devotos del señor Vishnú. Como en su nacimiento previo, antes de volverse un rishi (sabio), Nārada era un gandharva, una especie de arcángel mundano, y está en la categoría de devarshi. Nārada menciona una “ciudad volante” perteneciente a Indra, “estacionada” interrumpidamente en el cielo. Por si ello fuera poco, esta extraña ciudad volante estaba rodeada de una “pared” blanca, que producía destellos de luz en el firmamento. Parece la descripción de un ovni En el Ramayana también se habla de esos misteriosos objetos volantes. Según se dice, las personas que se montaban en aquellos vehículos divinos podían viajar hacia los cielos y dirigirse inclusive a las estrellas y a mundos lejanos, para luego retornar a la Tierra. Esta y otras epopeyas hindúes describen batallas aéreas con “misiles” semejantes al rayo, capaces de destruir los sembrados y convertirlos en tierra yerma. Una de tales armas, desprendía “un humo más brillante que diez mil soles”. La destrucción de la ciudad de Mohenjo-Daro podría estar relacionada con estos relatos. Sobre esta ciudad se produjo un resplandor deslumbrante, una gigantesca explosión con una luz totalmente cegadora y que hizo hervir los mares cercanos a este enclave costero.
Según el Bhisma Parva, sexto libro del Mahábhárata: “Es un rayo desconocido, gigantesco, mensajero de la muerte que redujo a cenizas a los Vrishnis y a los Andhakas. Los cadáveres quemados no eran reconocibles. A los muertos se les caía el cabello y las uñas… Cukra, volando en una vimana de gran poder, lanzó sobre la triple ciudad un objeto único cargado con la fuerza del Universo. Una humareda incandescente, parecida a diez mil soles, se elevó esplendoroso. Cuando la vimana descendió del cielo, se vio como un reluciente bloque de metal posado en el suelo”. Aquellas terribles “guerras del cielo”, también son mencionadas en el Apocalipsis de San Juan (Capítulo XII), donde Miguel y sus ángeles se enfrentan al Dragón. Por otra parte, la mitología griega menciona la sublevación de los dioses ante la suprema divinidad: Zeus. Resultado de ello fue una verdadera batalla que tuvo como escenario las blancas paredes del Olimpo. Además, las culturas americanas también hablan de una guerra en los cielos que ocurrió “antes del diluvio”. Tal vez la guerra de los dioses provocó la legendaria inundación de la Atlántida y de todo el planeta. Todo indica que hubo un “nuevo comienzo” en el mundo luego de una catástrofe de proporciones inimaginables. El tiempo y las leyendas no han ocultado el misterio. Un misterio que señala un comportamiento bélico y destructivo de los dioses o de los seres extraterrestres que visitaban en aquellos tiempos nuestro planeta. La sensación que dejan los relatos antiguos es que aquellos seres, los “dioses”, se habían juramentado para guerrear en la Tierra. Por alguna desconocida razón, quienes estaban en nuestro mundo cumpliendo una misión se separaron tomando rumbos y posiciones distintas, hasta convertirse en rivales irreconciliables. Según algunos estudiosos del tema extraterrestre, una de las civilizaciones extraterrestres más poderosas se encuentra diseminada en lo que llamamos Orión, la constelación del “cazador” en la mitología griega. Pero aquí entramos en un terreno claramente especulativo y, para muchos, difícil de creer. Se supone que en Orión se produjo una batalla estelar encabezada por un ser denominado Satanael. Aquella entidad, cuyo nombre se asemeja sospechosamente al “Satán” bíblico, y cuyo nombre en hebreo significa “el adversario”, dirigió una rebelión que propugnaba un cambio en un supuesto Plan Cósmico.
El Libro de Dzyan, probablemente el más antiguo de los escritos sánscritos conocidos, habla de una raza serpiente que descendió de los cielos y enseñó a la humanidad. La teósofa Helena Petrovna Blavatsky pasó tres años en el Tíbet, Bhután, y Sikkim, acumulando millares de escritos sánscritos que fueron compiladas en el Libro de Dzyan. Estas fuentes se refieren a unos antiguos habitantes llamados Nagas o Sarpa, que eran seres semi-divinos con rostro humano y cola de dragón. Blavatsky creyó que estos Sarpa eran los serafines del Antiguo Testamento, que tendrían las mismas raíces etimológicas que los Sarpa de la antigua India. La mitología y la literatura hindú están también repletas de relaciones sexuales entre dioses y humanos, así como de la procreación de numerosos seres extraños llamados Dravidianos. Según se informa, esta raza vivió en grandes ciudades amuralladas. Eran un pueblo bárbaro, caníbal, de piel oscura y nariz chata. Los Arios que vinieron más tarde se establecieron sobre los restos de las ciudades de esta gente serpiente. Los Nagas son claramente descritos en el Ramayana: “Cerca de Bhogavata está ubicado el lugar donde moraba la raza serpiente, una ciudad amplia, amurallada y con barras, donde legiones de vigías mantenían la guardia. El más feroz de los jóvenes serpiente posee dientes envenenados y se sienta en su trono en su salón imperial. Es Vasuki quien los gobierna a todos“. Los Dravidianos antediluvianos fueron exterminados por el diluvio. Luego, cuando la tierra estaba repoblándose, Harappa y Mohenjo-daro se convirtieron en el nuevo centro de la cultura Dravidiana. Hay claras evidencias de que los Dravidianos, Dasyus, y los Nagas eran diversos nombres para referenciar a los mismos seres. E información al respecto se puede encontrar en poemas y epopeyas de la India, como el Mahabharata y el Ramayana. Ambos se refieren a los primeros contactos arios con estos seres serpiente, que en algunos casos eran amistosos y en otros hostiles. Debido a la interrelación entre los arios y los dravinianos se generó un tipo de relación de amor y odio entre ambos. En el Mahabharata, un grupo de “seres celestiales” llega en carro aéreo para atender el banquete de la boda de los reyes arios: “Los dioses vinieron en carruajes sostenidos por nubes. Vinieron a ver la bella escena: Suparnas con alas, Nagas escamosos. Los brillantes carruajes celestiales navegaron sobre un cielo despejado“. Los Nagas se interrelacionaron con los Arios, produciendo reyes y héroes. Por ejemplo, en el Rig Veda hay nombres como Divodasa que indican que había cierta clase de cruce entre dravinianos y arios después del 1,500 a.C. Muchos de los antiguos dioses hindúes se aparearon con los humanos y, como en Sumeria, produjeron un híbrido mamífero-reptil, que fueron los reyes semi-divinos que resonaron a lo largo de la historia de Sumeria e India.
La literatura hindú afirma que la gente divina había descendido y realizado experimentos biológicos con los monos. De hecho, Hanuman, el dios mono, que junto con Rama es el héroe del poema del Ramayana, fue concebido cuando el dios Shiva dio un pastel sagrado a Anjan, el mono. Esto es una obvia referencia a un experimento genético producido en Hanuman, el súper mono, muy parecido al Enkidu del poema de Gilgamesh. Según las investigaciones lingüísticas y mitológicas, el dios hindú Shiva sería el equivalente del dios sumerio Enki, co-creador de Adán y Eva. Uno de los grandes poemas de la India, el Ramayana, es la historia de Sita, la novia de un príncipe septentrional llamado Rama, que es secuestrada por Ravana, el rey serpiente de Ceilán (antiguo nombre de Sri Lanka). Se supone que Rama es el príncipe Utu (Apolo) y que Sita es la princesa Aya (Artemisa). Rama persigue al ejército de Ravana a través de la India con la ayuda de una fuerza de monos bajo el mando del rey mono Hanuman. Ravana se retira a su isla, el reino de Ceilán, supuestamente a salvo de la persecución. Pero Hanuman construye un puente de piedras enormes a través de los estrechos que separan la isla del continente, y Sita es rescatada por Rama. A lo largo de toda la historia, Ravana es descrito en términos tales como: “se alimenta de seres humanos” y “bebe la sangre de sus enemigos“. Él es formidable en la batalla y casi derrota a Rama cuando utiliza un arma especial de los Nagas, descrito como “dardo serpiente de los Nagas“, que parecía paralizar a sus enemigos y quitarle sus energía y fuerza vital. Como todas las criaturas divinas y semi divinas en la mitología, Ravana parece que tenía acceso a armas muy sofisticadas. Ceilán, la isla del reino de Ravana, fue la fortaleza de los Nagas . Es descrito como el hogar de los Nagas en fuentes chinas muy antiguas. En una de las primeras referencias literarias a Ceilán, cuando negoció con China antes de la ocupación aria de la India, se la describe como tierra de extrañas criaturas parecidas a reptiles. Debido a sus gemas, especias y su localización privilegiada, llegó a ser popular entre los comerciantes chinos. Fa-Hsien, el comerciante peregrino chino, dio a conocer que la isla fue ocupada originalmente por los Nagas o deidades serpiente, con quienes comerciantes de varios países practicaban el comercio. Los Nagas nunca se mostraban a los forasteros. Ellos simplemente publicaban sus productos con etiquetas de precio adheridas a ellas. Los comerciantes que las visitaban hacían sus compras según el precio y se llevaba los productos.
El otro gran poema de la India es el Mahabharata, quizás el poema épico más grande escrito en cualquier lengua. Mucho más antiguo que el Ramayana, consta de 88.000 versos. El tema principal es la rivalidad entre dos ramas de la misma familia, los Kurus. Los Pandavas y los Kauravas emprenden una guerra que culmina en la destrucción de ambas ramas de la familia en la gran batalla de Kuruksetra. La historia comienza cuando el Rey Pariksit de los Kauravas le disparó a un ciervo mientras cazaba con arco y flecha. Persiguiendo al ciervo, preguntó a un místico si había visto a un ciervo herido. Observando su voto del silencio el sabio profeta no contestó. Esto enojó a Pariksit, que tomó una serpiente muerta y la colocó alrededor del cuello del sabio. El hijo del místico Srnga encolerizado, lanzó una maldición sobre Pariksit. Así empezó la enemistad a muerte entre las dos familias.Vemos que en la historia interviene una tercera parte. Enojados por el uso blasfemo de uno de su propia clase (la serpiente muerta), los dioses serpiente entran en escena. Taksaka, el rey de los seres serpiente, envía serpientes que causan la muerte de Pariksit. La historia de esta enemistad se narra realmente como algo que sucedió en el oscuro pasado. Dado que el antiguo reino de Kurus floreció a lo largo del curso superior del Ganges en los siglos XIV y XIII antes de Cristo, los acontecimientos pudieron haber ocurrido en los primeros días de la invasión aria, cuando aún había mucho contacto sexual con los Nagas. La historia del Mahabharata, narrada por el sabio Vyasa, comienza con el gran sacrificio del rey Janamejaya, el hijo de Pariksit. Consistía en una ceremonia para vengar la muerte de su padre, un sacrificio llamado “yajna“. Su propósito era destruir totalmente a los Nagas, los dioses serpiente que supuestamente podían asumir formas humanas o de serpiente a voluntad. En el ritual, el sacerdote invocaba los nombres de las serpientes mientras arrojaba serpientes vivas al fuego. Astika, el hijo del rey serpiente Taksaka, interviene y aboga ante Janamejaya para dejar vivo a su pariente. Estas historias de guerra y otras narraciones fueron explicadas como cuentos que giraban en torno a estos sacrificios de larga duración. La opinión del historiador indio D. D. Kosambi es que el “yajna” en sí mismo no era tanto un cuento sobre una gran guerra sino que explicaba la historia del gran sacrificio “yajna“. Es decir, era una ceremonia simbólica de propiciar a sus antepasados serpientes, mientras que al mismo tiempo los expulsaban de su herencia cultural.
En la lucha entre las dos ramas de los Kurus por controlar las llanuras en el curso superior del Ganges hay una clara referencia a las guerras de los hijos de Enlil y Enki en el área de Mesopotamia. En el poema Hindú, los Pandavas parecen ser los vencedores puesto que recuperan la mayor parte del reino que habían perdido anteriormente. Comenzado con las armas convencionales del período, tales como lanzas, espadas, arcos y flechas, la guerra se extiende con el uso de armas más sofisticadas y de gran alcance, provistas por los dioses en ambos lados. Estas armas tenían todas las características de misiles modernos y de armas nucleares. Por ejemplo, un lado lanza un misil que es contrarrestado por otro desde el cielo. Y la explosión de ambos misiles causa muchas muertes en la tierra. Después de una prolongada guerra, los Kauravas se encontraron perdidos y desesperados en los estrechos. Es entonces que deciden terminar la guerra con el uso de tácticas prohibidas. En medio de la noche, descendieron cuando los Pandavas dormían y se produjo la matanza de muchos de los guerreros. Indignados por la ruptura de las reglas de la guerra y la pérdida en gran parte de su ejército, los Pandavas deciden que no tienen ninguna opción mas que utilizar su última arma, el “arma celestial” que es capaz de derrotar al resto de las armas. El líder de los Kauravas decide descargar un arma similar, que al parecer produce radiactividad, ya que él declara: “Dirigiré esta arma sobre el útero de las mujeres Pandava“. Él predice que la línea de los Kuru se extinguirá “para que los fetos mueran“. Su advertencia se hace realidad porque el uso de las armas produce esterilidad en todas las mujeres Pandava. La guerra entre los primos de Kuru finalmente termina con el exterminio de ambas ramas de la familia.
Mientras que los Dioses serpiente se mostraban en forma de dragones en la historia y mitología china, no hay ninguna duda de que estamos hablando de los mismos seres que las serpientes aladas con piernas o los Nagas hindúes. China eligió al dragón como el emblema nacional por razones profundas. Creyeron que el dragón celestial era el padre de la primera dinastía de emperadores divinos y consecuentemente el emblema del dragón se consideró como la representación de la influencia divina en la tierra de China. Según la historia china, los dragones estaban presentes en la creación y compartieron el mundo con la humanidad. Como la serpiente occidental, el dragón fue ligado al desarrollo del hombre; y era el dragón el que le enseñó las artes esenciales, tales como hacer fuego, tejer las redes para la pesca, y crear música. El dragón chino era inigualable en sabiduría y su poder de conferir bendiciones, como resultado, vino a simbolizar más que un benefactor de los hombres, el emperador, de quien se creía tenía sangre de dragón. Esta afinidad con el dragón es demostrada en los emblemas en todas las actividades del emperador, como en su trono, en sus barcos y en sus banderas. Según Charles Gould en su obra Monstruos mitológicos, un clásico trabajo sobre la mitología china, la creencia en la existencia y la amistad del dragón se teje a fondo en la vida de la antigua historia china. El Rey Vih, el más antiguo de los libros chinos, cuyos orígenes están cubiertos de misterio, describe los días cuando el hombre y el dragón vivieron juntos apaciblemente e incluso tuvieron relaciones sexuales. Y de cómo el dragón vino a representar al emperador y al trono de China, así como que el dragón principal tenía su morada en el cielo. En el año 212 a.C. el emperador Tsin-Shi-Hwang-Ti ordenó la destrucción de todos los libros antiguos y la persecución de los hombres ilustrados por un período de cuatro años. Como resultado de ello 460 sabios fueron enterrados vivos. Durante esta orgía de la supresión del conocimiento antiguo, El Rey Vihfue considerado tan sagrado que fue eximido de la destrucción. A este respecto resulta sorprendente que la antigua biblioteca de Alejandría fuese quemada alrededor de este mismo período de tiempo. Esa biblioteca, albergaba también numerosos textos sagrados y antiguos de las civilizaciones del Oriente. En esta obra clásica, muchos de los emperadores antiguos son descritos teniendo como características las del dragón. Por ejemplo, del emperador Yaou (2.356 a.C.) se dice que fue concebido por un padre dragón y una madre humana. El emperador Shun (2.255 a.C.) es descrito teniendo la fisonomía de un dragón.
Entre los mayas de América Central, el simbolismo de la serpiente era muy común. La mayoría de las serpientes representadas en su arte son emplumadas, aparentemente indicando su capacidad de volar. El antiguo libro maya Chilam Balam relata que los primeros habitantes de Yucatán eran los Chanes o “Gente serpiente“, quiénes vinieron a través del mar desde el Este (¿la Atlántida?) conducidos por Itzamna, un dios serpiente, hijo de Hunab Ku, considerado como el dios creador. Él era la deidad más importante del panteón maya; y como dios dominante, gobernaba los cielos. Y es uno de los pocos dioses mayas que no es asociado a la muerte y la destrucción. Itzamna infundió la vida al hombre. Como tal, se adapta muy bien a la descripción del dios sumerio Enki. Eric Thompson, experto en temas mayas, sostiene que el término “itzem” del cuál deriva el nombre del dios se debe traducir como “reptil“. De hecho, Itzamnal, la ciudad del dios Itzamna, significa literalmente “el lugar del lagarto“. Hay también muchas formas antropomorfas del dios Itzamna donde lo representan como mitad humano y mitad serpiente. El benevolente dios serpiente también se encuentra en la mitología Azteca. Quetzalcóatl es el dios serpiente emplumado que trajo la civilización a México y enseñó la ciencia de la astronomía y las matemáticas al hombre. Sitchin, experto en la cultura sumeria, identifica a Quetzalcóatl con el príncipe sumerio Nannar, el Thoth egipcio y el Hermes griego. También podría haber una cierta relación con el Buda asiático. Las leyendas de Dioses serpiente también abundan en la mitología de África. Según los Dogon, en Mali, su dios creó el Sol y la Luna, y luego la Tierra de un montón de arcilla. Y finalmente los primeros seres primitivos, que eran unos gemelos llamados Nummo, que eran mitad humano y mitad serpiente o pez. Y como sabemos, los Dogones también pusieron el origen de sus dioses en Sirio, al que los egipcios refirieron como Osiris e Isis. En la tribu de Nyoro, las leyendas dicen que su dios envió la primera pareja de humanos desde el cielo cuando él estableció el mundo. El ser tenía una cola y produjo dos niñas y un niño. Éste se parecía a un camaleón y fue el padre de la humanidad. Otras tribus africanas también se refieren a sus antepasados como parecidos a lagartos. Los Kumbi, los primeros hombres que creó su dios, tenían colas. La tribu Owe-Ho describe a hombres con colas que descendieron por una cuerda a la tierra. Los Jagga, sus ancestros, vinieron a la tierra desde el cielo por el hilo de una telaraña. Y estos ancestros fueron llamados “los con cola“. Pero a pesar de las evidencias los antropólogos indican que nuestros cóccix son huesos residuales de nuestros antepasados parecidos a los monos.
En el Antiguo Testamento las referencias explícitas a nuestros antepasados los dioses serpiente han sido eliminadas a través de un largo proceso de filtraje. Cuando se encuentran alusiones en las Escrituras, se interpretan simplemente como alegorías. Hay un incidente extraño relatado en el Libro de los Números referente a la Serpiente de bronce, que antes hemos comentado, y que plantea muchas interrogantes que no son explicados por los eruditos Bíblicos. En el segundo año del Éxodo, después de haber dejado el Monte Sinaí y haber estado luchando a través de los páramos, las tribus israelitas habían tenido una escaramuza con el rey de Arad, en Negev. El incidente de la Serpiente de bronce sucedió entonces: “Partieron del Monte Hor por el camino al Mar Rojo para bordear la tierra de Edom. Pero la gente se puso intranquila durante el viaje, y el pueblo habló contra el Señor y contra Moisés. ¿Por qué nos hicieron salir de Egipto para morir en el desierto? No hay pan y agua, y tenemos que detestar este miserable alimento. El Señor les envió serpientes. Ellas mordieron a la gente y muchos de los israelitas murieron. La gente vino a Moisés y le dijo: ‘Hemos pecado por hablar contra el Señor y contra ti. Intercede con el Señor para que quite las serpientes de nosotros’. Y Moisés intercedió por el pueblo. Entonces el Señor dijo a Moisés: ‘Haz la figura de una serpiente (seraph) y ponla sobre un pedestal. Y cualquier persona que es mordida, que lo mire y se recuperará’. Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso en un pedestal; y cuando cualquier persona era mordida por una serpiente y miraba la figura se recuperaba“. Es difícil escapar a la conclusión que el significado del incidente es la de idolatría, una actividad estrictamente prohibida en las Escrituras. La palabra hebrea “seraph” es inusual y aparece solamente algunas veces en los libros del Antiguo Testamento. En Isaías 14 y 30, el “Seraph” es referido como la “serpiente que vuela” y se asocia a Filistia y Negev, tierras que eran tradicionalmente el hogar de los descendientes de los Nefilim después del diluvio. La serpiente de bronce fue hecha por Moisés por órdenes de Dios y fue venerada en el santuario del templo hasta el siglo octavo antes de Cristo, cuando el rey Ezequías, enfurecido por la adoración excesiva del ídolo, “rompió en pedazos la serpiente de bronce que Moisés había hecho“. Es dudoso saber si éste era el “Seraph” original hecho por Moisés alrededor del 1450 a.C. En cualquier caso, demuestra que la adoración a los dioses serpiente fue establecida entre los israelitas durante el período de los libros de Jueces y Reyes. Y sugiere que Yahvé, por lo menos esta vez. fue identificado con el dios serpiente.
El término “Seraph” ha preocupado a los traductores y comentaristas bíblicos durante años. Se traduce como “serpiente ardiente” en la versión de la Biblia del Rey James. Sin embargo, la tendencia moderna no es traducirlo del todo sino poner directamente la palabra hebrea, ya que “Seraph” no se adecua a ninguna traducción precisa. Lo más probable es que sea una palabra proveniente de los cananitas, que a su vez la adquirieron de su herencia Mesopotámica. Las raíces del término quizá puedan proceder de Mesopotamia. La “serpiente ardiente que vuela” sobre un pedestal y adorada por sus capacidades curativas, representa de un modo simbólico a Enki, el dios sumerio de la curación, que fue asociado a menudo con el símbolo de la serpiente. Existe también una curiosa semejanza de la serpiente enrollada en un poste con el Caduceo de los griegos. En el Poema de Gilgamesh la serpiente que roba la planta mágica del héroe se llama “seru” y la semejanza de las palabras sugiere un origen común. El término también se encuentra en la mitología hindú, que tiene antecedentes sumerios. Los Nagas, los misteriosos dioses serpiente que moraron en la India en épocas remotas, fueron llamados “sarpa” o serpientes. En sus estudios sobre la religión hindú, la teósofa Helena Petrovna Blavatsky, afirma que los Nagas o los “sarpa” de la India son indiscutiblemente los serafines judíos, que derivan de serapi o sarpa, que significa “serpiente“. Hay un antiguo documento cristiano que se refiere no solamente a los dioses serpiente sino también a los dioses del panteón sumerio. Como tal, este himno cristiano tiene probablemente sus orígenes en un rezo sumerio. Llamado el Rezo de José, forma parte de un grupo de textos llamado los Papiros Mágicos, de origen griego. Data del segundo siglo después de Cristo. El himno comienza con la alabanza: “Padre de los patriarcas, padre de todas las cosas, padre de todas los poderes del cosmos, creador de todo, creador de los ángeles y los arcángeles, el creador de los nombres de la redención, Yo te invoco“. Después de algunas invocaciones más, el rezo continúa sorprendentemente: “Tú que te sientas sobre la Sagrada Montaña del Sinaí, tú que te sientas sobre el mar, tú que te sientas sobre los dioses serpiente, el dios que se sienta sobre el dios del sol“. En este texto, además de la referencia tácita a los dioses serpiente, también se hace referencia al dios que se sienta sobre el mar. Aunque el texto está incompleto, parece ser una referencia velada al dios del agua sumerio Enki y a su palacio de agua, o Abzu. El referido Dios Sol es probablemente el dios sumerio Utu/Shamash, mientras que el dios del Monte Sinaí es Ishkur/Adad. Así, la invocación parece estar dirigida a Enlil (Zeus), el dios predominante del panteón cananita, que más adelante fue conocido como El en el Antiguo Testamento. Además, los nombres de la redención son probablemente las Tablas del Destino o los Nombres Divinos, que parecen estar basados en los Me’s Sumerios. Los dioses serpiente no sólo son encontrados en la historia o la mitología del Próximo Oriente. Dragones, serpientes que vuelan, y dioses serpiente aparecen en la mitología de los pueblos de todo el mundo. Y en todas partes son considerados los creadores y ancestros del hombre. En algunas culturas aun sigue persistiendo en la memoria una raza de dioses serpiente que fue cruel y destructora.
Y ahora entramos en un terreno que más parece de ciencia ficción que de algo real. David Icke cree que los anunnaki son una raza de origen reptiloide. Incluso el Dr. Arthur David Horn, un ex profesor de antropología biológica en Colorado State University, que había creído en la versión darwinista de la evolución humana, con el lento desarrollo de la especie humana a través de la supervivencia del más apto, está actualmente convencido de que la humanidad fue inseminada por extraterrestres y que una raza reptiloide ha controlado el planeta durante miles de años y lo continúa haciendo en la actualidad. La investigación del Dr. Horn está detallada en su libro Orígenes Extraterrestres de la Humanidad, en el que sugiere que aquellos que en las Tablillas Sumerias son llamados anunnaki en realidad serían esta raza reptiloide. El famoso astrofísico británico, Fred Hoyle, dijo en una conferencia de prensa en Londres, en 1971, que el mundo era controlado por una fuerza que podía manifestarse en muchas formas: “Están por todas partes, en el cielo, en el mar y sobre la Tierra. Ellos controlaron a la humanidad a través de la mente“. !Realmente sorprendente! Icke nos dice que había, y hay, otras razas extraterrestres en la Tierra, además de la raza extraterrestre que los sumerios llamaron los anunnaki y otros textos antiguos llamaron la Raza Serpiente. Tal vez algunos de los otros extraterrestres fueron a la guerra con los anunnaki y de ahí las antiguas epopeyas, como el Mahabharata. Los textos antiguos registran estas “guerras de los dioses” en todo el mundo y éstas podrían incluir conflictos entre distintas razas extraterrestres, así como aquellos descriptos en las Tablillas Sumerias que parecían involucrar facciones de anunnaki guerreando entre sí. Jason Bishop III, un investigador del fenómeno extraterrestre que utiliza un pseudónimo, dice que los reptiloides son mucho más altos que los humanos y tienen sangre fría como los reptiles de la Tierra. Además, dice que parecen ser menos sensibles emocionalmente que los humanos, aunque son muy inteligentes y poseen una tecnología muy avanzada. Ello coincide con las actitudes y el comportamiento de la Hermandad de la Serpiente que parece controla el mundo.
Los relatos actuales sobre reptiloides se ajustan a las descripciones de muchos “dioses” en los textos y leyendas del mundo antiguo. Se considera que la cultura Ubaid existió entre el 5000 y el 4000 a.C., incluso antes que Sumeria, en lo que ahora es Irak. Las estatuillas de sus dioses son representaciones claras de humanoides tipo reptiloide. La región donde las culturas Ubaid y Sumeria aparecieron es fundamental para nuestra historia y las estatuillas Ubaid retratan físicamente las descripciones de los “dioses” que tenemos en muchas sociedades antiguas. Las culturas centroamericanas tenían su dios serpiente alado, Quetzalcoatl, mientras que los indios Hopi tenían un dios serpiente emplumado, Baholinkonga, y toda la cultura americana está llena de imaginería de serpientes, incluyendo el misterioso túmulo de tierra de forma de serpiente en Ohio, Estados Unidos. Los hindúes hablan de dioses reptiles, los Nagas, que eran una raza de ‘demonios’ en la leyenda india y su nombre significa “aquellos que no caminan, sino se arrastran“. Los egipcios tenían su dios serpiente, Kneph, y los faraones se mostraban a menudo con serpientes. El dios británico antiguo, conocido como el dragón gobernante del mundo, fue llamado Hu. El símbolo del disco alado de los sumerios, que es encontrado por todo el mundo antiguo, era normalmente representado con dos serpientes. Veos que el simbolismo de la serpiente y su asociación con antiguos “dioses” abunda en todo el mundo. John Bathhurst Deane, en su libro La Adoración de la Serpiente, escribió: “Uno de (los) cinco constructores de Tebas fue nombrado por el dios serpiente de los fenicios, Ofhion. El primer altar levantado a los Cíclopes en Atenas, era para “Ops”, la deidad serpiente. La adoración simbólica de la serpiente era tan común en Grecia, que San Justino Mártir acusa a los griegos de introducirla en los misterios de todos sus dioses. Los chinos se dice que son supersticiosos al elegir el lugar donde erigir una casa, relacionándolo con la cabeza, la cola y los pies de dragones diversos que viven bajo la Tierra“. La idea de dragones expirando fuego y de serpientes malvadas que aparecen en leyendas y textos en todo el mundo podrían deberse a los “dioses” reptiloides que dominaron la Tierra hace miles de años. Seguramente eran la Gente Serpiente de los textos antiguos, incluyendo la Biblia, donde la serpiente es un tema recurrente. También hay el relato frecuente de un lugar sagrado que está protegido por una serpiente o dragón. Tenemos la serpiente en el Jardín del Edén y el tema de la serpiente / dragón es universal.
Asiria, Babilonia, la historia del Antiguo Testamento, China, Roma, América, África, India y otras partes, presentan historias de dragones y serpientes. El símbolo de la serpiente también ha sido encontrado en la antigua Gran Bretaña, Grecia, Malta, Egipto, Nuevo México, Perú y por todas las islas de Pacífico. Hay una inconfundible semejanza entre algunos dinosaurios y las representaciones antiguas de dragones. Moloch o Moloch Baal fue un dios de origen canaanita que fue adorado por los fenicios, cartagineses y sirios. Era considerado el símbolo del fuego purificante. Griegos y romanos lo identificaban con Cronos y Saturno, respectivamente. Generalmente Moloch es representado como una figura humana con cabeza de carnero o becerro, sentado en un trono y con una corona u otro distintivo de realeza, como un báculo. Los sacrificios preferidos por Moloch eran los niños, especialmente los bebés, por ser los seres más impregnados de materia. En los templos en los que se rendía culto a Moloch se encontraba una enorme estatua de bronce del dios. Dicha estatua estaba hueca, y la figura de Moloch tenía la boca abierta y los brazos extendidos, con las manos juntas y las palmas hacia arriba, dispuesto a recibir el holocausto. Dentro de la estatua se encendía un fuego que se alimentaba continuamente durante el holocausto. En ocasiones los brazos estaban articulados, de manera que los niños que servían de sacrificio se depositaban en las manos de la estatua, que por medio de unas cadenas se levantaban hasta la boca, introduciendo a la víctima dentro del vientre incandescente del dios. Y justamente este tipo de sacrificios todavía son realizados en la vasta red ritual satánica. Son sacrificados a los reptiloides porque muchos “demonios” del satanismo son los reptiloides que han tratado de dominar el planeta durante miles de años.
Charles Gould, que ha escrito ampliamente sobre dragones y reptiles, dice: “Hay una especie perdida de lagarto que hibernaba y que era un carnívoro con alas parecidas al dragón y que estaba protegido por armadura y púas”. Gould cree que su hábitat era las tierras altas de Asia central y su desaparición coincidió con la Gran Inundación o Diluvio. Pero todavía hay avistamientos de “Lagartos voladores” gigantes en áreas lejanas del mundo, especialmente en México, Nuevo México y Arizona. Además, tenemos la constelación del “dragón” Draco, con la que muchos monumentos antiguos parecen estar alineados. ¿Quiénes son estos reptiloides y de dónde vienen? Hay tres posibles orígenes sugeridos para la intervención reptiloide anunnaki en los asuntos humanos. Se trataría de extraterrestres; serían intraterrestres que vivirían en el interior de la Tierra, y de ahí la figura del demonio; o bien manipularían a la humanidad desde otra dimensión “poseyendo” cuerpos humanos. Los investigadores del fenómeno reptiloide concluyen que por lo menos algunos se originan en la constelación de Draco. El sistema de Draco incluye la estrella Thurban, que antiguamente fue la Estrella Polar del Norte, con la que las pirámides egipcias estarían orientadas. De acuerdo con las investigaciones del autor británico Graham Hancock, el antiguo complejo de templos en Angkor Wat, en Camboya, es una réplica de la constelación de Draco, tal como se habría observado en el 10.500 a.C., que es la época en que la Tierra se estaría recuperando de un cataclismo que destruyó la Atlántida y produjo una extensa desglaciación. El autor e investigador, Robert Bauval, dice que las pirámides en Giza se alinean con las estrellas del cinturón de Orión, tal como se habrían observado en el 10.500 a.C., cuando Orión estaba en el punto más bajo en su ciclo. Y Hancock y otros investigadores sugieren que la esfinge de cuerpo de león en Giza, que se cree que es mucho más antigua que su datación oficial, habría mirado directamente hacia la constelación de Leo en esa misma época, el10.500 a.C. La investigación continúa bajo el océano de Japón en unas estructuras fantásticas, denominadas Las Estructuras de Yonaguni,que también podría remontarse al 10.500 a.C., cómo mínimo. Hay muchos que han cuestionado estos hallazgos, especialmente la sincronización de las pirámides de Giza con Orión, pero por lo menos han provocado un área importante de investigación. Después de todo, encontrar la verdad después de tanto tiempo no es fácil.
Es ciertamente asombroso cómo las estructuras y templos antiguos, de sociedades aparentemente inconexas en distintas partes del mundo, se alinean entre sí con gran precisión astronómica. De ello podemos deducir que dichas sociedades no solo no estaban inconexas, sino que tenían los mismos orígenes. Los templos en Angkor Wat están cubiertos de imágenes de reptiles o de híbridos humanos-reptiles , una característica común a todas las culturas antiguas, incluyendo la egipcia, la centroamericana y la india. Dispersas con una aparente aleatoriedad, a través de las colinas de Irlanda están los restos de sesenta y cinco torres redondas. Con una altura de hasta 34 metros sobre el suelo, las torres se encuentran en una condición extraordinariamente buena, teniendo en cuenta la antigüedad de su construcción. El profesor Philip Calahan ha dicho que las torres se alinean más perfectamente con la constelación de Draco. John Rhodes, uno de los más importantes investigadores de la presencia reptiloide, dice que podrían ser invasores del espacio que se mueven de planeta en planeta, infiltrándose encubiertamente en la sociedad anfitriona para finalmente dominarla. Estos reptiloides estarían llevando a cabo raptos de formas de vida terrestres para que sus científicos puedan estudiar la biología, a fin de introducir un código genético reptiloide en especies que ellos desean manipular. Esto involucraría un ambicioso programa de hibridación, que es precisamente lo que los textos sumerios están describiendo en relación con los anunnaki. Rhodes añade que: “Desde sus bases subterráneas, los ETs militares reptiloides establecieron una red de infiltrados hibridos humano – reptiloide en varios niveles de los complejos industriales militares, organismos gubernamentales, grupos de temas paranormales, órdenes religiosas y fraternidades, etc. Éstos híbridos, algunos inconscientes de sus instrucciones bajo control mental, interpretan sus papeles subversivos como agentes reptiloides, preparando el escenario para una invasión de ETs reptiloides“. Rhodes dice que después de que los reptiloides invaden un planeta desde el espacio y desde sus bases subterráneas, la población de la superficie se rinde rápidamente a su armamento superior. Entonces los reptiloides despojan el planeta de sus recursos, como el agua y algunos minerales, así como de información del ADN de los nativos del planeta. La infiltración en la sociedad humana vía sociedades secretas es un método clave del control reptiloide. El escritor e investigador estadounidense, William Bramley, en su libro Los Dioses de Edén, nos dice que los anunnaki crearon una sociedad secreta llamada la Hermandad de la Serpiente, que ha sido utilizada para manipular la humanidad. Esta Hermandad de la Serpiente sería el núcleo de la red global de sociedades secretas actuales que, por lo tanto, estaría controlada por los reptiloides
Pero los anunnaki también serían una de las muchas razas del interior de la Tierra y que vivirían bajo tierra en enormes catacumbas, cavernas y una red de túneles bajo la superficie. Una leyenda india Hopi dice que un complejo de túneles muy antiguo existe bajo lo que hoy es la ciudad de Los Ángeles y que fue habitado por una raza de “lagartos” hace aproximadamente 5.000 años. En 1933, G. Warren Shufelt, un ingeniero de minas de Los Ángeles, afirmó haber encontrado este complejo de túneles. Actualmente algunos rituales masónicos de raíz satánica se celebran en este complejo de túneles. Pero ha habido un masivo encubrimiento por parte de las autoridades de la existencia de unas razas subterráneas. G.E. Kincaid es un explorador que encontró una gran ciudadela subterránea en el Gran Cañón del Colorado durante un viaje desde Green River, Wyoming, por el río Colorado y en un bote de madera. El Sr. Kinkaid, arqueólogo del Instituto Smithsoniano, que está financiando las exploraciones, hizo descubrimientos que demuestran casi concluyentemente que la raza que habitó esta misteriosa caverna, excavada en roca sólida por manos humanas, era de origen posiblemente egipcio. Si sus teorías se confirman en la traducción de las tablillas grabadas con jeroglíficos, el misterio de los pueblos prehistóricos de América del Norte, sus artes antiguas, quiénes eran y de dónde venían, podrá resolverse. Egipto, Arizona y Colorado estarían vinculados. De acuerdo con sus leyendas, los hopis vivieron una vez en el interior de la tierra y fueron alimentados y vestidos por la “gente hormiga“, posiblemente los extraterrestres conocidos como los Grises. Los hopis también se refieren a sus antepasados como sus “hermanos serpiente” y el más sagrado de sus rituales subterráneos es el baile de la serpiente. Los hopis dicen que un día, bajo las órdenes de su diosa, la Mujer Araña, ascendieron a la superficie de la Tierra y emergieron a través de su cueva que llamaron el Sipapuni. Una vez en el exterior, dicen los hopis, un pájaro burlón llegó para confundir su lengua y hacer a tribus diferentes hablar lenguas diferentes, lo que es una repetición de la historia bíblica de la Torre de Babel. Hasta el día de hoy los hopis no recrearán las imágenes de sus antepasados serpiente por miedo a la muerte. El diseño del mundo subterráneo descubierto en Arizona fue descrito por G.E. Kincaid como una “cámara gigantesca desde la que se radian montones de pasadizos como los rayos de una rueda“.
De la misma manera es descrita la base subterránea secreta en Dulce, Nuevo México. Pero redes y ciudades subterráneos, antiguos y modernos, abundan por todo el planeta. Hay informes de testigos oculares de haber visto humanoides gigantes en las catacumbas Hal Saflini, en Malta, durante la década de 1930, que fueron cerradas después de que un grupo de escolares y su guía desaparecieran. Numerosos enormes antiguos complejos de túneles y ciudades subterráneas han sido encontrados cerca de Derinkuya, en Turquía. Hay una creencia generalizada entre algunos investigadores del fenómeno ovni de que hay bases subterráneas de reptiloides, en donde ellos estarían en contacto con una élite hibrida reptiloide – humana. Si una raza reptiloide vive en el interior de este planeta, nos podríamos preguntar si son nativos de la Tierra o si se originaron en otro lugar. Icke sugiere que es desde otra dimensión, la cuarta dimensión inferior, desde donde están actuando el control y manipulación reptiloide. Hemos de tener en cuenta que hay un número infinito de frecuencias o dimensiones que comparten el mismo espacio, del mismo modo que las frecuencias de radio lo hacen. Nosotros estamos sintonizados en un mundo tridimensional, que es lo que percibimos como nuestra realidad. Algunas personas pueden sintonizar su conciencia a otras longitudes de onda y conectarse a esta nueva frecuencia. Llamamos a esto poder psíquico, pero es simplemente la habilidad de mover el dial a otra frecuencia. Según Icke, sería desde una de estas otras frecuencias o dimensiones, desde la que la Raza Serpiente, los anunnaki, estaría controlando este mundo a través de ciertos linajes. Pero Icke va más allá y afirma que los controladores reptiloides de la cuarta dimensión inferior son a su vez controlados por entidades de la quinta dimensión. Hay que reconocer que las afirmaciones de Icke parecen de ciencia-ficción, pero tal vez habrá que prestarles atención. La frecuencia desde la que los reptiloides funcionarían sería el nivel más bajo de la cuarta dimensión, el más cercano a nuestro mundo físico. En entornos esotéricos se conoce esta frecuencia como la dimensión del bajo astral, que sería la residencia legendaria de demonios y entidades malévolas desde la más remota antigüedad. Sería desde estas regiones del bajo astral desde donde los actuales satanistas convocarían a entidades demoníacas en sus rituales de magia negra. En realidad estarían convocando a estos reptiloides de la cuarta dimensión inferior.
Algunos investigadores sugieren que, tal vez, estos reptiloides pudieron entrar en nuestra dimensión tridimensional a través de portales espacio-temporales a causa de las explosiones nucleares que se desarrollaron en el desierto de Nuevo México a comienzos de la década de 1940. Pero Icke cree que tales portales empezaron a ser creados hace mucho más tiempo, antes de los últimos grandes cataclismos, cuando en la Tierra probablemente se vivía en una era tecnológica aún más avanzada que actualmente. Pero tal vez este grupo controlador reptiloide vino a la Tierra desde la constelación de Draco y otros lugares, y este es el origen de términos como draconiano. Según opinan algunos investigadores, a los reptiloides les gusta consumir sangre humana, por lo que las historias de vampiros serían un simbolismo de este hecho. Y curiosamente el nombre del vampiro más famoso, el conde Drácula sería una referencia a la constelación de Draco. Asimismo, el conde Drácula simbolizaría los aristocráticos linajes híbridos reptiloide – humano que los reptiloides controlarían desde la cuarta dimensión inferior. La versión física de los reptiloides viviría en bases subterráneas e interactuaría con científicos y militares humanos e híbridos humano – reptiloide. También emergen a la superficie para participar en algunas abducciones de seres humanos. Pero el programa de hibridación es descrito en las Tablillas Sumerias y en el Antiguo Testamento, en que se dice que los hijos de Dios se cruzaron con las hijas de hombres. Estos linajes híbridos humano – reptiloide llevarían parte del código genético reptiloide, por lo podrían ser más fácilmente controlados por los reptiloides desde la cuarta dimensión inferior. Es curioso que recientemente el papa Francisco haya reclamado más exorcistas entre los sacerdotes. El exorcismo es el acto de expulsar demonios o espíritus malignos fuera de las personas, sitios u objetos que son supuestamente poseídos. Al contrario de sus predecesores, el papa Francisco suele hablar con más frecuencia de la presencia nociva del “diablo“, del “demonio” y de “Satanás“, así como de la necesidad de luchar contra esa presencia a través de diferentes medios.
Icke opina que estos linajes híbridos humano – reptiloide se convirtieron en la aristocracia británica y europea. Y las familias reales, gracias al Imperio Británico, se expandieron alrededor del mundo, llegando a controlar América, África, Asia, Australia, Nueva Zelanda, etc. Estos linajes genéticos llegan a copar los puestos de poder político, militar, de los medios de comunicaciones, de la banca y de los negocios. Y, por dicha razón, estos puestos de poder son finalmente controlados por los reptiloides de la cuarta dimensión inferior, que pueden esconderse detrás de una forma humana o por marionetas controladas mentalmente, tal como se describe en la serie de televisión V Invasión Extraterrestre. Operan a través de todas las razas, pero predominantemente parece que lo hacen a través de la raza blanca. Se sabe que hay un área del cerebro humano conocida como el cerebro reptil. Dentro del cerebro es el segmento más antiguo, del que todas las otras partes son adiciones. Y, de acuerdo con el neurofisiologo Paul MacLean, esta área antigua del cerebro es controlada por otro segmento aún más antiguo que algunos neurofisiologos llaman el Complejo-R siendo R una abreviación de reptil indicándonos que compartimos una parte del cerebro con los reptiles. MacLean dice que este Complejo-R juega un papel importante en “el comportamiento agresivo, la territorialidad, el ritualismo y el establecimiento de jerarquías sociales“. Estos son precisamente los patrones de comportamiento de los reptiles y de los híbridos reptiloide – humanos. El astrónomo Carl Sagan tenía conocimiento de la verdadera situación cuando dijo que: “no hace ningún bien en absoluto ignorar el componente reptil de la naturaleza humana, particularmente nuestro comportamiento ritualístico y jerárquico. Al contrario, el modelo puede ayudarnos a comprender todo sobre los seres humanos“. En su libro Los Dragones de Edén nos dice que incluso el lado negativo del comportamiento humano es expresado en los términos del reptil, como en los asesinos a sangre fría. Sagan, cuyo nombre al revés es curiosamente Nagas, los dioses reptiles de India Oriental, sabía mucho al respecto, pero decidió no revelar abiertamente lo qué sabía. Cuando el feto humano se está formando pasa por muchas fases que se conectan con los mayores puntos evolutivos en el desarrollo de la forma física actual. Éstas incluyen conexiones con mamíferos no- primates, reptiles y peces. Hay un punto en el que el embrión desarrolla branquias, por ejemplo. El embrión humano es exactamente como los de aves, ovejas y cerdos hasta la octava semana, cuando sigue su propio camino evolutivo. Ocasionalmente las instrucciones genéticas dejan de recordar el guión y algunos bebés nacen con colas. Éstos son llamados apéndices caudales y se forman en la región lumbar más baja. La mayoría es retirada por doctores inmediatamente, pero en algunos países más pobres hay personas que viven todas sus vidas con colas.
La feromona es una sustancia segregada por animales para poder ser detectados por otros miembros de la misma especie. Curiosamente los feromonas en mujeres humanas y hembras iguanas concuerdan químicamente. Icke nos explica que durante un viaje por Estados Unidos en 1998, conoció a varias personas que le dijeron que habían visto a humanos transformarse en reptiles y volverse humanos otra vez. Dos presentadores de televisión tuvieron justamente tal experiencia mientras entrevistaban a un hombre que estaba a favor de la globalización mundial a través de un Nuevo Orden Mundial. Después de la entrevista, el presentador masculino dijo a su colega que había experimentado una visión asombrosa durante la entrevista. Había visto la cara del hombre transformarse en una criatura como lagarto y luego regresar a un aspecto humano. Su compañera presentadora femenina estaba estupefacta porque también había visto las manos del entrevistado convertirse en reptilianas. El presentador masculino también le dijo a Icke que un policía amigo tuvo la misma visión mientras hacía una visita rutinaria a un bloque de oficinas en Aurora, cerca de Denver, Colorado. La puerta del ascensor se había abierto y una figura muy extraña había aparecido. Era blanco albino, pero tenía una cara como de lagarto y las pupilas de sus ojos eran verticales como las de un reptil. Este extraño ser había entrado en un automóvil que parecía oficial. El policía estaba tan intrigado que investigó las empresas de aquel edificio. Descubrió que eran todas empresas fachadas de la CIA. Trance: Formation of America es un extraño libro, escrito por Cathy O’Brien y Mark Phillips. Cathy O’Brien es una autora y oradora estadounidense que afirma haber sido víctima de un programa de control mental del gobierno norteamericano llamado Proyecto Monarch, del cual ella afirma que era parte del Proyecto MKUltra de la CIA . O’Brien hizo estas afirmaciones en el libro antes mencionado, del que fue coautora con su esposo Mark Phillips. En el libro O’Brien afirma que cuando era niña fue abusada sexualmente por su padre y por una red de pornógrafos infantiles. Supuestamente, la CIA la obligó a participar en el Proyecto Monarch. Según O’Brien, bajo hipnosis pudo rememorar recuerdos de los abusos sexuales, tanto de ella como de su hija, por parte de grupos internacionales de pedofilia, mafiosos narcotraficantes y satanistas, quienes supuestamente usaron una forma de “programación de control mental basada en el trauma” para hacerla una esclava sexual.
O’Brien acusa a una amplia variedad de personajes prominentes, desde funcionarios de los gobiernos de Estados Unidos, Canadá, México y Arabia Saudita, hasta a estrellas de la escena musical, como parte de una conspiración del Proyecto Monarch para controlar una red de esclavas sexuales. Por ejemplo, O’Brien afirma nada menos que George Bush padre y Miguel de la Madrid, ex presidente de México, supuestamente usaron hologramas para aparecérselos en formas alteradas, diciendo que “Bush aparentemente activó un holograma de alienígena parecido a un lagarto que proporcionó la ilusión de Bush se transformaba en un camaleón ante mis ojos. En retrospectiva, entiendo que Bush había sido meticulosamente cuidadoso al colocar nuestros asientos para que se maximizase la efectividad del holograma“. El libro de O’Brien’s, Trance Formation of America, ha sido acreditada como “una de las teorías de conspiración de control mental más significativas y extremas“. Y su relato de vínculos entre el abuso ritual satánico y MKUltra ha influido en la cultura de la conspiración. Cathy O’Brien dice en su libro que George Lucas, el productor de Star Wars, es un agente de la NASA y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), vinculada con la CIA. Icke piensa que, dadas las evidencias presentada por diversas personas, lo que Bush dijo y lo que Cathy O’Brien vio fue sólo un programa de control mental. Tal vez Bush estaba revelando que una raza reptiloide de otra dimensión había estado controlando el planeta durante miles de años. El presidente de México en la década de 1980, Miguel de La Madrid, también habló a O’Brien de la Leyenda de la Iguana y le explicó que extraterrestres reptiloides habían visitado a los mayas en México. Las pirámides mayas, su tecnología astronómica avanzada y el sacrificio de vírgenes, habrían sido inspirados por extraterrestres reptiloides. 30 Añadió que estos reptiles se cruzaron con los mayas para producir una forma de vida que podían habitar. De La Madrid dijo a Cathy que estos linajes reptil humanos podían fluctuar entre la apariencia de un humano y una iguana a través de habilidades típicas de un camaleón “un vehículo perfecto para transformarse en jefes del mundo“. De la Madrid afirmó tener ascendencia maya reptiloide. Este concepto de ser como un camaleón es simplemente otra denominación para referirse a “cambiar de aspecto”, un tema que podemos encontrar en todo el mundo antiguo.
Cambiar de aspecto es una habilidad de la mente para proyectar otra imagen física. Como todo es energía vibrando a frecuencias diferentes, hay quienes opinan que hay la posibilidad de utilizar la mente para hacer vibrar esta energía a una frecuencia diferente, pudiendo cambiar de aspecto. Algunos testigos han afirmado que los llamados Hombres de Negro se materializan y desmaterializan cuando amenazan a las personas que están comunicando información sobre extraterrestres y ovnis. Seguramente pueden hacerlo, tal vez, por ser seres inter-dimensionales que pueden aparecer con cualquier aspecto. Esta es la razón principal para mantener la consanguinidad entre las familias del linaje de la élite. Están tratando de mantener una estructura genética que les permita moverse entre dimensiones y cambiar de apariencia entre humano y reptiloide. Según un confidente de Diana, Princesa de Gales, ésta solía llamar a los Windsor los “Reptiles” y decía con toda seriedad: “No son humanos“. Icke nos explica que una dama con capacidades psíquicas le dijo que la mayoría de las personas en puestos del poder parecían ser reptiloides. Pero también afirmó que había otras personas que, aunque todavía eran humanos, estaban controladas por un reptiloide. Tal vez podríamos llamar a esto ser poseídos. Vemos que hay los auténticos reptiloides empleando un aspecto humano aparente para esconder su verdadera naturaleza, y los híbridos de linajes reptiloide – humano, que en realidad son poseídos por los reptiles de la cuarta dimensión. También tendríamos los reptiloides que se manifiestan directamente en esta dimensión, pero no pueden mantener ese estado indefinidamente. Algunos de los Hombres de Negro serían ejemplos de ello. Las familias principales de la Hermandad de la Serpiente, entre las que Icke cita a los Rothschild y los Windsor, serían auténticos reptiloides empleando cuerpos físicos humanos. Otro comentario que hizo la dama con poderes psíquicos, que Icke menciona, fue que en su estado alterado de conciencia, Hillary Clinton aparece como un reptiloide, mientras que su marido, Bill Clinton, ex presidente de los Estados Unidos, era sólo controlado por uno de ellos. No siempre las personas más poderosas están situadas en los puestos de más poder, sino que a veces hay marionetas que parecen tener el poder.
Hay otra diferencia clave entre los reptiloides y los híbridos. Si nuestras mentes fuesen lo suficientemente poderosas para cambiar la frecuencia del cuerpo, se mueve hacia otro aspecto o desaparece totalmente de esta dimensión. Esto es lo que llamamos cambiar de aspecto. Los reptiloides de la cuarta dimensión inferior pueden, por lo tanto, modificar su aspecto. Para nosotros, en esta dimensión, parecen humanos, pero es sólo como una capa vibracional. Icke nos habla de otra mujer, en Inglaterra, que había estado casada con un hombre involucrado en las redes de rituales satánicos y en la Hermandad de la Serpiente. Era guardián principal de una zona llamada Burnham Beeches, a pocas millas de Slough, al oeste de Londres. Este es un sitio antiguo mencionado en el Libro de Domesday, en la época de Guillermo el Conquistador en el siglo XI, y que tiene una fuerte reputación de ser una zona dedicada al satanismo. La mujer antes mencionada llevaba a su perro de paseo en aquella región, al anochecer y a comienzos de la década de 1970, cuando vio una figura con una larga bata roja. Cuando levantó su cabeza, ella vio que su cara era como la de un lagarto. Obviamente pensó que estaba loca, pero ésta no era ninguna ilusión. Era una mujer muy psíquica y después de esta experiencia empezó a ver a personas transformarse en reptiles o ser controladas por ellos en la manera descrita por la anterior psíquica estadounidense. El 20 de julio de 1988, varias personas en Bishopsville, Carolina del Sur, dijeron que fueron aterrorizados por un “hombre – lagarto de más de 2 metros de estatura que no tenía pelo, cejas ni labios, con tres dedos en cada mano y grandes ojos inclinados que brillaban en color rojo“. Un día en febrero de 1998 en Johannesburgo, Sudáfrica, Icke habló con un chamán zulú llamado Credo Mutwa. La palabra zulú significa Personas de las Estrellas, ya que ellos creen que son una raza que se originó más allá de este planeta. Este chaman habló a Icke sobre la manipulación mundial y su creencia en que una raza extraterrestre estaba detrás de la Hermandad global de monarcas, políticos, banqueros y propietarios de medios de comunicación. Curiosamente, aquella misma noche Icke explica que vio en la televisión la película The Arrival, que trataba sobre una raza extraterrestre reptiloide que se había apoderado del planeta operando a través de cuerpos humanos y con apariencia de humanos. Igual que la serie V Invasión Extraterrestre. Tal vez alguien le quería enviar un mensaje.
Icke nos dice que poco después vio otra película titulada They Live, que otra vez trataba el tema de una raza extraterrestre apoderándose del mundo actuando a través de cuerpos físicos humanos. Alien Resurrection era otra película en que trataba el tema de seres extraterrestres reptiloides que estaban habitando cuerpos de humanos. Pero la película que ha llegado más cerca de la verdad que cualquiera es la serie de televisión estadounidense de la década de 1980 llamada V Invasión Extraterrestre, que antes hemos mencionado. Trata de una raza extraterrestre reptiloide que se apodera del mundo utilizando apariencias humanas. Uno de los investigadores líderes en este fenómeno ha sido la estadounidense, Alex Christopher, autora de la serie de libros la Caja de Pandora, que revelan, en parte, la presencia reptiloide en este planeta. La revista norteamericana Perception hizo el siguiente resumen de dicha obra: “Es una saga que comienza con los conceptos más antiguos de la historia europea y estadounidense y se abre camino hasta el presente, para incluir al Comité de los 300. Christopher proyecta hacia el futuro y da descripciones explícitas completas con dibujos de los llamados hombres grises, descritos en las historias de abducción alienígena / ovni. En resumen, esta es la disertación histórica más extraña, convincente y desconcertante que hemos leído. Christopher escribe la historia desde el punto de vista de los perdedores. Mi mente se tambaleaba con incredulidad, pero me vi obligada a aceptarla porque provenía de demasiadas fuentes diversas para que pudiera ser descartada. Este material profundamente perturbador se apoya en hechos, lógica y conceptos bien argumentados. Los linajes se remontan a lo largo de la historia hasta los Caballeros Templarios, quienes perfeccionaron un sistema monetario en el siglo XIII que se convertiría en la base de los modernos sistemas bancarios. Más tarde, cuando estos templarios fueron expulsados de sus hogares, utilizaron su dominio del mar para comenzar los grandes viajes de descubrimiento. No parece ser una coincidencia que el buque insignia de Cristóbal Colón llevara cruces templarias en sus velas. Los objetivos del gobierno mundial se revelan en la Caja de Pandora, tales como la abolición de los gobiernos nacionales, de la propiedad privada, de la herencia, de la religión, del patriotismo y de la familia. ¿Quién se beneficiaría de tal interrupción? La Corona Británica, que opera a través de Compañía de Virginia, una corporación propiedad del Rey de Inglaterra desde 1604. Esta compañía adquirió un terreno en el río Potomac para su uso privado y cambió su nombre a “Estados Unidos de América”. El historial adicional y la documentación extensa explican por qué hoy en día más de la mitad de la tierra y todas las compañías de energía y transporte en los Estados Unidos son propiedad de los ferrocarriles. También explica por qué nos hemos vuelto dependientes del resto del mundo para nuestros alimentos; Por eso somos parte de un plan para despoblar la Tierra. La Caja de Pandora, identifica la fuente de enorme poder privado, detectable para cualquier persona que tenga la claridad mental para reconocerla y entenderla“.
Alex Christopher afirma haber visto reptiloides y lo que ella llama los grises de ojos grandes. Una noche fue llamada urgentemente por sus vecinos. Cuando fue corriendo a su casa, encontró a la mujer que se desmayaba con sus globos oculares girando. Alex dijo que sintió una energía increíble en la habitación. Definitivamente había radiación y al día siguiente todas las plantas en la habitación estaban muertas. Los vecinos le dijeron que estaban haciendo el amor cuando comenzó el incidente. Y ello cuadra con la idea de que los reptiloides se alimentan de energía emocional y sexual humana, lo que es una de las razones por las que el sexo es tan fundamental para los rituales satánicos. La pareja dijo que vieron un destello de luz y luego fueron lanzados de la cama. El hombre todavía tenía en su costado la impresión de una palma con dedos de unos 25 cm. de largo, dotados con garras que quemaron en su piel. Cuando la pareja se había calmado y Alex volvió a su casa, se encontró con un reptiloide ella misma: “Me desperté y estaba esta ‘cosa’ de pie sobre mi cama. Tenía ojos amarillos envolventes con pupilas de serpiente y orejas puntiagudas, y una abierta sonrisa que se envolvía alrededor de su cabeza. Tenía un traje plateado y esto realmente me asustó mucho. Tiré las mantas sobre mi cabeza y empecé a gritar. Tenía una nariz aguileña y era muy humano en apariencia, aparte de sus ojos, y tenía piel un poco grisácea“. Después en 1991, Alex Christopher estaba trabajando en un edificio en una gran ciudad, y empezó a recordar que fue llevada a bordo de una nave espacial. Allí en la nave se encontró con alemanes y estadounidenses trabajando con extraterrestres grises, y luego fueron llevados a algún otro tipo de instalación y allí vio reptiloides otra vez. En la nave ella recuerda ver a los alemanes y los estadounidenses llevar una insignia, un triángulo azul con un dragón de ojos rojos y un círculo alrededor de él. Un contacto le dijo después que vio el mismo símbolo en Fort Walden, en los Estados Unidos. Un símbolo de serpiente alada también podía ser visto sobre la manga de un soldado israelí cuando confortaba a la hija del Primer Ministro asesinado, Yitzhak Rabin, en el funeral de su padre en 1995.
Una de las especialidades de Alex Christopher es el aeropuerto de Denver, que se sospecha puede encubrir una profunda base subterránea reptiloide – humana. Según Alex es un lugar extraño, ya que en agosto de 1996 había aterrizado en el Aeropuerto de Denver, y tan pronto como el avión aterrizó sintió una energía muy extraña y desagradable. El aeropuerto fue construido a una gran distancia de Denver y está lleno de símbolos masónicos. También hay gárgolas, las figuras de reptil alado que podemos encontrar en las casas majestuosas de la aristocracia en Gran Bretaña, así como en las iglesias y las grandes catedrales de Europa que fueron construidas por la red de la Hermandad de la Serpiente. También hay gárgolas sobre un edificio en Dealey Plaza, donde el presidente Kennedy fue asesinado. Las gárgolas son símbolos de los reptiles y esta es la razón de que las encontremos en el Aeropuerto de Denver. La piedra de dedicación en el aeropuerto está marcada con el clásico símbolo del compás de los francmasones y se yergue en la parte de la terminal llamada El Gran Salón, otro término masónico. Sobre una pared hay un extrañísimo mural lleno de simbolismo malévolo, incluyendo tres ataúdes con mujeres muertas en ellos, una niña judía, una nativa americana y una mujer negra. Otra niña está sosteniendo una tablilla maya que habla de la destrucción de la civilización. Un personaje inmenso, descrito como un “Darth Vader verde” por Alex Christopher, está de pie sobre una ciudad destruida con una espada en su mano, mientras que diversas mujeres están andando por un camino abrazando a bebés muertos. Todos los niños del mundo son retratados tomando armas de cada país y entregándolas a una figura de un niño alemán con un puño de hierro y un yunque en su mano. Denver está aparentemente programada para ser las oficinas centrales del sector occidental de los Estados Unidos bajo el estado global fascista llamado el Nuevo Orden Mundial. Mientras que Atlanta se dice que será el centro para el sector oriental. Alex Christopher recuerda haber reparado hace unos años en cómo eran de similares los diseños de los aeropuertos de Denver y Atlanta. Colorado, el estado cuya capital es Denver, está previsto que sea un centro principal para el Nuevo Orden Mundial y para la Reina de Inglaterra, que bajo otro nombre ha estado acaparando tierra en aquel estado.
Uno de los contactos principales de Alex Christopher era Phil Schneider, hijo de un comandante de un submarino alemán durante la Segunda Guerra Mundial, que fue comisionado para construir varias bases subterráneas en los Estados Unidos. En diversas conferencias empezó a hablar públicamente sobre una red subterránea de bases, ciudades y túneles en distintas zonas de los Estados Unidos. Posteriormente Phil Schneider murió en circunstancias muy sospechosas que fueron presentadas como suicidio. Schneider dijo que este aeropuerto de Denver estaba conectado con una base subterránea muy profunda, que bajaba al menos ocho niveles. Dijo que incluía una gran ciudad subterránea y una base inmensa. Otros contactos de Alex Christopher que han estado en los subterráneos bajo el Aeropuerto de Denver afirman que hay numerosos esclavos humanos, muchos de ellos niños, trabajando bajo el control de los reptiloides. Dos de las bases que Phil Schneider afirmó haber ayudado a construir son el Área 51, en Nevada, y la base Dulce, en Nuevo México, que está conectada mediante la red de túneles con el Laboratorio Nacional de Los Álamos. Un soldado del ejército apostado en la superficie de la base Dulce se dio cuenta de que había algo “muy raro” en aquel lugar y le dijo a Alex Christopher: “Estaba trabajando en un trabajo de rutina cuando otro de los jóvenes alistados, un mecánico, entró pidiendo un pequeño trabajo urgente de soldadura. Tenía el esquema y pasó a mostrarme exactamente qué quería. Estamos ambos doblados sobre el banco enfrente del soldador cuando se me ocurrió mirar directamente a su cara. Pareció volverse repentinamente cubierto de una película semi- transparente. Sus características se desvanecieron y en su lugar apareció una ‘cosa’ con ojos prominentes, ningún pelo y escamas por piel“. Después vio que pasaba lo mismo con un vigilante en la puerta de la base Dulce. Jason Bishop III ha investigado el tema de Dulce y considera que está involucradas importantes organizaciones. Hay al menos siete niveles bajo tierra en la base Dulce, probablemente más. Y Bishop ha recogido relatos de trabajadores que han descrito lo que han visto. Sus relatos reflejan las mismas descripciones que encontramos en las Tablillas Sumerias sobre los anunnaki, así como distintos experimentos genéticos con humanos.
En 1978, un grupo pequeño de trabajadores de la base Dulce descubrió la verdad. Este descubrimiento aparentemente llevó a una lucha entre humanos y extraterrestres, en que diversos científicos y personal militar fueron muertos. Phil Schneider afirmó haber tomado parte en un tiroteo con los extraterrestres en la base Dulce, en que fue herido por una arma láser. La base fue cerrada temporalmente como consecuencia de este conflicto. Otra base subterránea parece que está bajo el Boynton Canyon, en Sedona, Arizona. Similares bases y ciudades subterráneas existen en todo el mundo y están conectadas a través de túneles mediante rápidos transbordadores. Los túneles son construidos mediante una máquina impulsada por energía nuclear que derrite la roca y forma con ellas las paredes del túnel. Es significativo que las pruebas nucleares subterráneas fueron efectuadas en Nevada y Nuevo México, la ubicación de muchas instalaciones subterráneas profundas que han estado relacionadas con los reptiloides. Tal vez sirvieron para abrir vastas cavernas subterráneas. Asimismo se dice que los reptiloides pueden alimentarse de la energía nuclear. Pero parece que hay diversas razas y sub-razas híbridas de reptiloides, cuya élite es conocida como los Draco, que miden hasta más de 3 metros y medio de altura. Tienen alas membranosas que pueden plegarse hacia atrás y son el origen del término “serpiente alada“. También serían los ángeles caídos bíblicos. Las gárgolas aladas que podemos ver en las catedrales góticas son símbolos de éstos Draco. La capa usada por el conde Drácula es simbólica de estas alas, teniendo en cuenta que el personaje de Drácula, del escritor Bram Stoker, se dice que es un ángel caído. Los Draco alados son también conocidos como la Raza Dragón y algunos de los dioses antiguos fueron descritos y retratados como hombres pájaro. Esto podría ser uno de los orígenes del Ave Fénix y del hecho que el águila sea un símbolo de la Hermandad de la Serpiente. El Satanás bíblico también es retratado con apariencia reptiloide. Algunos miembros de la jerarquía Draco son aparentemente blancos albinos. Los Draco son la verdadera realeza de los reptiloides y la casta más alta son los blancos albinos, que aparentemente tienen cuernos cónicos. Esto es curioso porque los “dioses” antiguos y las realezas fueron retratados como usando un tocado con cuernos, simbólico de estos reptiloides de la realeza.
Otras especies, como los guerreros y los científicos, son conocidas en los ambientes estudiosos del fenómeno ovni como Reptoides. Son descritos como sin alas y de sangre fría. Sus escamas son mucho mayores en la espalda y tienen tres dedos con un pulgar en oposición. Tienen tres dedos del pie con un cuarto hacia el lado de su tobillo y sus garras son pequeñas y desafiladas. Tienen ojos grandes como de gato que brillan de color rojo, así como una boca que parece más como una hendidura. Algunos tienen ojos que son descritos como negros y otros son blancos con pupilas verticales de color fuego. Los reptiloides son los gigantes descritos en las leyendas y tradiciones antiguas. Algunos tienen colas, otros no. Uno de los planetas que parece ocuparon los reptiloides hace mucho tiempo habría sido Marte. En su libro Mundos en colisión, publicado en 1950, Immanuel Velikovsky declaró que un cometa gigante había chocado con Marte, aunque posiblemente se trataba de un planeta situado entre la ubicación de los actuales planetas Marte y Júpiter, y que Venus se había formado como resultado de esa colisión. Y aquí entra en escena Brian Desborough, que fue Director de Investigación y Desarrollo de varias compañías norteamericanas de alta tecnología, incluida la. industria aeroespacial. Además de diversos artículos, ha escrito varios libros entre los que destacan They cast no shadows y A blueprint for a better world. En sus escritos ha tenido en cuanta una frase del gran físico e inventor Nikola Tesla: “La ciencia en sí misma es perversa, a menos que tenga como objetivo el bienestar de la Humanidad”. Y Brian Desborough añade: “Las verdades históricas, religiosas y políticas han sido escondidas a la gente a fin de perpetuar los conflictos armados“. Y continúa. “Del mismo modo, si la tecnología en la actualidad fuera utilizada para favorecer a la Humanidad, la enfermedad, el hambre y la contaminación ambiental serían prácticamente erradicados“. Brian Desborough ha recopilado información muy detallada sobre el mundo antiguo. Sus investigaciones sugieren que, alrededor del 4.800 a.C., aunque esta fecha podría ser anterior, un inmenso planeta, que actualmente conocemos como Júpiter, aunque otras versiones sugieren que sería el planeta sumerio Nibiru, irrumpió en nuestro sistema solar procedente del espacio exterior. A causa de esta repentina irrupción, los planetas exteriores quedaron fuera de control y este nuevo planeta, Júpiter, al final chocó con un planeta que giraba entre los actuales planetas Marte y Júpiter, y cuyo nombre se supone que era Faetón, tal como nos indica la mitología griega.
Desborough dice que la mayor proximidad de la Tierra al Sol, antes del gran cataclismo en el sistema solar, provocó que los primeros seres humanos de la Tierra fueran de raza negra, con la pigmentación adecuada para resistir mejor los potentes rayos del Sol. Esqueletos antiguos encontrados cerca de Stonehenge en Inglaterra y a lo largo de la costa de oeste de Francia demuestran características nasales y vertebrales de tipo africano. Desborough afirma que Marte, entonces con un ambiente muy parecido al nuestro, tenía una raza blanca antes del cataclismo. Sus investigaciones le han convencido de que los marcianos blancos construyeron las pirámides registradas en Marte y fueron a la guerra con una raza negra avanzada para conquistar la Tierra. Estas guerras, dice, son las guerras de los «dioses» descritas en incontables textos antiguos, sobre todo en el Ramayana y el Mahabharata hindúes, en los que se describe el uso de naves voladoras y de terroríficas armas. Desborough añade que después del cataclismo, los marcianos blancos que se habían establecido en la Tierra fueron abandonados aquí sin su tecnología y con su planeta de origen devastado. Estos marcianos blancos se convirtieron en los pueblos blancos de la Tierra. Una pregunta que surge es ¿hubo cruces entre los reptiloides y los supuestos marcianos blancos incluso antes de que vinieran a la Tierra?. Zecharia Sitchin también especula que los anunnaki fueron a Marte antes de venir a la Tierra. Esto ciertamente encajaría con la hipótesis de Brian Desborough de que los marcianos blancos y los anunnaki pudiesen tener vinculaciones genéticas desde hace mucho tiempo. Icke nos cuenta que una mujer, que fue suma sacerdotisa de la jerarquía de la Hermandad de la Serpiente y que se escapó de dicha organización, al menos en la época en que Icke habló con ella, explicó que los reptiloides anunnaki invadieron Marte hace mucho tiempo y la raza blanca de marcianos al final partió de dicho planeta hacia la Tierra. Los anunkaki en Marte los siguieron, aunque añadió que no tenía dudas de que algunos aún permanecían en bases subterráneas de Marte. Hemos podido ver que cuando una de las sondas de Marte puede mostrar algo que no debería verse, el enlace se interrumpe misteriosamente o la sonda desaparece. En marzo de 1989 tenemos u caso especialmente relevante. La nave espacial rusa Phobos II, programada para estudios geológicos intensivos en el planeta rojo, desapareció del sistema ruso de rastreo mientras realizaba una exploración preliminar de la superficie marciana.
Phobos II entró en una órbita alrededor de Marte en enero de 1989 como parte de la primera etapa hacia su real destino, una pequeña luna marciana llamada Fobos. La misión era perfecta hasta que la nave se alineó con la Luna. Luego fue detectado un objeto elíptico moviéndose hacia el segundo satélite antes de que fallara la conexión. Todas las indicaciones decían de que el objeto elíptico había atacado al satélite que estaba ahora fuera de control. El 28 de marzo de 1989, Tass, la Agencia de Noticias Oficial soviética dijo: “Phobos II no se pudo comunicar con la Tierra tal como estaba previsto después de completar una operación ayer alrededor de la Luna marciana Fobos. Los científicos que controlan la misión han sido incapaces de establecer un contacto estable por radio”. Mientras que al día siguiente un alto funcionario de la Agencia Espacial Soviética (Glavkosmos) dijo “Phobos II está un 99% perdido para siempre”. Es importante señalar que indicó que el satélite se había perdido y no sólo el contacto con él. De gran interés para ufólogos era una imagen capturada encima de la superficie de Marte. Comúnmente llamado la sombra, lo que causó éste incidente nunca ha sido determinado. Si de hecho fue una nave espacial, fue una de gran tamaño. El 31 de marzo de 1989, los titulares enviados por los corresponsales de Moscú de la Agencia de Noticias Europeas (EFE) declararon: “Phobos II tomó extrañas fotos de Marte antes de perder contacto con su Base. Vremya reveló ayer que la sonda Phobos II, que orbitaba sobre Marte, cuando los científicos soviéticos perdieron contacto con ella el lunes, había fotografiado un Objeto No Identificado en la superficie marciana segundos antes de perder contacto”. Una de las últimas imágenes retransmitidas en detalle a la Tierra por la cámara de la Phobos II antes de que se perdiera la transmisión de datos, fue una enorme sombra elíptica sobre la superficie de Marte, con forma de cigarro y una longitud estimada nada menos que en unos 27 Km. El gran tamaño de este objeto descartó la posibilidad de que fuera una sombra de la nave Phobos II. Debido a su posición, su forma simétrica, su tamaño y su movimiento, así como la ausencia de relieves sobre la superficie de Marte en el área frente a la sonda y de los satélites Fobos y Deimos, ni la nave Phobos II misma podría explicar este patrón de sombra que ocurría en las últimas fotos de datos transmitidas a la Tierra. Tal vez dicha sombra fue la evidencia de que la sonda espacial tuvo contacto con una forma de inteligencia no-humana antes de que desapareciera de forma permanente.
En 1945 el astrónomo norteamericano Bevan Sharpless, descubridor de que la órbita del satélite marciano Fobos estaba decayendo, detectó una aceleración de Fobos que no se podía explicar como resultado de una perturbación de la tenue atmósfera marciana. La información no recibió especial atención hasta que fue recogida por Iósif Shklovski, astrónomo y astrofísico soviético/ruso, quien en 1959 propuso que el satélite Fobos podría ser un objeto hueco y especuló con la idea de que era un satélite artificial lanzado por una civilización alienígena presente antiguamente en el planeta Marte. Esta hipótesis ganó cierta notoriedad y fue reavivada en 1966 por el mismo Shklovski en el libro Intelligent Life in the Universe, escrito conjuntamente con Carl Sagan, famoso astrónomo, astrofísico, cosmólogo, astrobiólogo, escritor y divulgador científico estadounidense. La controversia que lo acompañó condujo a nuevas observaciones astronométricas de ambos satélites durante las décadas de 1960 y 1970 que confirmaron la medición inicial de Sharpless. En la novela Los Viajes de Gulliver, de Jonathan Swift, podemos leer unas informaciones científicas asombrosas, además de algunas situaciones realmente curiosas. Los dos satélites de Marte, el dios de la guerra, Fobos y Deimos, fueron descubiertos por el astrónomo norteamericano Asaph Hall en el año 1877. Sus nombres significan Miedo y Terror (¡!!). Lo extraño es que son descritos en la obra de Jonathan Swift, con sus parámetros exactos, en 1726, 150 años antes de su descubrimiento oficial. Lo que es incuestionable es que la raza blanca, cualquiera sea su origen, ha sido el vehículo principal del programa de hibridación anunnaki para apoderarse del planeta Tierra. Los investigadores creen que los reptiloides son los controladores de los extraterrestres llamados Grises, con sus grandes ojos negros. Los Grises son protagonistas en la mayoría de los relatos de abducción, o secuestros por parte de extraterrestres. Jason Bishop III en sus escritos sobre este tema dice que la jerarquía del control es: Draco (reptiloides alados), Draco (reptiloides no alados), Grises y Humanos. También parece haber un tipo de alianza reptiloide con otros grupos extraterrestres. Parece ser que el sacrificio humano a los “dioses” en el mundo antiguo, particularmente de niños, era en honor de los reptiloides, ya que demandaban estos rituales puesto que un rasgo del cerebro reptil es el ritualismo. Al momento de la muerte por sacrificio irrumpe un incremento de adrenalina a través del cuerpo y se acumula en la base del cerebro, siendo aún más potente en los niños. Esto es lo que los reptiloides y castas híbridas parecen desear, ya que se dice que también se alimentan de sangre y carne humanas.
Estos antiguos sacrificios estaban dedicados a los “dioses” anunnaki reptiloides, y todavía continúan actualmente. Se intuye que los reptiloides, al igual que los reptiles, no tienen emociones ni sentimientos. Por ello, en el cuarto nivel dimensional, se alimentan de la energía de las emociones humanas con bajas vibraciones, como el miedo, la culpa o la agresión. Cuando emitimos tales emociones la energía emitida no puede ser detectada en nuestro mundo, ya que resuena en la frecuencia cuarta dimensional más baja y allí es absorbida por los reptiloides. Cuanto una mayor cantidad de estas emociones puedan ser estimuladas, más energía tendrá los reptiloides. Por lo tanto, tenemos que el estímulo de las guerras, el genocidio humano, la masacre masiva de animales, las perversiones sexuales, etc… crean energía negativa altamente cargada. Y todo indica que los rituales de magia negra y de sacrificios tienen lugar a una escala que asombraría a aquellos que no han analizado el tema. El programa de reproducción reptil parece haber producido un híbrido anunnaki – humano, tal vez el bíblico Adán, alrededor de entre 200.000 y 300.000 años atrás. Probablemente otras razas extraterrestres también se han cruzado con la humanidad para producir la gran variedad de pueblos de la Tierra. Pero es importante concentrarse en el grupo reptiloide debido a su deseo de controlar y manipular la humanidad. Se supone que lo que los reptiloides hicieron en Marte, lo han hecho en la Tierra. Se infiltran en la población local a través del cruzamiento y se apoderan del lugar. Icke cree que ya había linajes reptiloide – arios entre los marcianos blancos cuando vinieron a la Tierra. Una de las ubicaciones principales para los anunnaki y los marcianos blancos, o arios, especialmente durante y después del cataclismo que origino Venus alrededor del 4800 a.C., eran las montañas de Turquía, Irán y Kurdistán. Y fue desde allí que ellos y sus híbridos reaparecieron cuando las aguas del Diluvio retrocedieron. Fueron ellos los que crearon las civilizaciones avanzadas en las tierras bajas de Sumeria, Egipto, Babilonia y el valle del Indo. Un centro especial para los anunnaki reptiloides parecen haber sido los Montes Cáucasos, una gran cordillera localizada entre el mar Negro y el mar Caspio, en la región del Cáucaso, entre las cuencas del río Kubán y del río Terek, al norte de Anatolia, y el río Irán, al sur. Y ésta es un zona que aparece una y otra vez en nuestra historia.
Parece que había un programa de reproducción en esta región, probablemente subterráneo, que produjo un muy gran número de híbridos reptiloide – humano. Un área de investigación que es muy relevante para esta región es el número de personas con Rh negativo, que sería el legado que habrían dejado los anunnaki. Entre otros lugares, podemos observar un porcentaje alto de Rh negativo en la familia real británica. A menudo bebés con Rh negativo se vuelven de color azul inmediatamente después del parto. Éste sería el origen del término “sangre azul” para los linajes reales. Se especula que los linajes de “sangre azul” podrían ser de descendencia marciana y de donde provinieran los linajes marcianos. Significativamente hay muchas más personas de raza blanca con Rh negativo que de raza negra o asiática. Los genes de los Draco blanco albino parecen haber sido utilizados para crear los linajes híbridos reptil – humano que han gobernado el mundo desde tiempos antiguos. Éstos eran los conocidos por los antiguos como los semidioses, que recibieron la tarea de controlar a la población y dirigir el mundo de acuerdo con el programa de sus amos reptiloides. Lo que está claro es que mientras los anunnaki se cruzaron con diversas razas de la Tierra, la raza blanca ha sido su vehículo principal para apoderarse del planeta. Y los Draco en la cumbre de su jerarquía son blancos albinos. Significativamente, cuando leemos los relatos antiguos, vemos que muchas de sus creaciones híbridas tenían el pelo rubio y los ojos azules. En el Shahnemeh o el Libro de los Reyes, la historia legendaria de Irán publicada en el 1010 d.C. por el poeta árabe Firdusi, describe el parto de un bebé llamado Zal, el hijo de un rey llamado Sam. Otra vez el rey está horrorizado por la apariencia espantosa de su hijo que tiene un cuerpo muy grande “tan limpio como la plata“, cabello tan blanco como el de un anciano y “como la nieve“, y una cara comparada con el Sol. Sam llama a su hijo un niño demonio, un niño de los devas, los Observadores. La existencia de los Observadores está profusamente documentada en la literatura hebrea del periodo seleucida macedonio. Unos testimonios que continuarán siendo tomados como evidencia en los textos de la primera época romana. Los Grigori (Observadores o vigilantes), también conocidos como hijos de Elohim; son un grupo de ángeles caídos de la mitología judía mencionados en algunos textos apócrifos judíos y Bíblicos y en el Libro del Génesis. En estos textos se menciona que los Grigori fueron seres que se enamoraron y se aparearon con las “hijas del hombre“; naciendo de esta unión una raza de semidioses conocida como los Nefilim. Según el Libro de Enoc, los Grigori suman un número de 200 pero sólo sus líderes son mencionados: “Estos son los nombres de sus jefes: Samyaza, que era su líder, Urakabarameel, Akibeel, Tamiel, Ramuel, Dan’el, Azkeel, Saraknyal, Asael, Armers, Batraal, Anane, Zavebe, Samsaveel, Ertael, Turel, Yomyael y Azazyel (también conocido como Azazel y quizá como Araziel). Estos eran los prefectos de los doscientos ángeles, y el resto eran todo con ellos“.
Como los patriarcas del Antiguo Testamento, los iraníes parecían tener una aversión a los niños nacidos con características sumamente blancas. Y curiosamente quién se dice que es sumamente blanco, blanco albino, es la jerarquía real de los Draco. El texto del Shahnemehdice de Zal: “Ningún ser humano de esta tierra podría parir a tal monstruo, debe ser de la raza del Demonio, aunque todavía humano en forma y cara, si no un demonio, él al menos, parece una bestia coloreada de fiesta“. Zal se casa después con una princesa extranjera llamada Rudabeh, hija rey del Mehrab, el rey de Karbul, y un descendiente del rey Serpiente, Zahhak, que se decía había gobernado Irán durante mil años. Éste era uno de los linajes reptiloides y, por ello, Rudabeh es descrita como alta como un árbol de teca, blanca marfil, etc., las características familiares de los descendientes de los Observadores – humanos. Estas descripciones abundaban para los linajes reales de Irán y del Próximo Oriente. Parece que se requerirían características físicas de los Nefilim – Observadores para ser aptos para ser rey. Éste, indudablemente, es el origen del “derecho divino de los reyes”, el derecho de gobernar en virtud de su linaje de familia, un sistema que continuó cuando estas líneas se expandieron en Europa. Incluso el título británico de Sir, otorgado por la Reina a sus súbditos seleccionados, viene de una antigua diosa serpiente llamada Sir, que se relaciona a la diosa de los anunnaki, Ninlil o Ninkharsag, según las Tablillas Sumerias. Su marido, Enlil, fue llamado la Serpiente Espléndida de los ojos brillantes. Su hermano, Enki, era también conocido como una serpiente y su emblema era dos serpientes entrelazadas era el símbolo de su “centro del culto” en Eridu, así como de la profesión médica moderna. El símbolo es conocido como el caduceo. Esta información viene de las Tablillas Sumerias, tal como Zecharia Sitchin las interpreta en sus libros. Icke está convencido de que los anunnaki y los Observadores son la misma raza reptiloide, las “serpientes con los ojos brillantes” identificadas por Christian y Barbara O’Brien en su libro Genius of the Few. El investigador Andrew Collins, autor de libros como Gods of Eden y Gateway to Atlantis, dice que posee una estatuilla de cobre cananita retratando a uno de sus dioses alrededor del 2000 a.C. Este dios tiene un cuello serpentino y una cabeza formada como la capucha de una cobra que se riza encima para formar un tocado como de serpiente.
Durante los miles de años desde que estos linajes híbridos reptiloides – humanos fueron creados, se han integrado cada vez más entre la población general y son menos detectables físicamente. Pero la estructura genética básica permanece y la Hermandad mantiene muy detallados registros genéticos de quién la tiene y quién no. Christian y Barbara O’Brien dicen en Genius Of The Few que si los anunnaki se hubieran cruzado con la humanidad hace cientos de miles de años y luego se hubiesen vuelto a cruzar otra vez hace aproximadamente 30.000 años, el resultado del segundo cruzamiento sería una estructura genética que sería 75 % anunnaki y 25 % humana. Icke cree que hubo otro programa de reproducción más recientemente, después de la inundación causada por la irrupción del planeta Venus hace unos 7.000 años. Estos linajes posteriores habrían sido genéticamente aún más anunnaki que las versiones previas. Éstos son los híbridos reptiloides que dirigen el mundo actualmente y son precisamente estos genes reptiloides los que permiten a tales personas cambiar de aspecto entre reptiloide y humano. Estos linajes también tienen una mirada fija hipnótica sumamente poderosa, igual como una serpiente hipnotiza a su presa, y esto es el origen del término “dar el mal de ojo a alguien“. Todo ello es la razón para su obsesión por la sangre y el cruzamiento entre las familias de “sangre azul“. Desde los tiempos más remotos de la historia conocida los herederos de sangre azul se unieron con sus parientes, tal como los anunnaki lo hicieron, de acuerdo con las Tablillas Sumerias. El gen (ADN mitocondrial) más importante es transferido por la línea femenina, así que la elección de compañera femenina es vital para ellos. Es altamente significativo que el linaje de “rey serpiente” debe proceder de Irán, porque es de estas regiones de Irán, Kurdistán, Armenia, Turquía y los Montes Cáucasos, que estos linajes reptiloides – humanos aparecieron para apoderarse del mundo. Un miembro ruso de la Hermandad de la Serpiente dijo que había un vórtice enorme, o un portal inter dimensional, en los Montes Cáucasos, por donde los extraterrestres de la cuarta dimensión entraban en esta dimensión.
El nombre de Irán viene del antiguo Airan, que significa tierra de los Arios. Todavía hoy encontramos dos razas distintas en Kurdistán, una de piel aceitunada, de altura mediana y con ojos oscuros, y otra, con personas mucho más altas, de piel blanca, y a menudo con ojos azules. Justo estos rasgos fueron considerados propios de la “Raza Superior” por los nazis y ello era debido a que los jerarcas nazis, a través de sociedades secretas, conocían la historia y su conexión con los reptiloides y sus híbridos. Andrew Collins, en su libro De las cenizas de los Ángeles, presenta evidencias de que el Jardín del Edén bíblico estaba en las montañas de esta región de Irán – Kurdistán y, por supuesto, que el tema de la serpiente estaba presente en la historia del Edén. En la vecina región de Media, los reyes fueron conocidos por los iraníes como Mâr, que significa serpiente en persa. Asimismo fueron llamados la “dinastía de dragón de Media” o los “descendientes del dragón“. Hacia el 2200 a.C., la Corte Real del Dragón había sido fundada en Egipto por los sacerdotes de Menes y dicha organización aún continúa hoy en día, más de 4000 años después, como la Corte Imperial y Real de la Soberanía del Dragón, actualmente con sede en Gran Bretaña. Algunos investigadores la denominan Hermandad de la Serpiente. Los antiguos reyes de Sumeria, Egipto e Israel en su coronación fueron ungidos con la “grasa del Dragón“, que era grasa del cocodrilo sagrado. El cocodrilo era conocido en Egipto como un messeh, al que también dieron el nombre de Draco, y de ahí viene el término hebreo “Mesías” que significa El Ungido. Los sucesivos reyes eran también conocidos como “Dragones“, por lo que todo este simbolismo se relaciona con el hecho de que estas familias reales fuesen de los linajes de los híbridos reptiloide – humano. Cuando varios reinos se unían en una batalla, nombraban un rey de reyes que era conocido como el Gran Dragón o Draco. El título celta de Pendragon, que es el nombre de Uther Pendragon, rey mítico de la Britania post-romana y padre del rey Arturo. es una versión de ello. Podemos ver una representación egipcia de un “dios” sobre la pared del templo de Saqquara, que muestra una figura de reptil no humana con lo que parecen ser alas.
Un amigo estadounidense de Icke le habló de una experiencia que tuvo su padre a comienzos de la década de 1970. Vivían en Turquía, donde trabajaba en un puesto de escucha para el servicio de inteligencia militar estadounidense. Una noche volvió a su casa en un estado terrible. Cuando le preguntaron qué le había pasado, sólo dijo: “El mundo no es como pensamos que es“. Cuando se relajó explicó a su hija que había captado ese día una comunicación del piloto de un avión que estaba destacado en la base turca. El piloto informó que estaba volando cerca del polo norte cuando repentinamente sus motores se pararon y todos los sistemas eléctricos se apagaron. El avión entonces descendió suave y verticalmente al suelo y, ante su incredulidad, la cumbre de una montaña se abrió y el avión se posó dentro. Salió del avión preguntándose qué estaba pasando y se encontró con personas altas y de cabello rubio con piel de color “perla” y ojos “azul – púrpura“, que parecían cargados eléctricamente de algún modo, ya que tenían ojos que parecían dotados de rayo láser. Todos usaban largos trajes blancos, tal como fue descrito el “dios” conocido como Quetzalcoatl en América. También llevaban un medallón con la Cruz de Malta. El piloto recordaba entrar en una habitación y ver un grupo de aquellos seres sentados alrededor de una mesa de conferencia. Al final volvió a su avión y cuando ascendió desde la montaña sus motores y equipo electrónico volvieron a funcionar. Ahora sorprendámonos viendo cómo describe a los Observadores el Libro de Enoc: “Y se me aparecieron dos hombres muy altos, tales como nunca he visto sobre la Tierra. Y sus caras brillaban como el Sol, y sus ojos eran como lámparas ardiendo. Sus manos eran más brillantes que la nieve“. Esto también conecta con la antigua descripción de los “dioses” como “los que brillan“. Ciertamente, mucho de lo que está sucediendo en este planeta parecería increíble para la mayoría de la gente. Muchas razas extraterrestres, no sólo los reptiloides, operan en y alrededor de la Tierra, tanto en nuestra dimensión como en otras dimensiones más altas. Seres de Orión y las Pléyades están, entre muchas otras razas, interactuando con seres humanos , según las informaciones de abducidos e investigadores. Según explican algunos miembros de la Hermandad de la Serpiente que han visto a algunos de estos extraterrestres, los de Orión, una raza cruel aunque hermosa, tienen alguna clase de alianza con los reptiloides.
Icke está seguro de que los ángeles bíblicos eran los Observadores, los reptiloides con alas o sin ellas. El término mismo “hijos de los dioses” es traducido en el Septuagint, la versión griega del Antiguo Testamento, como ángeles. Pero Icke considera que hay diferentes facciones reptiloides, desde aquellos que son más positivos en su actitud hacia la humanidad hasta aquellos que desean dominarla y controlarla. Ambas facciones se hicieron conocidos como Observadores o ángeles, siendo los controladores conocidos como ángeles caídos. Tal vez la leyenda del arcángel Miguel lanzando al dragón a la Tierra para la batalla final y la de San Jorge derrotando al dragón, se relacionan con el conflicto de hace mucho tiempo entre los marcianos blancos nativos y los reptiloides anunnaki. Significativamente, el arcángel Miguel y San Jorge son antiguos héroes fenicios en la misma región del mundo donde los anunnaki desarrollaron su programa de hibridación y donde, por mucho tiempo, operaron abiertamente como reptiloides. En el último libro de la Biblia, el libro del Apocalipsis, vemos la clara conexión entre el ser conocido como Satanás y la serpiente o reptil: “El dragón grande, la antigua serpiente, conocida como el Demonio o Satanás, fue expulsado; el seductor del mundo entero fue arrojado a la tierra y sus ángeles con él. Sujetó al monstruo, la serpiente antigua, que es Satanás o el diablo, y lo encadenó por mil años. Lo arrojó al Abismo, cerró con llave y además puso sellos para que no pueda seducir más a las naciones hasta que pasen los mil años“. En un fragmento de los Rollos del Mar Muerto, traducido por el erudito hebreo Robert Eisenman, hay una descripción de un Observador llamado Belial (tal vez Bel), quien es descrito como el Príncipe de la Oscuridad y el Rey del Mal. Se dice que es terrorífico en su apariencia, como una serpiente con un semblante como una víbora. Uno de los principales grupos angelicales en la tradición hebrea son los serafines o “serpientes ardientes ” y los Observadores están muy relacionados con la descripción de serpientes. En las enseñanzas persas también hablan de un ser que describen como “la serpiente antigua que tiene dos pies“, justo como el Libro de Enoc representa serpientes que caminan.
Tal como ya henos dicho, los miembros del liderazgo Draco se dice que son de alta estatura y piel blanca, en realidad blanco albino, “más blanco que la nieve“, lo cual se relaciona con la piel muy blanca de los bebés gigantes que son híbridos Observador – humano, tal como son descritos en el Libro de Enoc y en otros textos. Y en el Libro de Enoc se habla del parto de un híbrido Observador – humano. Se trata, nada menos, que de Noé. Si esto es cierto, Noé sería, de hecho, un híbrido reptiloide – humano. Y curiosamente muchos pueblos han tratado de reclamar ser descendientes de Noé, lo que implicaría ser descendientes de los Observadores y los anunnaki reptiloides. En el mito hebreo, los Nefilim son descritos como awwim, que significa devastadores o serpientes. En los Rollos del Mar Muerto, Noé es descrito como parecido a “los hijos de los ángeles (caídos) del cielo” cuya “concepción era (debida) a los Observadores y a los Nefilim“. En la tradición judía, Eva es vista como la madre ancestral de los Nefilim y está asociada a las palabras hebreas que significan vida y serpiente. Eva fue tentada por la serpiente, de acuerdo con el mito del Génesis y otras fuentes. En el Libro de Enoc encontramos que entre los Observadores que revelaron los secretos a los humanos estaba Gadreel, el mismo ángel caído que ha sido identificado como tentando a Eva. El Libro de Enoc fue prohibido por la Iglesia Católica, que trató de negar la antigua creencia cristiana en la existencia de ángeles de carne y hueso, así como ángeles caídos habitando cuerpos físicos y cruzándose con humanos. Pero los francmasones, que controlan la Iglesia Católica hoy, al mismo tiempo que otros miembros de la Hermandad de la Serpiente, siempre han considerado a Enoc como uno de sus fundadores legendarios. El mismo nombre Enoc significa “iniciado“. El tema de los ángeles caídos que ofrecen secretos prohibidos a la humanidad puede ser encontrado en el Libro de Enoc y otras obras. Entre estos ángeles caídos está Azazel, que enseñó el arte de la elaboración del metal, y Shemyaza, que enseñó las artes mágicas. Estos relatos dieron pié a muchos héroes posteriores, el más famoso de los cuales es el dios griego Prometeo, que se dice que robó fuego (o conocimiento) de los dioses y se lo dio a los humanos, en realidad a humanos seleccionados. Una estatua de oro de Prometeo está en el Rockefeller Center en Nueva York. Los Rockefellers estarían entre estas élites reptiloides y, por lo tanto, serían completamente conscientes del verdadero significado de la leyenda de Prometeo.
El Observador llamado Azazel sería el origen de la cabeza de cabra en el ritual satánico, así como del término “chivo expiatorio“. De acuerdo con el Libro de Levítico, los israelitas sacrificaban a dos cabras machos durante el Yom Kippur, el Día de la Expiación. Uno era ofrecido a Dios y el otro a Azazel. El sacerdote ponía ambas manos sobre la cabeza de la cabra que simulaba Azazel y confesaba los pecados de las personas. La cabra era entonces llevada al desierto y arrojada por un despeñadero, simbolizando el ángel caído Azazel, que fue visto encadenado en el desierto, o el “abismo” según el libro del Apocalipsis, que tal vez represente su encarcelamiento en la cuarta dimensión inferior. La cabeza de cabra de Azazel, un ángel – caído reptiloide, es simbolizada por la estrella de cinco puntas invertida del satanismo. Supuestamente diversas razas extraterrestres han estado visitando la Tierra con propósitos diferentes durante probablemente millones de años y sus cruzamientos con humanos habrían creado las diversas razas. En el pasado remoto han existido civilizaciones tecnológicas muy avanzadas, que se apoyaron en conocimientos extraterrestres. Seguramente fue la Era Dorada a que se referían los antiguos. Hace alrededor de 450.000 años llegaron a la Tierra los anunnaki, una raza reptiloide gobernada por los Draco alados y blancos albinos, que trataron de apoderarse del planeta. Es probable que en ese momento también hubiesen colonizado Marte. Por mucho tiempo los anunnaki vivieron abiertamente como reptiloides, pero posiblemente por la hostilidad de otras razas extraterrestres y la humanidad de aquel tiempo, encubrieron su aspecto, para parecer humanos. Esto incluía un programa de cruzamientos que creó linajes híbridos humano – reptiloide, a través de los que podían operar desde la cuarta dimensión inferior. Los reptiles de la cuarta dimensión utilizarían sus cuerpos humanos como una capa genética y cuando un cuerpo humano muere el mismo reptiloide muda a otro cuerpo para continuar el programa a través de las generaciones. Los cruzamientos para propagar la genética reptil en estos linajes se facilita cuantos más genes reptiloides se tengan. Por esta razón la Hermandad de la Serpiente mantiene registros detallados de las líneas genéticas. Entonces saben qué personas pueden ser poseídas más fácilmente que otras.
Los reptiloides tratan de influir en todo el mundo estimulando los patrones de comportamiento de la región reptil del cerebro, que implica un pensamiento jerárquico, agresión, conflicto, división, falta de compasión y una necesidad por los rituales, como las ceremonias satánicas. Los reptiloides han utilizado la raza blanca como su vía principal para el control global, pero se han cruzado con distintas razas, incluyendo los chinos, japoneses, árabes y judíos. Todo esto permite a los reptiloides controlar personas y organizaciones aparentemente aisladas. Podemos ver a seres supuestamente humanos en puestos diferentes del poder que llegan a las mismas conclusiones y aceptan las mismas políticas. Pero parece que la misma fuerza está controlando a todos ellos. Esto es lo que Icke cree que está ocurriendo con los reptiloides trabajando a través de cuerpos humanos y mediante la red de sociedades secretas que estos linajes han creado o infiltrado. El Libro de Enoc dice que los nacidos de sangre Nefilim, los híbridos reptiloide – humano, están, debido a su espíritu ancestral, destinados a “afligir, oprimir, destruir, atacar, batallar y trabajar la destrucción en la Tierra“. En los Estados Unidos hay una organización llamada los Hijos de Jared, nombrados así en honor al padre de Enoc. Prometen una “guerra implacable” contra los descendientes de los Observadores quienes “como notorios faraones, reyes y dictadores, han dominado la humanidad durante toda la Historia“. En su publicación, The Jaredite Advocate, condenan a los Observadores como “una mafia celestial gobernando el mundo“. En un documento, escrito a mano por Newton, calculaba el Fin de los Días de acuerdo a las profecías de Daniel. Newton escribió sus cálculos numéricos y sus análisis de los cálculos. Un examen del documento revela que los números que usó en los cálculos incluyen varias veces el 216 y el 2160, que implica que estaba pensando en términos de tiempo zodiacal. Para él, ese era el verdadero Reloj Mesiánico. Resumió sus conclusiones apuntando un conjunto de tres franjas de fechas para las claves proféticas de Daniel: Entre 2132 y 2370 de acuerdo a una clave dada a Daniel; Entre 2090 y 2374 de acuerdo a una segunda clave; Entre 2060 y 2370 para el tiempo crucial ‘tiempo, tiempos, y medio tiempo’. Según esto, podría interpretarse que Sir Isaac Newton predijo que el Fin de los Días llegaría en el año 2060. No exactamente, pero probablemente estaría señalando entre 2060 y 2090. El documento original del gran científico británico está archivado en la Biblioteca Nacional y Universitaria Judía, en Jerusalén.
El ‘incidente Phobos’ permanece oficialmente como un accidente inexplicable, pero inmediatamente después se creó una comisión secreta en la que estaban representados los países con programas espaciales. Y esta comisión parece que llegó a conocer temas relacionados con Nibiru y los anunnaki. Los hechos que derivaron en la formación de este grupo secreto comenzaron en 1983, con el descubrimiento de un nuevo planeta del tamaño de Neptuno por parte del IRAS (Infra-Red Astronomical Satellite) de la NASA, que buscaba en los límites del sistema solar intentando detectar la emisión de calor de los cuerpos celestes. La búsqueda de un décimo planeta era uno de sus objetivos señalados y finalmente encontraron uno, determinando que se trataba de un planeta porque después de seis meses de seguimiento observaron que estaba moviéndose claramente en dirección a la Tierra. La noticia de su descubrimiento fue rápidamente desmentida, pero condujo a un cambio radical en las relaciones entre los Estados Unidos y Rusia, llevando a un acuerdo para la cooperación espacial entre Reagan y Gorbachov y declaraciones públicas del presidente en las Naciones Unidas con las siguientes palabras: “Sólo piensen cuán fácil puede ser su trabajo y el mío en estas reuniones si de pronto hubiera una amenaza a este mundo desde otras especies de otro planeta en el universo. Ocasionalmente pienso con cuánta rapidez desaparecerían nuestras diferencias si tuviéramos que encarar una amenaza alienígena de fuera de este mundo”. En 1989 se aprobó un acuerdo llamado “Declaración de Principios Respecto a las Actividades Tendientes a la Detección de Inteligencia Extraterrestre”, a través del cual se acordaron los procedimientos a seguir después de recibir ‘una señal u otra evidencia de inteligencia extraterrestre’. Aunque pueda parece demasiado fantástico, todo ello y el incidente del supuesto misil disparado desde el satélite marciano Fobos pueden indican que los antiguos dioses anunnaki aun mantienen una presencia en Marte, su antigua Estación de Viaje. Esto podría indicar un plan para disponer de una instalación lista para una futura nueva visita a la Tierra. Todo junto sugiere un intento de retorno de los “dioses“. Un sello cilíndrico que parece referirse a algún tipo de interrelación entre la Tierra y Marte, es tanto una descripción del Pasado como una predicción del Futuro porque contiene una fecha, una fecha indicada por el signo de dos peces, que corresponde a la Era de Piscis. Tal vez nos avisa de que lo que ha ocurrido volverá a repetirse en la actual Era de Piscis. Si las profecías se hacen realidad, si las Primeras Cosas serán las Últimas Cosas, si el Pasado es el Futuro, la respuesta tiene que ser afirmativa. Y en noviembre de 2005 se encontraron en Israel las ruinas de una antigua iglesia cristiana del siglo III d.C. Al limpiar un mosaico, se vio que estaban representados dos peces, el signo zodiacal de Piscis. Lo sorprendente del caso es que estas ruinas se encontraron en Megido (Har Megiddo o Armagedón). Estamos finalizando la Era de Piscis y el retorno de los dioses, dicen los signos, ocurrirá pronto. Y la fecha de paso de la Era de Piscis a la Era de Acuario puede variar en función de los criterios de fechas que antes hemos explicado. De todos modos, el alineamiento con el mismo centro de nuestra Galaxia en 2012 podría considerarse un hito astronómico de suficiente entidad para justificar un cambio de Era.
Fuentes:
- La Biblia: Antiguo Testamento
- H.P. Blavatsky – La Doctrina Secreta
- H.P. Blavatsky – Isis sin Velo
- Zecharia Sitchin – serie Crónicas de la Tierra.
- Samuel Noah Kramer – La historia empieza en Sumer
- Albert Salvadó – El informe Phaeton – el diario secreto de Noe
- Andrew Collins – De las cenizas de los Ángeles
- William Bramley – Los Dioses del Edén
- David Icke – El Mayor Secreto: El libro que cambiará el mundo
- Ramayana
- Mahabharata
- El libro de Enoc
- Arthur David Horn – Los Orígenes Extraterrestres de la Humanidad
- John Bathhurst Deane – La Adoración de la Serpiente
- Graham Hancock – En busca de la Civilización Perdida
- John Rhodes – La conexión Humano – Reptil
- Alex Christopher – La Caja de Pandora
- Andrew Collins – De las cenizas de los Ángeles
- Alexander Gorbovsky – Curiosidades de la Historia Antigua
- Immanuel Velikovsky – Mundos en colisión
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