No somos los nacionalistas andaluces o catalanes los que estamos destruyendo nada. No somos los nacionalistas gallegos o vascos los equivocados. Los nacionalistas creemos, pensamos, que otra estructura territorial y administrativa es posible, más eficaz, moderna y democrática. Todo ello expresado desde la reconocida por la propia Constitución del 78 y por la Declaración de los derechos humanos, libertad de expresión.
Son los centralistas españolistas, aquellos de mente cerrada amantes de la proclama franquista de Una Grande y Libre, aquellos del pensamiento único, los que por el camino de la ceguera, de la incomprensión del pensamiento ajeno, de las posturas emanadas del fascismo, lo intolerantes, los que intentan destruir la realidad y la convivencia entre los pueblo que conformamos la Península Ibérica, los pueblos de Iberia. Ya es hora de quitar caretas
España esta abocada a un conflicto territorial por la intolerancia de aquellos del pensamiento único. La continúa negativa a sentarse a negociar de forma democrática las inaplazables reformas constitucionales y territoriales, no sólo no están dando respuesta a los problemas, sino que los agrava de forma continúa. Un problema que se debiera haber resuelto con el reconocimiento implícito en la Constitución del 78 de las naciones que conforman el Estado español, sin miedos ni complejos, no interesó a algunos y de aquellos polvos, estos lodos.
Retrasar el reconocimiento de la real configuración multinacional, solo hará más irreconciliable la situación e implanteable cualquier tipo de unidad. Los españolistas están llevando a un irremediable enfrentamiento entre pueblos hermanos. El pensamiento único como en el caso de Roma, el III Reich o el Franquismo solo lleva a la sangre y la muerte. Y nunca más. Esta vez será la coherencia, la libertad y la democracia quienes vencerán.
Los nacionalistas no pretendemos destruir, sino todo lo contrario reformar. No queremos levantar barreras, sino derribarlas. No somos insolidarios, sino solidarios con los demás. No faltamos al respeto a los demás, sino impedir que nos falten es respeto a nosotros. Los nacionalistas no queremos destruir Europa, queremos otra Europa distinta. No creemos en las naciones, sino en los pueblos. Por ello no en la actual Europa de las Naciones, sino en la Europa de los pueblos. Bajo el paraguas de una Europa Federal caeran todas las fronteras y se reconocerán a los actuales naciones sin Estado en pos de una verdadera unidad europea.
Es hora pues, de desenmascarar a quienes les interesa más su cuota de poder, su sillón, su posición política y económica a consta de los demás, que la libertad de los pueblos y de la Europa de todos. De expresar con absoluta libertad lo que pensamos, los que somos, los que pretendemos, por encima de los contínuos insultos y amenazas. Es el momemto de guardar los miedos en el cajón, de levantar la mirada, fortalecer nuestras esperanzas con la razón de la verdad, y gritar que somos libres, que nadie nos puede arrebatar nuestro derecho a decidir, a nuestra autodeterminación, a nuestra independencia, a nuestra libertad.
Es hora de desvelar el rostro de los verdaderos causantes de este problema territorial, que no hemos causado los nacionalistas, sino aquellos del pensamiento único. Hora es de dejar claro que no somos los nacionalistas los enemigos de España, sino que el peor enemigo de España es la propia España.
Pedro Ignacio Altamirano
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No se admiten comentarios con datos personales como teléfonos, direcciones o publicidad encubierta