Un solo motivo de los 100 ya justificaría la independencia...
Leyendo el centenar de motivos uno se da cuenta de lo qué podríamos ser y de lo qué NO SOMOS...
1.
Recuperaremos el estado propio que nos arrebataron hace 300 años
Con la caída de Barcelona, el 11 de septiembre de 1714, Catalunya perdió sus instituciones de gobierno que había mantenido desde la época medieval. En 1716, con el Decreto de Nueva Planta, el rey Borbón Felipe V las anulaba y sometía Catalunya a las leyes del poder central. Desde entonces, los catalanes sólo hemos disfrutado de autogobierno -limitado siempre por las leyes españolas- durante la Segunda República y desde 1977, cuando se reinstauró la Generalitat.
2.
Tendremos las herramientas para garantizar el progreso de Catalunya sin los condicionantes políticos y económicos del vínculo con España
Con un estado propio, Catalunya podrá disponer de todos los importantes recursos que genera y decidir donde los invierte sin estar condicionada y encorsetada por las leyes españolas y por las decisiones políticas arbitrarias que dictan los gobiernos de Madrid.
3.
Por tantas y tantas personas que lucharon para conseguirlo, que no lo podrán ver y que lo deseaban firmemente
Con el logro de la independencia se harán realidad los deseos de muchos catalanes, algunos de los que, desgraciadamente, no lo podrán ver. Muchos de ellos, además, perdieron la vida luchando por este ideal. Todo un homenaje.
4.
Pararemos el expolio fiscal que ahoga nuestro crecimiento
Cada día, unos 40 millones de euros van hacia Madrid y sólo una parte vuelve de manera esporádica. Dieciséis mil millones al año son todo un expolio, uno de los déficits fiscales más altos de Europa, cerca de un 9% del PIB catalán. Concretamente en el año 2016, el déficit fiscal fue de 14.623 millones de euros, según el gobierno.
5.
Porque somos una nación con más de mil años de historia
Catalunya tiene sus raíces en la Edad Media y se considera que nace de facto como estado el año 988, cuando el conde Borrell II se negó a renovar el pacto de vasallaje con el rey francés, Hugo Capeto, e instauró la independencia de los territorios bajo su poder. Catalunya tiene también una lengua y una cultura propias, rasgos propios de cualquier nación.
6.
Porque tenemos derecho a decidir nuestro futuro según el derecho internacional
Como nación histórica, Catalunya tiene derecho a la autodeterminación y a constituirse en estado propio, según la Carta de las Naciones Unidas de 1951.
7.
Obtendremos el respeto que Catalunya se merece como nación histórica del mundo
Con la independencia y con un estado detrás, Catalunya recibirá el reconocimiento y el respeto del resto de naciones y estados de todo el mundo.
8.
Tendremos voz propia en las organizaciones internacionales
Como estado, Catalunya podrá integrarse en las grandes organizaciones internacionales, como las Naciones Unidas y tantas otras.
9.
Podremos defender los intereses de Catalunya sin intermediarios en Europa y en el mundo
Con voz propia en la ONU y en la Unión Europea (EU) y en otras organizaciones, Catalunya podrá defender sus intereses sin tener que depender, como ahora, de la diplomacia española.
10.
El catalán tendrá toda la protección y promoción que se merece
Siempre se ha considerado que con un estado detrás, el catalán tendrá más protección y promoción que ahora mismo, cuando, a menudo, el Estado Español, con múltiples leyes y normativas, juega en contra.
11.
El catalán será lengua oficial en la Unión Europea
En más de treinta años de estar en la UE, España ha decidido que el catalán no fuera lengua oficial, a pesar de tener más número de hablantes que otros idiomas que sí lo son, como el sueco, el esloveno o el maltés. Con Catalunya como estado miembro de la UE, el catalán tendrá garantizada su oficialidad en Europa.
12.
Para que nunca más ninguna autoridad obligue a un catalanoparlante a cambiar de lengua en su propio país
Tenemos ejemplos cada día y, a menudo, con malos modos. En una Catalunya independiente, ninguna autoridad nos podrá exigir que les hablamos en cristiano.
13.
Garantizaremos el etiquetado en catalán de todos los productos
Las empresas se amparan en la legislación española y en el hecho de que Catalunya no es un estado, por no etiquetar sus productos en catalán. En una Catalunya independiente, medicamentos, prospectos de coches, latas de refrescos y todos los productos que se pueden imaginar serán etiquetados en catalán, como ocurre, por ejemplo, en países muy pequeños, como Eslovenia.
14.
Lograremos la plena normalización del catalán en el mundo judicial
Sólo el 8,4% de las sentencias del año 2015 fueron hechas en catalán, el porcentaje más bajo de los últimos años. En una Catalunya independiente, con jueces, fiscales y funcionarios debiendo conocer obligatoriamente nuestra lengua, la normalización del catalán en la justicia debería avanzar rápidamente.
15.
Normalizaremos el catalán en los medios de comunicación y el cine
Ni una décima parte de las televisiones que se ven en Catalunya son en catalán. Muchos periódicos y revistas tampoco son en nuestra lengua. En el mundo del cine, los avances han sido mínimos en los últimos años. En las plataformas digitales, a pesar de las facilidades que da la tecnología actual, a menudo es muy difícil encontrar, por ejemplo, subtítulos en catalán. Todo esto cambiará en una Catalunya independiente.
16.
Dejaremos de ir por el mundo teniendo que dar explicaciones sobre nuestros anhelos, historia, lengua y cultura
Los catalanes nos hemos hartado, de explicar que somos un país con una historia, una lengua y una cultura propias. Tener un estado nos dará a conocer automáticamente en todo el mundo y nos ahorraremos tener que convertir espléndidas veladas con forasteros en un debate político.
17.
Participaremos como país en los Juegos Olímpicos
En 1996, el Comité Olímpico Internacional (COI), presidido por un catalán, Joan Antoni Samaranch, modificó la Carta Olímpica reconociendo sólo los estados independientes y aquellos otros que ya participaran. Cuando Catalunya sea un estado, será aceptada, pues, en el COI y podrá participar en los Juegos.
18.
Tendremos selecciones propias y competir internacionalmente con total normalidad
Ser un estado es la clave para que las diferentes federaciones internacionales acepten las selecciones catalanas de cada deporte. Hasta ahora hay veintidós una selecciones reconocidas, la mayoría de deportes minoritarios.
19.
Podremos decidir qué infraestructuras básicas potenciamos
Algunas de las grandes infraestructuras viarias, ferroviarias y portuarias catalanas dependen del Estado Español. Catalunya no tiene poder de decisión, ni para reformarlas, ni para hacer otras nuevas. En una Catalunya independiente todo esto cambiará.
20.
Acabaremos una vez por todas el corredor mediterráneo
El Estado español hace años que marea la perdiz con el corredor mediterráneo y mantiene, por ejemplo, una sola vía entre Salou y Vandellós, todo un anacronismo. Una Catalunya estado tendrá los recursos para terminar estas obras y potenciar aún más las conexiones ferroviarias con Europa, no sólo las de larga distancia y de mercancías, sino también las más cercanas, como entre Figueres y Perpiñán, por ejemplo.
21.
Nuestros puertos tendrán el apoyo y las garantías necesarias para crecer
Los grandes puertos catalanes son controlados por el Estado, lo que no permite el crecimiento adecuado que le daría una gestión directa desde Catalunya.
22.
El aeropuerto de Barcelona podrá tener la dimensión y las conexiones internacionales que necesita y se merece
Aena, la empresa estatal que gestiona los aeropuertos españoles no permite que el de Barcelona sea el gran hub internacional que una gran capital como la catalana necesita. El Estado controla también los grandes recorridos internacionales y ha boicoteados las iniciativas de algunas compañías que querían establecer vuelos directos con Barcelona desde Japón y Corea del Sur, por ejemplo, obligándolas a volar directamente a Madrid.
23.
Estableceremos con Europa y el mundo las conexiones energéticas que necesitamos
La política energética está supeditada ahora mismo en las decisiones del Estado español. Con la independencia podremos decidir sobre un campo capital.
24.
Para superar el marco mental de supeditación en otro estado
El hecho de pertenecer a una tierra conquistada donde España ha impuesto su cultura, tradiciones y leyes, ha provocado que nuestros referentes básicos hayan desaparecido del marco mental de muchos catalanes. La influencia de unos medios de comunicación, televisiones sobre todo, sin ningún referente catalán, ha sido también capital. Muchos catalanes tampoco tienen clara, aunque, en teoría, han sido "adoctrinados" por la escuela y TV3, que pertenecen a una cultura milenaria, con una lengua propia y con un territorio que ha sido troceado. La forma en que mucha gente ve y considera, por ejemplo, la Catalunya del Norte, un trozo del país descabezado hace más de trescientos cincuenta años, es paradigmático.
25.
Porque la alternativa es una autonomía cada vez más intervenida y un estado cada vez más centralista
Ni con las grandes manifestaciones y protestas que ha habido en Catalunya en los últimos años, el Estado no ha parado las injerencias en muchas de las competencias de la Generalitat -sólo hay que hacer la lista de leyes aprobadas por el Parlamento contra las que se ha presentado recurso al Constitucional- y ha hecho una política cada vez más recentralizadora.
26.
Porque España no ofrece, ni se espera que lo haga, ninguna alternativa que garantice autonomía fiscal y protección cultural y lingüística
Ni desde el PP, ni desde el PSOE, ni desde Podemos, a pesar de las promesas, ha surgido, en los últimos años, una propuesta clara que signifique garantizar lo básico que ya figuraba, en parte, en el Estatuto que salió del Parlamento de Catalunya en 2006: pacto fiscal y protección cultural y lingüística. Y nada parece que vaya a cambiar en los próximos meses y años. Pese a lo que digan unos y otros.
27.
Para poder llevar el CAT en las matrículas de los coches sin que ningún policía nos multe
En el año 2000, el gobierno popular de José María Aznar unificar las placas de las matrículas obligando a todos a llevar la E de España y no dejando la posibilidad de poner ningún distintivo autonómico como sí hacían, por ejemplo, estados muy más centralistas, como Francia. "Yo no estoy aquí para hablar de las chapitas", contestó Aznar cuando le preguntaron sobre el tema. Más tarde, el gobierno tripartito catalán, con la entonces consellera de Interior, Montserrat Tura, intentó cambiarlo, sin éxito. Desde entonces, muchos catalanes llevan el CAT en las matrículas y han sido multados por este motivo. Con la independencia todo esto que nos lo ahorraremos.
28.
Podremos celebrar la Junta de Seguridad de Catalunya cuando querremos
Justo esta semana, el gobierno catalán ha decidido convocar por su cuenta la Junta de Seguridad de Catalunya, que no se celebra desde 2009. Con la independencia, no tendremos que estar pendientes de los boicots de España en temas tan vitales como la seguridad pública.
29.
Los Mossos podrán convocar nuevas promociones cuando sea necesario
El gobierno español ha intentado detener, hace unos días, la convocatoria de 500 nuevas plazas al cuerpo de Mossos, alegando temas presupuestarios.
30.
Los Mossos podrán acceder finalmente a la base de datos de Europol
En el conflicto con el Estado español, los Mossos tienen vetado acceder a las bases de datos de Europol, vitales para la colaboración en la lucha contra la amenaza yihadista. Con un estado propio detrás, esta barrera desaparecerá.
31.
Podremos convocar referendos y consultas cuando querremos
Desde el inicio del proceso, los catalanes pedimos sobre todo poder votar. A raíz de la consulta del 9-N, la justicia española ha condenado el ex-President Mas y los ex consejeros Homs, Ortega y Rigau. Las dos leyes catalanas de consultas aprobadas en los últimos diez años también han recibido duro. En un estado democrático abierto y participativo, las consultas y referendos deberían ser ejercicios cotidianos.
32.
No tendremos que celebrar nunca más la fiesta de la Hispanidad
El 12 de octubre se celebra la fiesta de la Hispanidad y la fiesta nacional española, dos conmemoraciones que una mayoría de catalanes no comparten. Con la independencia, el 12 de octubre - "nada que celebrar" - será un día como cualquier otro en Catalunya.
33.
Participaremos con todos los derechos en el festival de la canción de Eurovisión
En 1968, Joan Manuel Serrat tenía que cantar La, la, la en catalán en Eurovisión, pero TVE se lo prohibió. En todos estos años, ningún representante español ha cantado en nuestra lengua. Con la independencia, podremos decidir si participamos, o no, en este evento televisivo.
34.
Podremos decidir todos nuestros impuestos libremente
La Generalitat ya gestiona algunos impuestos, pero aún así el Estado le ha puesto trabas cada vez que ha querido aplicar nuevos, como el impuesto bancario, que el TC tumbó en 2015. Con la independencia, el gobierno tendrá libertad para decidir qué grava y como lo graba.
35.
Podremos luchar sin obstáculos contra la pobreza energética
En abril del 2016, el TC anuló el decreto catalán sobre la pobreza energética alegando que invadía competencias estatales. Otro campo en el que con un estado detrás, Catalunya podrá decidir sus políticas.
36.
No tendremos que estar pendientes nunca más del Tribunal Constitucional español
Últimamente y desde que "destrozar" el Estatuto de Autonomía aprobado por todos los catalanes en referéndum en 2006, el Tribunal Constitucional se ha convertido en el brazo ejecutor del gobierno español. Afortunadamente, con la independencia, nos liberaremos de sus dictámenes menudo bien parciales.
37.
Para blindar definitivamente la prohibición de las corridas de toros
En 2010, el Parlamento de Catalunya acordó prohibir las corridas de toros en Catalunya, pero en octubre pasado el TC, siempre el TC, tumbó esta prohibición. Sin embargo, parece difícil que vuelvan las carreras: la Monumental de Barcelona es la única plaza disponible, pero en la Ciudad Condal las corridas están también prohibidas. Por otro lado, la poca demanda que hay no permitiría que el espectáculo fuera rentable.
38.
Para evitar que continúen "españolizando" nuestros niños
En octubre del 2010, el entonces ministro de Cultura y Educación, José Ignacio Wert, de infausta memoria, dijo en el Congreso que la voluntad del gobierno español era "españolizar a los alumnos catalanes". Pues no. Ni antes, ni ahora, ni mucho menos con la independencia.
39.
Nos podremos librar de la caverna mediática española y de sus insultos
O quizás no, porque son incansables, como han demostrado durante años y años, casi desde que el siglo XVII ya nos insultaba el "gran" poeta Francisco de Quevedo.
40.
Podremos tener nuestra propia división territorial
Desde el año 1833, el Estado español está dividido en las actuales provincias, una división que en Catalunya no tuvo en cuenta las tradicionales veguerías. En una Catalunya independiente se podrá formalizar definitivamente una división territorial en veguerías y comarcas, en buena parte ya efectiva, y hacer desaparecer definitivamente las provincias actuales, así como las respectivas diputaciones.
41.
Podremos combatir de manera eficaz las desigualdades sociales
Un estado catalán dispondrá, por supuesto, de muchos más recursos para poder luchar con eficacia contra las desigualdades sociales y la pobreza.
42.
Podremos decidir las licencias de televisión
A pesar de los cambios que la tecnología está provocando en la forma en que vemos la televisión, con nuevas plataformas como Netflix, al actual modelo televisivo le quedan todavía, presumiblemente, muchos años. Ahora mismo, sin embargo, la mayoría de canales son en castellano y producidos desde Madrid, un hecho que una Catalunya independiente debería revertir.
43.
Podremos elaborar, presentar y aprobar unos presupuestos que no dependan de los límites arbitrarios impuestos por el gobierno español
El Gobierno impone cada año un límite de déficit que las autonomías deben cumplir si quieren sacar adelante su presupuesto. Es un límite que el Estado decide arbitrariamente, no repartiendo de manera equitativa -Ahorro más las autonomías que el Estado- la carga que, a su vez, le viene impuesta desde la Unión Europea. Una Catalunya independiente podrá negociar directamente con Europa estas cuestiones.
44.
Podremos decidir si sacamos los peajes de las autopistas
La Generalitat controla los peajes de las concesiones que ha dado -autopistas del Garraf y Terrassa-Manresa y túnel del Cadí, pero no puede decidir sobre la AP-7 y la AP-2, que atraviesan el país de arriba a abajo , lo que sí podrá hacer si es un estado independiente.
45.
Se podrá fijar un IVA cultural justo, a imagen de lo dispuesto en otros países más avanzados
En marzo pasado, el gobierno español decidió rebajar finalmente, tras cuatro años y medio de protestas del sector, el llamado IVA cultural del 21% al 10%, medida, sin embargo, que no afectó al mundo del cine. El gobierno de la Generalitat ha apostado siempre, en cambio, para aplicar un IVA cultural reducido, política que se podrá decidir libremente con un estado catalán propio.
46.
Presentaremos el mundo sin rodeos todo el potencial y la historia de la cultura catalana
La Constitución Española de 1978 manda proteger la diversidad cultural y lingüística del Estado, pero la realidad es que esto no ha sido así desde que se recuperó la democracia. La prueba más evidente es el Instituto Cervantes, con sedes en todo el mundo, donde es difícil ver cómo se promocionan los productos culturales catalanes. Con una Catalunya independiente, la Generalitat podrá destinar más recursos a la promoción exterior que hace a través del Institut Ramon Llull.
47.
Decidiremos libre y democráticamente quién es nuestro jefe de estado
La pregunta del referéndum deja bien claro que si gana el sí, Catalunya se convertirá en una república. Nos liberaremos, pues, finalmente, trescientos años después, los Borbones y escogeremos democráticamente quién será nuestro jefe de estado.
48.
No nos podrán tocar nunca más nuestro antiguo Código Civil Catalán
Catalunya tiene, históricamente, un derecho civil propio, que se empezó a compilar el siglo XIII. Se regulan cuestiones básicas como las herencias, comprar un piso o cómo funciona una comunidad de propietarios. Incluso Felipe V y el franquismo le respetaron. Todo este derecho está compilado en seis libros, en un trabajo de años que se cerró en 2015. Pues bien, ni lo que había respetado la historia lo ha respetado el TC, que hace unos días ha suspendido tres artículos sobre contratos de compraventa y cesión de solares. Un ataque a nuestro corpus jurídico, como tantos otros, que con independencia nos ahorraremos.
49.
Porque ya estamos cansados, de hacer pedagogía a quien no quiere escuchar
Durante años nos hemos hartado de explicar todo el Estado por qué deberían respetar nuestra lengua y cultura y como pueblo. Hemos sido pacientes y hemos hecho mucha pedagogía. Muchos nos han escuchado, pero otros, por lo que sea, han continuado con sus ideas equivocadas sobre Catalunya y los catalanes. Dice el dicho que no hay más ciego que quien no quiere ver y más sordo que el que no quiere escuchar. Pues eso.
50.
Para no tener que compartir los gastos provocados por inversiones ruinosas en infraestructuras sin uso
El Estado español se ha hecho famoso, estos últimos años, por las numerosas infraestructuras ruinosas que se han construido: aeropuertos desiertos, autopistas en quiebra, estaciones del AVE donde suben cuatro gatos. Un gasto monumental que agradeceremos no tener que seguir compartiendo.
51.
Dejaremos de pagar administraciones duplicadas y ministerios sin competencias
Como el Ministerio de Cultura y Educación, visto que la Generalitat tiene traspasadas todas las competencias en estos ámbitos. Y tantas otras oficinas públicas que el Estado no ha desmontado, aunque hace años que perdió las competencias en favor de la Generalitat.
52.
Podremos destinar todos los recursos necesarios para un mejor sistema educativo
Sin el expolio fiscal que nos adelgaza los presupuestos, la Generalitat podrá destinar muchos más recursos a uno de los sectores públicos claves: el de la educación.
53.
Porque Catalunya tiene proyecto de futuro y España no
Las fuerzas políticas independentistas y las diferentes entidades que los apoyan tienen bien claro que la independencia es una gran oportunidad para levantar un país nuevo y dejar atrás rémoras del pasado. El Estado español, en cambio, ni siquiera aporta soluciones a los grandes retos territoriales que tiene planteados y se mantiene en el inmovilismo de una constitución redactada bajo la amenaza de los sables.
54.
Las universidades catalanas podrán tener unos recursos adecuados para alcanzar la excelencia
Si cada día se va hacia Madrid un tren con 40 millones de euros que no vuelve, imagínense todo lo que se podría hacer si destinásemos una semana de estos recursos en las universidades. Quizás incluso las matrículas podrían ser gratuitas para los que aprueben el curso, como pasará en breve en Andalucía.
55.
No tendremos que adaptar nunca más los currículos escolares catalanes a realidades alejadas de nuestra
Con la independencia, la Generalitat de Catalunya tendrá libertad para definir los currículos escolares y también podrá dejar de estar pendiente de la nueva ley de educación que, tradicionalmente, cada partido estatal sigue adelante cuando alcanza el poder en Madrid.
56.
Podremos tener una escuela inclusiva, acogedora y plenamente normalizada en catalán
La normalización lingüística, un éxito en el que se han reflejado numerosos países de todo el mundo, ha estado siempre en el punto de mira de los partidos de la derecha española, y en ocasiones también de algún dirigente socialista. Con la independencia, Catalunya podrá llevar adelante el modelo de escuela acogedora y normalizada en catalán que siempre han deseado la mayoría de ciudadanos.
57.
Para poder decidir mejores políticas para las personas dependientes
Desde su aprobación por parte del Congreso español, en 2006, la aplicación de la llamada "ley de la dependencia", que otorga ayudas a las familias con personas dependientes, ha estado rodeada de polémica. Falta de financiación adecuado, retrasos en el cobro de las ayudas y otros problemas han provocado numerosas protestas. Con la independencia y más recursos, problema solucionado.
58.
Podremos hacer políticas económicas adaptadas a nuestro tejido empresarial
Catalunya es un país de pequeñas y medianas empresas. Una Catalunya independiente podrá dar, por supuesto, mejor respuesta a sus necesidades y aspiraciones.
59.
Para poder tener un banco central propio sensible a las inquietudes del país
Aunque, desde la creación del Banco Central Europeo (BCE), el papel de los bancos centrales de cada estado ha perdido peso, la previsible conversión del actual Instituto Catalán de Finanzas (ICF) en el banco público del gobierno será un paso muy importante para la mejora de la gestión económica del país y para poder ofrecer una mejor financiación a las empresas e instituciones del país que lo necesiten. También nos permitirá tener voz directa en Europa a la hora de definir y debatir las grandes políticas macroeconómicas comunes.
60.
Para tener el gozo de ver Catalunya bien definida en todos los mapas
Si muchos ya se han emocionado estos últimos años en ver Catalunya marcada en el mapa de Europa en algunos documentos públicos europeos y en periódicos de todo, es bien fácil imaginar cómo se sentirán cuando una Catalunya independiente figure como es en todos los mapas que cada día se publican en todo el mundo.
61.
Nos podremos sacar el franquismo de encima de una vez
Hace más de cuarenta años que Franco murió, pero el franquismo -político, sociológico y en forma de monumentos y placas de calle- sigue bien presente en la sociedad española. Dejarlo atrás sí es una buena razón para apostar por la independencia, ¿verdad?
62.
Una Catalunya independiente potenciará los Países Catalanes
Con una Catalunya independiente, el resto de los Países Catalanes lo tendrán mucho mejor para que arraigue cada vez más la visión que la unión hace la fuerza. Desde Catalunya se podrá dar también todo el apoyo necesario a las políticas de promoción y defensa de la cultura y la lengua que compartimos, divisando en el horizonte un futuro en común.
63.
La producción cultural en catalán tendrá un mercado propio donde será defendida por el estado
La producción cultural en catalán, en todos los campos, se ha abierto camino en los últimos cuarenta años, a pesar de tener muchos factores en contra, como el hecho de tener que competir en un mercado dominado por la producción en castellano que, además, dispone a su favor de la mayoría de medios de comunicación para difundirla. En una Catalunya independiente, como ocurre en otros países similares como Dinamarca o Suecia, la producción cultural en la lengua propia debería obtener la máxima promoción y protección, no sólo en cantidad, sino también en calidad.
64.
Podremos defender y proteger los intereses del campesinado y de los pescadores catalanes
Como ocurre con otros sectores, el hecho de disponer de muchos más recursos públicos será clave para favorecer mejores políticas. Al tener voz en la UE, también se podrán defender más directamente estos dos sectores clave de la economía del país.
65.
Podremos promover turísticamente Catalunya con todos los derechos y libremente
Catalunya recibió 18 millones de turistas en el año 2016, lo que representa hacia el 15% del PIB total catalán. Estamos, pues, ante un sector clave de la economía catalana que una Catalunya independiente podrá potenciar, promover y regular mejor.
66.
Para hacer de Barcelona una capital mundial, aún más
Con la celebración de los Juegos Olímpicos, en 1992 Barcelona se situó en el mundo. La ciudad inició una transformación que la ha convertido en una de las grandes capitales mundiales, no sólo porque es entre las veinte más visitadas por los turistas, sino por su atractivo comercial, económico y, por qué no ?, por el clima. El Estado, sin embargo, no lo pone fácil con trabas constantes al desarrollo del aeropuerto y del puerto. Siendo la capital de una Catalunya independiente, Barcelona podrá consolidar aún más su lugar en el mundo.
67.
El patrimonio natural del país recibirá la protección y la promoción que le corresponden
Catalunya dispone de un patrimonio natural diverso y único, que va desde la alta montaña hasta la llanura litoral con humedales. Con muchos más recursos públicos, el gobierno catalán seguro que podrá proteger y promover más este patrimonio. También defenderlo de ataques exteriores, como es el caso del trasvase del río Ebro. Una Catalunya independiente podrá desarrollar también una legislación urbanística propia.
68.
Para adaptarnos finalmente a los horarios europeos, mucho más racionales
Catalunya, como el resto del Estado, sufre el desenfreno de horarios implementada durante el franquismo. Desde hace tiempo, pero se está trabajando para revertir esta situación y consolidar unos horarios más racionales, semejantes a los europeos, que permitan una mayor conciliación familiar. Con un estado detrás, seguro que será muy fácil sacar adelante esta reforma.
69.
Podremos garantizar con los recursos necesarios la investigación y la investigación científica
Como en tantos otros ámbitos, el hecho de disponer de todos los recursos que generará el nuevo estado permitirá invertir mejor en el campo de la investigación y la investigación científica, en la que, a pesar de las dificultades, Catalunya es la primera línea mundial.
70.
Para poder afianzar aún más la realidad singular de la Val d'Aran
El Estatuto de Catalunya reconoce la Val de Aran como "una realidad occitana dotada de identidad cultural, histórica, geográfica y lingüística". También "ampara y respeta esta singularidad y reconoce Arán como entidad territorial singular dentro de Catalunya". En 2015 se reforzó este reconocimiento con la aprobación de la ley del Aran, que también incluye el derecho a decidir del Valle.
71.
Para poder garantizar unas pensiones dignas
El unionismo asegura que si Catalunya se independiza, los jubilados catalanes dejarán de cobrar las pensiones. Esta no es, sin embargo, la realidad, porque mientras que el Estado español ha ido vaciando la hucha de las pensiones -más de 60.000 millones de euros en los últimos años- poniendo en peligro los pagos, ha continuado aportando un saldo positivo en cada ejercicio. En el período entre 1995 y 2010 Catalunya aportó hacia 25.000 millones. En Catalunya por cada jubilado hay 2,54 trabajadores que le garantizan la pensión. Con estas cifras en la mano, los expertos creen que una Catalunya independiente podrá asegurar y garantizar perfectamente unas pensiones contributivas y no contributivas dignas.
72.
Para no tener que preocuparse nunca más de si silbamos o no el militar himno español
La militar Marcha real, himno español también durante el franquismo, ha sido rechazada desde siempre por buena parte de la sociedad catalana. En los últimos años, en las finales de copa en el que ha participado el Barça, y en algunos otros eventos, ha habido silbidos memorables en presencia del rey español. Afortunadamente, en una Catalunya independiente podremos dedicar nuestras energías a cosas más provechosas.
73.
Para poder decidir libremente sobre la acogida de los refugiados
El Estado español, que es quien tiene las competencias, se comprometió el año pasado a acoger 17.337 refugiados, pero esta semana apenas había acogido poco más de un millar. Una vergüenza que una Catalunya independiente -la sociedad catalana siempre ha mostrado acogedora y ha demostrado todo menudo- seguro que resolverá.
74.
Para que nuestros hijos decidan libremente si se van a trabajar fuera y no forzados por la situación del país
Miles de jóvenes catalanes, se calcula que unos 100.000, han marchado estos últimos años a trabajar en el extranjero. Un país competitivo y con recursos como una Catalunya independiente tendrá capacidad para revertir esta situación injusta.
75.
Para que una Catalunya independiente es viable y podrá ser uno de los países más competitivos del mundo
Una Catalunya independiente es viable económicamente, como han acreditado numerosos economistas de prestigio estos últimos tiempos. No sólo catalanes, como los que conforman el colectivo Wilson, sino de otros como el premio Nobel de Economía en 1992 Gary Stanley Becker.
76.
Porque nos olvidaremos definitivamente del mal servicio de Renfe y de Adif
Toda la eficacia que la Generalitat ha demostrado en la gestión de sus ferrocarriles es la que ha faltado en Renfe y al gestor de infraestructuras Adif en el servicio de cercanías, donde ha habido un desastre tras otro en los últimos años, con el añadido de la falta de inversión del Estado.
77.
Podremos defender y definir una mejor política propia para el comercio
El comercio es uno de los sectores más importantes de la economía catalana. En una Catalunya independiente, el gobierno podría impulsar políticas de protección y no debería estar pendiente de las leyes estatales, que a menudo no tienen en cuenta la realidad específica catalana.
78.
Podremos impulsar una política adecuada para el mecenazgo
Desde hace años que el gobierno español tiene pendiente de reformar y modernizar la ley que regula el mecenazgo. Una parálisis que ha sido criticada por los diferentes sectores a los que favorecería que desde Catalunya se pudiera decidir sobre esta cuestión sin trabas ni imposiciones.
79.
Para modernizar definitivamente la administración de justicia y sacarla del siglo XIX
En muchos aspectos, la administración de justicia española continúa anclada en el siglo XIX. En una Catalunya independiente se podría emprender, con los recursos necesarios, la reforma pendiente que llevara la justicia catalana en el siglo XXI.
80.
Para poder debatir aunque sin amenazas del Estado en el Parlamento de Catalunya
En los últimos meses la justicia española ha perseguido implacablemente la presidenta y algunos miembros de la mesa del Parlamento por haber permitido debatir la independencia en la cámara. Una anomalía democrática que, con un estado propio, tendría recorrido cero.
81.
Porque tendremos un estado totalmente comprometido con los derechos individuales y colectivos
Catalunya se ha mostrado, desde siempre, como un país avanzado en el reconocimiento de los derechos individuales y colectivos de sus ciudadanos, un hecho que una Catalunya independiente seguro que aún afianzará más.
82.
Las aspiraciones catalanas tienen un claro precedente en los estados que se han independizado en Europa en los últimos treinta años
Quince nuevos estados han surgido en Europa desde 1990. Una decena más había ganado su independencia desde primeros del siglo XX. El nacimiento de un nuevo estado no es, pues, ningún hecho anormal en el continente europeo. Ninguno de los nuevos estados, por cierto, ha querido volver a su situación anterior.
83.
Para poder proteger, garantizar y potenciar el modelo sanitario catalán, ejemplo en el mundo
La sanidad catalana es un modelo de éxito que han copiado muchos otros gobiernos. ¿Se imaginan cómo podría mejorar sólo que consiguiéramos retener el dinero que marcharán hacia Madrid y no volverán esta semana? 40 millones por siete días. Basta multiplicarlo.
84.
Porque así podremos combatir mejor el cambio climático
La lucha contra el cambio climático ha sido una prioridad del gobierno catalán desde hace años. Con más recursos, se podrán aplicar políticas más efectivas.
85.
Podremos tener los recursos necesarios para reformar y modernizar la administración pública catalana
La administración catalana, a pesar de tener menos de cuarenta años, se construyó, en muchos aspectos, a imagen y semejanza de la española. En un nuevo país, reformarla y modernizarla deberá ser una de las prioridades.
86.
Para poder dejar de pertenecer a un Estado con tics autoritarios
Las reminiscencias franquistas en España hacen que no hayan desaparecido, ni mucho menos, actitudes y tics antidemocráticos en muchas instituciones y cuerpos de seguridad, por ejemplo.
87.
Para que dejar de negociar, año tras año, presupuestos e inversiones estatales que a menudo ni se cumplen
Cada ejercicio, los diputados catalanes negocian duramente en Madrid partidas e inversiones, muchas de las cuales no se acaban cumpliendo. Un informe del gobierno catalán ha revelado esta semana que el Estado sólo ha terminado un 30% de las obras previstas desde el 2015.
88.
Para dejar de ser tratados como súbditos y comenzar a ser tratados como ciudadanos
Pues eso. Para dejar de ser súbditos de una monarquía anclada en el tiempo y pasar a ser ciudadanos de una república del siglo XXI.
89.
Porque tendremos todas las competencias sobre becas
El Estado español no cumple desde hace tiempo las sentencias del TC en materia universitaria y perjudica a los estudiantes catalanes en la distribución de becas, según ha denunciado el gobierno catalán de manera reiterada. La discriminación queda patente cuando se comparan los datos: el porcentaje de estudiantes que reciben beca en Catalunya está un 20% por debajo de los que reciben el resto del Estado. También se ha retrasado el pago de las ya concedidas. En enero pasado, la Generalitat pidió al ministerio que pagara las becas de 160.000 estudiantes catalanes que aún no las habían cobrado, a diferencia de los becados del resto del Estado, que ya hacía días que tenían el dinero ingresado.
90.
Podremos vivir en un país donde la justicia sea realmente un poder independiente
Los conflictos entre España y Catalunya abiertos desde que se inició el proceso hacia la independencia han dejado bien patente que la justicia española no es ni mucho menos independiente. Ha habido una serie de casos que todo el mundo tiene en la memoria. De hecho la justicia española figura en el lugar 25 de 28 entre las menos independientes de la Unión Europea. La misma UE la ve como "poco eficiente, de calidad escasa y nada independiente". A escala mundial, según un ranking del World Economic Forum, España ocupa el puesto 97 de 144 en independencia judicial. Al nivel de países como Tanzania e Irán.
91.
Podremos decidir una renta mínima garantizada y un sueldo mínimo adecuado a la economía del país
En un país que podrá gestionar todos los recursos que genera como será una Catalunya independiente, el gobierno podrá aplicar mucho mejor políticas sociales avanzadas como la llamada renta garantizada de ciudadanía -aprobada por el Parlamento el mes de mayo con un importe de 664 euros mensuales para 62.000 familias- o acercar el sueldo mínimo interprofesional a niveles europeos. Ahora mismo en Alemania es de 1.498 euros; en Francia, de 1.480 euros, mientras que en el Estado es de 825,63 euros.
92.
Dedicaremos todos los recursos necesarios a fomentar el empleo y rebajar la tasa de desempleo a nivel europeo
La lucha contra el paro será, sin duda, una de las grandes prioridades del nuevo estado, y más cuando podrá disponer de nuevos recursos para aplicar políticas para fomentar el empleo. Actualmente la tasa de paro en Catalunya roza el 15%, mientras que en España sube hasta el 18%. En Francia es del 9,6%; el Reino Unido, del 4,8%, y en Alemania, del 3,9%.
93.
Podremos decidir libre y dotar de más recursos la política de solidaridad y cooperación
Catalunya tiene una larga tradición en solidaridad y cooperación internacional. Según datos del gobierno catalán, Catalunya aporta el 20% de los cerca de 2.400 millones de euros que el Estado español dedica a cooperación, unos recursos que no puede controlar, sin embargo, directamente. En una Catalunya con plenas competencias en acción exterior y con más recursos podremos dar un gran impulso a todo este ámbito.
94.
Garantizaremos y favoreceremos sin trabas la inversión extranjera en Catalunya
Uno de los argumentos más repetidos por el unionismo en contra del proceso ha sido que este desactivará la inversión empresarial extranjera en Catalunya. Todos los datos conocidos desde 2011 lo han ido, pero, desmintiendo. Por ejemplo, entre enero del 2011 y junio del 2016 Catalunya ha atraído 14.532 millones de euros de inversión extranjera, que provienen de 601 proyectos de inversión de compañías multinacionales que han creado 38.385 puestos de trabajo directos. El primer trimestre del 2017 los datos también son muy positivas: 856,4 millones de euros de inversión bruta, un 69,5% más que en el mismo período del año anterior, la mayoría proveniente de la UE. En una Catalunya independiente y más competitiva, con políticas propias que lo favorezcan, la inversión extranjera puede crecer, pues, de manera exponencial.
95.
Podremos crear una Hacienda propia moderna e independiente
En los últimos tiempos, la Hacienda española ha demostrado ser muy eficaz a la hora de exprimir ciudadanos, autónomos, pequeños comerciantes y empresarios, y quizás no tanto cuando se ha tratado de grandes fortunas. Catalunya deberá construir -de hecho ya lo está haciendo- una nueva hacienda, moderna e independiente, que será clave para conseguir los recursos necesarios para sacar adelante el nuevo estado.
96.
Viviremos en un estado donde ningún tribunal podrá tumbar el que han votado los ciudadanos
La soberanía reside en el pueblo, dice la Constitución Española, pero esto no fue así en el caso del Estatuto de Autonomía del año 2006, que el Tribunal Constitucional español destrozó a pesar de haber sido aprobado por el Parlamento de Catalunya, por el Congreso y en referéndum. Una Catalunya independiente seguro que será mucho más respetuosa con las decisiones de sus ciudadanos. De hecho, es lo que ocurre en todas las democracias avanzadas.
97.
Podremos dar los recursos necesarios a los ayuntamientos
La administración local es la más cercana a los ciudadanos y, desde siempre, ha sido de las más maltratadas por el gobierno español. Con el nuevo estado, los ayuntamientos deberían poder recibir los recursos necesarios.
98.
Tendremos la gran ocasión de debatir un nuevo marco constitucional
Tras la proclamación de independencia, unos de los pasos más importantes será la redacción de una constitución catalana, una oportunidad única para definir un país respetuoso al máximo con los derechos humanos y protectora de los derechos sociales, económicos, culturales y del medio ambiente. A diferencia de la española de 1978, hecha bajo la amenaza de los sables, la nueva constitución catalana se podrá debatir con total libertad, con el reto de redactar unos de los textos más avanzados del mundo.
99.
Podremos decidir una política de defensa moderna y compatible con la cultura de la paz
A la hora de redactar la nueva constitución, unos de los grandes debates será si el nuevo estado debe tener ejército y cómo debe ser éste en caso afirmativo. En todo caso, el logro de una Catalunya independiente será una gran oportunidad para definir políticas de defensa modernas y compatibles con la cultura de la paz, que siempre han defendido muchos catalanes.
100.
Porque después de una larga lucha nos lo merecemos como nadie
¡Oh, y tanto, que sí!
Artículo en su original catalán escrito por Miquel Riera en EL PUNT/AVUI.
Leyendo el centenar de motivos uno se da cuenta de lo qué podríamos ser y de lo qué NO SOMOS...
1.
Recuperaremos el estado propio que nos arrebataron hace 300 años
Con la caída de Barcelona, el 11 de septiembre de 1714, Catalunya perdió sus instituciones de gobierno que había mantenido desde la época medieval. En 1716, con el Decreto de Nueva Planta, el rey Borbón Felipe V las anulaba y sometía Catalunya a las leyes del poder central. Desde entonces, los catalanes sólo hemos disfrutado de autogobierno -limitado siempre por las leyes españolas- durante la Segunda República y desde 1977, cuando se reinstauró la Generalitat.
2.
Tendremos las herramientas para garantizar el progreso de Catalunya sin los condicionantes políticos y económicos del vínculo con España
Con un estado propio, Catalunya podrá disponer de todos los importantes recursos que genera y decidir donde los invierte sin estar condicionada y encorsetada por las leyes españolas y por las decisiones políticas arbitrarias que dictan los gobiernos de Madrid.
3.
Por tantas y tantas personas que lucharon para conseguirlo, que no lo podrán ver y que lo deseaban firmemente
Con el logro de la independencia se harán realidad los deseos de muchos catalanes, algunos de los que, desgraciadamente, no lo podrán ver. Muchos de ellos, además, perdieron la vida luchando por este ideal. Todo un homenaje.
4.
Pararemos el expolio fiscal que ahoga nuestro crecimiento
Cada día, unos 40 millones de euros van hacia Madrid y sólo una parte vuelve de manera esporádica. Dieciséis mil millones al año son todo un expolio, uno de los déficits fiscales más altos de Europa, cerca de un 9% del PIB catalán. Concretamente en el año 2016, el déficit fiscal fue de 14.623 millones de euros, según el gobierno.
5.
Porque somos una nación con más de mil años de historia
Catalunya tiene sus raíces en la Edad Media y se considera que nace de facto como estado el año 988, cuando el conde Borrell II se negó a renovar el pacto de vasallaje con el rey francés, Hugo Capeto, e instauró la independencia de los territorios bajo su poder. Catalunya tiene también una lengua y una cultura propias, rasgos propios de cualquier nación.
6.
Porque tenemos derecho a decidir nuestro futuro según el derecho internacional
Como nación histórica, Catalunya tiene derecho a la autodeterminación y a constituirse en estado propio, según la Carta de las Naciones Unidas de 1951.
7.
Obtendremos el respeto que Catalunya se merece como nación histórica del mundo
Con la independencia y con un estado detrás, Catalunya recibirá el reconocimiento y el respeto del resto de naciones y estados de todo el mundo.
8.
Tendremos voz propia en las organizaciones internacionales
Como estado, Catalunya podrá integrarse en las grandes organizaciones internacionales, como las Naciones Unidas y tantas otras.
9.
Podremos defender los intereses de Catalunya sin intermediarios en Europa y en el mundo
Con voz propia en la ONU y en la Unión Europea (EU) y en otras organizaciones, Catalunya podrá defender sus intereses sin tener que depender, como ahora, de la diplomacia española.
10.
El catalán tendrá toda la protección y promoción que se merece
Siempre se ha considerado que con un estado detrás, el catalán tendrá más protección y promoción que ahora mismo, cuando, a menudo, el Estado Español, con múltiples leyes y normativas, juega en contra.
11.
El catalán será lengua oficial en la Unión Europea
En más de treinta años de estar en la UE, España ha decidido que el catalán no fuera lengua oficial, a pesar de tener más número de hablantes que otros idiomas que sí lo son, como el sueco, el esloveno o el maltés. Con Catalunya como estado miembro de la UE, el catalán tendrá garantizada su oficialidad en Europa.
12.
Para que nunca más ninguna autoridad obligue a un catalanoparlante a cambiar de lengua en su propio país
Tenemos ejemplos cada día y, a menudo, con malos modos. En una Catalunya independiente, ninguna autoridad nos podrá exigir que les hablamos en cristiano.
13.
Garantizaremos el etiquetado en catalán de todos los productos
Las empresas se amparan en la legislación española y en el hecho de que Catalunya no es un estado, por no etiquetar sus productos en catalán. En una Catalunya independiente, medicamentos, prospectos de coches, latas de refrescos y todos los productos que se pueden imaginar serán etiquetados en catalán, como ocurre, por ejemplo, en países muy pequeños, como Eslovenia.
14.
Lograremos la plena normalización del catalán en el mundo judicial
Sólo el 8,4% de las sentencias del año 2015 fueron hechas en catalán, el porcentaje más bajo de los últimos años. En una Catalunya independiente, con jueces, fiscales y funcionarios debiendo conocer obligatoriamente nuestra lengua, la normalización del catalán en la justicia debería avanzar rápidamente.
15.
Normalizaremos el catalán en los medios de comunicación y el cine
Ni una décima parte de las televisiones que se ven en Catalunya son en catalán. Muchos periódicos y revistas tampoco son en nuestra lengua. En el mundo del cine, los avances han sido mínimos en los últimos años. En las plataformas digitales, a pesar de las facilidades que da la tecnología actual, a menudo es muy difícil encontrar, por ejemplo, subtítulos en catalán. Todo esto cambiará en una Catalunya independiente.
16.
Dejaremos de ir por el mundo teniendo que dar explicaciones sobre nuestros anhelos, historia, lengua y cultura
Los catalanes nos hemos hartado, de explicar que somos un país con una historia, una lengua y una cultura propias. Tener un estado nos dará a conocer automáticamente en todo el mundo y nos ahorraremos tener que convertir espléndidas veladas con forasteros en un debate político.
17.
Participaremos como país en los Juegos Olímpicos
En 1996, el Comité Olímpico Internacional (COI), presidido por un catalán, Joan Antoni Samaranch, modificó la Carta Olímpica reconociendo sólo los estados independientes y aquellos otros que ya participaran. Cuando Catalunya sea un estado, será aceptada, pues, en el COI y podrá participar en los Juegos.
18.
Tendremos selecciones propias y competir internacionalmente con total normalidad
Ser un estado es la clave para que las diferentes federaciones internacionales acepten las selecciones catalanas de cada deporte. Hasta ahora hay veintidós una selecciones reconocidas, la mayoría de deportes minoritarios.
19.
Podremos decidir qué infraestructuras básicas potenciamos
Algunas de las grandes infraestructuras viarias, ferroviarias y portuarias catalanas dependen del Estado Español. Catalunya no tiene poder de decisión, ni para reformarlas, ni para hacer otras nuevas. En una Catalunya independiente todo esto cambiará.
20.
Acabaremos una vez por todas el corredor mediterráneo
El Estado español hace años que marea la perdiz con el corredor mediterráneo y mantiene, por ejemplo, una sola vía entre Salou y Vandellós, todo un anacronismo. Una Catalunya estado tendrá los recursos para terminar estas obras y potenciar aún más las conexiones ferroviarias con Europa, no sólo las de larga distancia y de mercancías, sino también las más cercanas, como entre Figueres y Perpiñán, por ejemplo.
21.
Nuestros puertos tendrán el apoyo y las garantías necesarias para crecer
Los grandes puertos catalanes son controlados por el Estado, lo que no permite el crecimiento adecuado que le daría una gestión directa desde Catalunya.
22.
El aeropuerto de Barcelona podrá tener la dimensión y las conexiones internacionales que necesita y se merece
Aena, la empresa estatal que gestiona los aeropuertos españoles no permite que el de Barcelona sea el gran hub internacional que una gran capital como la catalana necesita. El Estado controla también los grandes recorridos internacionales y ha boicoteados las iniciativas de algunas compañías que querían establecer vuelos directos con Barcelona desde Japón y Corea del Sur, por ejemplo, obligándolas a volar directamente a Madrid.
23.
Estableceremos con Europa y el mundo las conexiones energéticas que necesitamos
La política energética está supeditada ahora mismo en las decisiones del Estado español. Con la independencia podremos decidir sobre un campo capital.
24.
Para superar el marco mental de supeditación en otro estado
El hecho de pertenecer a una tierra conquistada donde España ha impuesto su cultura, tradiciones y leyes, ha provocado que nuestros referentes básicos hayan desaparecido del marco mental de muchos catalanes. La influencia de unos medios de comunicación, televisiones sobre todo, sin ningún referente catalán, ha sido también capital. Muchos catalanes tampoco tienen clara, aunque, en teoría, han sido "adoctrinados" por la escuela y TV3, que pertenecen a una cultura milenaria, con una lengua propia y con un territorio que ha sido troceado. La forma en que mucha gente ve y considera, por ejemplo, la Catalunya del Norte, un trozo del país descabezado hace más de trescientos cincuenta años, es paradigmático.
25.
Porque la alternativa es una autonomía cada vez más intervenida y un estado cada vez más centralista
Ni con las grandes manifestaciones y protestas que ha habido en Catalunya en los últimos años, el Estado no ha parado las injerencias en muchas de las competencias de la Generalitat -sólo hay que hacer la lista de leyes aprobadas por el Parlamento contra las que se ha presentado recurso al Constitucional- y ha hecho una política cada vez más recentralizadora.
26.
Porque España no ofrece, ni se espera que lo haga, ninguna alternativa que garantice autonomía fiscal y protección cultural y lingüística
Ni desde el PP, ni desde el PSOE, ni desde Podemos, a pesar de las promesas, ha surgido, en los últimos años, una propuesta clara que signifique garantizar lo básico que ya figuraba, en parte, en el Estatuto que salió del Parlamento de Catalunya en 2006: pacto fiscal y protección cultural y lingüística. Y nada parece que vaya a cambiar en los próximos meses y años. Pese a lo que digan unos y otros.
27.
Para poder llevar el CAT en las matrículas de los coches sin que ningún policía nos multe
En el año 2000, el gobierno popular de José María Aznar unificar las placas de las matrículas obligando a todos a llevar la E de España y no dejando la posibilidad de poner ningún distintivo autonómico como sí hacían, por ejemplo, estados muy más centralistas, como Francia. "Yo no estoy aquí para hablar de las chapitas", contestó Aznar cuando le preguntaron sobre el tema. Más tarde, el gobierno tripartito catalán, con la entonces consellera de Interior, Montserrat Tura, intentó cambiarlo, sin éxito. Desde entonces, muchos catalanes llevan el CAT en las matrículas y han sido multados por este motivo. Con la independencia todo esto que nos lo ahorraremos.
28.
Podremos celebrar la Junta de Seguridad de Catalunya cuando querremos
Justo esta semana, el gobierno catalán ha decidido convocar por su cuenta la Junta de Seguridad de Catalunya, que no se celebra desde 2009. Con la independencia, no tendremos que estar pendientes de los boicots de España en temas tan vitales como la seguridad pública.
29.
Los Mossos podrán convocar nuevas promociones cuando sea necesario
El gobierno español ha intentado detener, hace unos días, la convocatoria de 500 nuevas plazas al cuerpo de Mossos, alegando temas presupuestarios.
30.
Los Mossos podrán acceder finalmente a la base de datos de Europol
En el conflicto con el Estado español, los Mossos tienen vetado acceder a las bases de datos de Europol, vitales para la colaboración en la lucha contra la amenaza yihadista. Con un estado propio detrás, esta barrera desaparecerá.
31.
Podremos convocar referendos y consultas cuando querremos
Desde el inicio del proceso, los catalanes pedimos sobre todo poder votar. A raíz de la consulta del 9-N, la justicia española ha condenado el ex-President Mas y los ex consejeros Homs, Ortega y Rigau. Las dos leyes catalanas de consultas aprobadas en los últimos diez años también han recibido duro. En un estado democrático abierto y participativo, las consultas y referendos deberían ser ejercicios cotidianos.
32.
No tendremos que celebrar nunca más la fiesta de la Hispanidad
El 12 de octubre se celebra la fiesta de la Hispanidad y la fiesta nacional española, dos conmemoraciones que una mayoría de catalanes no comparten. Con la independencia, el 12 de octubre - "nada que celebrar" - será un día como cualquier otro en Catalunya.
33.
Participaremos con todos los derechos en el festival de la canción de Eurovisión
En 1968, Joan Manuel Serrat tenía que cantar La, la, la en catalán en Eurovisión, pero TVE se lo prohibió. En todos estos años, ningún representante español ha cantado en nuestra lengua. Con la independencia, podremos decidir si participamos, o no, en este evento televisivo.
34.
Podremos decidir todos nuestros impuestos libremente
La Generalitat ya gestiona algunos impuestos, pero aún así el Estado le ha puesto trabas cada vez que ha querido aplicar nuevos, como el impuesto bancario, que el TC tumbó en 2015. Con la independencia, el gobierno tendrá libertad para decidir qué grava y como lo graba.
35.
Podremos luchar sin obstáculos contra la pobreza energética
En abril del 2016, el TC anuló el decreto catalán sobre la pobreza energética alegando que invadía competencias estatales. Otro campo en el que con un estado detrás, Catalunya podrá decidir sus políticas.
36.
No tendremos que estar pendientes nunca más del Tribunal Constitucional español
Últimamente y desde que "destrozar" el Estatuto de Autonomía aprobado por todos los catalanes en referéndum en 2006, el Tribunal Constitucional se ha convertido en el brazo ejecutor del gobierno español. Afortunadamente, con la independencia, nos liberaremos de sus dictámenes menudo bien parciales.
37.
Para blindar definitivamente la prohibición de las corridas de toros
En 2010, el Parlamento de Catalunya acordó prohibir las corridas de toros en Catalunya, pero en octubre pasado el TC, siempre el TC, tumbó esta prohibición. Sin embargo, parece difícil que vuelvan las carreras: la Monumental de Barcelona es la única plaza disponible, pero en la Ciudad Condal las corridas están también prohibidas. Por otro lado, la poca demanda que hay no permitiría que el espectáculo fuera rentable.
38.
Para evitar que continúen "españolizando" nuestros niños
En octubre del 2010, el entonces ministro de Cultura y Educación, José Ignacio Wert, de infausta memoria, dijo en el Congreso que la voluntad del gobierno español era "españolizar a los alumnos catalanes". Pues no. Ni antes, ni ahora, ni mucho menos con la independencia.
39.
Nos podremos librar de la caverna mediática española y de sus insultos
O quizás no, porque son incansables, como han demostrado durante años y años, casi desde que el siglo XVII ya nos insultaba el "gran" poeta Francisco de Quevedo.
40.
Podremos tener nuestra propia división territorial
Desde el año 1833, el Estado español está dividido en las actuales provincias, una división que en Catalunya no tuvo en cuenta las tradicionales veguerías. En una Catalunya independiente se podrá formalizar definitivamente una división territorial en veguerías y comarcas, en buena parte ya efectiva, y hacer desaparecer definitivamente las provincias actuales, así como las respectivas diputaciones.
41.
Podremos combatir de manera eficaz las desigualdades sociales
Un estado catalán dispondrá, por supuesto, de muchos más recursos para poder luchar con eficacia contra las desigualdades sociales y la pobreza.
42.
Podremos decidir las licencias de televisión
A pesar de los cambios que la tecnología está provocando en la forma en que vemos la televisión, con nuevas plataformas como Netflix, al actual modelo televisivo le quedan todavía, presumiblemente, muchos años. Ahora mismo, sin embargo, la mayoría de canales son en castellano y producidos desde Madrid, un hecho que una Catalunya independiente debería revertir.
43.
Podremos elaborar, presentar y aprobar unos presupuestos que no dependan de los límites arbitrarios impuestos por el gobierno español
El Gobierno impone cada año un límite de déficit que las autonomías deben cumplir si quieren sacar adelante su presupuesto. Es un límite que el Estado decide arbitrariamente, no repartiendo de manera equitativa -Ahorro más las autonomías que el Estado- la carga que, a su vez, le viene impuesta desde la Unión Europea. Una Catalunya independiente podrá negociar directamente con Europa estas cuestiones.
44.
Podremos decidir si sacamos los peajes de las autopistas
La Generalitat controla los peajes de las concesiones que ha dado -autopistas del Garraf y Terrassa-Manresa y túnel del Cadí, pero no puede decidir sobre la AP-7 y la AP-2, que atraviesan el país de arriba a abajo , lo que sí podrá hacer si es un estado independiente.
45.
Se podrá fijar un IVA cultural justo, a imagen de lo dispuesto en otros países más avanzados
En marzo pasado, el gobierno español decidió rebajar finalmente, tras cuatro años y medio de protestas del sector, el llamado IVA cultural del 21% al 10%, medida, sin embargo, que no afectó al mundo del cine. El gobierno de la Generalitat ha apostado siempre, en cambio, para aplicar un IVA cultural reducido, política que se podrá decidir libremente con un estado catalán propio.
46.
Presentaremos el mundo sin rodeos todo el potencial y la historia de la cultura catalana
La Constitución Española de 1978 manda proteger la diversidad cultural y lingüística del Estado, pero la realidad es que esto no ha sido así desde que se recuperó la democracia. La prueba más evidente es el Instituto Cervantes, con sedes en todo el mundo, donde es difícil ver cómo se promocionan los productos culturales catalanes. Con una Catalunya independiente, la Generalitat podrá destinar más recursos a la promoción exterior que hace a través del Institut Ramon Llull.
47.
Decidiremos libre y democráticamente quién es nuestro jefe de estado
La pregunta del referéndum deja bien claro que si gana el sí, Catalunya se convertirá en una república. Nos liberaremos, pues, finalmente, trescientos años después, los Borbones y escogeremos democráticamente quién será nuestro jefe de estado.
48.
No nos podrán tocar nunca más nuestro antiguo Código Civil Catalán
Catalunya tiene, históricamente, un derecho civil propio, que se empezó a compilar el siglo XIII. Se regulan cuestiones básicas como las herencias, comprar un piso o cómo funciona una comunidad de propietarios. Incluso Felipe V y el franquismo le respetaron. Todo este derecho está compilado en seis libros, en un trabajo de años que se cerró en 2015. Pues bien, ni lo que había respetado la historia lo ha respetado el TC, que hace unos días ha suspendido tres artículos sobre contratos de compraventa y cesión de solares. Un ataque a nuestro corpus jurídico, como tantos otros, que con independencia nos ahorraremos.
49.
Porque ya estamos cansados, de hacer pedagogía a quien no quiere escuchar
Durante años nos hemos hartado de explicar todo el Estado por qué deberían respetar nuestra lengua y cultura y como pueblo. Hemos sido pacientes y hemos hecho mucha pedagogía. Muchos nos han escuchado, pero otros, por lo que sea, han continuado con sus ideas equivocadas sobre Catalunya y los catalanes. Dice el dicho que no hay más ciego que quien no quiere ver y más sordo que el que no quiere escuchar. Pues eso.
50.
Para no tener que compartir los gastos provocados por inversiones ruinosas en infraestructuras sin uso
El Estado español se ha hecho famoso, estos últimos años, por las numerosas infraestructuras ruinosas que se han construido: aeropuertos desiertos, autopistas en quiebra, estaciones del AVE donde suben cuatro gatos. Un gasto monumental que agradeceremos no tener que seguir compartiendo.
51.
Dejaremos de pagar administraciones duplicadas y ministerios sin competencias
Como el Ministerio de Cultura y Educación, visto que la Generalitat tiene traspasadas todas las competencias en estos ámbitos. Y tantas otras oficinas públicas que el Estado no ha desmontado, aunque hace años que perdió las competencias en favor de la Generalitat.
52.
Podremos destinar todos los recursos necesarios para un mejor sistema educativo
Sin el expolio fiscal que nos adelgaza los presupuestos, la Generalitat podrá destinar muchos más recursos a uno de los sectores públicos claves: el de la educación.
53.
Porque Catalunya tiene proyecto de futuro y España no
Las fuerzas políticas independentistas y las diferentes entidades que los apoyan tienen bien claro que la independencia es una gran oportunidad para levantar un país nuevo y dejar atrás rémoras del pasado. El Estado español, en cambio, ni siquiera aporta soluciones a los grandes retos territoriales que tiene planteados y se mantiene en el inmovilismo de una constitución redactada bajo la amenaza de los sables.
54.
Las universidades catalanas podrán tener unos recursos adecuados para alcanzar la excelencia
Si cada día se va hacia Madrid un tren con 40 millones de euros que no vuelve, imagínense todo lo que se podría hacer si destinásemos una semana de estos recursos en las universidades. Quizás incluso las matrículas podrían ser gratuitas para los que aprueben el curso, como pasará en breve en Andalucía.
55.
No tendremos que adaptar nunca más los currículos escolares catalanes a realidades alejadas de nuestra
Con la independencia, la Generalitat de Catalunya tendrá libertad para definir los currículos escolares y también podrá dejar de estar pendiente de la nueva ley de educación que, tradicionalmente, cada partido estatal sigue adelante cuando alcanza el poder en Madrid.
56.
Podremos tener una escuela inclusiva, acogedora y plenamente normalizada en catalán
La normalización lingüística, un éxito en el que se han reflejado numerosos países de todo el mundo, ha estado siempre en el punto de mira de los partidos de la derecha española, y en ocasiones también de algún dirigente socialista. Con la independencia, Catalunya podrá llevar adelante el modelo de escuela acogedora y normalizada en catalán que siempre han deseado la mayoría de ciudadanos.
57.
Para poder decidir mejores políticas para las personas dependientes
Desde su aprobación por parte del Congreso español, en 2006, la aplicación de la llamada "ley de la dependencia", que otorga ayudas a las familias con personas dependientes, ha estado rodeada de polémica. Falta de financiación adecuado, retrasos en el cobro de las ayudas y otros problemas han provocado numerosas protestas. Con la independencia y más recursos, problema solucionado.
58.
Podremos hacer políticas económicas adaptadas a nuestro tejido empresarial
Catalunya es un país de pequeñas y medianas empresas. Una Catalunya independiente podrá dar, por supuesto, mejor respuesta a sus necesidades y aspiraciones.
59.
Para poder tener un banco central propio sensible a las inquietudes del país
Aunque, desde la creación del Banco Central Europeo (BCE), el papel de los bancos centrales de cada estado ha perdido peso, la previsible conversión del actual Instituto Catalán de Finanzas (ICF) en el banco público del gobierno será un paso muy importante para la mejora de la gestión económica del país y para poder ofrecer una mejor financiación a las empresas e instituciones del país que lo necesiten. También nos permitirá tener voz directa en Europa a la hora de definir y debatir las grandes políticas macroeconómicas comunes.
60.
Para tener el gozo de ver Catalunya bien definida en todos los mapas
Si muchos ya se han emocionado estos últimos años en ver Catalunya marcada en el mapa de Europa en algunos documentos públicos europeos y en periódicos de todo, es bien fácil imaginar cómo se sentirán cuando una Catalunya independiente figure como es en todos los mapas que cada día se publican en todo el mundo.
61.
Nos podremos sacar el franquismo de encima de una vez
Hace más de cuarenta años que Franco murió, pero el franquismo -político, sociológico y en forma de monumentos y placas de calle- sigue bien presente en la sociedad española. Dejarlo atrás sí es una buena razón para apostar por la independencia, ¿verdad?
62.
Una Catalunya independiente potenciará los Países Catalanes
Con una Catalunya independiente, el resto de los Países Catalanes lo tendrán mucho mejor para que arraigue cada vez más la visión que la unión hace la fuerza. Desde Catalunya se podrá dar también todo el apoyo necesario a las políticas de promoción y defensa de la cultura y la lengua que compartimos, divisando en el horizonte un futuro en común.
63.
La producción cultural en catalán tendrá un mercado propio donde será defendida por el estado
La producción cultural en catalán, en todos los campos, se ha abierto camino en los últimos cuarenta años, a pesar de tener muchos factores en contra, como el hecho de tener que competir en un mercado dominado por la producción en castellano que, además, dispone a su favor de la mayoría de medios de comunicación para difundirla. En una Catalunya independiente, como ocurre en otros países similares como Dinamarca o Suecia, la producción cultural en la lengua propia debería obtener la máxima promoción y protección, no sólo en cantidad, sino también en calidad.
64.
Podremos defender y proteger los intereses del campesinado y de los pescadores catalanes
Como ocurre con otros sectores, el hecho de disponer de muchos más recursos públicos será clave para favorecer mejores políticas. Al tener voz en la UE, también se podrán defender más directamente estos dos sectores clave de la economía del país.
65.
Podremos promover turísticamente Catalunya con todos los derechos y libremente
Catalunya recibió 18 millones de turistas en el año 2016, lo que representa hacia el 15% del PIB total catalán. Estamos, pues, ante un sector clave de la economía catalana que una Catalunya independiente podrá potenciar, promover y regular mejor.
66.
Para hacer de Barcelona una capital mundial, aún más
Con la celebración de los Juegos Olímpicos, en 1992 Barcelona se situó en el mundo. La ciudad inició una transformación que la ha convertido en una de las grandes capitales mundiales, no sólo porque es entre las veinte más visitadas por los turistas, sino por su atractivo comercial, económico y, por qué no ?, por el clima. El Estado, sin embargo, no lo pone fácil con trabas constantes al desarrollo del aeropuerto y del puerto. Siendo la capital de una Catalunya independiente, Barcelona podrá consolidar aún más su lugar en el mundo.
67.
El patrimonio natural del país recibirá la protección y la promoción que le corresponden
Catalunya dispone de un patrimonio natural diverso y único, que va desde la alta montaña hasta la llanura litoral con humedales. Con muchos más recursos públicos, el gobierno catalán seguro que podrá proteger y promover más este patrimonio. También defenderlo de ataques exteriores, como es el caso del trasvase del río Ebro. Una Catalunya independiente podrá desarrollar también una legislación urbanística propia.
68.
Para adaptarnos finalmente a los horarios europeos, mucho más racionales
Catalunya, como el resto del Estado, sufre el desenfreno de horarios implementada durante el franquismo. Desde hace tiempo, pero se está trabajando para revertir esta situación y consolidar unos horarios más racionales, semejantes a los europeos, que permitan una mayor conciliación familiar. Con un estado detrás, seguro que será muy fácil sacar adelante esta reforma.
69.
Podremos garantizar con los recursos necesarios la investigación y la investigación científica
Como en tantos otros ámbitos, el hecho de disponer de todos los recursos que generará el nuevo estado permitirá invertir mejor en el campo de la investigación y la investigación científica, en la que, a pesar de las dificultades, Catalunya es la primera línea mundial.
70.
Para poder afianzar aún más la realidad singular de la Val d'Aran
El Estatuto de Catalunya reconoce la Val de Aran como "una realidad occitana dotada de identidad cultural, histórica, geográfica y lingüística". También "ampara y respeta esta singularidad y reconoce Arán como entidad territorial singular dentro de Catalunya". En 2015 se reforzó este reconocimiento con la aprobación de la ley del Aran, que también incluye el derecho a decidir del Valle.
71.
Para poder garantizar unas pensiones dignas
El unionismo asegura que si Catalunya se independiza, los jubilados catalanes dejarán de cobrar las pensiones. Esta no es, sin embargo, la realidad, porque mientras que el Estado español ha ido vaciando la hucha de las pensiones -más de 60.000 millones de euros en los últimos años- poniendo en peligro los pagos, ha continuado aportando un saldo positivo en cada ejercicio. En el período entre 1995 y 2010 Catalunya aportó hacia 25.000 millones. En Catalunya por cada jubilado hay 2,54 trabajadores que le garantizan la pensión. Con estas cifras en la mano, los expertos creen que una Catalunya independiente podrá asegurar y garantizar perfectamente unas pensiones contributivas y no contributivas dignas.
72.
Para no tener que preocuparse nunca más de si silbamos o no el militar himno español
La militar Marcha real, himno español también durante el franquismo, ha sido rechazada desde siempre por buena parte de la sociedad catalana. En los últimos años, en las finales de copa en el que ha participado el Barça, y en algunos otros eventos, ha habido silbidos memorables en presencia del rey español. Afortunadamente, en una Catalunya independiente podremos dedicar nuestras energías a cosas más provechosas.
73.
Para poder decidir libremente sobre la acogida de los refugiados
El Estado español, que es quien tiene las competencias, se comprometió el año pasado a acoger 17.337 refugiados, pero esta semana apenas había acogido poco más de un millar. Una vergüenza que una Catalunya independiente -la sociedad catalana siempre ha mostrado acogedora y ha demostrado todo menudo- seguro que resolverá.
74.
Para que nuestros hijos decidan libremente si se van a trabajar fuera y no forzados por la situación del país
Miles de jóvenes catalanes, se calcula que unos 100.000, han marchado estos últimos años a trabajar en el extranjero. Un país competitivo y con recursos como una Catalunya independiente tendrá capacidad para revertir esta situación injusta.
75.
Para que una Catalunya independiente es viable y podrá ser uno de los países más competitivos del mundo
Una Catalunya independiente es viable económicamente, como han acreditado numerosos economistas de prestigio estos últimos tiempos. No sólo catalanes, como los que conforman el colectivo Wilson, sino de otros como el premio Nobel de Economía en 1992 Gary Stanley Becker.
76.
Porque nos olvidaremos definitivamente del mal servicio de Renfe y de Adif
Toda la eficacia que la Generalitat ha demostrado en la gestión de sus ferrocarriles es la que ha faltado en Renfe y al gestor de infraestructuras Adif en el servicio de cercanías, donde ha habido un desastre tras otro en los últimos años, con el añadido de la falta de inversión del Estado.
77.
Podremos defender y definir una mejor política propia para el comercio
El comercio es uno de los sectores más importantes de la economía catalana. En una Catalunya independiente, el gobierno podría impulsar políticas de protección y no debería estar pendiente de las leyes estatales, que a menudo no tienen en cuenta la realidad específica catalana.
78.
Podremos impulsar una política adecuada para el mecenazgo
Desde hace años que el gobierno español tiene pendiente de reformar y modernizar la ley que regula el mecenazgo. Una parálisis que ha sido criticada por los diferentes sectores a los que favorecería que desde Catalunya se pudiera decidir sobre esta cuestión sin trabas ni imposiciones.
79.
Para modernizar definitivamente la administración de justicia y sacarla del siglo XIX
En muchos aspectos, la administración de justicia española continúa anclada en el siglo XIX. En una Catalunya independiente se podría emprender, con los recursos necesarios, la reforma pendiente que llevara la justicia catalana en el siglo XXI.
80.
Para poder debatir aunque sin amenazas del Estado en el Parlamento de Catalunya
En los últimos meses la justicia española ha perseguido implacablemente la presidenta y algunos miembros de la mesa del Parlamento por haber permitido debatir la independencia en la cámara. Una anomalía democrática que, con un estado propio, tendría recorrido cero.
81.
Porque tendremos un estado totalmente comprometido con los derechos individuales y colectivos
Catalunya se ha mostrado, desde siempre, como un país avanzado en el reconocimiento de los derechos individuales y colectivos de sus ciudadanos, un hecho que una Catalunya independiente seguro que aún afianzará más.
82.
Las aspiraciones catalanas tienen un claro precedente en los estados que se han independizado en Europa en los últimos treinta años
Quince nuevos estados han surgido en Europa desde 1990. Una decena más había ganado su independencia desde primeros del siglo XX. El nacimiento de un nuevo estado no es, pues, ningún hecho anormal en el continente europeo. Ninguno de los nuevos estados, por cierto, ha querido volver a su situación anterior.
83.
Para poder proteger, garantizar y potenciar el modelo sanitario catalán, ejemplo en el mundo
La sanidad catalana es un modelo de éxito que han copiado muchos otros gobiernos. ¿Se imaginan cómo podría mejorar sólo que consiguiéramos retener el dinero que marcharán hacia Madrid y no volverán esta semana? 40 millones por siete días. Basta multiplicarlo.
84.
Porque así podremos combatir mejor el cambio climático
La lucha contra el cambio climático ha sido una prioridad del gobierno catalán desde hace años. Con más recursos, se podrán aplicar políticas más efectivas.
85.
Podremos tener los recursos necesarios para reformar y modernizar la administración pública catalana
La administración catalana, a pesar de tener menos de cuarenta años, se construyó, en muchos aspectos, a imagen y semejanza de la española. En un nuevo país, reformarla y modernizarla deberá ser una de las prioridades.
86.
Para poder dejar de pertenecer a un Estado con tics autoritarios
Las reminiscencias franquistas en España hacen que no hayan desaparecido, ni mucho menos, actitudes y tics antidemocráticos en muchas instituciones y cuerpos de seguridad, por ejemplo.
87.
Para que dejar de negociar, año tras año, presupuestos e inversiones estatales que a menudo ni se cumplen
Cada ejercicio, los diputados catalanes negocian duramente en Madrid partidas e inversiones, muchas de las cuales no se acaban cumpliendo. Un informe del gobierno catalán ha revelado esta semana que el Estado sólo ha terminado un 30% de las obras previstas desde el 2015.
88.
Para dejar de ser tratados como súbditos y comenzar a ser tratados como ciudadanos
Pues eso. Para dejar de ser súbditos de una monarquía anclada en el tiempo y pasar a ser ciudadanos de una república del siglo XXI.
89.
Porque tendremos todas las competencias sobre becas
El Estado español no cumple desde hace tiempo las sentencias del TC en materia universitaria y perjudica a los estudiantes catalanes en la distribución de becas, según ha denunciado el gobierno catalán de manera reiterada. La discriminación queda patente cuando se comparan los datos: el porcentaje de estudiantes que reciben beca en Catalunya está un 20% por debajo de los que reciben el resto del Estado. También se ha retrasado el pago de las ya concedidas. En enero pasado, la Generalitat pidió al ministerio que pagara las becas de 160.000 estudiantes catalanes que aún no las habían cobrado, a diferencia de los becados del resto del Estado, que ya hacía días que tenían el dinero ingresado.
90.
Podremos vivir en un país donde la justicia sea realmente un poder independiente
Los conflictos entre España y Catalunya abiertos desde que se inició el proceso hacia la independencia han dejado bien patente que la justicia española no es ni mucho menos independiente. Ha habido una serie de casos que todo el mundo tiene en la memoria. De hecho la justicia española figura en el lugar 25 de 28 entre las menos independientes de la Unión Europea. La misma UE la ve como "poco eficiente, de calidad escasa y nada independiente". A escala mundial, según un ranking del World Economic Forum, España ocupa el puesto 97 de 144 en independencia judicial. Al nivel de países como Tanzania e Irán.
91.
Podremos decidir una renta mínima garantizada y un sueldo mínimo adecuado a la economía del país
En un país que podrá gestionar todos los recursos que genera como será una Catalunya independiente, el gobierno podrá aplicar mucho mejor políticas sociales avanzadas como la llamada renta garantizada de ciudadanía -aprobada por el Parlamento el mes de mayo con un importe de 664 euros mensuales para 62.000 familias- o acercar el sueldo mínimo interprofesional a niveles europeos. Ahora mismo en Alemania es de 1.498 euros; en Francia, de 1.480 euros, mientras que en el Estado es de 825,63 euros.
92.
Dedicaremos todos los recursos necesarios a fomentar el empleo y rebajar la tasa de desempleo a nivel europeo
La lucha contra el paro será, sin duda, una de las grandes prioridades del nuevo estado, y más cuando podrá disponer de nuevos recursos para aplicar políticas para fomentar el empleo. Actualmente la tasa de paro en Catalunya roza el 15%, mientras que en España sube hasta el 18%. En Francia es del 9,6%; el Reino Unido, del 4,8%, y en Alemania, del 3,9%.
93.
Podremos decidir libre y dotar de más recursos la política de solidaridad y cooperación
Catalunya tiene una larga tradición en solidaridad y cooperación internacional. Según datos del gobierno catalán, Catalunya aporta el 20% de los cerca de 2.400 millones de euros que el Estado español dedica a cooperación, unos recursos que no puede controlar, sin embargo, directamente. En una Catalunya con plenas competencias en acción exterior y con más recursos podremos dar un gran impulso a todo este ámbito.
94.
Garantizaremos y favoreceremos sin trabas la inversión extranjera en Catalunya
Uno de los argumentos más repetidos por el unionismo en contra del proceso ha sido que este desactivará la inversión empresarial extranjera en Catalunya. Todos los datos conocidos desde 2011 lo han ido, pero, desmintiendo. Por ejemplo, entre enero del 2011 y junio del 2016 Catalunya ha atraído 14.532 millones de euros de inversión extranjera, que provienen de 601 proyectos de inversión de compañías multinacionales que han creado 38.385 puestos de trabajo directos. El primer trimestre del 2017 los datos también son muy positivas: 856,4 millones de euros de inversión bruta, un 69,5% más que en el mismo período del año anterior, la mayoría proveniente de la UE. En una Catalunya independiente y más competitiva, con políticas propias que lo favorezcan, la inversión extranjera puede crecer, pues, de manera exponencial.
95.
Podremos crear una Hacienda propia moderna e independiente
En los últimos tiempos, la Hacienda española ha demostrado ser muy eficaz a la hora de exprimir ciudadanos, autónomos, pequeños comerciantes y empresarios, y quizás no tanto cuando se ha tratado de grandes fortunas. Catalunya deberá construir -de hecho ya lo está haciendo- una nueva hacienda, moderna e independiente, que será clave para conseguir los recursos necesarios para sacar adelante el nuevo estado.
96.
Viviremos en un estado donde ningún tribunal podrá tumbar el que han votado los ciudadanos
La soberanía reside en el pueblo, dice la Constitución Española, pero esto no fue así en el caso del Estatuto de Autonomía del año 2006, que el Tribunal Constitucional español destrozó a pesar de haber sido aprobado por el Parlamento de Catalunya, por el Congreso y en referéndum. Una Catalunya independiente seguro que será mucho más respetuosa con las decisiones de sus ciudadanos. De hecho, es lo que ocurre en todas las democracias avanzadas.
97.
Podremos dar los recursos necesarios a los ayuntamientos
La administración local es la más cercana a los ciudadanos y, desde siempre, ha sido de las más maltratadas por el gobierno español. Con el nuevo estado, los ayuntamientos deberían poder recibir los recursos necesarios.
98.
Tendremos la gran ocasión de debatir un nuevo marco constitucional
Tras la proclamación de independencia, unos de los pasos más importantes será la redacción de una constitución catalana, una oportunidad única para definir un país respetuoso al máximo con los derechos humanos y protectora de los derechos sociales, económicos, culturales y del medio ambiente. A diferencia de la española de 1978, hecha bajo la amenaza de los sables, la nueva constitución catalana se podrá debatir con total libertad, con el reto de redactar unos de los textos más avanzados del mundo.
99.
Podremos decidir una política de defensa moderna y compatible con la cultura de la paz
A la hora de redactar la nueva constitución, unos de los grandes debates será si el nuevo estado debe tener ejército y cómo debe ser éste en caso afirmativo. En todo caso, el logro de una Catalunya independiente será una gran oportunidad para definir políticas de defensa modernas y compatibles con la cultura de la paz, que siempre han defendido muchos catalanes.
100.
Porque después de una larga lucha nos lo merecemos como nadie
¡Oh, y tanto, que sí!
Artículo en su original catalán escrito por Miquel Riera en EL PUNT/AVUI.
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