Analisis la sentencia del TEDH en la causa independentista en España

España pierde 7-2 contra el Tribunal de Estrasburgo y todavía queda partido
La sentencia del TEDH cuestiona el relato de la justicia española para reprimir el independentismo y dificulta las euroórdenes de detención que previsiblemente dictará el juez Llarena

El relato que ha construido el poder judicial español contra el independentismo empieza a tener grietas importantes. Los fundamentos jurídicos en que se basa este relato son cuestionados cada vez más desde Europa y los delitos de rebelión, sedición y malversación de fondos de que se acusa a los líderes independentistas no son sostenibles fuera de España. La última sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) sobre la quemadura de fotos del rey español y el informe de Amnistía Internacional contra la censura a cantantes son dos enmiendas a la totalidad de este relato porque denuncian el recorte de la libertad de expresión que hay en España por el uso abusivo que se hace del delito de odio para perseguir expresiones políticas o culturales legítimas.

Todo el mundo sabe que la sentencia del tribunal de Estrasburgo, emitida en este momento, no afecta sólo el caso específico del año 2007, sino que impacta de lleno en la causa judicial abierta contra los dirigentes independentistas. Prueba la reacción inmediata de los partidos españoles que quieren quitar importancia. Por mucho que lo intenten, la sentencia del TEDH tiene tres elementos clave que son de plena actualidad. Primero, el cuestionamiento del delito de odio atribuido al independentismo cuando reivindica objetivos políticos. Cuando el Tribunal Constitucional español ratificó la sentencia hace tres años, justificarlo asegurando que se trataba de un acto 'incitador del odio'. El TEDH le desmiente abiertamente y enmarca la quemadura de fotos del rey de España en la libertad de expresión. Esto puede afectar a todas las causas abiertas por supuestos delitos de odio después del 1-O contra concejales, alcaldes y voluntarios que defendieron los colegios electorales de la violencia policial. En segundo lugar, la sentencia desacraliza la monarquía, casi sagrada en España, y avala las críticas porque son contra la institución, no contra las personas. Y tercero, niega que haya violencia porque ni los instrumentos utilizados en la protesta ni los efectos de la quemadura de fotos no tuvieron ningún impacto violento.