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24 de noviembre de 2017

Los Anunnaki, parte tres - El Propósito del Hombre y el Comienzo del Conflicto Cósmico (Enki vs. Anu)

El Propósito del Hombre y el Comienzo del Conflicto Cósmico (Enki vs. Anu)
 


 




 



El mundo humano se encuentra en medio de un gran conflicto cósmico desde hace mucho tiempo.

Las religiones abrahámicas, todas engaños del enemigo para confundir a la Humanidad, hablan de una lucha primordial entre el "dios padre" Yahvé (Jehová) y la Serpiente antigua "Satanás".

Si la Serpiente del Edén es idéntica al dios sumerio Enki, entonces ¿quién es su oponente Yahvé-Jehová?

Esto podría resultarles algo sorprendente, pero el Yahvé bíblico, el dios judeocristiano, que se opuso a la Serpiente enkiana en el Huerto del Edén es nadie más que el "dios del 'cielo'" Anu, el rey y progenitor de todos los Anunnaki, conocido también como Ēl, el Altísimo del 'cielo' y padre de todos los Elohim, en el panteón semítico (cananeo) pre-bíblico.

De hecho, el dios bíblico Yahvé es conocido por el teónimo semítico Ēl en muchos versículos de la Biblia hebrea. Recordemos que los Elohim y los Anunnaki son idénticos.

Quiero dejar claro que Enlil no es Yahvé en absoluto.

Muchos autores afirman erróneamente que el dios bíblico es idéntico a Enlil, el hermanastro de Enki, y que Enlil es el enemigo de la Humanidad, pero eso no es verdad.

El Yahvé judeocristiano, la deidad que buscó ocultarle al Hombre el Conocimiento del Cielo en el Huerto del Edén, sólo pudo haber sido Anu. Pronto veremos por qué.

En el panteón sumerio, Anu, el Rey de los Anunnaki, es el padre biológico de Enki y de Enlil. A pesar de llamarse el "dios del 'cielo'", Anu nunca fue el creador del universo y aún menos el hacedor del Hombre.

De hecho, incluso Anu es un ser creado, engendrado por los dioses primordiales Anshar y Kishar según la cosmología sumeria (justo como su equivalente semítico Ēl fue engendrado por las deidades pre-panteónicas Elyon y Beruth en la mitología cananea antigua), y además, este mismo Anu subió al trono como un violento usurpador, derrotando a su antecesor el dios Alalu por la supremacía del 'cielo' (Van Der Toorn, 1996).iv

Anu no es "Dios" en el sentido monoteísta de la palabra.

Justo como Ēl-Yahvé en la Biblia, cuyo nombre es un epíteto (Yahvé Sebaot) que significa "él que crea los ejércitos", Anu era conocido como 'El Señor de las Huestes (ejércitos) Celestiales' y temido como un gran juez que castigaba a los hombres.

Además, justo como su equivalente hebreo Ēl, Anu era asociado al maléfico planeta Saturno, el juez oscuro de todos los planetas (Evans, 1998). v

Ēl (Yahvé) no sólo fue deificado en el planeta Saturno, sino que también su día sagrado, el Sábado (Día de Saturno), Shabbat en Hebreo, proviene de la palabra semítica Shabbathai, el nombre del dios y del planeta Saturno en la lengua hebrea.

En fin, Anu, Ēl, Yahvé y Saturno son la misma entidad.

Entonces, el conflicto cósmico es una lucha milenaria entre el hijo noble Enki y el padre malévolo Anu. No es una guerra fraternal entre Enki y Enlil como afirma Zecharia Sitchin.

¿Cuál fue la fuente del conflicto cósmico entre Enki y Anu? El tema del Propósito del Hombre...

El Libro de Génesis relata que la Serpiente sabia les reveló a Adán y Eva el Conocimiento Prohibido en el Huerto del Edén, lo cual los haría como uno de los Elohim (Génesis 3:5; 3:22), en contra de la voluntad de Yahvé.

Lo que la Biblia dice aquí es cierto y se encuentra el mismo relato, el original, en los textos sumerios.

Según la Leyenda de Adapa, el precursor sumero-acadio del relato adánico hebreo, Enki-Ea, el verdadero creador del Hombre, le adiestró a su progenie humana Adapa en la civilización de los dioses y le enseñó el Designio del Cielo y de la Tierra, el conocimiento divino, en contra de la voluntad de Anu, quien se enfadó con su hijo quejándose de que Enki se lo había revelado a un humano indigno y menospreciable (Kramer y Maier, 1989).vi

Enki le reveló al Hombre la ciencia del árbol de los Me (Versión sumeria del Árbol de la Ciencia), los saberes de la civilización de los Anunnaki, en su Santuario de Eridú en la tierra del Edín.

Cuando Adapa recibió el conocimiento del Designio del Cielo y de la Tierra y le permaneció fiel a Enki, el malévolo Anu, enfurecido por las acciones de Enki, devolvió al Hombre a la Tierra y lo maldijo, aumentando sus adversidades e imponiéndole muchas dolencias.

Este episodio es casi idéntico en el relato bíblico posterior. En Génesis un iracundo Yahvé maldice a la Humanidad expulsándola a la tierra foránea e imponiéndole varias adversidades como la enfermedad y la enemistad (Génesis 3:14-19).

El Hombre es castigado por conocer la ciencia de los dioses.

Notemos que en la versión sumeria fue únicamente Anu, y no Enlil, él que jugó el papel del dios oscurantista y castigador Yahvé de la versión hebrea posterior. Anu es el auténtico adversario de Enki y de la Raza Humana.

En este relato vemos un conflicto de valores e intereses entre dos grupos de dioses, un choque violento entre dos filosofías antitéticas.

Enki y sus dioses, los Anunnaki Enkistas, buscaron ayudarnos en nuestra evolución y elevarnos al nivel de los Dioses. Ellos nos veían como sus hijos humanos, pues llevamos su genética divina.

Para Enki, nosotros trabajaríamos para los Anunnaki en el mantenimiento de su nueva colonia terrestre y los Anunnaki acelerarían nuestro desarrollo evolutivo y nos enseñarían la civilización del 'cielo' y la ciencia de la divinidad, lo cual nos haría como los mismos dioses (Génesis 3:5).

Así nuestra convivencia conllevaría un beneficio mutuo.

Además, la colonia terrestre iba a ser para nosotros, nuestra herencia legítima, e íbamos a ser sus dueños.

Es por eso que Enki, le enseñó a Adapa los saberes de la civilización divina. Eso fue el conocimiento necesario para la independencia y la autonomía de la Raza Humana en su propio planeta.

Por otro lado, Anu-Yahvé y sus seguidores, los Anunnaki Anuistas, sólo veían al Hombre como un esclavo para explotar y buscaron mantenerlo dócil e ignorante.

Es por eso que Anu-Yahvé impuso su política de oscurantismo. Los Anunnaki Anuistas, conservadores a ultranza, resintieron la mezcla de la sangre divina con la humana y el consiguiente salto cuántico en la evolución de la Humanidad terrestre.

Por lo tanto, Anu-Yahvé y sus "ángeles", los invasores maléficos a los cuales los Gnósticos llamaban "Arcontes" del malvado Demiurgo, buscan destruir nuestra ingeniosidad inmensa y atraparnos en sus religiones oscurantistas y misantrópicas.

Enki sacrificó todo cuando se rebeló contra la oscuridad de su "padre". Enki hizo un tremendo sacrificio para iluminarnos y honrar sus principios fundamentales como el amor, la vida y la libertad. Enki es un verdadero héroe cósmico que no soportó la tiranía de Anu-Yahvé y luchó por el bien.

Enki, simbolizado por la Serpiente sabia en el Libro de Génesis y conocido como el Ushumgal (Gran Serpiente) por su inmensa sabiduría esotérica en la cultura sumeria, no sólo le enseñó al Hombre la civilización de los dioses, sino que también le reveló el secreto de la Serpiente Sagrada de la Kundalini, la energía yóguica, por la cual el Hombre puede lograr el Opus Magnum:
convertirse en un dios y alcanzar la inmortalidad.
Es por eso que en Génesis, Enki es conocido como la Serpiente y dice que el conocimiento que él revela puede hacer al Hombre como los Dioses.

Enki, el rebelde noble, es idéntico a Prometeo, el benévolo dios griego que fue desterrado por los titanes malévolos por haberle entregado al Hombre el Fuego de los Dioses.

Aquí el "Fuego" se refiere tanto al conocimiento del 'cielo' como al fuego de la Kundalini que arde por el cuerpo y va abriendo los chakras de nuestra anatomía oculta.

Enki-Prometeo nos enseñó el sagrado camino a la divinidad.

Es por esta razón que él fue calumniado como el "diablo" y el "adversario" por las religiones abrahámicas y llamado "Satanás" por los seguidores histéricos del dios oscuro Anu-Yahvé.

El apodo verdadero de Enki no es "Satanás" cuyo significado es "adversario" en Hebreo sino "Satya", voz sánscrita que significa Verdad Eterna.

El calumnioso "Satanás" es una corrupción de "Satya" que Anu le impuso a Enki. Enki-Satya, un dios cuya presencia histórica ha sido borrada por las religiones monoteístas violentas, es el señor del Satya Yuga, la próxima era de oro en nuestra Tierra.

(Éste llegará en la Era de Acuario, pues Enki siempre ha sido una deidad acuífera asociada a Acuario. ¡Noten la conexión!).

Actualmente el conflicto cósmico sigue y nos encontramos en el Kali Yuga o la era de oscuridad desde hace unos 5000 años. Kali Yuga es el tiempo del reinado del tirano cósmico Anu-El-Yahvé-Saturno sobre la Tierra.

Su reino es el infame Nuevo Orden Mundial de su pueblo sionista. En este Yuga el conocimiento auténtico está perdido, la verdad está olvidada y la mentira prevalece.

El mundo está en muy malas condiciones y a la merced de las religiones y filosofías destructivas del falso dios de este mundo. La Tierra sigue atrapada en la vórtice astral de Anu-Yahvé y sometida a la energía de su maléfico Saturno, el planeta del Karma y de la miseria.
 


Referencias
  1. Ebeling, E. & Meissner, B. (1997) Meek - Mythologie: Reallexikon Der Assyriologie. Berlin (p. 123)
     
  2. Reiter, K. (1997) Die Metalle im alten Orient: Unter besonderer Berücksichtigung altbabylonischer Quellen (Alter Orient und Altes Testament). Ugarit-Verlag (p. 11)
     
  3. Kvanvig, H.S. (2011) Primeval History: Babylonian, Biblical, and Enochic - An Intertextual Reading. Leiden (p. 57)
     
  4. Van Der Toorn, K. (1996) Family Religion in Babylonia, Ugarit and Israel: Continuity and Changes in the Form of Religious Life. Leiden (p. 159)
     
  5. Evans, J. (1998) The History and Practice of Ancient Astronomy. New York (pp. 8.9)
     
  6. Kramer, S.N. & Maier, J. (1989) Myths of Enki, the Crafty God. New York & Oxford. (p. 116)

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