Último aviso a los accionistas del Banco Popular
Con este artículo quisiera cerrar el ciclo que supone dar la alerta de lo ocurrido con el atraco al Banco Popular y a sus accionistas, entiendo lo consternados que pueden estar cuando se estableció una forma de ahorro popular a través de la Bolsa y la triste realidad ha sido una confiscación con nocturnidad y alevosía amparados en una legalidad por unos funcionarios corruptos cobijados por unos políticos que no les importa traicionar a su pueblo con tal de recibir una cadena de coimas en una pérfida infamia que actúa al contrario del juramento de lealtad al desarrollo de sus funciones. Sé que cuesta asimilar esta confiscación de las acciones del Popular y por un triste euro que acabe en las manos del Banco Santander, ya se han dicho muchas cosas y todas conducen a lo inexplicable de una intervención por falta de liquidez cuando las autoridades competentes tienen que intervenir por quiebra. La falta de liquidez no es motivo de intervención siempre que los fondos propios superen a las pérdidas que hubiere, así de sencillo. Son precisamente estas autoridades las que tienen que suministrar la liquidez necesaria, los fondos que se retiran por los depositantes son sustituidos por el BCE y lo único que le ocurre al balance contable es un cambio de acreedor. Esto y mucho más ha sido explicado en los artículos anteriores e identificado a los culpables de este asalto orquestado por una oligarquía que domina los medios de comunicación y entre estos medios, los funcionarios de las instituciones de control y el gobierno de la nación forman un triunvirato plagado de corrupción.
Vivimos bajo un sistema perverso que aparenta una cosa y es en realidad otra tan distinta que cuesta de creer para el profano. Llevo una larga trayectoria investigando a los bancos y explícitamente al Banco Santander del que he escrito dos libros: El Poder y El botín de Botín, y centenares de artículos. Sin falsa modestia puedo decir que conozco “el banco como la madre que lo parió” y como se ha ido zampando banco tras banco a pesar de ir contra el sentido común, desde el punto de vista social, al exterminar la competencia. Botín y su Santander se comió el Banco Central Hispano, el Banesto y ahora el Banco Popular. Todas estas comilonas tienen el común denominador de aparentar un salvamento y cuando en realidad es una apropiación orquestada por una tribu que a fuerza de repetición cada vez rozan la perfección. No dejan nada al azar y eligen concienzudamente a su victima. El Banco Popular era sobre todo una perita en dulce con más de 11.000 millones de euros de reservas reales. Estos fondos propios proporcionaban al balance contable una solidez muy superior al del resto de los bancos españoles. Estas reservas no habían caído del cielo, llegaron por beneficios no distribuidos a los accionistas durante muchos años. Entonces ¿Cómo un banco con tantas reservas de la noche a la mañana vale un euro? ¿Donde está el acta que lo confirma? ¿Cómo demonios se hizo la puja de la subasta que finalmente se le adjudica al Santander? ¿Las pujas fueron por céntimos de euro? Todo estaba orquestado de antemano.
Un método infalible
¡Ahora para ti, ahora para mí! Los oligarcas una vez se repartieron las cajas de ahorro fueron por los bancos, el método es infalible. El proceso de apropiación está orquestado siguiendo la pauta de un modelo infalible. Se trata de que unos inspectores del Banco de España se presentaban en la perita en dulce y certificaban una sustancial falta de provisiones que iban a misa. El pronunciamiento de estos funcionarios tenía el rango de palabra divina por lo tanto era indiscutible. Eso era antes, ahora, en el caso del Banco Popular la responsabilidad del informe le corresponde a los funcionarios del BCE pero el método sigue inalterable. ¿Dónde está el truco? En la palabra divina de estos funcionarios que como robots actúan con mando a distancia. El “agujero” por falta de provisiones está hecho a medida, por lo que se tiene que llevar de este mundo el capital y las reservas, es decir los fondos propios y además se tiene que sobrepasar “en algo más” con el fin de aportar fondos públicos y poder tomar el control accionarial y enviar para casa a los administradores del banco. Pero, y este es un pero de categoría, la palabra divina de los funcionarios se eleva a la categoría de irreversible, es decir, si confeccionan una lista con préstamos y créditos con algún incidente de pago (retrasos o impagos duraderos con garantía hipotecaria) los califican de fallidos y los llevan a pérdidas irreversibles. Este proceso ha sido acompañado y animado con malas noticias por los medios de comunicación que subsisten por cumplir la “voz de su amo”. Una vez que están asignadas las perdidas empieza la caza mayor. Los oligarcas se frotan las manos tienen al banco asaltado cautivo y desarmado y a los accionistas desplumados. Así de fácil.
La siguiente fase es más complicada, necesitan a los políticos que mueven como marionetas según el momento y las circunstancias, veamos que pasó cuando asaltaron Banesto al que le adjudicaron un “agujero” justo a la medida para poder hacerse con el control del banco y desplazar a los administradores. Una de las soluciones era una ampliación de capital que suscribieran los accionistas para regularizar el desequilibrio del balance contable. Los oligarcas se opusieron a una ampliación de capital ¿Por qué? Si es una sociedad mercantil y los accionistas ponen su dinero de su bolsillo ¿A quién perjudica? Pues a los oligarcas y al destinatario del “regalo” el Banco Santander y además se hubiera descubierto que buena parte del irreversible “agujero” estaba fabricado por el mismísimo Banco de España. En el proceso de captura del Banco Popular los oligarcas no consiguieron detener la ampliación de capital por 2.500 millones de euros ¿Qué les quedaba? Pues, recurrir al otro flanco: el valor bursátil y de nuevo se echa mano de los esbirros en los medios de comunicación soltando noticias falsas y dando entrada a la intervención de la CNMV en custodiar el desplome de la acción dejando que las acciones del Popular se cuezan en su propia salsa y se obtenga la legalidad por el derecho de captura al abordaje. Los señores del dinero con patente de corso sin la plena colaboración de los políticos no se podrían hacerse con las capturas.
Quien intimida a un ladrón tiene 100 años de perdón
Los corsarios que han asaltado el Banco Popular se sitúan por encima del bien y del mal por lo que se pueden permitir el lujo de establecer que robarles a los accionistas del banco tendrá 100 años de perdón. Lo cierto, que a los accionistas minoritarios les importó bien poco invertir sus ahorros en una entidad financiera, así les llamaba antes de conocer que los bancos habían desplumado a sus depositantes, con la coña de la preferentes y otras martingalas los ahorros de toda su vida. Aún, sabiendo de esta astracanada los accionistas de la banca continuaron con sus acciones en lugar de decir “No con mis acciones”. Unos podrían vender con pérdidas y otros con beneficio pero largarse de la “propiedad” de una sociedad que no juega limpio era lo que tocaba ¿Qué me dicen de los desahucios? los bancos no son dueños de las hipotecas que vendieron en el mercado financiero en formato de bonos, sin embargo, después de haberlas vendido y practicado un juego de trileros se quedan, con el soporte judicial, con la garantía: la vivienda hipotecada. Estamos hablando de sociedades mercantiles que superan a la mafia, que ésta al menos protege a su “familia”, con esta relea se tienen que enfrentar los accionistas del Banco Popular. Los asaltadores no dan puntada sin hilo y esperan, mientras se frotan las manos, que los asaltados recuperen el estado de conciencia por lo ocurrido y se debatan entre si son galgos o podencos o si es una suspensión de pago (por falta de liquidez) o es una quiebra para emprender las acciones de reclamación judicial. La justicia española funciona de maravilla una vez que los bancos la han colapsado con sus líos de trilleros: preferentes, deuda subordinada, titulización, cláusulas suelo etc. etc, al que se añadirán los pequeños accionistas del Popular. El cuento de nunca acabar.
Último aviso a los accionistas del Banco Popular
Tengo a mi favor el haber pronosticado las visicitudes del Banco Popular (ver lo publicado) no se trata de ocurrencias, lo digo con conocimiento de causa y me importa un huevo si esta voz se pierde en el desierto ya que ni tengo acciones, de ningún tipo, ni me he forrado con mis conocimientos ya que siempre han estado impulsados “al aviso” de cuidado la que te están preparando. No creo que sea una elucubración descabellada decir que el proceso judicial a través de la reclamación tradicional durará una década, para entonces los nuevos “dueños” del Popular ya habrán materializado, y con creces, el 20% de la inversión que según ellos pretender obtener de la operación. Este 20% será el que aflorará, pero (volvemos con los peros) el beneficio oculto será descomunal ya que una vez tomado el control del banco esperan realizar la venta de una supuesta cartera de préstamos con garantía hipotecaria, bajo la única palabra del Banco Santander. En la lista mágica, del primero al último estarán calificados de morosos. La venta, bendecida por las autoridades de “descontrol” a un fondo buitre domiciliado en un paraíso fiscal será obligada por las circunstancias y sin alternativa. La señora “botina” ya ha manifestado que piensa deshacerse del 50% de los préstamos con garantía hipotecaria. El método sigue siendo infalible a fuerza de repetición, a los bancos capturados por los corsarios ya se lo han aplicado con pleno éxito. Para muestra un botón: en una de las capturas, el FROB animó y consintió la venta de la “Cartera Hercules” (5.600 millones de euros en hipotecas) al fondo buitre Blackstone a precio de chatarra ¿Quién ganó en esta operación? El comprador unos 2.000 millones de euros ¿Quien perdió? El accionista mayoritario que vendió lo bueno por malo. ¿Quién era el accionista? El FROB. El banco, por si no lo han adivinado fue Catalunya Banc (CX) construido de los restos de la Caja de Ahorros de Cataluña.
Está todo dicho, quienes crean conveniente acudir a la reclamación tradicional que lo hagan. Se lo pondrá bueno, bonito y barato para embarcarse en un proceso que será muy largo y todo lo que se eterniza favorece al reclamado. Por otra parte, aquellos que se decidan por plantarle cara al FROB (y lo que cuelga de él) impidiendo al Santander realizar el pelotazo con las hipotecas del Popular, tendrán la posibilidad de intercambiar cromos. Que cada uno lo interprete a su buen entender. Quien intimida a un ladrón tiene 100 años de perdón. Por cierto, no han pasado 15 días y el tema ya ha desaparecido en los medios de comunicación ¿No es un indicio que la orquesta da por finalizada su actuación?
En definitiva, habrá una línea divisoria entre los que se decidan a demandar al Banco Popular por falsificar o adulterar las cuentas que correrá la indemnización a cuenta del Banco Santander, cosa harto difícil que habrá que demostrar con un ejército de peritos en contra de la temible Asesoría Jurídica del Santander, o bien, la otra línea de enfocar la reclamación contra la arbitrariedad, del MUR (y subsidiariamente el FROB) de confundir la falta de liquidez con una quiebra. Mientras por una parte, se tienen que demostrar las partidas contables que están afectadas por una supuesta manipulación, por la otra son habas contadas: ¿los fondos propios son mayores que las supuestas pérdidas? Pues, estamos a cabo de la calle. Ustedes deciden, es su dinero, son sus ahorros.
Veremos, si valen o no valen las acciones del Banco Popular, estos trúhanes pagarán por lo que han hecho y tan solo depende de ti. ¿Problemas a la vista? Ninguno, tan solo que de los 305.000 accionistas del Popular se apunten (de momento sin compromiso alguno) los que caben en un taxi. Aquellos que puedan estar interesados aquí tienen un número 900 69 65 39 donde llamar o bien dirigir un e-mail a teseoconsulting2016@gmail,com
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