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11 de septiembre de 2018

El revisionismo histórico está desmontando la farsa de los judíos

https://www.mentealternativa.com/informacion-prohibida-judios-planificaron-la-guerra-nazi-y-el-holocausto/ 

INFORMACIÓN PROHIBIDA: JUDÍOS PLANIFICARON LA GUERRA NAZI Y EL HOLOCAUSTO

Por qué los judíos planificarían una guerra en la que murieron tantos judíos? El revisionismo histórico ha revelado que los judíos no son un grupo homogéneo y que hay facciones judaicas antagónicas entre sí. Pero, además, “ir de judíos por la vida” le ha servido a ciertas facciones de la élite como una coartada perfecta para dirigir sus proyectos de control global sin ser identificados. Un equipo de investigadores del medio de comunicación patriota Veterans Today, dice haber trazado las líneas del financiamiento real de Adolfo Hitler. De este modo han descubierto, como muchas otras fuentes, que el dinero de las familias judeo-estadounidenses Bush, Rockefeller y Harriman financió a la Alemania nazi. Pero en su investigación Veterans Today también ha expuesto a otro personaje menos difundido que estuvo involucrado en el más alto nivel de la mafia judía llamado Jacob Schiff, “el padre judío de Hitler y el Holocausto, quien podría ser el más alto poder oculto detrás del sionismo y la creación del Estado de Israel.” Además, dice Veterans Today, ahora estamos aprendiendo que Schiff también creó el bolchevismo y diezmó a Rusia con medio siglo de asesinatos y sufrimiento. Así, “las críticas de los historiadores revisionistas contra Estados Unidos y su ‘derecho’ de apoyar a Hitler, son sólo una cortina de humo, pues detrás de esta trama hay otra historia mucho más siniestra"

El revisionismo histórico está desmontando la farsa de los judíos

Muchos académicos ya aceptan que Jacob Schiff podría ser el verdadero artífice del poder oculto detrás del sionismo y la eventual creación del Estado de Israel. Y no sólo eso. El revisionismo histórico apunta que Schiff también creó el bolchevismo y diesmó a Rusia con medio siglo de asesinatos y sufrimiento. Además, el judío Jacob Schiff también creó a Hitler y la Alemania nazi. Y sus herederos ahora lo controlan todo y no solo a Trump, quien es solo la cereza del pastel.

La “Nueva historia”, y disculpen el término, dice que los judíos sefardíes son en realidad quienes controlan el mundo, y que sus esfuerzos bien pueden haber orquestado un frenesí de odio hacia los “otros judíos”, que bien podríamos llamar “judíos postizos.”

Si bien los judíos no constituyen un grupo homogéneo, al menos tres facciones judías comparten “sueños de gobernanza” y tienen proyectos globales que buscan control mundial: Sionistas saduceos (Jerusalén, Vaticano), jásidas esenios (Londres) y talmudistas fariseos (Nueva York). Por lo tanto, recomendamos leer este artículo con cuidado, pues si bien los tres grupos judíos que se disputan el mundo tienen evidentes diferencias y pugnas entre sí, también comparten objetivos oscuros. Como dice David Icke, en la política “todo es un reality show y facciones aparentemente opuestas en realidad son sólo cabezas de un mismo monstruo.” La élite siempre usa el modus operandi de la dialéctica hegeliana (tesis-antítesis-síntesis) para llevar a cabo sus planes. Esto implica crear una agenda antagónica y más escandalosa a la que originalmente buscan, para desacreditarla y sintetizarla imponiendo la buscada originalmente. De este modo, la hipótesis de trabajo en Mente Alternativa es que el desmontaje económico y político de los EE.UU. e Israel para trasladar el eje del poder a China implica alimentar la idea de oposiciones y sacrificar a algunos chivos expiatorios para dar credibilidad al cambio tectónico de poder. Por ejemplo, el rol de los Rothschild (jásidas) en la Alianza con la Corona Britanica y China ha sido ampliamente documentado así como su papel en el impulso del patrón oro y las criptomonedas. De cualquier forma son los cabalistas detrás de ellos quienes operan el traslado, pues como afirma Daniel Estulin: “ellos están llevando a cabo un plan salomónico de 3000 años de antiguedad, y también los chinos saben predecir el futuro en rangos de 3000 años"

Las poderosas familias bancarias sefardíes son falsos judíos y dueños del mundo

Los verdaderos académicos siempre se han sentido amenazados al investigar controversias como la de la Reserva Federal; la de Jacob Schiff, quien ha sido descrito como “un tipo realmente aterrador”; o la de los Protocolos de los Sabios de Sión, un supuesto texto antisemita fabricado en Rusia en 1905. Si algún académico sigue y expone las evidencias detrás de estos temas, le despiden, le difaman o le asesinan.

El tipo de cosas que se descubren al involucrarse en estos temas es que todos conducen a las poderosas familias bancarias sefardíes de la Edad Media, todas reinventadas cuando se establecieron en el norte de Alemania con nuevos nombres, nuevas identidades y que más tarde llegaron a América. Ellos han controlado todo, literalmente todo: ferrocarriles, mercados de valores, todo.

Se ha demostrado que ellos comenzaron la Guerra Hispanoamericana, la Guerra Ruso-Japonesa y las dos Guerras Mundiales.

Al decir “ellos” no nos referimos a “judíos” tal y como los conocemos. Son judíos sefardíes o “judíos de la línea de sangre” quienes se distinguen de otros grupos judíos a quienes de hecho quieren eliminar del planeta.

Evidencias inexorables han llevado a eruditos a las conclusión de que el dinero sefardí, lavado a través de Bush, Rockefeller, Harriman y otras familias sefardíes menos obvias, creó a Hitler y presionó por el genocidio de judíos no sefardíes.

El Holocausto jamás existió

Se sabe que los judíos sefarditas no permanecieron en Europa y no fueron asesinados. Por otra parte, hay muchos testigos que han negado el Holocausto, quienes además afirman que en realidad pocos judíos fueron asesinados.

Además, eruditos y personas de otros ámbitos afirman que el holocausto jamás ocurrió y que una conspiración judía lo ideó para que los judíos pudieran cometer crímenes monstruosos y salirse con la suya haciendo el papel de víctimas. Por eso es que acontecimientos como el del holocausto palestino demuestran que a los judíos les gusta estar en guerra contra el mundo.

Los negacionistas del Holocausto judío argumentan que las cámaras de gas no existieron, que los alemanes solamente “saquearon” a los judíos y que los campos de concentración en realidad eran campos de trabajo donde sólo murieron 800,000 judíos que fueron asesinados como la gente suele ser asesinada en cualquier guerra. Pero todo esto es muy lejano a la narrativa del Holocausto, que se sustenta en una farsa.

Judíos reales y judíos falsos 

Comencemos con algunos hechos. Hay dos tipos de judíos, reales y falsos. Alrededor del 90% son “falsos” según el Estudio del Genoma Judío practicado por la Universidad John’s Hopkins.

La mayoría de los judíos son una combinación racial de europeos orientales y turcos de un reino del siglo VIII llamado Jazaria que asumió la religión judía. Jazaria fue aplastado más tarde por las hordas mongolas y su población procreó en las regiones de Europa donde la mayoría de los judíos encuentran sus raíces, como en Ucrania y Polonia.

https://youtu.be/Np7KTCkwlG4

La narrativa más congruente sobre los judíos, ahora mismo, involucra a una población singularmente pequeña, más pequeña que cualquier otra, con un sentido de identidad en gran parte engañoso. Estamos hablando de judíos de alguna manera; pero cuando examinamos la historia real y desechamos la farsa, simplemente no es tan simple.

¿Los judíos son odiados y existe algún grupo u organización encubierta que pretenda matar o incluso reprimir judíos? La historia dice que sí, pero también dice que la historia miente.

La razón de esta investigación es llegar a la verdad, no justificar ningún tipo de odio. Pero sabemos que hoy sólo muy pocos judíos sefarditas viven en Israel, alrededor del 5% y ellos sí tienen raíces genéticas semíticas del Israel tribal.

Lo cierto es que los sefarditas se han mezclado con otros grupos alrededor del mundo. Por lo que en cuanto a los judíos el concepto de pureza de raza es tan subjetivo que hay que usarlo con cuidado. No obstante, es evidente que familias sefardíes clave actualmente controlan la riqueza del mundo, y ellas sí se consideran a sí mismas como “el pueblo elegido.”

Sabemos que ellos crearon a los nazis y que organizaron programas en Rusia y trabajaron para crear un ambiente hostil para los jázaros o como se les llama a los judíos “asquenazíes”, a quienes consideran falsos. (Nota del Editor: Esto sin olvidar que los jázaros también son brutales y negativos. Ver por ejemplo el caso de los Rothschild).

Sabemos por la historia real que los árabes después del surgimiento del Islam respetaron y veneraron a los judíos sefarditas, que dirigieron el Imperio Otomano, y que bien podrían ser la Familia Real Saudita. Hay una razón de peso detrás de esto, ya que el Islam, de manera realista, debe ser reconocido a través de sus orígenes como un “judaísmo reformado” y no como una religión totalmente diferente.

El Islam exalta a Mahoma por encima de otros profetas, pero el Islam acepta otros profetas, incluido Cristo. Por lo tanto no hay razón para la enemistad sobre la base de la religión entre los judíos y el Islam.

La prueba a la que podemos aferrarnos nos dice que los sefarditas usaron Wall Street, bajo su propiedad y orientación, para construir a Hitler y aplastar a los judíos europeos. La versión oficial de la historia habla de 6 millones de muertes en cámaras de gas, mientras que la la versión alternativa dice que sólo 880,000 murieron en los campos de concentración. Ninguna de las dos versiones, por cierto, menciona a Jacob Schiff era, quien según nuestra afirmación, sería el padre del Holocausto.

Wall Street, CRE y familias Bush-Rockefeller financiaron el ascenso de Hitler y los nazis

El Consejo de Relaciones Exteriores de los EE.UU. jugó un papel importante en el financiamiento de los nazis y orquestó las investigaciones para evitar que sus conexiones se hicieran públicas y perpetuar así una gran mentira histórica. Esta evidencia también sugiere que Wall Street y el Consejo de Relaciones Exteriores (CRE) no solo financiaron, sino que crearon la máquina de guerra nazi. En su libro “Wall Street y el asenso de Hitler” el profesor Antony Sutton proporciona una descripción completamente documentada del papel desempeñado por Morgan, Rockefeller, General Electric Company, Standard Oil, National City Bank, Chase y los bancos de Manhattan, Kuhn, Loeb & Company, General Motors, Ford y otros industriales, para ayudar a financiar a los nazis. Para probar su hipótesis, el profesor Sutton proporciona estados de cuenta bancarios, cartas de embajadores de los EE.UU., fuentes de medios de comunicación convencionales, archivos del Congreso, extractos de Investigaciones del Congreso y declaraciones de los juicios de Nuremberg. En un artículo del 10 de octubre de 2003 titulado “Se confirman lazos de los Bush con los nazis”, The New Hampshire Daily Gazette anunció: “Después de 60 años de falta de atención e incluso negación por parte de los medios de comunicación estadounidenses, documentos gubernamentales recientemente descubiertos en el Archivo Nacional y la Librería del Congreso revelan que Prescott Bush sirvió como socio comercial para el arquitecto financiero de la máquina de guerra nazi desde 1926 hasta 1942.” Un artículo similar apareció en The London Guardian el 25 de septiembre de 2004 titulado “Cómo el abuelo de Bush ayudó al ascenso de Hitler al poder"

Jacob Schiff: el ‘sionista más valioso’

Los candidatos al premio del “sionista más valioso” son: Paul Warburg, Bernard Baruch, Adolph Ochs, William Paley, Eugene Meyer, Arthur Hays Sulzberger, David Sarnoff, Jack Warner, Carl Laemmle, Henry Morganthau, George Soros, Henry Kissinger, Sumner Redstone, Michael Eisner y algunos otros. Simplemente “Googlée” cada uno de esos nombres para tener una idea del poder que los elegidos han ejercido durante el último siglo. Los Rockefeller y los Morgan tampoco carecían de fuerza político-económica. No obstante si votamos con cordura, el Premio al “sionista más valioso” (ironía) tendría que ir al financista (prestamista) Jacob Schiff, con Bernard Baruch no muy atrás.

Jacob Schiff apareció en las costas de Estados Unidos en 1865, poco después de la Guerra Civil. Durante la década de 1700, sus antepasados Schiff en realidad habían compartido un hogar con los legendarios Rothschilds, en el barrio judío de Frankfurt.

Schiff dirigió la firma Kuhn, Loeb & Co. Desde su base en Nueva York, fue el principal líder judío de 1880 a 1920 en lo que ahora los historiadores judíos estadounidenses llaman “La era de Schiff.”

Se desempeñó como Director de muchas corporaciones importantes, incluido el National City Bank de Nueva York, Equitable Life Assurance Society, Wells Fargo & Company y Union Pacific Railroad. Schiff, quien hizo su fortuna con préstamos que devengan intereses, fue el principal actor detrás de la “Sociedad Hebrea de Préstamos Libres” en 1892, una organización que emitió préstamos sin intereses solo para judíos (¡que todavía está en operación!).

Los descendientes de Schiff ejercieron algún poder e influencia por derecho propio, aunque nada como el Patriarca. La nieta de Schiff, Dorothy Schiff, fue propietaria y editora del New York Post por más de 40 años. En una ocasión ella afirmó haber “tenido una relación” con Franklin D. Roosevelt.

Kareena Gore-Schiff, la hija del ex senador, casi presidente de EE. UU., y estafador del calentamiento global Al Gore, está casada con Andrew Schiff, el bisnieto de Jacob.

No es simplemente que Schiff haya ejercido un poder enorme, sino más bien el hecho de que sus acciones, más que las de nadie, alteraron fundamentalmente el curso de la historia estadounidense.

Schiff fue realmente el primer verdadero mega-Mogul judío de los Estados Unidos (Judah Benjamin había dirigido previamente la confederación). Como el primero, Schiff, más que cualquier persona que lo siguió, fue capaz de aprovechar su poder en la eternidad. Es por eso que el premio al “sionista más valioso” (con ironía) debe ir a él.

Ahora, revisemos el impresionante historial de destrucción asociado al “sionista más valioso”, Jacob Schiff.

1897: Jacob Schiff el caballo de Troya

El logro más trascendental de Schiff fue el de su papel como “Caballo de Troya”, que jugó a fines de la década de 1890. En un momento en que la influencia judía en Estados Unidos era relativamente menor y el número de judíos muy reducido, fue Schiff quien convenció al ex gobernador de Nueva York y entonces presidente de los EE. UU., Grover Cleveland, a aceptar una ola masiva de inmigración judía hacia los EE.UU.

La Ley de Inmigración de 1897 habría requerido que los inmigrantes pasaran una prueba de alfabetización; algo que los judíos rusos no habrían podido hacer. Después de aprobar ambas cámaras del Congreso, el veto de Cleveland, inducido por Schiff, salvó el día para los judíos comunistas y sionistas provenientes de Rusia.

El regalo de despedida de Grover Cleveland a Schiff consistió en mantener abiertas las compuertas de la inmigración judía durante 20 años más.

1905: Jacob Schiff debilita a la Rusia zarista 

Schiff odiaba a la Rusia cristiana con pasión. Trabajó sin descanso para derrocar a la dinastía Romanov y reemplazarla con comunistas judíos rojos. Con ese fin, financió personalmente y vendió bonos en nombre de alrededor del 50% de todo el esfuerzo de guerra japonés durante la Guerra Ruso-Japonesa. Como resultado, la guerra terminó con una victoria japonesa. La pérdida de Rusia también fue facilitada por el niño de Schiff, el presidente (y también ex gobernador de Nueva York) Teddy Roosevelt, cuya intervención negociadora claramente favoreció a Japón por sobre Rusia.

El izquierdista Roosevelt se convirtió en presidente después de que el conservador William McKinley fue convenientemente asesinado por un rojo.

Schiff fue personalmente galardonado por el tonto emperador japonés de la Orden del Sol Naciente con una medalla por su papel para asegurar la victoria de Japón.

Decimos “tonto” porque la pandilla de Schiff y sus secuaces como Roosevelt en ese momento ya estaban planeando la desaparición definitiva de Japón, un proceso que comenzó con los crecientes movimientos navales de Teddy en el Pacífico (Filipinas, Midway, Guam, Pearl Harbor) y que culminó con la guerra de Franklin y las bombas atómicas asesinas de 1945 (en realidad cayó bajo Truman 4 meses después de la muerte de FDR).

Los agentes judíos de Schiff en Rusia utilizaron hábilmente la humillante pérdida de la guerra ruso-japonesa como una ocasión para lanzar una revolución comunista. La sangrienta Revolución de 1905 finalmente fracasó, pero el régimen del zar quedó considerablemente debilitado.

Muchos de los prisioneros de guerra rusos regresaron a sus hogares con el cerebro lavado después de que Schiff organizara la propaganda comunista mientras se encontraban en cautiverio japonés. El derrocamiento bolchevique final de Rusia en 1917 debe su éxito, en gran parte, al daño infligido a Rusia por el equipo de Jacob Schiff y Ted el Rojo Roosevelt en 1905.

1907 -1914: Schiff impulsa el movimiento de Galveston

No contento con las inundaciones del Noreste con los futuros comunistas, progresistas y sionistas de Rusia, Jacob Schiff fundó y financió el ‘Movimiento de Galveston’, un esfuerzo para asentar inmigrantes ruso-judíos en el sur y el oeste de los Estados Unidos. Schiff mismo describió el esfuerzo en un artículo que escribió en 1914:

“El comité se colocó inmediatamente después de su organización en comunicación con la Organización Territorial Judía, de la cual Israel Zangwill es el jefe, y se estableció un acuerdo entre esa organización y el Comité Galveston, bajo el cual el primero se comprometió a hacer propaganda en Rusia y Rumanía por familiarizar a los emigrantes con las ventajas de ingresar a los Estados Unidos a través de Galveston (Texas), en lugar de a través de los puertos abarrotados y congestionados del Atlántico Norte.”

En lugar de limitar la llegada de los judíos a las áreas de Nueva York, Nueva Inglaterra, Pensilvania y Nueva Jersey, el astuto plan de Schiff facilitaría la propagación de la plaga liberal / progresista incluso a las partes más conservadoras del país.

¡Él sabía exactamente lo que estaba haciendo!

1909-1914: Schiff y sus amigos controlan el N.A.A.C.P. 

El NAACP (Asociación Nacional para el Avance de las Personas de Color) es la organización afroamericana más conocida. Lo que no es ampliamente conocido es que sus fundadores ¡fueron TODOS marxistas sionistas! Los primeros cofundadores judíos fueron Julius Rosenwald, Lillian Wald y el rabino Emil Hirsch. Un comunista negro llamado W.E. Dubois fue hábilmente presentado como el líder de la NAACP.

En 1914, Jacob Schiff se convirtió en miembro de la Junta de la NAACP. Con un gigante como Schiff a bordo, la organización ahora estaba lista para el gran momento. ¡El dinero e influencia sionista dominó durante mucho tiempo esta organización de “derechos civiles”, ¡que no eligió un presidente no judío hasta 1975!

Por diseño, la NAACP controlada por los judíos de Schiff alejó a los negros de la influencia positiva del patriota conservador afroamericano Booker T. Washington, un líder político negro dominante que creía en los principios fundadores de Estados Unidos y buscaba tender puentes entre blancos y negros.

La NAACP liberal demócrata representa lo opuesto a lo que representaba el republicano Booker T, que era la autosuficiencia. NAACP es una herramienta marxista globalista anti-blanca que sirve para dividir a los estadounidenses mientras que lleva a los votantes negros radicalizados (¡a quienes no les importa!) al campo político de izquierda. Como resultado, incluso hoy, el 90-95% de los negros vota a ciegas por los candidatos demócratas.

Sin Schiff y sus amigos ¡no habríamos tenido a Barack Obama! El líder negro abiertamente comunista entregó las masas negras a su maestro judío.

1907: Schiff y sus amigos preparan el escenario para la creación de la Reserva Federal

Los banqueros de Nueva York inflaron artificialmente el mercado de valores con préstamos fáciles. Cuando se apretaron los préstamos, estalló la burbuja. Las acciones cayeron un 50% y siguieron las corridas bancarias. El Sionista NY Times y los banqueros de Wall Street usaron el Pánico de 1907 para defender el establecimiento de un Banco Central de estilo europeo (como lo predijo Karl Marx).

Varios años más tarde, el senador Robert Owen de Oklahoma acusó a los Banksters de conspiración: “El Pánico —dijo— fue provocado por una conspiración deliberada para el enriquecimiento de quienes lo manipularon.” JP Morgan, John D. Rockefeller, Jacob Schiff y Paul Warburg todos declararon que la lección del Pánico de 1907 era que los EE.UU. necesitaban un Banco Central.

Nueve meses antes de la crisis planificada, Jacob Schiff advirtió en un discurso a la Cámara de Comercio que “a menos que tengamos un banco central con control de recursos crediticios, este país sufrirá el pánico monetario más severo y de mayor alcance en su historia.” ¿Acaso fue esto una advertencia o una amenaza?

Al año siguiente, el niño de Schiff, Teddy Roosevelt, nombró una Comisión Monetaria Nacional “bipartidista” para estudiar las causas del Pánico y hacer sugerencias. El presidente de la Comisión fue el senador Nelson Aldrich, cuya hija sería un día la madre de los 5 hijos de Rockefeller: David, John III, Nelson, Winthrop y Lawrence.

1912: Schiff quita al presidente Taft e instala a Woodrow Wilson

El presidente William H. Taft resultó ser un conservador constitucional, y no un gran gobernante “progresista” como su predecesor Teddy Roosevelt. Pero lo que más enfureció a Jacob Schiff fue la negativa de Taft, que llegó a Schiff en persona, para frenar las relaciones comerciales con la Rusia zarista. Según las fuentes de Henry Ford, Schiff y su séquito se fueron de la Casa Blanca. “Esto significaba guerra.”

Para expulsar al popular republicano Taft en 1912, Schiff y la compañía reclutaron a Teddy Roosevelt para postularse nuevamente a la presidencia, como un tercer retador. Esta maniobra dividió el voto republicano en dos, permitiendo al demócrata Woodrow Wilson robar la presidencia. La presidencia judía de Wilson resultaría desastrosa para los Estados Unidos y el mundo (La Reserva Federal, la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa, el apoyo judío en Palestina, la Depresión de 1919-1920).

“Jacob Schiff luego regresó a Nueva York, (en ese momento era el jefe del Comité Judío Estadounidense), y en la casa de mi padre, en presencia de muchos hombres prominentes, decidieron deshacerse del presidente Taft. También hicieron planes para deshacerse del Partido Republicano e imponer su propio partido y su propio presidente. Establecieron la Sede Nacional Demócrata en el No. 200 de la Quinta Avenida, y Henry Morgenthau Sr. se hizo presidente del Comité de Finanzas. Me hicieron su ayudante. Vi todo lo que sucedió porque manejé todos los libros. Jacob Schiff y los judíos comenzaron a buscar a un hombre para presentarse como presidente. ¡Tienen a Woodrow Wilson, un bribón que no valía la pólvora para llevarlo al infierno!” (Fuente: Benjamin Freedman)

1913: Hermano de Schiff toma el control de la Reserva Federal

Paul Warburg es ampliamente considerado como el “padre de la Reserva Federal.” Como primer presidente de la sucursal de la ciudad de Nueva York, fue Warburg quien dirigió la nueva operación de falsificación, usurpación de créditos y mercado, mientras que un anglosajón llamado Charles Hamlin brindó la cobertura protectora “cristiana” como su presidente nominal.

El gran esquema de poder de Paul Warburg fue superado por Schiff, al menos en los Estados Unidos.

Schiff ya había estado establecido en Nueva York durante 37 años antes de que Warburg llegara incluso de Alemania. Warburg se estableció en Nueva York en 1902 como socio en Kuhn, Loeb & Co., donde era menor que Schiff. Schiff era en realidad el cuñado de la esposa de Warburg, Nina Loeb.

Recordemos que fue Schiff quien llamó al Pánico de 1907 por adelantado, y también brindó una idea de “solución” a tales problemas en el futuro. Entonces, si Paul Warburg es considerado el “Padre de la Reserva Federal”, el viejo Jacob sería “el Abuelo"

Hermanos Warburg, productores de gas Zyklon B

Max Warburg, un importante banquero alemán, y su hermano Paul Warburg, que habían sido instrumentos en el establecimiento del Sistema de la Reserva Federal en los Estados Unidos, fueron directores de Interssen Gemeinschaft Farben o I.G. Farben, la gigante empresa química alemana que produjo el gas Zyklon B utilizado en los campos de exterminio nazi. El gas aparentemente fue producido con el apoyo total de los industriales estadounidenses.

“El financiamiento para el ascenso de Adolph Hitler al poder se manejó a través del Mendelsohn Bank de Amsterdam controlado por Warburg y más tarde por el J. Henry Schroeder Bank con sucursales en Frankfurt, Londres y Nueva York”, escribió Gary Allen. El principal consejo legal del J. Henry Schroeder Bank fue la firma Sullivan y Cromwell, cuyos socios principales incluían a John Foster y Allen Dulles.

1917: Octubre rojo / Revolución bolchevique 

Como fue el caso durante la guerra ruso-japonesa de 1905, el caos de la Primera Guerra Mundial permitió a los comunistas (bolcheviques) organizar otro levantamiento en 1917. Al mando de los esfuerzos diabólicos estuvo el leal agente de Jacob Schiff, León Trotsky, recién restablecido en Rusia después de esconderse en Brooklyn durante la última década. El zar se había visto obligado a abdicar más temprano ese mismo año. El gobierno provisional sería derrocado por los bolcheviques dirigidos por judíos.

Al año siguiente, los agentes de Schiff asesinaron al zar y a toda su familia. El reino del terror que los soviéticos introdujeron en el futuro acosaría a la humanidad en las próximas décadas. ¡Decenas de millones serían asesinados! Y esto nunca podría haber sucedido sin el liderazgo incansable de Rothschild, Schiff y sus socios Junior.

Poco después de la Revolución, Schiff reincorporó a Rusia a su “lista de préstamos"

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