Ante la posible existencia de una burbuja en Bitcoin y otras criptomonedas, se han escrito ya ríos de tinta, con varios afluentes fluyendo desde estas líneas. En concreto nuestros análisis han sido siempre bajo los estrictos criterios de rigor que se corresponden a un medio serio y riguroso como El Blog Salmón, y siempre aportando los debidos datos, teorías, estadísticas y argumentos.
Pero lo cierto es que ahora ya están apareciendo las primeras noticias que levantan la sospecha (muy fundada) de la existencia de una criptoburbuja masiva y planificada que, como tantas veces a lo largo de la historia, apunta al presunto enriquecimiento manipulado de unos pocos a costa de la mayoría.
La noticia que alberga las fundadas sospechas incluye incluso la apertura de una investigación judicial
Un número creciente de inversores en criptoactivos venía desde hace semanas (y meses) sospechando de la posible manipulación masiva de los criptomercados, y más concretamente también tanto de Bitcoin, el estandarte por excelencia de tanto la nueva criptoeconomía, como de su efervescente burbuja.
Esas actividades han tenido especial intensidad en los momentos inmediatamente posteriores a las contundentes caídas que ha venido experimentando Bitcoin a lo largo de su volátil historia. Estas recuperaciones fulgurantes han servido de argumento recurrente para aquellos criptodesaforados que no querían ver la burbuja de ninguna de las maneras, y que argumentaban que Bitcoin era volátil pero más que fiable en el largo plazo.
Ahora estas agresivas recuperaciones parece que empiezan a tener una posible explicación más lógica y (tristemente) tradicional, además de muy censurable. Y por cierto, debo matizar que, cuando me refiero a los criptodesaforados, diferencio claramente el grado de esta cariñosa acepción con el de criptoentusiastas, entre los cuales un servidor se sigue incluyendo (a pesar del tema del análisis de hoy).
El porqué de que Bitfinex sea un potencial caso de una manipulación que sería masiva
En el criptomercado, Tether no es un mal concepto, más bien al contrario: era una interesante iniciativa (hasta la reciente noticia). Teóricamente cada token de Tether estaba respaldado por un dólar, y su valor de cambio es el más estable de la criptoeconomía. Este valor lógicamente se ha venido manteniendo pegado a la paridad con el dólar, dando un importante valor añadido para los comerciantes y criptousuarios que se podrían ver perjudicados por la extrema volatilidad de Bitcoin y otras criptomonedas.
Tether empezó a negociarse en 2015, y pretendía ser el puerto seguro de la criptoesfera: en la práctica era utilizado para poner a buen y estable recaudo fondos virtuales, sin necesidad de volver al mundo de las monedas tradicionales o fiat. Pero claro, un aspecto clave, que ahora parece estar en seria tela de juicio, es si ese repaldo uno-a-uno con el dólar está garantizado. Las dudas se ciernen sobre el destino de los fondos en dólares que los compradores de Tethers depositan en la compañía, y que deberían ser el salvavidas que sirviera de respaldo y garantía. Ser esta canalización natural hacia una criptoeconomía sin volatilidad es lo que hace de Bitfinex el vehículo ideal para la manipulación masiva de los criptomercados.
Una (breve) vida convulsa con numerosos casos de anomalías
Pero la breve historia de Tether ha estado salpicada de comportamientos anómalos y sospechosos, de los que ya
se hizo eco también Bloomberg el pasado Diciembre. Entre esta serie de hechos de dudosa naturaleza están por ejemplo el hecho de que el banco americano Wells Fargo &Co decidió abruptamente poner fin a su relación con Bitfinex, por la cual era la entidad financiera que canalizaba los envíos de dinero del mundo fiat a Bitfinex y Tether. Bitfinex acudió a los tribunales tras esta decisión unilateral del banco, pero
sospechosamente acabó retirando una demanda judicial que, si todo era como aparentaba, debería haberle beneficiado casi con total seguridad.
También en Diciembre, Bitfinex anunció por sorpresa, dejando perplejos a muchos seguidores de los criptomercados, que dejaba de dar servicio a los clientes estadounidenses, aduciendo que le resultaban muy caros. Cabe reseñar en este punto que las autoridades estadounidenses, como es sabido, están sometiendo a la criptoeconomía a una escrupulosa vigilancia, y se plantean su regulación desde hace meses. Obviamente, el celo de los reguladores norteamericanos ahuyenta a las actividades ilícitas o potencialmente ilícitas, aunque sólo sea por la que pudiera venir.
Por acabar con las actividades sospechosas, como informan los medios enlazados en este artículo, hay que mencionar también que Bitfinex ha cambiado su nombre como empresa tras cortos lapsos de tiempo, o que no ha atendido a las peticiones reiteradas de reintegro de fondos por cantidades muy importantes a clientes.
El hecho es que hace tan sólo unas semanas, según informó Bloomberg en su momento,
Bitfinex recibió incluso una citación judicial para comparecer ante los tribunales. Sin duda,
este paso judicial lleva las sospechas del criptomercado a otro estadio mucho más preocupante y fundado. Es ya más que un aviso a criptonavegantes.
La gasolina que Bitfinex y Tether han podido estar arrojando sobre la hoguera del criptomercado
He de admitir que es cierto que en el análisis "
Estos indicadores apuntan a una burbuja en Bitcoin y otras criptomonedas abordamos este riesgo de potencial manipulación por la parte de la concentración de Bitcoin en unas pocas manos fuertes. Pero también saben que siempre les hablamos del gran invento que es internet, la criptoeconomía y tantos otros avances de progreso, pero que
la informatización y la globalización nos exponen a nuevos riesgos a los que es mejor anticiparse con creatividad e imaginación, antes de que se hagan mainstream sistemas y tecnologías que aún tienen que ser depurados. Y aún así: recuerden que el futuro es siempre impredecible, también para cualquier software como es Bitcoin.
Hasta el momento no les hemos hablado más extensivamente de ello porque, siendo rigurosos y serios, no se puede hablar de un asunto de una potencial manipulación masiva de este calibre especulando por especular, y sin unos mínimos hechos fehacientes sobre la mesa. Pues bien, ya tenemos aquí esos primeros hechos como han leído en los párrafos anteriores, lo cual ya nos lleva una sospecha más que fundamentada de la existencia de acciones de una naturaleza ciertamente “anómala”.
Y la conexión de esta naturaleza “anómala” con la efervescencia de la criptoburbuja va más allá del mero puerto seguro que se supone que son Bitfinex y Tether. El hecho comprobado es que, como mencionaba en el artículo anterior el NYT, en los últimos meses se han creado nuevos Tethers por valor de centenares de millones de dólares.
Esto ha ocurrido casi siempre cuando el precio de otras criptomonedas se hundía, y esos Tethers se usaron en Bitfinex para realizar compras masivas de Bitcoin y otras monedas virtuales. Como consecuencia, y tras el análisis de los datos de Bitfinex realizados por el New York Times, las cotizaciones de esos tokens rebotaban violentamente al alza. Por lo tanto, vemos cómo ese comportamiento que los criptodesaforados enarbolaban como una innovadora fortaleza de Bitcoin, parece ser que todo apunta a que era una mera manipulación masiva. Como ven, y como les hemos dicho en innumerables ocasiones, en los mercados no todo es lo que parece, ni cript-oro todo lo que reluce. Lo que no cambia es la naturaleza humana (de algunos).
Poniendo en marcha la impresora (virtual) de dinero para crearlo de la nada
Pero más allá de una especulación sobre la que ya veníamos advirtiéndoles desde hace tiempo, más allá de la manipulación manifiesta del mercado que ahora puede aflorar, más allá de demostrar que no todo lo “cripto” tiene porque formar parte del futuro que sí que va a llevar ese prefijo, hay un hecho muy reseñable a concluir.
El hecho es ni más ni menos que Bitcoin, y en general las criptomonedas, fueron concebidas como la liberación de los ciudadanos respecto al poder de los bancos centrales y no centrales, al calor de la terrible crisis que se inició con
la caída de Lehman Brothers en 2008. Muchos criptoentusiastas creían firmemente que la creación de dinero arbitraria por parte de las entidades e instituciones era una causa casi exclusiva de todos los males económicos, y
compraron el argumento de que eso con Bitcoin se iba a acabar, puesto que el valor de la moneda pasaba a residir en la comunidad.
Pero las novedades financieras las carga el diablo, y aunque como todo hay que abrazar las innovaciones, hay que hacerlo con sumo cuidado, cautela, y mecanismos de prevención. Como les decíamos antes, el futuro siempre es impredecible, pero lo que es más impredecible es un mercado desbocado y sin regulación. Por ello nuestro consejo siempre ha sido de precaución ante las novedades criptofinancieras, y de alertarles ante sus potenciales peligros, aunque también hemos analizado siempre sus innumerables ventajas.
En esta ocasión, tanto la sucesión de acontecimientos, como la reciente caída en picado de la cotización de Bitcoin,
que ha corregido más de un 50% desde sus recientes máximos en torno a 20.000$/BTC, parece que empiezan a darnos la razón, especialmente después de haber llegado a cotizar ayer ligeramente por encima de 8.000$/BTC. Aunque aún no es momento de echar las campanas al vuelo, ni de entrar en un mercado que no ha dibujado un suelo ni ha confirmado un pinchazo. También es cierto que,
en esta ocasión, sin la especulativa contribución de Bitfinex y Tether, tal vez Bitcoin ya no se recupere como solía.
En todo caso, aquí estaremos para analizarlo: todo sea por el bien y por la cultura socioeconómica de nuestros preciados lectores, nuestro principal objetivo. Les contaremos puntualmente si se confirma que Bitcoin (en su actual concepción) ha resultado ser una decepción. A la vista de lo agresivo de los criptodesaforados que nos rebatían la existencia de una burbuja, esta decepción recuerda demasiado a la decepción a la que cada cuatro años nos someten nuestros políticos. Y es que vivimos tiempos en los que la tecnología se está imbricando y fundiendo con todo, incluso con la política. Es la sociedad técnica que viene y que debemos moldear para tener un futuro sostenible. No huyan de esta sociedad técnica que viene: es inútil, no hay escapatoria posible.