Data de publicació: 24 d’abr. 2017
Era una cálida mañana del 23 de julio de 1985 en Los Ángeles, Estados Unidos. Cuando toda la población local comenzó a transmitir y comentar un testimonio publicado por el periódico SUN, el cual había sido enviada por el sacerdote y secretario particular del Papa Juan XXIII, Loris Capovilla. En el testimonio, se relata que en el atardecer de un día de junio de 1961, en los jardines de la residencia de descanso
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