En el caso de la Tierra, no sólo se sabía que el Planeta iba a alcanzar un
cierto desarrollo que luego quedaría trunco, sino que en el Real Tiempo del
Universo, el fatal desenlace ya había ocurrido.
El proceso había quedado interrumpido cuando el Planeta sufrió los efectos
de un Gran Cataclismo Cósmico, dejándolo como un náufrago en los estertores de
la muerte.
Por ello, al intervenir los Enviados, se procuró modificar las cosas como para
que el Planeta sobreviviera en una primera etapa a su inestabilidad y a la
Dinámica Universal bastante agresiva.
Así, una vez que surgiera vida consciente con capacidad de transformación,
ésta debía luchar por su propia supervivencia tanto material como espiritual,
pero siempre bajo una supervisión exterior, pendiente de los avances que se
fueran alcanzando.
Quienes observaban y dirigían el Proyecto de Vida en la Tierra, decidieron
enviar a un grupo de «Operadores del Tiempo», que viajarían a través de
Pliegues Cósmicos o Puertas Estelares al pasado, en un espacio contenido dentro
del Gran Espacio, siguiendo una ruta basada en la figura de la Espiral o «Rueda
del Tiempo».
De esta forma, crearon una suerte de «desfase temporal» en nuestro Planeta,
dándole así una vida paralela en un Tiempo Alternativo, que nos acompañará
hasta que volvamos a reconectarnos con el Real Tiempo del Universo.
Como el Proyecto Tierra requería de ciertas condiciones para el Plan
Cósmico entre ellas, la aparición del ser humano, los «Operadores del Tiempo»
establecieron esta «paradoja» para poder crear aquellas Civilizaciones con
condiciones específicas que permitan una evolución acelerada, como es el caso
de la raza humana.
Esta Paradoja Espacio-Temporal habría dado como consecuencia una
aceleración del tiempo en algunos sectores del Universo donde sería posible que
estas razas evolucionen a una velocidad mayor que la normal.
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